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Louis




Por ti lo haria está por llegar a su final

Mi familia está atravesando por una situación económica muy complicada, mi madre dice que podemos perder la casa. Hace unas semanas a mi padre lo despidieron del trabajo, aunque realmente lo acusaron de desfalco y ahora yo me salgo temprano de clases rezando por encontrar un buen trabajo.

Mis amigos y mi novia no tienen idea de lo que me pasa, puedo parecer egoísta, pero no quiero agobiarlos con mis problemas.

Tú puedes con esto y más. Me digo cada mañana frente al espejo, aunque esas palabras no estan dando los resultados deseados porque me siento cada vez más débil.

—Cariño ¿puedo entrar? —dice mi madre dando golpecitos a la puerta entreabierta, le doy una débil sonrisa como respuesta.

—Te traje un poco de café para que tengas energías —me extiende la taza con amabilidad, la recibo agradecido y le doy un sorbo. La mujer frete a mí me mira con dulzura y un poco de culpabilidad también. — ¿Encontraste algo ayer?

Quisiera decirle que sí, que voy a ser el que los salve de la ruina a la que nos han llevado.

Pero no.

—No —le digo la verdad.

Mi madre suspira bajando la mirada a sus dedos.

—Cariño debes saber que tu padre y yo estamos orgullosos de ti por todo lo que estás haciendo por nosotros —arguye con tono calido al hablar asiento, sé que es así— Tu padre está intentando arreglar ese asunto y descubrir quién es el que lo culpo injustamente, cuando eso pase te vamos a compensar. —me promete con cierto agobio.

—Mamá ustedes han visto por mi toda mi vida, es justo que ahora yo lo haga por ustedes — le explico para sosegar su angustia, su mirada se enternece y me besa la frente.

—Eres tan bueno hijo, pero no puedes pasar por todo esto solo, necesitas de tus amigos... de alguien que te apoye además de nosotros —su caricia era cálida y su consejo razonable.

No soy súper man, incluso a él lo debilita la Kryptonita.

Luego de acabarme el café y darle un último beso a mamá, salgo de casa con destino a la escuela, antes de subir a la bicicleta hago una llamada a Nora sé que no me he comportado a la altura estos últimos días y puede que esté enfadada conmigo.

Pero mamá tiene razón en lo que dice, al tercer timbre cuelgo y optó por enviarle un texto.

Yo: Princesa, quizá me reclames por qué hasta este momento me decido a hablar. Pero es que todo lo que me pasa es más fuerte que yo, prometo contarte todo si permites que hablemos. Te necesito.

La escuela queda cerca de casa por lo que  uso la bici para disfrutar del aire fresco de la mañana o para despejar mis pensamientos de vez en cuando, como lo hago hoy. Veo la escuela a pocos metros de distancia y pedaleo a más velocidad, para de esa manera llegar más pronto,

No obstante la rapidez que use juega en mi contra, pues casi me estampo con Cara que va inmersa en su libro. — ¡Pequeña quítate del medio! —le aviso y por suerte me alcanza a escuchar.

No es Cara con la que me estrello pues él estacionario de bicicletas está ahí para detenerme con brusquedad arrojándome al piso, las carcajadas de Charlie y Marcelo se escuchan a unos centímetros.

—Lou te dijimos que no le quitaras las llantitas todavía, mira nada más como terminaste, como moco embarrado —se burlan en vez de ayudarme.

— ¡Dejen de reírse par de tontos! ¿Estás bien? —los regaña Cara mientras levanta la bici y me sujeta la mochila para yo sacudirme el polvo de la ropa.

—Si estoy bien.

—Nosotros no fuimos quienes visitaron al suelo, no somos tontos además debes admitir que fue gracioso —se excusan y luego vienen a mí a darme un abrazo consolador.

—Te seguimos queriendo, aunque seas un tonto para las bicis Lou ¿te hago sana, sana colita de rana como le hace mi mamá a Katy cuando se raspa?— me pregunta Charlie, y no puedo evitar reírme por su cuestionamiento absurdo.

—Idiota. — mascullo entre risas.

—Bueno ya dejémoslo que Denis no tardará en ponerse en plan novia celosa ya que la que quiere como novia no cede —argumenta Marcelo mirando  a Cara por el rabillo del ojo.

—Creo que me perdí ¿de qué están hablando? —inquiero mientras acomodo la bicicleta en su lugar.

—Tonterías —responde Cara restándole importancia a lo que dijo Marcelo.

—Como digas cobarde —la molestan ambos a la vez.

—Ya déjenla en paz —intervengo por la chica y mis amigos elevan ambas manos arriba a modo de rendición.

Todos caminamos a la escuela en una fila, Cara me lleva abrazado del cuello en un gesto tierno contándome algo pero voy más concentrado pensando en una estrategia para que mi novia pueda perdonar mi comportamiento lascivo y distante. — ¿Louis? —me llama Cara con un tono alto para que sepa que requiere  de mi atención.

—Perdona ¿qué decías?

—Que estoy preocupada por ti, todos lo estamos —dice y apenas soy consciente de que ya estamos en la cafetería sentados el uno frente al otro.

—Lo sé y lo siento, lo que pasa es...

— ¿Porque huyes de mi Louis Anderson? —Me reclama Denis que está tomando asiento a un lado mío, fingiéndose molesto— Un mejor amigo jamás hace eso —dramatiza haciéndome sonreír.

—Siento mucho haberme distanciado así pero no la he pasado nada bien —al  fin confieso— Creía que podía con todo eso yo solo, pero la verdad es que no —mis amigos vuelcan su completa atención en mi y me armo de valor para poder hablarles sobre la difícil situación por la que pasamos mí familia y yo.

Al terminar todos se levantan y vienen a mí alrededor, Cara me pone de pie con ayuda de su mano y me envuelven en un abrazo grupal.

Sentir ese apoyo me crea cierto enfado conmigo, pues  de haberlo hablado antes me habría ahorrado  tanto peso emocional y mental.

■■■

La clase de estadísticas es la última del día, durante el transcurso Denis y yo nos hemos estado enviando notas donde le cuento lo de Nora y mi nulo sentido de creatividad para que pueda perdonarme, mi amigo me entrega una última nota con discreción, la abro y la leo:

Ella te perdonará, aunque sí que está muy enojada porque ni siquiera te dignas a contarle las cosas.

Habla como si estuviera seguro, es más me atrevo a decir como si la misma Nora se lo hubiera confesado.

Por lo que escribo:

¿Cómo lo sabes? ¿Has hablado con ella?

Denis ve la interrogante en mis ojos y lee lo que he escrito en el papel, en menos de un par minutos  lo tengo en la palma de mi mano.

Si digamos que entre nosotros se ha dado una buena amistad desde que tu atravesabas por lo de tu familia y todos pensaban que estabas poseído por el demonio. Yo la ayudaba a ella y ella a mí con mi problema del corazón

No consigo descubrir el sentimiento que la nota ha despertado en mí, si es molestia yo mismo me lo he buscado.

¿Problemas del corazón? ¿Al fin logras recordar al menos un nombre de alguna mujer? ¿Esto debe asustarme o ponerme feliz?

Pone mala cara al leer mis palabras y yo rio por lo bajo, su vista baja al papel y escribe:

No te burles. Esto no es fácil para mí, nunca pensé que pudiera pasar. Te cuento todo después de que arregles las cosas con Nora.

La hora paso volando y  Denis me ha llevado hasta la casa de mi novia a falta de un transporte veloz y seguro. Estaciona el auto en una esquina y ambos descendemos del coche para bajar la bicicleta de la cajuela.

—Bueno, ya estamos aquí. Suerte —me abraza exagendo su expresion como si estuviera a punto de entrar a la orca.

—Voy a seguir con vida Denis, relájate.

—Nunca subestimes a una mujer enojada amigo —los dos reímos a la par.

