Capítulo 61
Puse un mechón de cabello detras de mi oreja y espere a que me abrieran la puerta.
Unos segundos después tenia a la ahora novia pelirroja de Simón.
- Nath: Amiga que sorpresa, pasa.- me recibió emocionada con un abrazo.-
- Gracias Nath.-
Camine dentro del departamento hacia la pequeña sala y me senté en uno de sus sillones color naranja.
- Nath: Simon me ha dicho que vendras a la gira.- dio pequeños saltos.-
- Sí, asi es, quiero pasar unos dias con ellos y con Villa.- sonreí.-
- Nath: ¿Como va su relación? Los e notado un poco raros, no quiero ser entrometida pero sabes que aqui me tienes por si necesitas hablar.- movio los hombros.-
- No eres entrometida, gracias por el apoyo, Nath.
Uno de los gatos de la pelirroja, se acercó a ella y comenzó a tallar su cabecita en su pierna.
No puede evitar sonreír con nostalgia. Y ella lo notó.
- Nath: ¿Lo extrañas, verdad?
- Demasiado, no tienes una idea de cuanto.- tenia la mirada fija en algún punto del departamento.-
Nath no decía nada, era como si esperará a que siguiera hablando para poder desahogarme un poco.
No había hablado mucho del tema desde que enterré a Charlie en el patio de la casa de mis padres.
- Es duro tener que llegar a casa y saber que no habrá nadie para recibirte, que no habrá ladridos retumbando por todo el departamento.- no sentí el momento en que una lágrima resbaló por mi mejilla.- ya no tengo a quien sacar a pasear, a quien alimentar, con quien jugar o con quien tumbarme en la cama o en sillón a ver películas y comer comida chatarra mientras acario su suave cabecita.-
Lleve mi mano al otro gato que se habia subido a la cabecera del sillon y se habia recostado.
- Ahora solo encuentro pelusas en toda mi ropa, en todo el departamento pero no encuentro a su dueño.- con la manga de mi blusa limpie mis lágrimas.- Lo siento, Nathi, tal vez suene un poco tonto, pero ese perro lo era todo para mí, era como... - reí.- como un pequeño hijo para mi.
- Nath: No es tonto, no digas esas cosas. Es mas que normal que alguien se sienta triste por la partida de un animalito porque son mas que eso, son parte de la familia.-
Lancé un puchero y mis lágrimas comenzaron a rodar con desesperación.
- Nath: Ven acá.- me abrazó con sus cortos brazos.- él ya está mejor dónde quiera que esté. Y tu también tienes que estarlo ¿si?
Asentí, Nath me pasó una cajita con pañuelos y limpie mis lágrimas.
- Bueno y que hacías?.- limpie mi nariz.-
- Nath: Editando un vídeo, quiero estar libre de la edición durante la gira.
- Grabaras un vlog allá?
- Nath: Claro que si ¿porque?
- Para que pueda ayudarte en la edición, tengo algunos trucos que pueden servirte y quisiera compartir contigo.- sonreí.-
- Nath: Tu eres un amor de persona, Nett, te adoro!
Pasamos un rato hablando sobre demasiadas cosas. No me cabía ni la menor duda de que ella era perfecta para Simón.
- Nath: ¿Como te va con Carlos?
Resulta que ambos llevaban años de conocerce pues Carlos era mejor amigo de su hermana.
- Bien, es una gran persona, la verdad es que es muy lindo.
- Nath: Uy con que lindo ¿eh?
- No, no me mires con esos ojos de picardía, Nathalia.- le advertí.- lo dije en el buen sentido de la palabra, no como algo más.-
- Nath: Si sabes que él te ve como algo mas ¿no?
- No, y prefiero mejor no saber nada.
- Nath: Minette, a ese hombre lo traes babeando por tí desde que te conoció. Y sí ya se que no debí decirte eso porque e traicionado su confianza pero es que no pude resistirme.
Reí al notar como decía las cosas tan rápido con un tono de culpabilidad pero también de alivio.
- Bueno quizás solo estás confundido la buena amistad que hemos hecho con otras cosas.- elevé los hombros sin importancia.-
- Nath: Es que no has escuchado lo que te he dicho? Él mismo me dijo que se ha enamorado de tí. Y no finjas que no tenias al menos sospechas
Abrí los ojos sorprendida. ¿Enamorado? Eso es imposible, digo, es muy poco el tiempo que llevamos de conocernos.
- Pueda que me hayan pasado algunas veces, la idea de que quizás le gusto, pero estar enamorado es otra cosa, Nath. Además no pienso involucrarme en esos asuntos. Yo solo cumplo con mi trabajo y listo. No se te olvide que tengo un hermoso y dramático novio al que adoro.
- Nath: Ajá si.
Rodé los ojos divertida. Sabia que pretendía hacerme enfadar pero no le iba a dar ese gusto. Asi que cambiamos nuevamente la conversación y después de un rato más en casa de la pelirroja, me fuí.
...
- ¡Por fin estás aqui!- escuché una voz familiar a mis espaldas y rápidamente me giré.-
- ¡Villa, te extrañe tanto!- dije dando un pequeño salto para enrollar mis piernas en sus caderas.-
- Villamil: Oiga no creo que me haya extrañado tanto como dice.- fruncí la ceja confusa.-
- ¿Pero porque dices eso?
- Villamil: Aun no me has dado un beso para demostrarme cuando me has extrañado.
Sonreí como una boba y acerqué mi rostro para pegar mis labios con los suyos.
- Agggg, vayanse a un hotel.- escuché decir a Simón cerca.-
Ignoramos su comentario y seguimos en lo nuestro.
- Nath: Es encerio ¿que les pasa? ¿no ven que estamos en un lugar público?
Escuché un pequeño gruñido salir de los labios de Villa mientras seguíamos besándonos, a lo que solté una pequeña risita y me separé lentamente de él.
- Es solo un beso. Tampoco es como si estuvieramos teniendo sexo.- me bajé de las caderas de Villa.-
- Simón: Casi casi. Mejor vámonos antes de que se les suba la calentura.
La pareja de raritos como yo solía llamarlos, se adelantó a la salida del aeropuerto para comenzar a subir las maletas a la furgoneta que le habían robado a Pedro Baños.
- Villamil: Oiga...- lo miré mientras caminamos.-
- ¿Si?
- Villamil: La verdad es que ya tuvimos sexo dentro de ese aeropuerto. No sabes en mi mente lo que pasó...- susurró en mi oído.-
- Apuesto a que será mucho mejor lo que vamos a hacer al llegar al hotel.- lo miré con picardía.-
- Villamil: Moncho, deme esas llaves, yo conduzco.
- Simón: Pero porque, yo quiero manejar.
- Villamil: Tengo prisa para llegar.- dijo impaciente.-
- Simón: Lo siento papo pero...
- Villamil: ¡Que me des las jodidas llaves, Simón!
- Simón: Ya va, ya va, toma.- le estiró las llaves.- que prisa llevas para llegar.- murmuró.-
- Tampoco entiendo la prisa que lleva.
Recibí una mirada impaciente de Villamil y aguanté con todas mis fuerzas las ganas de reírme.
- Villamil: Haste la que no sabes.- frunció el ceño y jaló ligeramente de mi brazo.-
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