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01

─Estoy aburrido ─se quejó el menor mientras se estiraba en el sofá de la sala.

Eran apenas las doce del medio día y el pelinegro ya no sabía qué hacer. No tenía ganas de salir con sus amigos, y para ese entonces ya se había visto todos los programas interesantes que transmitía la televisión. El día estaba nublado, y las ganas de hacer algo productivo eran nulas. Quizás debía ponerse a dormir para desaburrise un poco.

Taehyung, quién se encontraba sentado frente a la isla de la cocina, enarcó una ceja y soltó una risa burlona.

─Limpia ─le aconsejó con gracia.

Jungkook apretó los labios y rodó los ojos.

─¿Qué? ─preguntó cansado─. ¿Acaso ahora eres mi madre o por qué de repente dices cosas tan extrañas?

Taehyung se apoyó en el mesón frente a él y se acomodó en su asiento mientras observaba a Jeon con gracia.

─Hoseok y yo mantenemos muy limpio y ordenado el departamento, Kook, pero tu habitación es un completo basurero que ni él ni yo estamos dispuestos a limpiar. Esa es tú responsabilidad, y un buen aseo no te haría nada mal, amigo ─Las palabras del mayor lograron que el pelinegro frunciera el entrecejo. Era un completo exagerado, su habitación estaba perfectamente bien─. No dudaría que hubiese un cadáver en estado de descomposición ahí. Tu habitación apesta como los mil demonios.

Jungkook se incorporó en su lugar y negó rápidamente con la cabeza.

─No, definitivamente no permitiré que te refieras de esa forma a mi lugar privado. Ese es un templo digno de reyes, y merece el debido respeto al hablar de el.

Taehyung relamió sus labios y negó divertido.

─¿Sabes? Yo pienso que tu "templo" ─Gesticuló unas invisibles comillas con sus dedos antes de continuar─, muy pronto terminará siendo el baño del perro si no le das una buena aseada.

Jungkook abrió la boca ofendido.

─¡Ni siquiera tenemos perro!

─¡Pues adoptaré uno sólo para que defeque en tu habitación!

Jungkook tocó su pecho indignado mientras cerraba los ojos con fuerza.

─Nunca esperé sentirme traicionado por mi propia familia ─soltó lentamente, provocando que Taehyung se cruzara de brazos con una media sonrisa─. Te juro que cuando muera vendré a jalarte los pies en forma de venganza.

Taehyung bufó y rodó los ojos.

─Hobi me protegerá.

─¡También se las jalaré a él!

─¿Quién me va a jalar qué a mi?

La profunda voz de Hoseok hizo acto de presencia dentro de la sala principal del departamento.

Jungkook abrió los ojos sorprendido y Taehyung usó todas sus fuerzas para no soltar una fuerte carcajada al notar las expresiones perdidas de ambos chicos.

Amaba la relación que tenía con sus mejores amigos.

─Ay, nada importante ─contestó Jungkook con simpleza, intentando cambiar el tema─. Algo de Taehyung y tu pene, creo. No sé, no entendí muy bien.

Taehyung abrió la boca asombrado. Entrecerró los ojos observando a Jeon, y negó rápidamente mientras sacudía sus manos en dirección al castaño.

─No le hagas caso, hyung ─La expresión de Jung cada vez era más confusa, pero conocía bastante a sus amigos como para saber que sólo lo utilizaban para molestarse entre sí, lo cuál le divertía bastante─. Es solo que Jungkook cada día está más esquizofrénico, ya sabes. Lo loquito no se le va con nada.

─Loquita será tu...

Antes de que Jungkook pudiese terminar la oración, Hoseok se acercó hasta él y le tapó la boca con una de sus manos, recibiendo como respuesta varias quejas del menor.

─Recuerden que la convivencia en esta casa es pura y netamente amorosa, respetuosa y armoniosa. Todo lo que termine en "osa", ¿okay?

Taehyung sonrió y asintió.

Jungkook alejó la mano de Hoseok de su boca y frunció el entrecejo.

─Entonces también es tormentosa, espantosa y tortuosa ─mencionó mientras se estiraba en el sofá.

Hoseok golpeó juguetonamente el brazo de Jungkook y se encaminó hasta la cocina para servirse una taza de té.

─Bueno, esta conversación fue de mi total agrado, pero lamentablemente no puedo quedarme a continuar con ella por más tiempo porque si sigo aquí llegaré tarde al trabajo, y si llego tarde mi jefa no me dará esos ricos bombones de chocolate que suele darme, y de paso me matará ─comentó Taehyung al cabo de algunos segundos.

