Capítulo 66
- Jodí las cosas, perros, las jodí otra vez.- llame arrepentido a mis amigos.- ¿saben que me dijo Carlos? que no iba a perder la oportunidad de conquistarla si yo llegaba a joder las cosas y ya lo hice, lo hice frente a él.-
- Simón: ¿Y vas a dejar las cosas asi? ¿vas a darte por vencido?
- No se, creo que sería lo mejor.- susurre.-
Ella se aleja mas de mi cada vez que abro la boca para hablar.
- Isaza: Villa, te queda un día allá para arreglar las cosas con ella.- dió un resoplido.- no hagas cosas de las cuales te vas a arrepentir después.
Me dejé caer sobre la cama del hotel. Pero no dure mucho tumbado ahí porque alguien llamó a la puerta.
Fruncí las cejas confundido, ¿quien podría ser?
- Los llamo un rato, están tocando la puerta.-
- Simón: ¿Espera a alguien?
- No, debe ser el servicio del hotel. Chao.- colgué la llamada mientras caminaba a la puerta.-
- ¿Mine-minette?
Parada frente a mí, con los ojos rojos y llenos de grandes ojeras, su cabello ahora estaba suelto pero húmedo al igual que su ropa, seguía con su pants gris y la misma sudadera. Sus viejas converse color negras estaban sucias de lodo. ¿Estaba lloviendo acaso?
- Minette: Villa, tienes que escucharme...
pasó por mi lado chocando con mi hombro y causando una electricidad en todo mi cuerpo.
Cerré la puerta y me gire a mirarla.
- Minette: Yo te he escuchado cuando pasó lo de Cecilia. Ahora es tu turno de escucharme a mi. Debes ser justo.
- No puedo, Minette, comprendelo.
- Minette: ¿No puedes o no quieres?- dijo com una pizca de enfado.-
Me quedé callado.
- No puedo y no... no quiero hacerlo.
- Minette: ¿Porque, e? ¿porque desconfías de mi? ¿te he dado motivos para hacerlo? dimelo Villamil, dímelo sin rodeos.
Guarde silencio. Minette me miraba con furia y nostalgia.
- Minette: ¡Habla carajo!
- ¡No, no desconfío de tí porque jamás me has dado los motivos!- mi respiración se había vuelto agitada por gritar.-
- Minette: ¡¿Y entonces... porque actúas como si de eso se tratara?!- su tono de voz se había tranquilizado un poco, solo un poco.-
- ¡Desconfío de él. Dime, como quieres que reaccione luego de ver que otro tipo va a buscar a mi novia hasta su departamento? ¿que cosas crees que vienen a mí cabeza al saber que él está contigo, en tú departamento, a solas?!
- Minette: ¡Sabes bien que jamás te sería infiel, Juan Pablo!- suspiró cansada.- me han hecho eso toda mi vida, relación tras relación...- lograba captar aquello que me decía porque yo había sido uno de ellos, porque ella me contó de la infidelidad de Julián y Emiliano.- se lo que se siente y es por eso que no quiero ser yo quien cause daño.-
- Eres tú quien me ha causado daño, quien me ha vuelto loco de amor y de celos. No se porque pero siempre fuiste tu por quien más e sufrido desde el pasado.
- Minette: Solo dame dos minutos, solo te pido dos minutos y prometo dejarte en paz. No vamos a llegar a nada con estas actitudes, Juan Pablo. Por favor déjeme contarte todo.- comenzó a dar pequeños pasos hacia mí.-
- Y-yo...- aparté mi vista de ella.- yo creo que lo mejor será darnos un tiempo.-
Silencio.
Absoluto silencio.
Volví mi vista a ella y vi como sus pasos hacia mi se detuvieron. Ella estaba en una especie de shock.
Dios, esto me rompia el corazón, porque él mas que nadie sabe cuando amo a esa mujer, solo él es testigo del gran amor aue que siento por ella.
Lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas pálidas.
- Minette: ¿Que...que has dicho?- susurró tratando de esconder su voz rota.-
- Ambos necesitamos tiempo...no estamos bien, Minette.- con pasos torpes me acerqué a ella.- quiero que sepas que te amo con toda mi alma, que me duele tanto esto que nos está pasando...- acuenque su rostro en mis manos.-
Ambos nos quedamos mirando por unos segundos. Mismos en los que pude ver sus intenciones de pedirme que me quedara con ella, y juro que si lo hubiera dicho, mando todo a la mierda y volvemos a comenzar. Pero, claro está que eso no pasó.
Vi como esos pensamientos se borraban de sus ojos cafe claros.
Subió sus manos a mis manos para tomarlas y liberar su rostro. Asintió algunas veces seguidas y retrocedió dos pasos.
- Minette: Bien, sí eso es lo que quieres... está bien. No voy a deterte, Juan Pablo, está vez no voy y no quiero tener que rogarte que te quedes a mi lado.
Rápidamente limpió sus lágrimas y me dió una mirada fría.
- Minette: Espero que al final del día no te arrepientas de tu decisión.- volvió a pasar a mi lado para dirigirse a la puerta.- una última cosa.- me gire sobre mis talones para mirarla.- quiero que sepas que siempre fuiste tú. Tu y nadie más.- abrió la puerta y salió de la habitación.-
- Minette.- la tomé suavemente de la mano. Quería decirle otra vez cuando la amaba, quería besarla con tanta intensidad, quería decirle que olvidaramos todo y huyeramos juntos a otro lado pero lo unico que salió de mis labios fue.- Enamórate de alguien más.- susurré para que ambos pudiéramos escuchar.-
En su rostro pude ver la desilusión, la decepción tras lo que acababa de decir.
No me dio una sonrisa y tampoco un ceño fruncido. Solo vi neutralidad en su cara y desapareció de mi vista al subir al ascensor.
Un profundo dolor se instaló en mi pecho, las lágrimas que estaba reteniendo por fin habian salido a la luz.
Caminé decepcionado de mi mismo hacia la cama para sentarme en la orilla.
Recuerdo, tras recuerdo pasaban como una película en mi cabeza,mezclados con lo que acababa de pasar hace unos minutos.
La triste imagen del rostro de la mujer que dejé ir por idiota se cruzaba una y mil veces.
Tome mi maleta y guarde en ella las pocas cosas que habia sacado.
Pagué la cuenta de hotel y tomé un taxi que pasaba por la calle.
- Al aeropuerto porfavor.-
Narra Minette Vargas
Me adentre a mi departamento dando un azote a la puerta.
Me deslicé sobre la puerta cayendo lentamente, comencé a llorar como si no hubiera mañana, llore por cada momento que pase a su lado, miles de recuerdos cayeron en mi cabeza haciendo que mi llanto cesará mas.
Yo creo que lo mejor será darnos un tiempo.
¿Porque era tan difícil escucharme? ¿Había tenido yo la culpa?
En medio del departamento obscuro me encontraba llorando y gritando como una niña pequeña cuando le quitan lo que mas quiere, estaba completamente sola.
Me levante del piso y me diriji a mi habitación. Una oleada de rabia se apoderó de mi ser cuando al entrar, mis fosas nasales percibieron su aroma, su maldito aroma, ese aroma que a pesar de los años que deje de verlo, el viento siempre me traía de vuelta ese aroma tan característico de él, tanto que era imposible describirlo.
Abri rápidamente mi closet y saque la ropa que él siempre dejaba en mi departamento y la aventé al suelo, arranque las cobijas y sábanas de la cama y tambien las tire al suelo, todo olía a él.
- ¿Cómo puede aceptar ese trabajo? Si no lo hubiera hecho ahora no estaría lamentándome, por dios, que estupida fui. ¿Cómo pude dejarlo volver a entrar a mi vida?
Estaba tan enojada con él. ¿Porque siempre tiene que hacer que las cosas resulten complicadas? Porque era un maldito dramático.
Ahora ya no era tristeza lo que sentía, ahora enojo, mucho enojo.
No quería volver a sufrir por él, porque sabia todo el trabajo costaba borrarlo de mi mente.
Fue un trabajo tan complicado que hasta me tuve que alejar de la nueva vida que ya había hecho en otro país dejando a mi familia, mis amigos, mis lugares favoritos, para volver a hacer otra nueva vida. Una donde no estuviera él ni nada que me recordara a él. Pero no quería volver a hacer eso, no más.
Me tire al nuevamente al suelo y me quede dormida sin darme cuenta.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro