Capítulo 67
Ey, Mindi... Minette...
Escuché una voz lejana.
Minette despierta...
Detecté de quien provenía la voz. Dylan.
- ¿Uhm?- abrí con pesar los ojos, los sentía hinchados.-
- Dylan: ¿Que haces ahí tirada... ¿porque todo está hecho un desastre? Tus ojos estan hinchados...¿has llorado?
- ¿Desastre?- intenté volver en sí.-
- Dylan: Las cobijas de la cama en el suelo, la... la ropa de Villa tirada por todo el cuarto...- balbuceo y luego se quedó cayado, mis ojos fueron a él y parecía que su cabeza había unido las piezas.- oh no.- negó.- ¿Que paso?- se sentó en suelo a mi lado.-
- Villamil...- recordé lo que había pasado y mis ojos comenzaron a aguarse otra vez.-
Dylan me atrajo a su cuerpo y me abrazo con fuerza.
- Dylan: Shhh.- decía mientras daba caricias en mi cabeza y espalda.- todo estará bien mi niña.-
- Él decidió terminar esto, Alan, lo terminó sin antes escucharme.- murmuré entre sollozos.-
- Dylan: ¿Porque estas toda mojada?
- Fui a buscarlo y en el camino la lluvia me alcanzo.- eleve los hombros y sorbi mi nariz.-
- Dylan: ¿Quieres contarme lo que ha pasado, desde el inicio?- me separó un poco de su cuerpo para mirarme a los ojos. Asentí.-
- Dylan: Bien pero primero quiero que te des un baño con agua caliente porque toda tu ropa esta mojada y no quiero que agarres un resfriado.
...
Dylan entraba a mi recámara con dos tazas de chocolate caliente, era el mejor preparándolo.
Ahora estaba encima de la cama con un pijama calientito y Dylan había tapado mis piernas con una frazada.
Le había contado ya todo lo que había pasado durante las pasadas horas. Desde que Villa llegó a mi departamento hasta que yo salí de su hotel y llegué aquí.
Mi mejor amigo no había pronunciado ninguna palabra desde que comencé a contarle todo.
Solo que al finalizar, se puso de pie y dijo que iría a preparar chocolate caliente y lo conocía bastante como para saber que estaba molesto.
- Dylan: Toma.- me entregó la taza.-
- Gracias.- susurré.-
- Dylan: ¿Estas ya un poco más tranquila?- dió un sobito a su taza.-
- Sí.
- Dylan: Bien.- hablo serio y colocó la taza en la mesita de noche.- Para comenzar... Creo que fue bastante estúpido de tu parte ir a buscarlo ¿no lo crees?
- Creo.- hice una mueca torciendo los labios.-
- Dylan: Pero eso no importa ya. Lo que importa es que él fue un completo pendejo. Y uno muy grande porque hizo lo que le pedí no hiciera.- fruncí el entrecejo.-
- ¿Que?
- Dylan: Le pedí al muy imbécil que no te lastimara, que no te hiciera derramar ni una lágrima.- hablo molesto.-
Sentí tanta ternura al escucharlo decir eso. Dylan era un ser bastante tierno y cariñoso pero cuando se enojaba, se enojaba de verdad.
- Estoy tan jodida.- bufé.-
- Dylan: Sí tu estas jodida yo también lo estoy. Porque no te dejaré sola en esto.- hice un puchero y mi vista se nublo con las lágrimas.- vamos a superar esto juntos, no estas sola, Netti. De verdad que ese cabron a dejado ir lo más valioso que tenia en su miserable vida.-
- Dylan, lo amo.- mi voz comenzó a romperse.- lo amo tanto porque me devolvió la seguridad en mi misma, porque me hacía tan feliz.- mis lágrimas comenzaron a salir.- ¡Diablos! ¡Lo amo tanto! ¿como voy a seguir sin él a mi lado?
- Dylan: No necesitas de nadie para seguir viviendo, Minette. A la única persona que necesitas es a tí misma.
- Ya se pero... Agh lo odio tanto por hacer que me acostumbrara a él.
- Dylan: Todo estará bien ¿si?- asentí.- Y respecto a Carlos...
- No quiero hablar de él.
- Dylan: Ok.
Asentí y me acerqué al cuerpo de Dylan para acurrucarme como un bebé.
En mis pensamientos solo rondaba una persona, una que sabía muy bien que me iba a costar demasiado olvidar.
Narra Juan Pablo Villamil
Había llegado a dónde estaban los demás. Todo el vuelo preferí pasarmela durmiendo, su recuerdo no dejaba de rondar en mi cabeza y ese era el único medio por el cual ella no me atormentaria.
Estaba a punto de llegar al sitio donde estaría el bus pero a unos cuantos metros me encontré con Andrea. Fruncí las cejas, Isaza me había dicho que no la vería hasta la pequeña parada que tendríamos en Bogotá.
- Ey, Andy ¿que pasa?- me detuve para saludarla. Sus ojos se notaban rojos y un poco hinchados al igual que sus labios.-
- Andrea: Hola Villa ¿Dónde estabas?- preguntó al ver la pequeña maleta que me acompañaba.-
- Oh, mmm... hice un corto viaje a...