Jungkook alzó la mirada para observar los rápidos y ágiles movimientos del mayor ir y venir de aquí para allá mientras terminaba de arreglar sus pertenencias. Bufó aburrido y observó a Hoseok tomar su té mientras tecleaba velozmente su celular, pues debía terminar de prepararse pronto para su primera y última clase del día.

El castaño estudiaba leyes, y aunque parecía ser una carrera muy complicada, para Hoseok no era así. Aquella carrera se había convertido en el verdadero amor de Jung, lo que lo insitaba a levantarse cada mañana con emoción por estudiar, y lo que le brindaba fuerzas y ganas de ser el mejor en su especialidad. Era uno de los mejores estudiantes de la carrera, y de eso él podía sentirse completamente orgulloso, porque no era fácil poder decir aquello.

Taehyung, por su parte, había terminado de estudiar danza hace tan sólo seis meses, y aunque aún no podía trabajar en aquello que amaba, había logrado conseguir un buen empleo como asistente de una de las empresarias más importantes de la ciudad. Su jefa era una amigable mujer de mediana edad que compartía puesto con su hermano menor ─Según lo que el mismo Taehyung le había dicho─, dentro de la reconocida y lujosa empresa de videojuegos 'Déu del Joc'.

Sus amigos eran chicos con suerte; ambos llevaban una buena, cómoda y divertida vida que ellos mismos habían elegido desde el minuto uno, en cambio él no tenía nada que hacer, nada a lo que aspirar.

Dejó salir un largo suspiro y se volvió a sentar en el sofá.

Jungkook tenía mucha suerte en realidad. Había nacido en una familia adinerada de importante reputación, donde los lujos sobraban y las necesidades no se hallaban. Hace cinco años ingresó a la universidad más prestigiosa del país para estudiar ingeniería comercial por simple aburrimiento. Tenía todo lo que quería, y podía estudiar todo lo que quisiera gracias a eso, pero tener siempre tanto dinero, gente trabajando para él, y nunca poder hacer o decidir nada sin tener que consultarlo antes, o esperar a que alguien más lo haga, había logrado atormentar por completo la vida de Jeon, pues jamás había hecho algo por su propia cuenta o por gusto propio.

Tener de amigos a Taehyung y a HoSeok, quienes no provenían de una familia tan acomodada como la suya, era la dicha más grande que había eclipsado su vida, por esa misma razón habían tomado la decisión de mudarse juntos hace menos de un año, pues los tres buscaban independizarse y, al mismo tiempo, tener más facilidad para poder pasarla juntos el tiempo que quisieran.

Lamentablemente, Jungkook era el único de los tres que no tenía nada que hacer más que sentarse cada día en el sofá a ver televisión, cocinar algo ligero para el almuerzo, y hacer uno que otro ejercicio por la tarde para mantenerse en forma mientras esperaba a la llegada de sus mejores amigos.

Estaba aburrido y cansado de aquella rutina. No necesitaba trabajar, pues tenía demasiado dinero para derrochar. Tampoco le interesaba llevar a cabo lo aprendido en su carrera, ya que la ingeniería no era de su total interés. Todo le resultaba monótono y sin sentido, y por eso mismo envidiaba un poco la vida que llevaban sus compañeros.

Tal vez debía intentar hacer algo más para perder el tiempo y, al mismo tiempo, volverse más responsable.

Usualmente, aunque no lo quisiera admitir, Taehyung tenía razón al decir que era un desordenado. Su habitación era un verdadero basural, y jamás le había interesado ordenarla y limpiarla por su estilo de crianza. Su familia siempre le había enseñado que alguien más tendría que hacer las cosas por él, y aunque ya no tenía sirvientes a su disposición, le seguía siendo difícil acostumbrarse a hacer todo por sí mismo.

Ya no podía mantener ese estilo de vida tan desorientado y olvidado, debía cambiar. Debía hacer algo más para salir de aquel departamento y aprender a hacer más responsable, ¿pero qué?

─Chicos, ya me voy al trabajo. ¡Nos vemos luego! ─se despidió Kim antes de dirigirse a la entrada.

─¡Adiós, Tae! Que te vaya bien hoy ─Lo despidió Hobi luego de lavar su taza.

Jungkook, quién se mantenía absorto en sus pensamientos, levantó la mirada y se puso de pie rápidamente al notar la salida de Kim.

─¡Espera! ─exclamó con prisa, captando de inmediato la atención de ambos. Jeon mordió su labio inferior─. Antes de que ambos se vayan, quisiera comentarles algo.

Taehyung se mantuvo quieto delante de la puerta. Desvió la mirada hacia la cocina y observó a Hoseok confundido. Este último entreabrió los labios y se encogió levemente de hombros mientras volteaba nuevamente a ver a Jeon.

─¿Qué pasa?

Jungkook frunció el entrecejo y se volvió a sentar en aquel espacio que ya había bautizado como suyo. Juntó sus manos entre sí y sonrió ligeramente con algo de inseguridad.

─Es que he estado pensando que...

Antes de poder continuar, Taehyung lo interrumpió.

─Oh, ¿tú piensas, Kook? ¡Eso es genial!

Jungkook desvió la mirada hacia su mejor amigo y entrecerró los ojos mientras imitaba la voz del mayor en el proceso.

─Bien, como decía ─continuó─, quiero hacer algo nuevo, algo distinto, algo que pueda modificar un poco mi rutina, ¿se entiende?

Hoseok desvió su mirada hacia todas partes mientras analizaba las palabras del pelinegro. Juntó los labios y dejó su teléfono a un lado.

─¿Algo como qué? ─Se atrevió a preguntar.

Taehyung se alejó unos pasos de la entrada y observó a Jungkook confuso.

─¿Quieres salir más? ¿A eso te refieres?

Jungkook suspiró.

─Sí, pero no salir a fiestas o cosas por el estilo, quiero hacer algo nuevo, algo que me ayude a ser más responsable y, no lo sé, quizás más independiente. Quiero salir para no quedarme encerrado en estas cuatro paredes todo el tiempo. Quiero sacarle provecho a mi juventud.

Tras decir aquellas palabras, los mayores se volvieron a mirar entre sí, esta vez un poco más sorprendidos e impactados por la repentina actitud tan distinta a la ya conocida del menor.

─De acuerdo ─soltó Taehyung, con la duda palpando cada palabra─. Creo que eso está bien, Kook, quiero decir, es tu vida, tú puedes decidir qué hacer y qué no hacer con ella, pero no sé si esto realmente funcione, ¿sabes?

Jungkook se incorporó lentamente de su asiento.

─¿Por qué?

─Es que siempre has sido algo...

Las palabras de Kim quedaron en el aire antes de que voltease a ver a Hoseok para pedirle ayuda con la mirada sobre lo que estaba a punto de decir.

El castaño rodó los ojos con gracia y se levantó de su silla.

─Irresponsable, Kook. Eres alguien irresponsable.

El pelinegro abrió la boca ofendido, a pesar de saber perfectamente que aquello era real, y tocó su pecho con dramatismo.

─Solo por tener mi habitación desordenada no soy un irresponsable ─se quejó.

─No es solo tu habitación, es todo en sí, ¿o es que acaso no recuerdas que cuando estudiabas tu carrera tuviste que cursar un año extra porque reprobaste todas las materias?

─También aquella vez en la que intentaste trabajar y te terminaron despidiendo el primer día por llegar tarde, quedarte dormido en media jornada y romperle el computador a tu jefe ─continuó Jung.

De inmediato, Jungkook negó.

─Le devolví el dinero de la computadora y además le compré una nueva y mucho mejor. No veo el problema, además ese día tenía mucho sueño por culpa de los molestosos ronquidos de Taehyung la noche anterior ─reclamó el chico con una expresión fingidamente triste.

Esta vez fue Taehyung quién abrió la boca ofendido.

─¡Yo no ronco! ─exclamó.

─Oh, claro. ¡Y los cerdos vuelan!

─¡Eres un feo!

─¡Y a mucha honra!

─¡Bueno, basta los dos! ─exclamó Hoseok, interponiéndose en la infantil discusión de sus dos amigos─. Jungkook, eres muy irresponsable, Taehyung, tú sí roncas, y demasiado.

Ambos chicos observaron a Jung ofendidos, y prontamente se cruzaron de brazos mientras refunfuñaban entre sí.

─Pero a pesar de la mala cualidad que posees, Kook ─continuó, retomando la posición del menor─, si tú deseas cambiar tu rutina, yo te aconsejo que lo hagas, así estarás más tranquilo y cómodo contigo mismo. No te dejes guiar por lo que digamos nosotros, haz lo que sientas, pero ten en cuenta que no será sencillo, mucho menos si no tienes idea por dónde empezar.

Jungkook dejó de lanzarle miradas retadoras a Taehyung para observar al castaño.

─La cosa es... ─Tomó un poco de aire y sonrió algo nervioso─, que sí tengo una idea por dónde empezar.

Taehyung lo miró curioso.

─Bueno, entonces anímate a decirla pronto antes de que se me haga más tarde.

─Ay, qué impaciente ─soltó, y lo empujó levemente─. Lo pensé un poco, y como ya no me interesa estudiar nada más por el momento, creo que es tiempo de aprender a ser más responsable e independiente si comienzo a trabajar en algo sencillo, algo que no tenga nada que ver con mi carrera. Ya saben, algo que no pida tanta... experiencia.

Hoseok y Taehyung se miraron entre sí y fruncieron el entrecejo.

─¿Que no te pida experiencia? ─preguntó Hobi.

─¿Algo como puestos de comida rápida? ─cuestionó Tae confundido.

Jungkook asintió.

─Pero no creo que los puestos de comida sean lo mío. Creo que terminaría tentándome y comiéndome todo a mi paso y luego vomitaría.

─Sí, tienes razón. Arrazar con el sustento de un negocio para luego vomitarlo probablemente generaría que te llegue una demanda, y eso no sería nada bueno para nuestra reputación ─mencionó Kim pensante─. ¿Qué tal como vendedor?

Hoseok soltó una fuerte carcajada.

─¿No recuerdas esa vez en la escuela cuando nos hicieron crear un tonto café y Jungkook fue escogido como promotor y cajero en turnos distintos? ─soltó el castaño divertido. Jeon rodó los ojos─. Terminó ofreciéndoles dinero a los clientes y derramando café dentro de la caja registradora.

Jungkook apretó los labios con algo de vergüenza.

─Fue hace años y en un evento escolar, tampoco es como para que lo vuelva a hacer, ¿no?

─No, tienes razón, hyung. Jungkook no seviría como vendedor. Podría terminar en la cárcel si no tiene cuidado ─apoyó Taehyung con seguridad.

─Ustedes no ayudan mucho, ¿saben? ─se quejó el menor.

─¡Oh! ─exclamó Hoseok entonces, casi interrumpiendo las palabras de Jeon─. Creo que existe un trabajo que sí le podría servir a Jungkook dentro de todos los aspectos que necesita aprender.

Taehyung frunció el ceño y se acercó con cuidado hacia su amigo.

─¿Y cuál sería ese? Me interesa saber qué trabajo no terminaría con Jungkook en prisión.

─¡Ya está! ─exclamó el pelinegro, alzando las manos─. ¡Acudir a ustedes fue una mala idea!

Volteó sobre sus talones y se recostó nuevamente en el sofá.

Estaba perdido.

─¿Qué opinas... ─preguntó Jung pausadamente, ignorando las quejas de Jungkook─, de ser niñero?

El pelinegro se quedó en silencio por algunos segundos, sin voltear en ningún momento hacia atrás para observar a sus amigos. Kim, por el otro lado, abrió los ojos sorprendido al escuchar las palabras del castaño, y pronto no pudo evitar pensar que quizás había oído mal.

─¿Qué?

─Pienso que ser niñero sería el trabajo ideal para nuestro descuidado Kook, ¿no lo crees, Tae?

El castaño abrió la boca alucinado.

─¡Debes estar bromeando! ─exclamó exaltado─. ¡Jungkook no se puede cuidar ni a él mismo! ¿Cómo quieres que se encargue de un niño?

─No precisamente de un niño. Hay personas más grandes que necesitan cuidados o ser vigilados cierto tiempo. Eso ayudaría a Jungkook a intentar ser más responsable e independiente al mismo tiempo. Creo que sería una buena oportunidad.

El menor de los tres finalmente giró su cabeza y se incorporó en el sofá, manteniéndose completamente serio. Remojó sus labios y observó a sus amigos expectante.

─Me daría miedo ver el resultado de cómo acabaría una persona al total cuidado de Jungkook. Pobrecita ─se lamentó el mayor con cierto tono de gracia.

Hoseok sonrió divertido y Jungkook apretó los labios.

─¿Qué piensas, Kook? ─Los ojos del recién nombrado se enfocaron en los oscuros del castaño, sintiendo cierta presión y temor por lo que podría llevar a cabo─. ¿Crees que ser niñero pueda ser lo que buscas para cambiar tu vida?

Taehyung entrecerró los ojos al escuchar la pregunta de Hoseok.

─Bueno, tampoco exageres, hyung. No es como si ambos estuvieran filmando un mal comercial de contratación de niñeros para personas desesperadas.

Hoseok bufó.

─Jungkook es una persona desesperada.

─Bueno si, pero...

Antes de terminar la oración, Jeon interrumpió.

─¡Bueno ya está! No hace falta que me humillen tanto ─se quejó con un tierno puchero─. Y respondiendo a tu pregunta, hyung, creo que...

Las miradas de los dos mayores cayeron con atención sobre el pelinegro que se rascaba la nuca dudosamente.

Él quería salir y hacer algo por su vida de una buena vez por todas, pero no podía evitar sentir cierto temor por las consecuencias que aquello podría traerle. No solía ser alguien comprometido con sus cosas, y con este nuevo cambio tenía miedo de arruinarlo todo otra vez y de decepcionarse a sí mismo. Todo acto conlleva una gran responsabilidad, y de alguna u otra forma debía comenzar a aprender a dejar su irresponsabilidad de lado para superarse y mejorar como persona.

No podía negarse a ello, y tampoco podía quedarse de brazos cruzados todo el tiempo mientras veía la vida pasar sin él abordo.

No.

Ya no podía continuar así, debía hacer algo, debía mejorar para sí mismo de una buena vez por todas.

Cambiaría, mejoraría y sería independiente en todo sentido sin tener que consultarlo con nadie más antes. Les demostraría a todos que era mucho más que un simple chiquillo millonario de cara bonita.

Sonrió animado.

─Creo que ser el niñero de alguien será la solución a mis problemas ─concluyó, mientras se acercaba a sus amigos.

Hoseok aplaudió feliz y Taehyung rodó los ojos divertido.

─¡Genial! Entonces solo hay que buscar en los avisos de trabajo para ver si puedes conseguir alguno ─lo animó Jung.

Kim se cruzó de brazos y sonrió cauteloso.

─No creo que haga falta ─comentó, al cabo de algunos segundos.

Ambos chicos lo observaron con curiosidad, dejando la emoción un poco de lado.

─¿A qué te refieres? ─inquirió Jungkook.

Taehyung los observó con un gesto tierno antes de encaminarse hacia el bolso que llevaba todos los días para el trabajo.

Lo abrió con cuidado y rebuscó entre sus cosas un pequeño papel que su jefa mantenía siempre sobre su escritorio.

Al cabo de un rato terminó dando con el, y mientras sonreía triunfante, se acercó nuevamente hasta los chicos, tendiéndole el papel a Jungkook.

─Mi jefa hace unos días me comentó que su hermano se encuentra buscando a una especie de niñera, por así decirlo, que pueda cuidar y ayudar a su primo de veinte años con un problema que tiene. No sé cuál será ese problema y tampoco sé si ya habrá encontrado a alguien, pero creo que no pierdes nada llamando y preguntando.

El menor observó con atención el papel que el mayor le había entregado. Lo leyó cuidadosamente y analizó las palabras del contrario.

'Park Hajoon. Dueño y Jefe de la reconocida empresa de videojuegos Déu del Joc.

Ante cualquier duda o consulta, comunicarse al contacto que se encuentra abajo.'

─¿Crees que deba llamar? ─preguntó inseguro.

─¡Claro que sí! ─exclamó Taehyung─. Aunque si no te sientes cómodo haciéndolo, también hay otra forma de que hables con él ─canturreó.

Jungkook observó a Hoseok, quién se encogió de hombros curioso, y desvió nuevamente su mirada hacia el castaño.

─¿Cuál es?

Kim sonrió.

─Hoy quedé de encontrarme con mi jefa en casa de Park Hajoon, ya que ambos deben discutir algo de la empresa. No sé qué es, porque no me explicó nada ─Un puchero se formó en los gruesos labios de Taehyung tras decir aquello. Jungkook rodó los ojos─. Así que si gustas, puedes acompañarme y encontrarte con él directamente para ver qué pasa.

─¿Y eso no sería mucho atrevimiento? ─inquirió el pelinegro preocupado─. Digo, quizás no quiera ver a nadie hoy y yo no quisiera molestar.

─¡No! ¡Claro que no, Kook! ─exclamó el mayor feliz─. Ambos son sumamente agradables, simpáticos y generosos. Creo que son las personas más bondadosas y amistosas que existen. Jamás te echarían, y si ya han contratado a alguien, tampoco te sacarían a patadas, no te preocupes. Trabajar para ellos es como un sueño, así que no pierdes nada intentándolo. Además, mi jefa me dijo que si sabía de alguien que pudiera estar interesado en el trabajo, debía informarle de inmediato para que hablaran lo más pronto posible con Hajoon.

Hoseok, quién se mantuvo en silencio todo el tiempo, asintió lentamente.

─Creo que deberías intentarlo, Jungkook. Es una gran oportunidad, y si te contratan, quién más saldría ganando acá eres tú ─lo alentó el castaño.

Jungkook suspiró rendido y sonrió ladinamente.

─Muy bien ─dijo convencido─. ¡Hagámoslo! Hoy te acompañaré, Tae.


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