Denis 48
—Muchacho retiraron la denuncia, sin cargos no hay delito que perseguir eres libre —expone el comandante Venus que vino a la comisaría a auxiliar a mi familia luego de que mi padre lo llamará. Desde entonces fue él quien se encargó de que mi estancia aquí fuese menos desagradable quitando a ese policía prepotente de su cargo para él ocuparlo mientras tanto.
— ¿Retiraron la denuncia? —Pregunté sin creerlo del todo. — ¿No me está gastando una broma? —El comandante ríe mientras abre la celda.
—Es verdad Denis, estas libre —dice abriéndola por completo para que pueda salir lo hago con paso incrédulo.
— ¿Cómo los Hamilton han desistido así de fácil?
—El afectado dijo que fue una riña entre amigos y que no tenía caso darle un proceso —me explica el comandante dirigiéndome a la estancia principal, aun no comprendo lo que paso, ya estaba haciéndome a la idea de que probablemente pasaría unos diez años refundido en esta pocilga.
¿Qué fue lo que hizo cambiar de opinión a Taylor?
— ¡Voy a sacarte de aquí Denis! —la promesa de mi mejor amiga toma lugar en mi memoria, fue Cara la que lo hizo cambiar de parecer, tendría que sentirme aliviado y agradecido por ello pero la realidad es otra.
Preferiría mil veces estar pudriéndome allí adentro que ver como aun después de haberla herido de esa forma intenta ganársela de nuevo a través de mí, mi familia se puso eufórica cuando piso la otra habitación con el esfuerzo más grande del mundo, pues el dolor de la costilla sigue torturando mi cuerpo.
— ¿Estas bien? — mi madre me inspecciona enseguida.
— Me duele la costilla —le respondo con cansancio, el comandante Venus apoyó una mano en mi hombro mirando a mi madre.
—Creo que necesita un buen descanso para que se sienta mejor Gina, no te preocupes —le dice para sosegar su apuro.
— ¿Dónde está Cara? —Preguntó a quién sea que me responda de los presentes.
—No está aquí, esto no es de su incumbencia por su culpa terminaste en este lugar —suelta mi madre con desprecio que no se preocupa en ocultar.
—Ella fue la que ayudo a que yo tuviera mi libertad —salgo a su defensa y a mi madre por poco se le salen los ojos de sus órbitas al oírme tan a la defensiva y porque no se cree lo que he dicho.
— ¿Qué? —Se dice para ella misma más que para nosotros, todos están mirándome aturdidos por mis palabras algo que me incomoda e irrita demasiado.
—Quiero irme a casa ¿puedo hacerlo? —Rene y Matías vienen hacia mí en cuanto me escuchan decirlo.
—Yo lo ayudo a llegar al auto —dicen ambos al unísono.
—Lo acercaré para que no caminen tanto. — se ofrece Rene para luego salir en su búsqueda.
El trayecto de regreso a casa es completamente silencioso, nadie se molesta en romperlo es mejor así, sé que si abro la boca mamá empezará a sermonearme con otros de sus discursos ya demasiado gastados. Aparcamos el coche en el garaje y me dispuse a caminar directo a casa minutos después de que todos entraron.
Pero mis planes tomaron otra dirección cuando la veo parada frente a casa justo antes de cerrarse la puerta del garaje. —Cara ¿Qué haces aquí? —la cuestionó al estar a solo unos centímetros lejos de ella.
—Quería asegurarme que llegaras con bien —me abraza mostrando su preocupación reprimida en ese gesto, luego sujeta ambos lados de mi cara para decirme: —No vuelvas a meterte en problemas de este tamaño por mí. Nunca ¿me oíste? —Sus ojos me miran exigentes, aun con su advertencia me atrevo a negar con la cabeza.
—No puedes pedirme eso cuando se trata de defenderte —su expresión se enternece y acaricia mi mejilla con suavidad, con tan solo ese gesto de su parte ha provocado un desastre en mi interior.
Cada vez estoy mucho peor.
—No sé qué sería de mi sin ti, en mi vida —tengo que exhalar y soltar aire para controlar lo que estoy sintiendo ahora.
Piensa rápido Denis, no dejes que tus instintos ganen, hazlo ya. No quiero terminar arruinando este momento.
—Tú vida sin mí sería jodidamente aburrida. Tienes suerte, todas las chicas matarían por estar en tu lugar —rueda los ojos y mi cuerpo se relaja al igual que yo.
