Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Ꜥꜥֶָ֢🎋ֶָ֢۫݊˒𐙚 capítulo O2

TaeHyung estaba inseguro. Aunque eso no era lo importante, tenía que hacerlo. El tipo podía acabar con su vida y la de los niños. Un joven lobo fértil con tres niños no era un peligro, no estaba ni siquiera en condiciones de protegerse a sí mismo. Esperaba que tuviera piedad de ellos, que no fuera como los asqueroso e inútiles que se habían encontrado en el pasado, sus bebés no lo merecían.

— ¡Niños, vuelvan! — Gritó lo más alto que pudo, tenía un nudo en la garganta.

Sus hijos no habían vuelto a su forma humana, seguían siendo tres lobitos de pelaje negro. Ellos se tropezaron y corrieron a su llamado. Excepto al llegar, se miraron entre ellos sin entender, su padre estaba presionado con un hombre que no conocían. Pero toda duda acabo después de unos segundos, su papi estaba bien y eso era lo que importaba. Aparte, era normal en los lobos que al querer demostrar dominancia se colocaran sobre el individuo. Ya sea en forma de lobo o humana.

Con sus patitas todavía tropezando, los cachorros se abalanzaron contra TaeHyung, también chocando con las largas piernas del hombre. Por un momento el joven padre se asustó, no sabía cómo reaccionaría ante ellos el hombre que lo sostenía, luego viendo que no dijo ni una palabra, se calmó y trató de controlar a sus hijos.

— Hora de cambiar, niños — TaeHyung tomó al más grande que no paraba de revolcarse — Seon-Woo, rápido.

Su hijo mayor se hizo para atrás y volvió a su forma humana, quedando sentado en el pasto. Después SuHyeon y Ro-Woon viéndolo, lo hicieron por igual. Se quedaron los tres sin saber si acercarse a su papi, ahora en su otra forma las cosas cambiaban, su mente se aclaraba y eran mas consientes de la situación. Al final, SuHyeon fue el primero en acercarse.

— Hola señor. Soy Kim SuHyeon.

— Hola — La voz profunda del hombre hizo que los tres abrieran grandes los ojos y se acercaran.

— ¿Cómo te llamas? — Preguntó Seon-Woo.

— JungKook — Contestó sin expresión.

TaeHyung miró en silencio la conversación, estaba absorto en sus pensamientos. Por lo menos se había calmado su incomodidad, se había relajado rindiéndose ante el poder del lobo mayor. Había algo en la voz del hombre que lo obligaba a calmarse y respirar.

Jamás había experimentado estar tan dominado. Con ganas de rodar y mostrar su estómago, aún si fuera en su forma humana. Era ridículo.

— Yo me llamo Seon-Woo y él es Ro-Woon — Señaló al que comenzaba a quedarse dormido, claro que no hubo respuesta.

— Tengo frío — Dijo Ro-Woon después de unos minutos de silencio.

TaeHyung abrió sus brazos en invitación, su hijo llegó y se recostó en su pecho. Lo arrulló y se quedó completamente dormido en segundos. Con el calor de su padre que se había multiplicado por la presencia del tal JungKook en su espalda.

SuHyeon y Seon-Woo también saltaron y se acomodaron. El largo viaje los había dejado completamente exhaustos, a TaeHyung también se le cerraban los ojos. Pero no podía permitirse dormir, no sabía si el lobo iba a querer algo a cambio.

Incluso si deseaba su cuerpo, TaeHyung se lo daría, todo por proteger a sus bebés.

Un gruñido resonó en su espalda, y sin meditarlo se apoyó en el pecho de JungKook, igual a como lo hacían sus hijos.

Una parte de su cabeza le gritaba que estaba mal, que no debería estar tan tranquilo, pero lentamente dejaba de prestarle atención.

— ¿Qué vas a querer a cambio? — Preguntó en un susurro, supo que fue escuchado, pero no recibió respuesta.

Sus ojos se cerraron y se permitió descansar por fin.

Unas vocecitas interrumpían su sueño, pero el cansancio de su cuerpo le impedía despertar. Hacía tanto tiempo que no dormía bien. Quería permitirse por una vez descansar y relajarse. Sentía que podía hacerlo.

Un ronroneo salió de algún lado de su propio ser, no entendía que pasaba. Pero lo liviano y en paz que se sentía lo enviaron a un sueño profundo nuevamente.

Para cuando despertó, estaba recostado en una cama. Su vista estaba nublada por recién despertar y se sentía descansado.

Una sonrisa se deslizó por sus labios y cerró los ojos. Hasta que su nariz se frunció por sentir un aroma en los alrededores.

Se le hacía conocido. Abrió los ojos y se sentó en la cama cuando cayó en cuenta de las cosas que habían pasado. No sabía en donde estaba, no sabía a quien le pertenecía la habitación. «¡Sus hijos!»