- Andrea: ¿México, quizás?- intentó sonreír pero no lo logró.-
- Sí.- dije serio.-
- Andrea: ¿Como esta Minette?
- Ella...- que se supone que le diría "justo en estos momentos probablemente hecha pedazos al igual que yo"- espero que bien.- dije por lo bajo.-
- Andrea: ¿Cómo? ¿No es que estabas con ella?- parece que me había escuchado.-
- Y-yo...- di un resoplido y rasque mi cabeza.- no quiero hablar de eso.- ella pareció entender y solo asintió.- ¿Has venido a ver a Isaza?
- Andrea: Si.- sus ojos rápidamente se cristalizaron.-
- Lo siento mucho, Andy.- me acerqué para poder darle un abrazo.- todo estará bien.-
- Andrea: Sí, lo se.- se separó de mí y limpió sus ojos.- tengo que irme, mi vuelo sale en una hora.
- Claro.- sonreí.- cuidate mucho, llámame cualquier cosa ¿vale?
- Andrea: Vale, gracias, Villa, nos vemos pronto.- la pelinegra se despedio con un abrazo corto y luego cruzo la calle.-
Este sin duda era un día de mierda.
Seguí mi camino y me encontré con algunos chicos del staff fuera del bus jugando a no se que, pero parecía gracioso, ya que sus carcajadas hacian eco por todo el sitio donde estaba estacionado el bus. Los salude a todos antes de entrar a dejar mis cosas. Me habían informado que Simón había salido a caminar por la cuidad con Nath y que Martín había decidido ir con ellos.
Deje mis cosas en la pequeña cama en la cual dormía y el sonido de unas cuerdas rasgandose llamaron mi atención. Isaza. Fue lo primero que me vino en mente.
Caminé hacía donde el sonido me llavaba y ahí lo encontré, junto a Juanjo. Los dos con una guitarra en mano.
- Eso suena muy chimba.- hablé y me dirigí al pequeño refrigerador para sacar algo que calmara mi sed.- ¿Cerveza?- les pregunté.-
- Juanjo: Paso, gracias.
- Isaza: Sí, yo sí.- le aventé una lata y el la cachó.-
- Juanjo: Bien, creo que iré con los demás, necesitan hablar.- se levantó y dejó la guitarra sobre el sofa en el que estaba sentado.-
Juanjo salió del bus y gire mis ojos a Isaza, su mirada se encontraba perdida.
- ¿Como esta?- tome un trago de cerveza.-
- Isaza: Bien, creo.- elevo los hombros sin importancia.-
- Me e encontrado con Andrea...
- Isaza: Llegó sin avisarme, dijo que necesitaba que habláramos porque la habían transferido un año a Argentina y no podría viajar para vernos en Bogotá.- suspiró.-
- ¿Entonces ustedes ya...
- Isaza: Terminamos, sí.
No sabía que palabras poder brindarle en estos momentos a mi mejor amigo. Yo me encontraba igual o quizás peor que él.
Isaza lucia tranquilo. Él era ese tipo de personas que sabían como manejar las cosas, admiraba tanto su capacidad para sobrellevar todo lo que pasaba a su alrededor. Sabía escuchar, sabía dar consejos, instrucciones. Quizá era por eso que muchos decían que él era el papá de la banda.
- Isaza: ¿Como te ha ido a ti? Por favor dime que bien, que por lo menos tú pudiste salvar tu relación con esa gran chica terca, testaruda y orgullosa.
Sonreí y baje la cabeza. Sí, asi mismo era ella, mí Minette...
- No.- susurré.- terminamos. Le dije que necesitábamos tiempo.
- Isaza: ¿Tiempo para que, papo? Tu relación tenía salvación.- lo miré con culpabilidad.- oh no ¿la escuchaste? ¿escuchaste lo que tenía que decirte, explicarte sobre Carlos?- negué.-
Por dios, Villamil, ella dejó a un lado su orgullo para irte a buscar e intentar solucionar todo.-
Lo miré confundido, como es que sabía que ella me había ido a buscar.
- ¿Cómo sabes que...
- Isaza: Me llamó.- habló interrumpiendome.- quería saber en que hotel ibas a hospedarte en caso de que ella te mandara a la mierda y no te dejará dormir en su departamento.- bebió de su cerveza.- quería decirte que solo eras tú, tu y nadie más.
Y ahí comencé a entender las cosas. Ella no me buscaría si no quisiera arreglar nuestra relación. Si ella quería estar con Carlos y no conmigo, ella jamás hubiera dejado su orgullo para irme a buscar e intentar quedar bien conmigo, no después de lo idiota que me comporté con ella.
Ella no me había mentido, ni Carlos.
Ella me ha dejado las cosas claras
Recordé sus palabras.
- Mierda.- golpee mi frente.- La cagué.- dejé la cerveza en una mesita.- estoy jodido.
- Isaza: Estamos jodidos.- lo miré.- pero tú más.-
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