—A veces me dan ganas de romperte la otra costilla en serio —sonrío de lado pues muy poco le ha durado su comportamiento tierno, mejor asi, porque no sabría que estaría haciendo con ella en este momento si continuaba portándose de esa forma tan dulce— Me tengo que ir, te veré después ¿vale? —me avisa girando sobre sus pies empezando a caminar de vuelta a casa, cuando la veo entrar y cerrar su puerta entonces me entro a la mía.
■■■
Tres semanas después ya puedo moverme con mayor libertad e ir a la universidad sin inconvenientes, aun me molesta un poco el dolor de la costilla pero no es nada que no pueda soportar; dejo el coche en el estacionamiento de la escuela, bajo de este y me traslado despacio hacia mis clases.
De repente mi paso fue bloqueado por una morena que se me puso delante.
— ¿Tú eres Denis Preston? —preguntó observándome con interés.
—Sí, no estoy interesado en ser el rey del baile, quiero darle la oportunidad a otros mortales, lo juro —levantó las manos a modo de rendición, la chica ríe divertida.
—Ahora sé porque le gustas a mi amiga —ladeo un poco el cabeza curioso.
— ¿Quién es tu amiga?
—Es ella —señala a una chica delgada de melena rizada y rubia que se ruboriza cuando nuestras miradas se encuentran— Se llama Tina y te manda esto —me comunica entregándome un sobre rosado.
—Pues dile que gracias.
—Por cierto, soy Cony si necesitas algo, lo que sea dímelo ¿sí? —me sonríe con coquetería y se marcha sin quitarme la mirada de encima.
Mujeres.
Guardo el sobre en la bolsa delantera de la mochila y me adentro a los pasillos, veo una larga fila de estudiantes tratando de alcanzar una lista entre los estos distingo a Cara de puntillas, me aproximó entre empujones, tomándola del brazo para atraer su atención.
— ¿One Direction está aquí o porque estás envuelta entre tanta gente? —la acaramelada mirada de mi amiga se posa en mí mientras una risita se le escapa por mi comentario.
—Si 1D estuviera aquí yo no estuviera haciendo fila, estaría convenciendo a Harry Styles de que me quitará la virginidad —entorno los ojos sorprendido de oírla hablar así.
— ¿Qué hiciste con la última virgen de Hudson? —digo llevándome una mano al corazón ganándome un duro golpe en el brazo de su parte.
— ¡Ah! ¿Tú crees que soy de acero y los golpes no me lastiman o qué? —me quejo.
—Si dejarás de molestarme no te golpearía.
—Cuando salga de aquí, iré a comprarme una armadura para no sentir tu salvajismo —me dedica una mirada asesina y no puedo reprimir la burla— Ya está bien te dejare en paz, Pero entonces... ¿qué estás haciendo aquí? —intento indagar a fondo.
—Son las listas del mejor relato literario, el que gane la profesora dijo que se iría a concursar y tengo la esperanza de ganar para ir a ese concurso, es en Londres —su emoción me contagia enseguida, aunque yo no puse atención a esa parte del trabajo.
—Te diría suerte, pero no la necesitas, eres la más apasionada cuando se trata de escribir. Lo he visto. — me mira con dulzura y toma mi mano en busca de apoyo, los dos esperamos a que pase la última persona que queda para que sea el turno de Cara.
—No quiero ver —me dice girándose con la cara escondida en sus manos.
—Anda ¿Qué es lo peor que puede pasar? —le digo abrazándola por los hombros.
—Que no gane, eso puede pasar —lo dice como si fuera una tragedia, y así es como sería para ella.
— ¿Y si, si lo haces? Confía en ti —mis palabras la hacen volverse con un poco más de valor.
—Tienes razón, voy a dejar de tener miedo —toma unas cuantas respiraciones acercándose al tablero con paso firme. Yo también estoy nervioso pero no quiero que lo note, pasea su dedo índice de abajo hacia arriba buscando su nombre en la lista.
—No puede ser... —dice susurrando.
— ¿Qué? —le pregunto impaciente.
—No puede ser... —repite dándose la vuelta con expresión misteriosa.
— ¿Qué? ¿Cuál fue el resultado? —Intento mantener a raya la ansiedad.
— ¡Gane! Denis ¡Gane! —Sé arroja a mis brazos y yo la levanto del suelo la chica esconde su rostro en mi cuello y luego me mira a los ojos sonriendo.
—Gane... —repite despacio pegando su frente con la mía.