Ahí fue cuando TaeHyung se asustó de verdad.

Sacando las colchas que lo envolvían, salió apresurado. Sin darse cuenta que ya no estaba desnudo, su cuerpo estaba cubierto por uno de sus pantalones sueltos. Caminó por la casa de madera en la que se encontraba, probablemente era una cabaña. Fue directo a donde sentía ruido, dio un giro y se encontró con sus hijos sentados en una mesa redonda. Con tazas en sus manitas y comiendo. SuHyeon estaba hablando sin parar.

— Y papi dijo que no — Desconocía que contaba, pero sin dudas le hablaba a JungKook, quien estaba sentado a su lado asintiendo.

— ¡Papi! ¡Papi! — Ro-Woon de un salto se paró y fue corriendo hasta él. TaeHyung lo alzó en sus brazos por costumbre.

— Dormiste mucho, papi — Seon-Woo opinó mientras terminaba de comerse una galleta — El señor JungKook te llevó.

— ¡Si! Y ronroneabas cuando te alzó — SuHyeon dijo riendo.

TaeHyung no controló el quejido que salió de su boca, siempre terminaba pasando vergüenza. Se acercó vacilante a la mesa, JungKook era tan callado que no podía asegurar si era bienvenido. Apenas conocía al hombre y estaba inseguro. No se sentía tan mal alrededor, probablemente era provocado por sus hijos, ellos estaban tranquilos, eso debía transmitirse por el lazo.

«¿Y por qué nos trajo?»

— Ro-Woon, termina de comer — Ordenó JungKook alzando la voz, y todos nuevamente sufrieron un escalofrío por el tono.

— Si — Ro-Woon no se mostró molesto, bajando de los brazos de su padre fue a sentarse al lado de Seon-Woo para continuar.

Su voz no llegaba a ser amenazante, los niños no se molestaban y el Omega tampoco.

Sintiendo incomodidad, TaeHyung permaneció parado. Sus mejillas se pusieron rojas cuando vio que todos estaban vestidos, pero él tenía el torso descubierto. No sabía si sentarse también, aún era incierta la situación en la que se encontraba.

Miró a JungKook en busca de respuestas, el hombre lo estaba mirando también. JungKook movió la cabeza en dirección a la silla desocupada al lado suyo. TaeHyung obediente se sentó, mandó sus manos a su regazo y las mantuvo entrelazadas, mirando con hambre la comida de la mesa. Entonces sintió una silla moverse y vio como JungKook se ponía junto a él y seguía sin dejar de analizarlo.

— Debes comer — JungKook le acercó un plato con tostadas y mermelada, después le paso una taza con un líquido que no conocía.

Sin dudar, TaeHyung comió lento, a pesar del hambre que sentía. Pasar mucho tiempo sin comer le daba mareos y hacía que los olores le asquearan, por eso cuando intentó comer un poco más se sintió mal y tuvo que dejarlo de lado.

— Papi se enferma mucho — Seon-Woo explicó a JungKook.

— Ya veo — Fue la respuesta corta que recibió — Bebe un poco, te hará bien.

Sin meditarlo, bebió unos cuantos sorbos, aunque no lo deseara. TaeHyung sintió un brazo pasar sobre sus hombros, sabía que era JungKook y eso lo puso nervioso. Aunque el peso sobre él lo reconfortó y lo hizo sentir mejor. Probando, intentó comer un poco más y se dio cuenta que no se sentía tan enfermo.

Se volteó a ver a JungKook, el hombre se encogió de hombros bajo su mirada y se concentró en los niños.

Cuando quedó satisfecho había terminado todo y los niños igual.

— Papá no me dejaba salir con él — Sintió hablar a Seon-Woo — Pero era el Alfa y tenía mucho trabajo.

Ante la mención de él, TaeHyung buscó inevitablemente consuelo en JungKook, apoyando su cabeza en el hombro del gran hombre. Sabía que estaba siendo muy sumiso, la cual era su verdadera naturaleza, que había sido pisoteada por años de violaciones y abusos. Pero se había sometido a JungKook, y se lo debía, no les hizo daño y los alimentó.

Normalmente entre miembros de la manada ese tipo de actos no eran malos. La manada era como una gran familia, podías buscar consuelo en cualquiera y te recibirían con los brazos abiertos. JungKook le estaba regalando eso que hace tanto tiempo necesitaba.

— Papá era malo — Ro-Woon el más callado se metió en la conversación — Le hizo pupa a Hyeonie y papi.

— ¿Su papá era el Alfa? — JungKook habló y provocó que su pecho vibrara con cada palabra, TaeHyung se acurrucó más cerca.

«¡Dios! ¿Qué estoy haciendo?»

— Si, por eso no podía jugar con nosotros — Seon-Woo explicó y movió sus manos en el aire — Pero no importa, papi lo hacía cuando volvía.

