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Capítulo 48

Como es costumbre en toda persona que tiene una primera cita, estaba muerta de los nervios a tanto pude llegar al hotel para darme un baño y poder arreglarme.
No sabía que ropa usar porque el chico de ojos verdes no me dijo a donde iríamos.
Llena de dudas opté por usar unos vaqueros negros, una blusa color gris y una chaqueta negra.
Rice mis pestañas y puse un poco de maquillaje en mi rostro. No era el tipo de chica que usaba kilos de maquillaje, aunque también no sabía siquiera pintarme. Yo era mas de ser sencilla.

Me encontraba cepillando mi cabello cuando escuché pequeños golpes en la puerta. Con el cuerpo temblando de los nervios caminé hacia ella y pude verlo.
Agradecí internamente que su vestimenta fuera casual al igual que la mía.

- Villamil: Luces muy...muy linda.- llevó su mano a su cabello y sus mejillas se pintaron de un leve color carmesí.-

- Gracias Villa, también luces lindo.- sonreí.-

- Villamil: ¿Lista para tener la mejor cita de tu vida?

- No puedo espera.

Ambos caminamos por las grandes y luminosas calles de Madrid. Aun no tenía ni idea de adónde iríamos y no tenía intenciones de preguntar solo quería seguir caminado a donde sea pero a su lado.

- Villamil: Te preguntarás a donde es que vamos y la verdad es que tampoco lo se. Todo fue rápido y no me dió tiempo de planear algo para...- me detuve y lo miré de frente.-

- Ey no pasa nada.- miré el lugar donde nos encontrábamos.- vamos a sentarnos frente a esa fuente ¿Te parece?-

- Villamil: No sin antes ir a comprar comida.

Aquel glotón y yo compramos un par de helados, caminamos hacia el gran parque que teníamos frente a nuestros ojos. Buscamos un lugar donde pudieramos observar la grandiosa fuente que tenía este parque.
Comenzamos a hablar de cualquier cosa. Con cada palabra, cada risa y cada sonrojo que ambos aportabamos, comenzaba a sentirme mas y mas segura sobre que era lo que quería.
"Tienes que escuchar lo que diga tu corazón" esas palabras retumbaban en mis pensamientos y eso era lo que trataba de hacer. De escuchar lo que mi corazón quería que hiciera.

- Villamil: Dime algo que aun no sepa de tí.-

- Odio cocinar.- hice un gesto de desagrado.-

- Villamil: ¿Odias cocinar? Pero si tu comida es exquisita.- abrió sus ojos con sorpresa.-

- Sí lo sé, me lo ha dicho mi familia, mis amigos. Pero que quieres, odio cocinar.

- Villamil: ¿Pero porqué?

- Esto me da vergüenza y no muchos lo saben pero me da miedo cuando brinca el aceite caliente.- escuché una gran carcajada.- Juan Pablo no te rías esto es serio.- fruncí el ceño.-

- Villamil: Minette eso es algo normal que pasa cada que cocinas.- su risa aun no paraba.-

- Ya se y por eso lo odio. Odio cuando quieres freír algún giso o algún vegetal y que el aceite comience a brincar por todos lados. Aunque también me da demasiada flojera cocinar.- moví lis hombros.-

- Villamil: Quien diría que esta bella dama que  es que portadora de un horrible carácter y que da miedo cuando se enoja ¿le tenga miedo al aceite caliente?- su risa volvió a hacerce presente.-

- Apuesto que no soy la única persona en el mundo que le pasa esto.- me cruce de brazos.- Ahora es tu turno.-

- Villamil: Soy alérgico a los perros.- ahora fuí yo quien comenzó a reir fuertemente.-

- Por supuesto que eso es mentira, Juan.

- Villamil: ¿Porque mentiría?

- Vamos Villa, llevamos años de conocernos y nunca lo dijiste. Martín tenia una perrita.

- Rita la perrita.- dijimos al unisonido y sonreímos al recordarla.-

- No solo él, Alejandro, Lea, yo.

- Villamil: ¿Porque crees que Alejandro nunca acercaba a su perro cuando ibamos a su casa o a la finca de su abuelo?-

- Ajá y yo? ¿Que hay de Charlie?

- Villamil: Cuando recién tenías a Charlie... Nosotros estabamos en la etapa final de nuestra relación... ¿lo recuerdas?- comentó y yo asentí.-

- Pero Villa ¿Te das cuenta que hace poco estuviste en mi departamento viviendo? donde también vive Charlie. Lo has cargado.- esto era sorprendente.-

- Villamil: Soy adulto, e aprendido a convivir con los perros y mi alergia. Se controlarla. En los últimos años Isaza adoptó a Malta y cada que vamos al estudio de su casa la regla es siempre sacar a Malta a pasear.- tomó un mechón de mi cabello y comenzó a jugar con él.- asi que no tengo mayor problema con eso.-

- Vaya.- dije sorprendida.- esto es genial. Nunca terminas de conocer a una persona.-

Nuestras charlas se extendieron horas y horas. De a poco la gente que estaba en el parque se iba marchando y  con ellos también se iba la luz del día.

- Villamil: Oye ya no hay gente en la fuente ¿Nos acercamos?- asentí emocionada y caminamos a dicha fuente.-

Ambos nos paramos frente a ella, miré  como el agua sobresalía de aquella. Algunas gotas llegaban a salpicarnos.

- Villamil: Eres tan bonita.- soltó y giré mi rostro para mirarlo.-

- Villa tengo que decirte algo.- me miró con atención.- tengo miedo. Tengo miedo de quererte. Aunque ya lo hago no sabes como me atormenta la inseguridad en mí.-

- Villamil: Solo déjame quererte, déjame amarte, déjame hacerte feliz que yo me encargo de borrar esos miedos que te atormentan. Curare cada una de tus heridas. Conmigo siempre vas a estar segura eso te lo aseguro.- se acercó a mí y subió sus manos para acariciar mis mejillas, yo solo bajé la mirada.-

- Solo...- él tomo mi mentón para que pudiera levantar el rostro y encontrarme con sus ahora oscuros ojos.- solo cuando te aburras de mí te ruego que no me engañes, que no me ignores... Solo dime la verdad, dime que ya no quieres y asi me ahorraré un dolor en el corazón.- bajé una de sus manos que estaba en mi mejilla y la coloque en mi lado izquierdo, dónde se encontraba ese órgano palpitador.- mismo que te pertenece desde hace mucho.-

Y ahí se encontraba ese brillo tan hermoso que tenía él en los ojos. Mismo que descubrí  hace años cuando lo conocí.

- Villamil: Nunca me aburriría de tí, ni de chiste vuelvo a dejarte ir. Pero para que este mas tranquila le diré esto, mientras usted me guste yo le soy fiel hasta sin ser novios.-

- ¿Entonces desde ahora me eres fiel?- levanté la ceja.-

- Villamil: Desde siempre.- se acercó a mí beso tiernamente mis labios.-

Sin pensarlo retrocedimos algunos pasos, lo último que sentí fue a Villa soltandose del beso para agarrar fuertemente mis manos.
Ambos caímos a la fuente.
El agua estaba helada. Aparte mi cabello mojado de mi rostro y después escuché una risa de Villa acompañada de un lo siento.

- Esto es tu maldita culpa.- lo salpique de agua.- ahora moriremos de pulmonía.- intenté sonar molesta.-

- Villamil: Amor no seas dramática no vamos a morir de pulmonía.- me quedé estática.-

- ¿ Amor?- pregunté temerosa.- T-tu me llamaste amor.- sonreí.-

- Villamil: Claro que lo hice porque eres mi amor verdadero.- se acercó a mi para abrázame.-

- Muy bonito y todo pero apartate que tus abrazos en estos instantes son fríos.- volví a aventarle agua.-

- Villamil: Y tú eres una grosera malagradecida.- gruñó e imitó mi acción.-

Así fue como comenzamos a jugar a salpicarnos y mojarnos mas de lo que estábamos. Risas y mas risas eran lo único que se escucha en el parque.
Todo iba siendo muy divertido hasta que escuchamos el grito del vigilante del parque.-

X: ¡Oigan está prohibido meterse a la fuente, tendré que llamar a la policía!

Miré rápidamente a Villa y éste tomó mi mano y ambos salimos corriendo de aquel lugar. Éramos dos locos enamorados corriendo mojados de pies a cabeza por las calles de Madrid. La gente solo nos miraba extraños pero eso no nos importaba.
Llegamos todos empapados al hotel y entramos rápidamente a mi habitación que era la más cerca. Entre al baño y le di una toalla a Villa para que se secara. Busque algo de ropa para el y qué pudiera quitárse la mojada.

- Toma.- le aventé una playera y un short.- cambiate porque no quiero que pesques una gripa.-

- Villamil: ¿Porque tienes ropa Martín?

- La olvidó aquí  junto con su laptop y otras cosas más esta mañana.- levanté los hombros.- iré al baño a cambiarme.-

Cinco minutos después salí y Villa estaba sentado en la cama obsevando su celular.

- Villamil: Por suerte los celulares siguen sirviendo.

- Vaya que si.- él se levantó de la cama y avanzó algunos pasas hacía mi.- quería darte las gracias por la cita de hoy. Sin duda fue la mejor de mi vida.- sonreí al recordar la última parte.-

- Villamil: Te dije lo sería.- acomodó un rebelde mechón de cabello atras de mi oreja.- es hora de irme, gracias por aceptar.- tomo mi rostro y junto nuestros labios.-

El beso que comenzó tierno fue subiendo poco a poco de nivel. No sé en que momento mis manos comenzaron a acariciar su abdomen plano y las suyas fueron al final de mi blusa.
Sin dudar estar con él era algo que quería que pasara pero había algo en mi cabeza que me impedía hacerlo y también contarle a él que pasaba.
Detuve el beso antes de que llegara a más y sus mejillas se tornaron nuevamente de color carmesí.

- Villamil: Descansa bonita, te quiero.- dejo un corto beso en mis labios y salió del cuarto.-

Este día lo guardaría en mi memoria para siempre. Asi como lo hacía con cada beso y cada recuerdo que tenía junto a él.

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