—Sabía que lo harías —le respondo intentando calmar los latidos frenéticos procedentes de mi pecho, no creo poder controlar las ganas de besarla esta vez, se han vuelto más frecuentes y para ser sincero me estoy cansando de luchar contra ese impulso.
—Con tanta gente aquí creí que nunca los encontraría y que bueno que los encontré juntos —la voz de Louis termina con la batalla interna que estaba llevandose a cabo en mí interior. No sé si deba agradecerle o reprocharle por haberlo hecho.
—Louis... —expresa Cara apenada y enseguida la coloco en su sitio.
— ¿Es un mal momento no? Perdón yo...no vi nada —se disculpa avergonzado, su cara se ha vuelto roja. Cara avanza hacia el deteniéndolo.
—No, no de hecho llegaste en un momento muy indicado ¿no es así Denis?
—Claro que no —responde mi mente, mi boca es más lenta.
Libero un suspiro ruidoso.
—Si claro... —respondo desganado.
Louis me da una mirada queriendo descifrar mi estado de ánimo.
—Bueno... —toma algo de aire— Como ya saben el cumpleaños de Charlie es este fin de semana —nos expone a ambos.
Mierda lo había olvidado.
—Barbie me lo ha recordado constantemente —murmura Cara.
Nadie tuvo la delicadeza de ponerme sobre aviso, Lou continúa con lo que vino a decirnos. —Bárbara se encargó de darme las tareas para cada uno; será en pareja para terminar rápido y ustedes dos se encargarán de ir por las bebidas —anuncia cual líder de una manada.
Que mala suerte hubiera preferido la comida.
— Procuren que sea algo elegante —ruedo los ojos ante la idea— La temática es un nuevo comienzo y me dejo bien claro que tenemos que ir muy bien vestidos, nada de converses o cosas cómodas.
Enfatizo exclusivamente para Cara que hizo una mueca por lo dicho.
—Lo siento pequeña, yo solo paso los recados. —le explica de forma afable.
■■■
Las clases terminaron, Cara y yo vamos camino al estacionamiento.
—Denis tú eres mi mejor amigo ¿no?
—Así es.
—Entonces como mi mejor amigo serás honesto conmigo —dejo de andar a causa de su petición:
— ¿A qué te refieres? —se posiciona frente a mí con el rostro serio.
— ¿Crees que mi manera de vestir tiene algo de malo? —la escaneo precavido por todo su atuendo: Vaqueros de mezclilla rasgados, sudadera negra y la gorra que me ha arrebatado decorando su cabello perfectamente alaciado.
Nunca me había dado un minuto para observarla como lo hago ahora y darme cuenta de que todas las chicas con las que estuve se preocupaban tanto por tener una apariencia un poco más que femenina.
En cambio, en lo que a mí respecta Cara no tiene que esforzarse nada para lucir hermosa. Me gusta todo lo que veo de ella aunque se ve perfecta con lo que sea que este vestida.
Prefiero a la chica relajada que se siente cómoda con vaqueros y que puede hacer el tonto conmigo. —Lo estás pensando demasiado eso quiere decir que si hay algo mal y no quieres decirme —musita decepcionada.
Niego con la cabeza moviéndola con vehemencia ante sus palabras.
—Yo pienso que eres perfecta como sea que te vistas —Cara me mira y sus labios se entreabren con sorpresa o lo que sea que esté pasando.
Su expresión es indescifrable
¿Dije algo que no debía?
Solo dije la verdad.
¿No dijo que fueras honesto? Me tranquilizó mentalmente.
— ¿Qué? —Arrojo la pregunta al aire cuando siento el nerviosismo acecharme.
—A veces puedes ser tremendamente dulce sin que lo sepas —trago saliva y casi puedo jurar que me he sonrojado.
¿Cómo se maneja esto? ¿Qué debo decir o hacer? Era yo quien ponía en esta situación a las chicas. No las chicas a mí.
Me aclaro la garganta. —Ya, sólo fui honesto —desvío la mirada— Eso no es ser dulce.
—Eso fue muy dulce Denis —repite con una sonrisa amplia y viéndome con ternura.
—Pues ya está, vale no lo divulgues por todos los rincones —arguyo fingiéndome rudo, la chica sonríe aún más contenta deshaciendo mi careta de bravucón con tan solo esa sonrisa.
Sin esperarlo un golpe en la costilla me toma desprevenido haciéndome caer al piso, diviso a uno de los amigos de Taylor entre el gentío que deambula por el lugar. — ¡Ah! —exclamó cubriéndome el costado con la mano.
— ¡Denis! —Cara se apresura a ayudarme a ponerme de pie— ¿Estas bien? ¿Te lastimaron? —Inquiere al tiempo que me traslada a una las bancas para sentarme.
Se ve preocupada.
—Será mejor que llamé a la enfermera, no me tardo —dijo yendo de regreso a los pasillos.
Mientras ella volvía me quede pensando en lo que Cara me habia dicho, ninguna mujer me había dado ese tipo de halagos, aunque no pretendía ser dulce. Eso es lo que pasa cuando estas con alguien que te inspira a hacer o decir cosas que jamás imaginaste qué harías.
— ¿Te diviertes coqueteándole a mi chica? —la voz áspera de Taylor me interroga a unos pocos pasos de distancia.
—Ella dejo de ser "tu chica" desde hace mucho —digo con tono firme una vez que lo localizo con la mirada. Observo como se acerca desafiante a donde me encuentro sentado.
—Puede volver a serlo si quiero — apunta decidido, me rio sin ganas.
—Que tonto eres si crees que ella vale tan poco. No la conoces, ella jamás volvería contigo —espeto Taylor fija sus ojos en mí lleno de coraje.
—Que seguro estas de lo que dices Preston, hasta podría decir que te brillan los ojos cuando hablas de ella. Como si... —su boca forma una "o" y sus ojos brillan burlones— Estas... ¿estás enamorado de ella? —indaga con una sonrisa asimétrica en los labios.
La bilis se acumula en mi garganta con solo verlo.
Pero sus palabras me sirven para tomar el valor que requería para aceptar los sentimientos que había estado intentando retener dentro. — ¿Y si así fuera qué? —Contraataco y la preocupación es evidente en su rostro.
— ¿Estas aceptándolo? —Pregunta perdiendo ese tono burlón que antes se encontraba en su voz.
—Sí, ya no vale de nada esconderlo, me descubriste — lo admito en su cara, sus ojos se amplían ante mis palabras— Y es que ¿Cómo no iba a enamorarme de ella? Si es todo lo que alguien puede desear. Divertida, amable, amorosa, inteligente, hermosa y mucho más. Sin olvidarnos de que besa delicioso, ¿a qué si?—muerdo mi labio inferior para intensificar la realidad de mi revelacion.
La reacción que Taylor tiene en este instante es digna de fotografía.
— ¿L-la besas... la besaste?
Cada palabra que pronuncia le duele.
Puedo notarlo.
—Si no pude resistirme.
— ¿En dónde? —Las palabras salen como un susurro.
—Una tarde que lloraba por ti en el muelle —le cuento sin remordimiento.
—Eres un maldito bastardo, se suponía que éramos amigos Denis —me reprocha como si tuviera algún derecho a hacerlo.
— ¿Amigos? Tu dejaste de ser mi amigo mucho tiempo atrás, no te debo lealtad cosa que tú jamás tuviste por mí, mataste a Adam —Taylor presiona la mandíbula con rabia, tiene toda la intención de golpearme.
Pero lucha contra ello, solo para decirme algo para lo cual no tengo una réplica para desmentir su afirmación.
—Tú podrás ser su mejor amigo Denis, pero es eso lo único a lo que podrás aspirar. En cambio, yo tengo algo que tú nunca vas a tener ni en mil vidas. Su amor, que, aunque ella pelee por no sentirlo sigue ahí vigente esperando a que yo vaya por lo que me pertenece a mí y solo a mí, si no me crees te lo voy a demostrar — argumenta lleno de furia esfumándose de entre el montón de alumnos que van y vienen.
Mientras que a mí me deja frente a la realidad y los sentimientos que tanto me aferre a mantener escondido por tanto tiempo.
Nota de la Autora: ¡¡SORPRESA!! Estoy aquí regalandoles un capitulo hoy que no es viernes por motivos de celebración pues hemos llegado a los 20K ¡Madre mia! Esque no me puedo creer la rapidez con la que crecemos GRACIAS a todas las personas que se han sumado y a los lectores que han recomendado por ti lo haria a sus conocidos, amigos y extraños GRACIAS de verdad no saben cuanto los amo amores mios
Capitulo dedicado a: ThorryBlack
Cariño espero te guste el capitulo y muchas muchas gracias por tus votos y comentarios un pedacito de mi corazon es tuyo
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro