Mamá me pidió que la acompañara a hacer las compras porque Elissa habia salido temprano a ver a Matías, mi hermana no se aguantó las ganas y se lo soltó todo, mi madre no es de las que hace un escándalo porque su hija sale con el hijo del que fue su primer amor y enemigo de su marido.

¿Raro no?  Ahora se ha unido al club de solapemos a Elissa para que logre su final feliz.

A causa de eso soy yo quien está manejando el carrito por toda la Wal-Mart usándolo como si fuera un patín del diablo pasando por cada estantería  echando todo lo que necesitamos, mamá se ríe de mí comportamiento infantil pero se sabe responsable de este, porque cuando era niña nunca me volvió a comprar uno.

Debido a que cuando tenía uno a mi poder buscaba una calle empinada y me aventuraba a andar por esta  a toda velocidad pese a sus advertencias sobré los golpes, moretones y raspaduras que después tendría que socorrer resignada.

Y fue por eso que nunca pude volver a sentir la adrenalina, ella se defiende diciendo que prefiere una hija aburrida pero viva, a una hija desfigurada e infeliz.

Sí, no es fácil ser yo  pero te acostumbras después de un tiempo,mamá se acerca a mí con la lista de las compras y la repasa para comprobar que no olvidase nada.

— ¿Leche?

—Sip.

— ¿La crema para rasurar de papá?

—Sip.

— ¿El cereal favorito de tu hermana? 

—Sip.

La lista interminable es cortada por una vocecita infantil que grita mi nombre con familiaridad, giro sobre mis talones para encontrarme con Allen que se suelta del carrito que iba empujado por su padre, me pongo en cuclillas para estar a su nivel y recibirlo con un abrazo.

— ¡Hola saltamontes! ¿Cómo estás? —Le preguntó con emoción, Allen me sonríe y noto que ha crecido unos cuantos centímetros desde la última vez que lo vi.

Lleva puesta una camiseta con el estampado de Batman (gusto que le ha inducido Dénis) y unas Bermúdez mezclilla, sigue siendo tan adorable.

—Estoy bien, ya casi es mi cumpleaños ¿verdad papi? —Tira de su pantalón para llamar su atención, su padre baja la vista hacia él y asiente sonriente.

—Así es, Dénis y sus hermanos planean hacerle un festejo —nos anuncia bueno a mamá mejor dicho no le ha quitado los ojos de encima más que para voltear a ver al pequeño.

— ¡Si! Quiero que estés en mi cumpleaños Cara —dice usando esa mirada que no te resistes a negarle nada.

—Pues claro que iré —le dije, aunque no sé si pueda ver a Dénis después de cómo se portó la última vez, e incluso no sé si su madre me permita poner un pie en su casa, aunque el niño le diga que el mismo me invitó.

—Despídete Allen es hora de irnos.

—Adiós Cara —se despide Allen con un gran beso en mi mejilla y yo lo aprieto amor en un abrazo.

—Adiós bebé — me despido y noto que Christopher mira a mamá como si quisiera guardar esa imagen para siempre en su memoria, y ella lo mira como si con tan solo verlo le trajera un pequeño retazo de felicidad.

Si no fuera porque Dénis me contó lo que ocurrió entre ellos posiblemente estaría con la boca abierta sin saber porque se miraban de esa forma tan apasionada e inocente, ellos son la evidencia de que hay amores que son fuertes pero la tragedia loes más.

—Me dio mucho gusto verte Elena, espero se repita la ocasión —le da un cálido apretón en la mano y mamá le sonríe con ternura.

—Cuídate mucho Christopher —se despide viendo cómo se mezcla entre las personas que se forman para pagar por sus compras.

No es que menosprecie mi existencia, pero en ese instante me sentí tan culpable por haber evitado lo que sería una gran historia de amor.

◘◘◘

—Tay no te enfades, pero ya ni siquiera sé cómo es mi auto —le reprochó a mi novio que vino a llevarme a mi trabajo de voluntaria en la librería de la escuela, ya que las primeras horas fueron suspendidas por eso fue que pude acompañar a mamá de compras.

—Ya te dije que me gusta llevarte conmigo tu habladuría hace muy ameno el viaje, aunque a veces hables más de lo necesario —expone el chico, me cruzo de brazos frunciendo el ceño.

— ¿Estás diciendo que te diviertes burlándote de todo lo que te digo? ¿Ósea qué no me pones atención? — le reclamo, Taylor se echa a reír de mí argumento que dije con toda seguridad y lo único que hizo fue besarme para acallar mis objeciones.

—No me beses mientras te hablo —lo regaño, él ríe de nuevo y vuelve a besarme.

—Se te hará tarde pequeño ratón de biblioteca —le hago casó al final y subo al asiento del copiloto. En el camino voy explicándole por qué prefiero estar con la nariz metida en los libros que ir a fiestas cada fin de semana.

—Y supongo que las fiestas de Bárbara no cuentan como fiestas ¿no?

—Supones bien, a ellas soy obligada a ir porque es parte del código de amigas, ella me mataría si lo rompo —le cuento haciendo que  se eche a reír  de nuevo, no sabía que pudiera ser tan graciosa.

Pero al parecer lo soy.

— ¿Código de amigas, eso existe? —pregunta concentrado en el camino.

—Solo con Bárbara.

— ¿Y si yo te pido que hoy viernes por la noche me acompañes a una de mis peleas, dejarías los libros para ir a apoyar a tu amado novio? —Se gira para contemplar mi reacción que aún está fluyendo por mi cerebro

¿Así que el misterio eran unas peleas? Como si supiera del embrollo mental en el que estoy metida me lo explica con cautela.

—Uhm... ¿cómo te lo explico sin que te alteres? —Se cuestiona a sí mismo.

Es lo que  me pregunto a mí misma.

— Son peleas callejeras en donde apuestan por el mejor peleador y obviamente el mejor gana buena pasta, o depende de los patrocinadores por suerte me han tocado buenos —dice con un toque de arrogancia como si con ello me hiciera sentir orgullosa.

— ¿Ósea que te dejas golpear por dinero que no necesitas? —indago un tanto alterada de solo imaginarlo. Taylor se remueve en el asiento con una notoria incomodidad.

—Un dinero extra siempre es necesario Car —aparca el auto fuera de la biblioteca y bajo de inmediato, él hace lo mismo y trota hacia mí antes de que me esfume.

—Linda antes de que te niegues dame una oportunidad para mostrártelo ¿sí?

El muchacho me mira a los ojos.

—No sé si quiero ver cómo te golpean —Taylor sonríe con ternura acomodando un mechón de cabello detrás de mí oreja.

—Eso no pasará, tienes un novio de carne dura, por favor dime que vendrás así será más fácil que gané —me lo pide y yo medito mi decisión un par de segundos. — Por favor. —me suplica cuando me ve pensarlo más de lo debido.

¿Eso es lo que querías no Cara? Saber en dónde estaba todas las noches, el porqué de los golpes en la cara, ¡pues ahí lo tienes! ¡Te lo está pidiendo el mismo!

Me discute esa vocecilla interior a la que todos llamamos consciencia y bueno tenía razón, así que terminó por decirle que sí.

—De acuerdo iré —una sonrisa de satisfacción se le dibuja en el rostro.

—Ahora me voy —doy media vuelta para dejarlo atrás, pero siento como me trae de regreso estampándome en la puerta del coche.

— Creo que mejor  no te dejaré ir —me advierte y me da un apasionado beso, se separa un poco y se va directo a mi clavícula, con sus manos explorando a tientas mi cuerpo, hasta detenerse en mis glúteos, provocando que me falte la respiración y me invadan los nervios.

—Tay... tengo q-que... irme —las palabras salen de mi boca con mucha dificultad que apenas y son entendibles.

—No... —reniega pegándose mas a mi cuerpo, y por consecuencia  mis glúteos también son acariciados por sus manos, la alerta empieza a mordisquearme las entrañas. ¿Qué hago? Me pregunto tratando de buscar una solución a esto.

Pero entonces  es detenido por la voz de Marcelo, un chico que he conocido aquí y es amigable, al menos conmigo lo es, pues gracias a su aspecto marcado con una cicatriz, no es muy sociable ni amistoso con las personas por lo cual me hace sentir afortunada.

Y más ahora, gracias Marcelo, gracias.

—Cara... ya tienes que entrar —me anuncia, Taylor se volvió para ver quién se había atrevido a interrumpirlo al verlo su mirada se volvió gélida y la expresión de Marcelo se transformó a la de un niño temeroso, como si hubiera visto un fantasma.

¿Por qué? Quién sabe.

—Te espero adentro —dice y se adentra a la biblioteca.

— ¿Se conocen? —Inquiero Taylor me ignora y sube al auto.

— Te veré más tarde, te amo — se despide  echando a andar el motor para alejarse poco después  sin darme una respuesta, lo único que se me ocurre es ir a preguntárselo a Marcelo.

Esté se hallaba  limpiado las mesas vacías de la biblioteca.

— ¿Tú conoces a Taylor de alguna parte? —Preguntó detrás de él

—Buen día para ti también Cara —me evade.

Pero se da la vuelta para enfrentarme cuando nota que de verdad quiero saberlo, la piel bronceada que posee le ayuda a disimular un poco la marca en su frente, y sus ojos castaños que me observan con detenimiento lo hacen ver cálido, aunque muchos por desagrado lo llaman despectivamente cara cortada.

—Sé que es tu novio y lo amas, no debería estarte diciendo esto pero lo hago porque te aprecio y yo no suelo apreciar a las personas, no te fíes de él.  Taylor muchas veces no es lo que aparenta ser —me sujeta por los hombros y yo me quedo pasmada.

¿Me estaba dictando la profecía del demonio?

Porque fue exactamente como lo capte.

—Ya, vale no te vas a morir sólo te dije que te anduvieras con cuidado  ponte a trabajar que no tenemos todo el día —-me ordena, y eso es lo que hago, me dispongo a acomodar la pila de libros que estan en las cajas.

Pero Miriam, la encargada que está parada frente a mí  evita que lo haga limitándose a decir:

—Deja que el chico te ayude sirve de que se aclimata a este asunto.

Al principio creí que se refería a Marcelo, pero él y yo llevamos mucho tiempo en esto así que no puede ser Marcelo, por lo que me obligo a levantar la mirada  viendo  a Dénis sentado en el suelo igual que yo, sacando los libros con desgana.

— ¿Qué haces aquí? —Le preguntó dejando de lado mi actividad, este  me dedica una mirada recelosa.

— Es que amo leer ¿no ves? —comenta con sarcasmo.

Su actitud distante y grosera sin motivo alguno me está enfadando, he tratado de ser comprensiva pero ni siquiera sé por qué está molesto conmigo.

— ¿Que mierda pasa contigo? Un día me tratas como si fuera indispensable para ti y al otro como si fuera lo peor y todo porque, ¿porque volví con Taylor? Desde que me viste reconciliándome con él me tratas fatal y yo ¿yo cuando te he tratado de esa manera sólo porque has regresado con Arielle? —le echó en cara cansada de todo. Sus ojos se abren como platos ante mi confrontación — Se supone que somos amigos, deberías alegrarte de que alguien sea capaz de hacerme feliz, pero parece que estás celoso de ello —espeto.

Se levanta de golpe con un puñado de libros dejándolos en una de las mesas cercanas.

— ¿Sabes qué? Si, si estoy celoso porque desde que estás con él te olvidas de todos. No mejor dicho, te olvidas de mí. —me revela, para luego tomar los libros y llevarlos a otra estantería.

◘◘◘

Sólo puedo ver como Taylor y el otro chico intercambian golpes, estoy implorando en silencio para que esto acabe pronto, no logro comprender cómo es que a esto lo tomen como un  hobbie, todos los  chicos que me rodean están llenos de pircings y tatuajes gritando maldiciones cuando su favorito falla.

Me causa escalofríos, lo peor de todo es que la única regla que hay aquí es:

NO SE MATEN

Quizá corra con suerte y salga de aquí con mi novio vivo.

—Espero que Taylor gané esto o me quedaré pobre, ¿Tu cuanto has apostado Cara? —Escucho que me preguntan, me giro para saber quién es y doy un respingo al comprobar que es Joshua quien habla conmigo.

—Nada... —respondo intentando sonar natural y no asustada.

Joshua aspira profundo.

— ¿Porque me da la impresión de que no te caigo bien? —dice fingiendo estar ofendido.

—Porque así es —me sincero.

—Pues que mal que tu cuñado no te caiga bien, eso te quita muchos puntos con la familia —sus palabras me cayeron como balde de agua fría. — ¿Qué? —Joshua ríe divertido. — ¿Nunca te hablo de mí? Que malo es Tay, aunque no lo culpo no es fácil tener un hermano como yo. Taylor suele mentir y esconder cosas, tú lo has de saber ¿no? Bueno te dejo disfrutar el show —dice burlesco porque sabe que no lo disfruto en absoluto.

Al terminar todo Taylor y yo vamos de vuelta a casa, no puedo ni mirarlo a la cara por dos motivos: aunque son pocos moretones los que tiene me desespera que le guste hacer esto y no se preocupe por su vida.

El otro  no sé cómo abordar el tema de Joshua.

— ¿Cariño porque estás tan callada, no te da gusto que ganara? —Su pregunta hace que me armé de valor y le diga de una vez por todas mi problema.

—Joshua me ha dicho que es tu hermano, no estoy molesta por eso ya que nadie elige a su familia, te seré sincera no es de mi agrado —siento formarse las lágrimas en mis ojos—Sin embargo, hoy vi cómo te expones ante la muerte por mera diversión y ¿te digo algo? Ya perdí a mi hermano, y no fue porque él quisiera. Él quería vivir ¿sabes? Me da mucha rabia saber que tu juegues con tu vida así, y no estoy dispuesta a ver cómo te pierdo a ti también —-me bajo del auto a mitad de la calle de ida a casa, Taylor baja también viniendo hacia mí para abrazarme, pero no dejo que lo haga. —Solo necesito estar sola Taylor, por favor cúmpleme eso ¿sí?

Él asiente entendiendo la situación, cosa que le agradezco mucho luego se marcha.

Caminé un poco hasta sentarme en la acera donde podían verse bien las estrellas, cuando Adam aún vivía  los tres solíamos imaginar  que estrella seríamos al morir, de esa manera podríamos hablar sin tener que visitar el cementerio.

Por cosas del destino Adam fue el primero en cumplir lo dicho, me acosté sobre el pasto de la señora Wesley con las lágrimas en los ojos miré al cielo buscando en una de los miles de estrellas la de mi hermano.

—No sabes cuánto te extraño.

Nota de la Autora: Hola amores aqui estoy subiendoles nuevo capitulo espero que les guste mucho como a mi . ¿ Quien ya escucho el disco de Harry?? ¿ les gusto?? yo lo AME mis canciones favoritas fueron Only Angel ,Kwi , woman y sweet creature bueno bueno ya las dejo en paz

Capitulo dedicado a :

cariño muchísimas gracias por leerme comentar y seguirme a lo largo de esta historia un pedacito de mi corazon es tuyo.

Antier fue cumpleaños de @rebeca1598

hermosa espero la hayas pasado fenomenal te mando un abrazo gigante