— Hay una pelota con la que pueden jugar — Sorprendentemente JungKook les habló suave — Está afuera, vayan y jueguen con ella.

— ¿Jugarás con nosotros? — Preguntó Ro-Woon con sus ojos brillando.

— Si — Respondió seco y los niños salieron corriendo y riendo.

Solos, TaeHyung sintió algo de nervios. Pero le era imposible apartarse y menos cuando JungKook lo envolvió con uno de sus brazos. Soltando un gruñido, JungKook provocó que le mostrara el cuello y suspirara. El lobo mayor se inclinó a olfatearlo y el Omega se dejó con tranquilidad. No quería pensar en sus acciones, pero jamás se había sentido tan seguro con alguien.

— Necesito saber algunas cuestiones — JungKook dijo rozando su nariz con la base de su cuello.

— ¿Cuáles? — Preguntó TaeHyung apoyado en JungKook.

— ¿Eres la pareja de algún Alfa? — Fue directo.

— Lo era... Pero... Pero fui expulsado junto a mis cachorros — Optó por ser sincero, no le quedaba otra, de alguna manera debía mostrar su gratitud.

— Mi Alfa se llama Jong-Dae, ahora está con algunos asuntos y no puedo avisarle de la presencia de ustedes cuatro — JungKook se hizo hacía atrás y se dejó tocar por las manitos de TaeHyung.

Al igual que el joven lobo se sentía bien en ser sostenido y verse protegido. JungKook como un lobo normal disfrutaba de la sumisión y de cuidar.

— Si quieres puedes permanecer aquí, soy un fiel miembro de esta manada y puedo hacer que el Alfa te acepte — TaeHyung aspiró el aroma varonil y picante de JungKook — Pero debo saber si eso es lo que quieres.

El joven lobo se tomó su tiempo en responder.

— En este momento, entraría en cualquier manada, necesito la protección para mis niños — TaeHyung suspiró — Si es posible me gustaría entrar, aunque no tengo idea de nada.

— Está bien — JungKook soltó un sonido calmante, no llegaba a ser un gruñido, era más suave — Por ahora yo los protegeré.

— No sé cómo agradecerte — No les hizo daño, como muchos otros en el pasado, los había traído a su casa, alimentado y cuidado, ahora les ofrecía protección.

— Me doy cuenta de que eres un lobo fértil, así que hay tareas en las que puedes ayudarme — TaeHyung asintió dispuesto — Ya sea ayudar con la limpieza o salir a buscar leña, todo es bienvenido.

— Gracias, gracias — TaeHyung abrazó a JungKook fuertemente.

Su abrazo fue correspondido para luego ser soltado. Ambos se pararon y cuando vio que JungKook se disponía a ordenar la mesa, TaeHyung lo detuvo.

— Puedo hacerlo yo, tú ve a jugar con los cachorros, Ro-Woon es impaciente — JungKook asintió y se fue.

TaeHyung tomó entre sus pequeñas manos lo que habían ensuciado, llevándolo a la cocina donde pronto lavaría todo.

Después volvió al comedor donde agarro los alimentos que habían sobrado. Volvió a la cocina para ubicarlos donde iban, teniendo cuidado de no husmear demasiado. Al finalizar, se movió para lavar. Lavar los platos era de lejos su actividad favorita, pero si debía hacerlo, no lo evadiría. Terminó y caminó hacía el comedor nuevamente, pero no se detuvo hasta llegar a lo que sería la sala de estar.

Vio lo lindo y hogareño que todo estaba, sin dudas el lobo tenía buen gusto. También vio que en una esquina estaban sus cosas, colocadas con cuidado. Revisó entre sus cosas hasta que dio con una remera blanca, la tomó entre sus manos y se la puso. Luego decidió salir a ver lo que hacían afuera. Su instinto lo hacía estar pendiente de sus cachorros.

Se dirigió a la puerta sin vacilar, abrió y se cegó por la luz del sol. Después bajó los escalones y se sentó en ellos mirando distraído a sus bebés corretear detrás de la pelota.

Sus hijos no temían de JungKook, eran ajenos a las complicaciones que pasaban. Pero él no podía decir nada contra ellos, él también se había dejado envolver por su presencia.

Aun así, no confiaba plenamente.

Después del fiasco del cortejo del Alfa. Que terminó acusándolo a los dieciséis, dudaba poder confiar en alguien nuevamente. Siendo que hubo una larga fila de abusadores después del Alfa, que habían tocado su cuerpo de la forma mas asquerosa y repugnante, su autoestima no existía. Vivía por sus hijos, la única razón por la que soportó un infierno en su manada.

No sabía si sería capaz de darle a JungKook algo más de su ser destrozado, esperaba que el Alfa no usara mal la confianza que estaba siendo depositada por parte de él y sus niños. Quería dejar de sufrir.


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro