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Ꜥꜥֶָ֢🎋ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo O1

⠀⠀⠀𐙚 koo top! tete bottom!
⠀⠀⠀𐙚 romance. cambiaforma.
⠀⠀⠀𐙚 etéreo gráfico haraboji29
⠀⠀⠀𐙚 adaptación © coelumn

⠀⠀⠀𐙚 no es omegaverse, los
⠀⠀⠀individuos están divididos por
⠀⠀⠀dominantes y sumisos, ya sean
⠀⠀⠀hombres o mujeres.

TaeHyung esperaba en la oficina de su Alfa, tratando de no entrar en pánico, llevando lentamente el aire a sus pulmones.


El Alfa es quién guía la manada y vela por todos los involucrados en ella. Es la persona más dominante y la que posee el carácter justo para llevar las riendas.

Siempre los nervios se hacían presentes al estar ahí, nunca pasaban cosas buenas cuando era llamado. Aparte, el Beta, quien es el segundo al mando, no dejaba de mirarlo. Ese hombre como muchos, lo deseaba a pesar de lo usado y lastimado que estaba. TaeHyung solo podía sentir asco.

— El Alfa pronto llegará, pero podemos usar ese tiempo para algo más productivo — TaeHyung sintió que se le oprimía el pecho con esas palabras, las náuseas se hicieron presentes y se mordió el labio.

— No, ahora no, el Alfa me pidió que viniera solamente para hablar con él — Usó como último recurso, no quería ser tocado por esas manos, y las órdenes del Alfa eran la ley.

— Después será — El hombre salió de la oficina, no sin antes tocarle la cara y darle un sucio beso en el cuello. Que lo hizo ponerse pálido. Se obligó a calmarse, formar una escena empeoraría todo.

Tenía que responder lo más sumiso que podía, su Alfa se enfadaría si ponía resistencia. Y ya había probado que no era algo agradable.

Esperó impaciente al ser dejado solo, temblando como si tuviera fiebre y teniendo el sentimiento de que estaba en peligro.

Aún luego de tantos años, no podía acostumbrarse.

— Siempre puntual — El Alfa entró por la puerta, vistiendo jeans y sin nada que cubriera su torso, la vestimenta normal de los lobos en su manada. Por lo menos en la suya.

— Claro, Alfa — Respondió en un tono bajo, mirando hacia su regazo en signo de respeto a su autoridad.

— Te tengo una mala noticia pequeño Kim — El Alfa tomó asiento y movió un par de papeles de una pila, su porte relajado — Estás expulsado de la manada.

— ¿Qué? — TaeHyung levantó la cabeza y subió la voz sin darse cuenta — Eso no tiene sentido. Yo nací en esta manada, es mí derecho poder permanecer en ella.

— Baja ese tono, estúpido Omega — Ordenó el Alfa con un gruñido — Permaneciste porque eras la mejor opción para tener a mis cachorros, pero diste a luz a unos engendros.

— Mis hijos no son unos engendros — TaeHyung se levantó de la silla y encaró al Alfa por primera vez — No estuviste presente y ellos no pudieron recibir nada de tu lazo como padre, por eso son tan pequeños y débiles.

— Eso no importa ya — El Alfa se levantó y atravesó el espacio entre ellos — Otros no consideran que sea adecuado que mis hijos hayan salido de un puto.

— ¡Todo esto es por tú culpa! — TaeHyung gritó enojado — Dijiste que serías mí pareja, pero solo me usaste para embarazarme. Y como las cosas no salieron como lo esperabas, me compartiste como si nada.

— Yo te di dos oportunidades y fallaste ambas. Ya no me interesas — El hombre se alejó — Te quiero fuera de mí manada en unas horas, y también llévate a tus engendros.

— Con gusto — Añadió TaeHyung volteando y saliendo.

Estaba furioso, era echado de su manada después de pasar años soportando abusos. Todo era por sus pequeños bebés. Pero ahora que lo habían echado, perdía la protección y recursos que tenía. No tenía idea de a donde iría con tres niños. Estaba acabado.

En la puerta, el Beta lo esperaba.

— El Alfa me acaba de avisar, es una pena, no podré disfrutar de tu culo cuando quiera — El Beta fingía estar triste por eso, pero una sonrisa se deslizaba por su cara.

— Vete a la mierda BiRyeom, ojalá tu pareja te descubra y te corte las pelotas — Escupió TaeHyung pasando a su lado, sabía que el hombre no tenía el valor para hacerle algo.

El Beta tenía una expresión de sorpresa en su feo rostro, no esperaba tal arranque. Y de igual forma no lo seguiría, la simple mención de su esposa era suficiente.

Caminó con largos pasos a su casa, los demás miembros no lo miraron en ningún momento. Estaba excluido y ahora apreciaba eso. Le daba menos problemas de los que ya tenía.

TaeHyung agradeció vivir alejado de todos, la toxicidad de los lobos no llegaba a sus bebés. Cuando entró en la casa, y fue a la habitación que los tres compartían, todavía dormían. Ellos ya caminaban y podían decir muchas palabras. Estaban acostados en una única cuna, que, con suerte, era amplia. Aunque daba la impresión de ser una cama, TaeHyung no podía costear algo más.


Intentó calmarse para que sus emociones no llegaran a sus hijos. Su lazo era fuerte y ellos sentían lo que le pasaba.

Respirando más tranquilamente al sentir el aroma de sus cachorros, comenzó a moverse para buscar las cosas que necesitaría. No muchas la verdad. Dudaba que le dieran un caballo, y no podría llevar a sus niños ahí.

Se metió en la cocina para buscar alimentos. Sus niños todavía tomaban leche, y lamentablemente no era algo que pudiera llevar. Cargó en un bolso todo lo que creía necesitar. Un bidón de agua que pudiera cargar, galletas para el camino, comida enlatada. Esperaba no pasar demasiado tiempo fuera como para necesitar todo. También tomó otras cosas rápido, solamente le habían dado un par de horas.

Después de eso se dirigió a su propia habitación. Tomó una mochila y la cargó con ropa, abrigos y mantas. También una linterna cargada. Con manos veloces agarró todo lo que creía necesitar, intentando no entrar en pánico. Luego de eso se tomó un respiro.

Continuando, entró silencioso a la habitación de los bebés. Cada uno tenía su propia mochila, las había comprado pensando en cuando fueran a la escuela. En cada una cargó ropa para ellos, barras de cereal y unas botellas donde llevar agua. Gorras y sus cobijitas.

Después de empacar lo que creyó necesario, se fue a la parte de atrás de su casa, mirando al burro que tenía. Era su última opción, le ayudaría a llevar sus cosas, y cargar a los niños seguramente. Lo tomó revisando la montura y llevándolo más cerca de la casa. Corriendo, entró llevando el bolso de alimentos, lo cargó y volvió. Después llevó unas gruesas frazadas y las colocó.

Suspirando, se abrigó y se puso su mochila en la espalda, después se movió a buscar a sus hijos. Cuando llegó, el mayor estaba sentado y con ojos adormilados. Apenas tenía cinco años, se veía menor para la edad que tenía. Al llegar al lado de la cuna, elevó los brazos pidiendo ser cargado. Con una sonrisa, TaeHyung lo hizo, besando la regordeta mejilla.

— Mi pequeño Seon-Woo — El bebé le sonrió — Vamos a salir.

— V-vamos papi — El niño se mostró emocionado y tiró de su mano.

— Espera, debes llevar tus cosas y tengo que despertar a tus hermanos — TaeHyung le señaló su mochila de estrellitas y Seon-Woo fue a tomarla.

Mientras tanto, se dirigió a despertar a su par de mellizos. SuHyeon y Ro-Woon también estaban con los ojos un poco abiertos. Logró que se levantaran, aunque seguían medio dormidos. Les puso ropa adecuada y también les dio sus mochilas.

— ¡Vamos! — Seon-Woo salió corriendo, siendo perseguido por SuHyeon, mientras que él cargaba de Ro-Woon.

— Papi, papi — La suave voz de SuHyeon lo llamaba y cuando llegó, estaba señalando al animal.

— ¿Quieres subir? — SuHyeon asintió y TaeHyung lo puso en el animal, también puso a Ro-Woon, con cuidado de que no cayeran.

— ¿Y yo? — Preguntó Seon-Woo con sus ojitos grandes e inocentes.

— Me acompañaras caminando, ¿O quieres dejarme solo? — Seon-Woo negó con fuerza y fue a tomar su mano.

Comenzaron a caminar en dirección al norte, pronto estarían lejos de la manada.

Todo había sido puro miedo, agarrar sus pertenencias y preparar a los niños. Ahora no tenía idea.

Con las riendas del burro en una mano, y la otra sosteniendo a su hijo, TaeHyung se volteó, solamente para ver que nadie los seguía ni los miraba. Con los ojos húmedos siguió el camino al bosque, no tenía idea de que haría.

Caminaron por horas, hasta que los niños comenzaron a quejarse y tuvo que detenerse. Los tres pequeños estaban cansados. Seon-Woo había caminado en todo momento a su lado, a pesar del calor y que el camino no era de los más adecuados. SuHyeon era hiperactivo, y cuando se le fue el sueño, se bajó del burro y caminó con ellos, dando saltos y mirando todo. Hablando todo lo que podía, sus bebés no eran los más grandes y ágiles, pero eran inteligentes. SuHyeon tenía cuatro años, al igual que Ro-Woon, y ambos pronunciaban bien lo que les enseñara. Mientras que Seon-Woo no hablaba mucho en ocasiones, comprendía las cosas.

— Papi, ¿A dónde vamos? — Preguntó Seon-Woo apretando su mano.

— ¿Y papá? — Preguntó después Ro-Woon, iba despierto, pero daba cabezazos a cada rato.

— Papá se quedó a cuidar de la manada — TaeHyung sentía tristeza de que su padre fuera una persona tan asquerosa, le dolía ver cómo sus niños no tenían idea de lo que era en realidad y ver cómo lo querían y pensaban en él — Nosotros vamos a buscar una nueva casa.

— ¿Por qué? — Seon-Woo lo miró asustado.

— Es que... — No tenía idea de que decirles — Hay gente mala, y no podemos quedarnos ahí, podrían hacernos daño.

— Si — SuHyeon siempre hacía sonar la s como una z — Huele feo.

TaeHyung vio como Seon-Woo se confundía por las palabras de su hermano, pero él sabía que significaba. A veces volvía a casa oliendo a algún lobo, a sus hijos nos les agradaba. SuHyeon tenía una nariz sensible, percibía los olores mejor que sus hermanos. Así que era el que más se asqueaba por ello.

— Papi, ¿Puedo cambiar? — Seon-Woo suplicó, retorciendo sus manos a la espera de una respuesta.

— Si, mí amor.

Su hijo mayor, se paró y comenzó a quitar su ropa. TaeHyung decidió que había sido suficiente por ese día, ellos y el animal debían descansar. Estaban en medio del bosque, y no había podido percibir el aroma de alguna manada. Si se toparan con algo, TaeHyung podría luchar, pero no saldría ganando. Era un lobo fértil y de pequeño su educación no se había basado en técnicas de supervivencia y en cazar. Todo lo contrario, sabia un par de cosas, pero por su parte lobo.

SuHyeon siguiendo el ejemplo de su hermano se desvistió. Y ambos trataron con fuerza de cambiar a su forma de lobo. TaeHyung y Ro-Woon se sentaron juntos, ambos riendo al verlos.

— Ve Woonie, también puedes cambiar — TaeHyung instó a su hijo más pequeño.

El niño se sacó su ropa despacio, y cuando terminó se la llevó a su papá.

Después de minutos de intentar, Seon-Woo logró cambiar, era un lobito de pelaje negro, al igual que todos los demás ahí.

Comenzó a dar saltos y fue a acostarse en las piernas de TaeHyung, lamiendo su mano.

SuHyeon y Ro-Woon vieron el ejemplo de su hermano mayor, y comenzaron a hacer muecas de concentración. TaeHyung trataba de no reír, sus bebés podrían pensar que se burlaba. Tomando una decisión, el joven comenzó a recoger las prendas de sus hijos para acomodarlas. Un vistazo le dijo que el burro dormía tranquilamente a un lado. Cuando dejó todo bien puesto, su ropa también fue quitada. Sus hijos ni lo vieron, Seon-Woo estaba con las patitas arriba mordisqueando una rama. Y los otros dos seguían esforzándose.

Cuando estuvo desnudo, se transformó rápidamente, por fin llamando la atención de sus cachorros. Seon-Woo llegó para intentar subir sobre él, fallando, aunque TaeHyung no se movía y estaba recostado sobre su estómago. Impulsados por su lazo, sus hijos menores lograron la transformación. SuHyeon al instante comenzó a corretear con Seon-Woo, y Ro-Woon se unió después. El joven lobo los miraba tranquilo. Hasta que un olor desconocido llegó a su nariz.

Agitó el hocico y se levantó. Con un gruñido y mostrando sus dientes, sus hijos fueron alertados de que algo pasaba, y dejando de jugar se ubicaron detrás de su padre con las orejas gachas. Desde pequeños se les enseñaba a identificar aullidos y olores de los miembros de su manada, en caso de que alguna vez alguien ajeno intentara meterse en sus territorios y camuflarse. TaeHyung comenzó a temer haberse metido por accidente en algún lugar que no debería.

En pose de ataque, TaeHyung se quedó esperando que la amenaza llegara.

Cuando lo hizo, por un momento se asustó y deseo no haber tomado ese camino. Era un lobo inmenso, de pelaje gris, casi tres veces más grande que su pequeña forma. El lobo emitió un gruñido bajo que provocó que bajara las orejas, pero no dejó su pose de ataque, sus bebés seguían detrás de él. Ellos dejaban salir sonidos lastimeros, sintiendo su agitación.

El gran lobo, se movió con absoluta confianza, y TaeHyung supo que no lucharían. Mas bien sería una prueba de dominancia, que el joven lobo dudaba ganar. Raras veces se recurría a la violencia, esta era la manera en que se enfrentarían.

El lobo se movió como si quisiera rodearlo, TaeHyung soltó un ladrido, como lobo no era fuerte el sonido, pero le advirtió al otro que no debía ir por ahí. Pero entonces tomado por sorpresa, el lobo se acercó, y TaeHyung comenzó a encogerse en su lugar.

Un gruñido grave salió del hocico de el lobo gris, y el joven padre no pudo contra ello. Su parte humana podía negarse, pero su lado animal tenía que seguir los instintos. Bajó la cola y el estómago. Después se arrastró pegado al suelo. El inmenso espécimen se inclinó a oler su garganta, en lugar de eso, TaeHyung rodó enseñando su estómago. No quería que les hiciera daño a él o sus cachorros.

Concentrado, el lobo lo lamió aceptando su sometimiento. Después se transformó en su forma humana, mostrando un hombre alto y grande, medio recostado en el suave pasto. Su cara era seria, pero era menos amenazante que en su forma lobuna.

— Cambia — Le ordenó con una voz grave.

TaeHyung antes de hacerlo revisó detrás suyo, sus cachorros habían retrocedido y estaban ocultos. Justo lo que necesitaba, ya les había explicado que eso debían hacer si pasaba algo malo. Se hallaban cerca, los sentía, pero no volverían hasta que les avisara. Volviendo la vista al frente, cambió a su forma humana, dejando a la vista su cuerpo desnudo. Sin avergonzarse, con las cosas que había pasado, no tenía por qué hacerlo. No tenía amor por su cuerpo, ni siquiera le interesaba. Y tampoco le importaba lo que hicieran con él, pero a veces no podía controlar el asco y miedo que le daba.

— Acércate — Fue la siguiente orden, TaeHyung la siguió sin decir una palabra, estaba a merced de lo que el extraño quisiera.

El desconocido lo acercó hasta que sus cuerpos chocaron, ambos estaban calientes como era normal en su clase. El hombre olisqueó y tocó su cuerpo. Mientras TaeHyung cerraba con fuerzas sus ojos, temblando. Y como siempre que era tocado por alguien que no eran sus hijos, lágrimas se deslizaron por sus ojos.

Hasta que el extraño se vio satisfecho, no fue soltado. Pero terminó siendo pegado al pecho del gran hombre. Estaba tan asustado, sentía cada latido de su corazón retumbar en su pecho.

El gesto no era necesario, se notaba que quería mantener control sobre él. Era entendible ya que era un intruso, no podía hacer otra cosa más que mostrarse dócil.

— Estás en un territorio que no deberías, no voy a hacerte daño porque no eres una amenaza para mi manada — La voz en su oreja provocó más temblores en su cuerpo — Hazme caso y nada te sucederá a ti o a tus cachorros. Ahora, llámalos.


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