—Tienes razón —lo apoyo antes de  encaminarme a casa de Nora.

Jolly, su madre me recibio con un abrazo de oso y me dijo que Nora estaba en  su recamara, me dirigió a ella diciendo que haría pay de limón para que lo acompañáramos  con la larga conversación. Abro la puerta y lo primero que veo es a Nora tecleando en su celular.

Segundos después su mirada verde agua se posa en la mía, deja el celular a un lado y dice: — ¿Ahora si tienes tiempo para mí?

Me siento fatal por haberla apartado de mí.

—Sé que hice mal en no contarte desde un principio, pero era algo que creía que rno iba a poder conmigo, no quería angustiarte —suelto con sinceridad.

—Lo terminaste haciendo Louis —dice con pesar.

—Lo sé, pero si me escuchas puede que consideres no mandarme al carajo, como seguro ya tienes resuelto —mi novia palmea la cama a su lado dándome la oportunidad de acercarme.

—Te escucho.

Le hablo sobre el tema y como me he sentido al respecto, ella escucha atenta y ocasionalmente hace gestos que no se interpretar.

Trato de poner en palabras mis sentimientos de los últimos días, la desesperación por no poder ayudar a mi familia y lo preocupado que estoy por mi padre.

—Y eso es lo que ha pasado en realidad —culminó la conversación, por varios minutos ninguno habla.

Solo nos miramos.

—Yo... no sé qué decir de todo esto —habla al fin no obstante creo que esperaba más que sólo esas palabras, pero no se lo hago saber.

—Es... complicado, lo sé —trato de sonar sereno, aunque ese no es mi verdadero estado de ánimo— Tal vez un abrazo ayude —le digo vencido por la necesidad de sentirla cerca.

La pelirroja se acerca a mí y me rodea con sus pequeñas manos, permanecemos así por lo que para  mi fue breve instante, sus manos encierran mi rostro y sus ojos me observan.

Veo más de una emoción pasar en ellos, libera un suspiro que parece de frustración. —Te quiero tanto —mis labios reparan en los suyos como respuesta a sus palabras.

Este beso fue diferente a todos los que nos hemos dado, es como si no estuviera dando el alma en él.

No por completo.

De repente la puerta de su habitación se abre de golpe.

—Ay disculpen la intromisión chicos —dice la madre de Nora con las mejillas encendidas por la escena ante sus ojos— T-Traje el pay que prometí —nos separamos y sonreímos apenados.

—Gracias —digo por los dos, Jolly asiente y se da media vuelta, pero antes de que abandone la habitación se vuelve otra vez.

—Oh Nora querida ¿puedes venir un momento?

—Sí, claro —dice su hija poniéndose de pie para seguirla.

—Vuelvo en un momento —me avisa dejándome a solas con el pay, lo difícil es tener que resistir la tentación. De pronto percibo que un objeto vibra en la cama, dirijo la mirada hacia aquel aparato silencioso que vibra en la cama.

Olvido su celular.

Lo tomo entre las manos y en la pantalla de este hay un mensaje de... Taylor.

¿Taylor?

No quiero meterme en sus mensajes personales, sin embargo aunque no quiera el mensaje acapara cierta parte de la pantalla, y lo que mis ojos ven me demuestra que todavía no conocía el significado de la traición hasta este momento.

Taylor: Tú eres todo lo que Cara no fue, Nora no puedes negar que hay atracción entre nosotros. Quizá es porque nosotros nos entendemos más de lo que pretendemos.

Con esto no estoy diciendo que te casarás conmigo, solo te estoy pidiendo que lo aceptes.

Me puse en pie con todo y la rabia contra Taylor, la desilusión por parte de mi novia, y el dolor en el pecho desaparezco de la habitación sin aviso alguno.


Capitulo dedicado a: Abigaiiljp

gracias por tanto apoyo votos y comentarios que le haz brindado a la historia, un pedacito de mi corazon es tuyo.

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