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Ꜥꜥֶָ֢🎋ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo O5

Estaban disfrutando del hermoso día. Hasta que JungKook pareció tensarse, su humor cambio totalmente. TaeHyung lo había notado al instante. Después de un mes juntos, y más en convivencia, esas cosas eran naturales. Por lo menos desde su punto de vista.

— ¿Qué sucede? — TaeHyung se acercó a él y lo miró en busca de respuestas.

TaeHyung había estado hablando con otras personas, en uno de los eventos organizados por la manada. No cabía de felicidad por eso, se estaba llevando bastante bien con los demás. Los habían aceptado muy bien. En parte por el Alfa, en otra porque TaeHyung y los niños eran pura ternura. Imposible odiarlos. Pero el joven sabía que no todos eran así, y temió que hubiera hablado con alguno.

— JungKookie — Inevitablemente soltó un sonido de angustia cuando el lobo no le prestó atención, pero eso fue suficiente para que el hombre volteara a verlo y procediera a acercarse.

— TaeHyung — El hombre lo envolvió en sus fuertes brazos, TaeHyung complacido sonrió y se apoyó. Pudo ver a sus hijos jugando más allá — Amor.

— ¿Qué pasa? — TaeHyung fue directo — Te noto raro.

— Alfa me dijo que hay quejas por mí, no quieren que participe en ningún evento — JungKook no dudó en contarle, otra cosa que había empezado desde su reciente relación — Ni siquiera tiene sentido.

— No lo tiene — TaeHyung concordó — Tranquilo, no debe ser mucho problema. He visto que la gran mayoría te quieren, fuiste su Beta por algo.

— Si, Jong-Dae lo solucionará. Estoy seguro.

JungKook dejó un beso en su frente y miró también a los niños. Ambos se quedaron observando como jugaban.

TaeHyung quería poder seguir disfrutando, pero pensaba en las personas que querían dañar a su pareja. Se separó de JungKook, aunque el lobo mayor dejó una mano sobre sus hombros. Frunció la cara al ver a unas cuantas lobas mirar en su dirección.

— ¿Ellas quiénes son? — Preguntó TaeHyung con curiosidad.

— Oh — JungKook se mostró incómodo — Amor, no sé si quieres saber.

— Vamos, ¿Alguna estuvo contigo? Eso no va a molestarme, sé que antes de mí hubo otras personas — TaeHyung soltó una risita — No interesa, ahora estás conmigo.

— Dios, siempre me sorprendes — JungKook apretó su nariz cariñosamente — Y si, la pelirroja, nunca funcionó, terminé con ella y quedó algo resentida, sus amigas me odian por eso.

— No debería ser así — TaeHyung tomó su mano obligándolo a que camine con él — Se quedan en el pasado.

— Bueno, de igual forma no es mi problema — El lobo mayor lo siguió sin rechistar — No puedo preocuparme por gente inmadura que no puede dar vuelta la página y seguir con su vida. Mís prioridades son los niños y tú.

— Aww, eres tan dulce — JungKook lo había dicho sin expresión, pero aun así le sonó cariñoso — Pero me haces sentir como un niño también.

— Lo eres — JungKook le sonrió levemente. Había desarrollado un hábito en molestarlo por su edad, sin llegar a enojarlo realmente.

— Calla y tráeme comida — TaeHyung soltó su mano y se sentó en el lugar que le había tocado.

— ¿Soy tu pareja o tu esclavo? — JungKook sonó tan serio que cualquier otra persona que no lo conociera, habría salido corriendo. No TaeHyung, el sonrió.

— Eres mío Jeon JungKook — El joven sonrió y agitó la mano — Ahora ve.

— ¿Obtengo algo? — El lobo estaba por irse, justo logró detenerlo.

— Ven — Le hizo señas para que se acercara, JungKook se inclinó para que pudiera hablarle directamente en el oído — Quizás... Algo con poca ropa...

— Umh, suena bien, ¿Qué más? — Insistió con diversión.

— Ah, eso no voy a revelarlo — TaeHyung lo empujó — Sorpresa.

— Aburrido — Dijo JungKook mientras revolvía su cabello y se iba sin más.

TaeHyung dirigió su mirada a donde los niños jugaban, pero no era eso lo que veía, estaba sumergido en sus pensamientos. JungKook había ayudado mucho en sus progresos de su nueva vida. Ya sea escuchándolo hablar de sus problemas o dándole consejos. También explicándole cuestiones que no entendía.

La diferencia de edad y madurez era notoria. Mientras que TaeHyung se había visto a sí mismo como una persona madura y responsable, más aún siendo padre, eso se había esfumado. Claro, cuidaba de sus niños, ayudaba en la manada y hacía todo lo que podía. Pero la presencia de JungKook lo hacía sentirse como un niño de vuelta, con él se permitía dejarse llevar y relajarse. Aunque eso significara portarse berrinchudo y flojo. JungKook lo dejaba, en realidad, se veía feliz cada vez que se dejaba llevar. Por eso lo quería tanto.

Sintió a alguien sentarse en la silla continua a la suya, le llevó un momento volver a la realidad. Se sentó bien para ver quién era. Y estuvo confundido cuando vio que era la chica de la que JungKook le había hablado. La pelirroja.

— Hola, no nos hemos presentado — Ella le sonrió y no se molestó en siquiera darle la mano — Soy Ahn Hwa-Yeon.

— Y-yo soy Kim TaeHyung — El tampoco ofreció un saludo, porque no lo veía necesario.

— Bueno, ahora tu eres la pareja de JungKook — Ella se acercó como si fuera a contarle algo que no debería ser escuchado — Debo advertirte de algunas cosas con respecto a él, no quiero que salgas lastimado como yo.

— ¿Lastimada? — TaeHyung indagó.

«Estoy casi seguro de que dirá algo sin sentido»

— Si, él es bastante insensible, creí que sólo era una fachada, pero resultó de verdad ser así — Ella suspirando se apoyó en el respaldo de la silla.

— Oh, es su personalidad — TaeHyung evitó decir cualquier cosa en contra de la anterior afirmación, no tenía ganas de discutir.

— Si, por eso ten cuidado, él no tiene reparos en decir nada — Hwa-Yeon dio un vistazo a su cuerpo sin vergüenza — Ya sabes, por tu situación.

— ¿Qué? — TaeHyung se sintió ofendido, había estado dispuesto a guardarse sus comentarios, pero ella estaba pasando sus límites.

— Bueno, supe que has tenido tres cachorros, además no pareces tener mucha experiencia sobre como complacer a un hombre — La pelirroja lo dijo con total convicción. Ella no sabía nada. Sintió su sangre hervir.

— Bueno, a JungKook parece gustarle — TaeHyung se sentó derecho cuando lo vio venir — Tus comentarios baratos no son necesarios. Puedes estar enojada todo lo que quieras, eres una inmadura y nada va a cambiarlo.

Ella calló sólo porque el objeto de la conversación apareció. TaeHyung recibió la comida que JungKook le había traído con satisfacción al ver la mirada de asombro en el rostro de Hwa-Yeon.

— Sé han comido casi todo, estos pastelitos son de lo poco que queda — JungKook permaneció de pie junto a él.

— Gracias Kookie — TaeHyung sonrió y miró hacía arriba para ver el rostro del hombre. Esta ceñudo, su compañía indeseada no había pasado desapercibida.

Después fue tirado para pararse de su asiento, el inesperado movimiento lo dejó aturdido. Y tampoco tuvo tiempo de pensar cuando de nuevo fue jalado para sentarse en una superficie más cómoda. El regazo de JungKook. El lobo no tenía problemas en que se sentara ahí cuando quería ser mimado. Ahora era diferente porque estaban frente a la manada, pero TaeHyung estaba ocupado masticando como para pensar en ello.

— Woon y Hyeon se están quedando dormidos, será mejor ir a casa para que descansen — JungKook dijo, TaeHyung pensaba lo mismo.

Se pararon y de la mano fueron a acercarse a los niños. Ellos vinieron corriendo en cuanto los vieron. TaeHyung obtuvo a los mellizos que se pegaron cada uno a una de sus piernas. Seon-Woo por otro lado fue hacía JungKook. Su hijo era protector y nunca dejaba de repetir que le haría cosas muy malas si no cuidaba de su papi.

— Ustedes necesitan dormir, anoche pasaron mucho tiempo viendo tele — TaeHyung observó a cada niño y ellos asintieron.

Ro-Woon tomó su mano libre y SuHyeon agarró la mano de su hermano. Del otro lado Seon-Woo iba eufórico hablándole a JungKook. El lobo mayor soltaba comentarios de vez en cuando y TaeHyung reía de las cosas que salían de la cabeza de su hijo mayor.

JungKook cayó sobre la cama tras ser empujado por su pareja, su camisa abierta y con marcas en su pecho. TaeHyung permanecía con una rodilla sobre la cama sin hacer otro movimiento, pero sus labios estaban separados a causa de su respiración y sus ojos iban por el cuerpo de su novio. Un gemido brotó de sus labios cuando JungKook mandó una de sus manos a su propio pezón, que estaba duro y mojado por la boca de TaeHyung. El propio joven no sabía porque había efectuado esa acción, pero no lo pensó más cuando vio a JungKook disfrutar.

Ahora no sabía qué hacer, en la habitación hacía calor y un rayo de miedo pasó por su cuerpo cuando se dio cuenta de eso. Y por su cabeza comenzaron a pasar un montón de escenarios donde algo salía mal o él se equivocaba. Después las palabras de Hwa-Yeon se reprodujeron. Se sintió incomodo y feo mirando lo hermoso que se veía JungKook en el estado que estaba. Sabía de las marcas en su cuerpo por su vida en la otra manada, JungKook ya había visto su cuerpo sin nada, pero podía cambiar de opinión respecto a estar con él.

Supo que había pasado mucho tiempo simplemente pensando cuando su pareja se sentó en la cama y lo miró con amor en los ojos.

— Todo está bien — JungKook palmeó el colchón para que se sentara junto a él — Sabes que no debemos hacerlo si no quieres.

TaeHyung no se sentó a su lado, se sentó en el regazo de JungKook, tomando con sus dos manos el rostro de su novio.

Miró los ojos del mayor, a pesar de su paciencia, TaeHyung sabía que a veces le costaba mantener sus manos alejadas.

Una manera de comunicación de los lobos era el tacto, TaeHyung se dejaba para algunas cosas, pero no para las que el lobo de JungKook necesita. Sin dudas quería marcarlo, como fuera, una mordida, con su olor sobre él o con su semen sobre su piel.

— Lo siento, siempre me pongo nervioso — TaeHyung acarició las mejillas de JungKook con sus dedos, luego se inclinó para poder rozar su rostro con el del lobo, disfrutando de sus pieles juntas.

— No hay problema, lo haremos cuando estés listo — JungKook chocó su nariz con el cuello de TaeHyung, lamiendo.

TaeHyung quería hacerlo, lo necesitaba tanto como respirar. Siempre que estaba cerca, ansiaba ser poseído, tener sus cuerpos unidos dejando que JungKook explorara su interior. De verdad quería, no entendía que se lo impedía. La conexión entre ambos era fuerte e insoportable, y dudaba que en el futuro pudieran controlarlo si no se encargaban del problema desde el principio.

— Q-quiero hacerlo — TaeHyung lo miró con los ojos húmedos — Tanto.

— No creo que haya que apresurar las cosas, hay tanto que podemos hacer — JungKook le sonrió y eso lo llevó a calmar un poco sus nervios.

— ¿Probamos? — Habló inseguro.

— Si, y si no te gusta me lo dices — El mayor le dio un beso en la mejilla y lo soltó.

— ¿Entonces? — No sabía que hacer a continuación, su seguridad había desaparecido.

— Necesito hacer algo — JungKook soltó un gruñido al final, que hizo que TaeHyung se retorciera en su regazo.

Desde ahí las palabras no eran tan necesarias, TaeHyung confiaba en JungKook y estaba dispuesto a experimentar un poco. Se dejó recostar y tiró sus brazos hacia arriba estirando el cuerpo. Soltó un suspiro y miró a JungKook. Ambos conservaban su ropa, solamente el mayor tenía desprendida la camisa mostrando piel.

— Vamos, te quiero sin ropa — JungKook ordenó comenzando el mismo a quitarse sus prendas.

TaeHyung acató la orden y se desvistió. Estando desnudo se miró, viendo algunos detalles de su cuerpo en los que antes no había reparado. Se tocó suavemente y miró adelante. JungKook lo veía, estaba desnudo por igual, el hombre no se avergonzaba de mostrarse. Contrario a él.

Antes de poder preocuparse por eso, JungKook se montó sobre el. Glorioso como solo él podía. Se ubicó entre sus piernas, y lo aplastó con su peso. Sus miembros se pegaron juntos y JungKook se movió suavemente para crear fricción. TaeHyung se dejó, jadeando suavemente por cada empuje.

JungKook no paró en ningún momento, se movió lento y seguro. TaeHyung nunca había estado en una posición así con JungKook. Si el lobo quisiera, podría penetrarlo tranquilamente. Con sus piernas extendidas estaba de la forma correcta para hacerlo. Pero no. JungKook no haría algo así.

— Necesito marcarte... — TaeHyung lo miró, intentando entender las palabras que salían entre jadeos — Aunque sea...

— Lo entiendo — TaeHyung asintió e interrumpió lo que iba a decir — Hazlo.

Jeon aumentó la velocidad haciendo que ambos cuerpos se pusieran más calientes. TaeHyung sintió su pene crecer cuando vio como el presemen salía del miembro de JungKook. Siendo afectado por lo que sentía su compañero, también se excitó a un punto donde comenzó a acompañar a JungKook en los empujes.

Trataba de ser silencioso, cosa que no le estaba saliendo bien. Una sonrisa se extendió por los labios del mayor al verlo sin poder encontrar forma de acallar los gemidos que salían de su boca. Aún así fue a su ayuda, se movió a sus labios y lo atrapó en un beso. TaeHyung correspondió deseoso, disfrutando de su boca conectada a la de su pareja. Levantó las manos y con cada una molestó a los pezones de JungKook. Hace poco había descubierto que era sensible en esa parte.

— A-Ahora te voy a marcar con mi esencia — JungKook susurró sin aire, TaeHyung asintió sin preocuparse y tomó de nuevo esos labios que tanto le gustaban.

No tardaron demasiado en venirse, la atracción y deseo que experimentaban juntos en cada encuentro caliente no hacía más que aumentar hasta volverse insoportable. Ambos se corrieron haciendo que su esperma se mezclara en ambos torsos.

JungKook se sentó hacía atrás, quedando arrodillado entre los muslos de su amante. Acariciaba distraídamente sus piernas, mirando con respiración agitada el desastre que habían causado. Después con movimientos perezosos comenzó a esparcir su semen por el cuerpo de TaeHyung. También dejando que su olor quedara fuertemente impregnando en su pequeño novio. Luego, bajo el rostro sonriente de TaeHyung, también lo hizo con su cuerpo.

Lo que siguió de eso fue que se acostara al lado del joven. Ambos se miraron fijamente estando acostados de lado en sus cuerpos. JungKook después se abrazó al torso de TaeHyung y dejó su cabeza apoyada ahí para poder escuchar los latidos de su corazón. El menor también se abrazó y dejó pequeños besos en la cabeza de JungKook. Y se quedaron dormidos en paz, hasta sus lobos habían calmado temporalmente sus ansias de que se unieran.


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