Por Siempre Mía
( Único Capítulo)
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Holis mi gente linda ❤️
Primero que nada me gustaría agradecer por todo el apoyo que me brindan, por sus hermosas y alentadoras palabras que tienen siempre para conmigo 🙏
Gracias a ello surge este one-shot que es mi pequeño gesto de amor para con ustedes. Ya que, pese a que no entiendo el algoritmo de Wattpad y siempre mis fics en algún que otro puesto han estado en el Ranking #1 ( Nunca le había dado mayor relevancia a ello porque como dije, no entiendo los modismo de la app) Y hoy en día son varios de mis fics incluso " Fiebre " está en dos categorías como "1" y yo siento que es todo gracias al gran apoyo que recibo por parte de ustedes ❤️
Nunca había hecho mención de esto porque creo que un Ranking no cataloga el esfuerzo de todas las maravillosas historias del fandom pero lo sentí necesario ya que todo esto es debido al amor que le dan a mis historias ❤️
Como siempre lo digo esto es un hobbie que adoro mucho y más aún con tanto sentimiento que siento por el Ship que siempre voy amar 💕
❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️❤️
Volviendo al tema que nos compete jeje los dejo con lectura 📖 y les mando un fuerte abrazo de oso 🐻
PD: Pronto habrá actualizaciones 🥰
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/ 🔞 El siguiente One-Shot contiene lenguaje adulto, escenas de sexo explícito y algunos comentarios pueden resultar ofensivos dependiendo la mente de cada lector. Se recomienda discreción y queda bajo criterio de cada persona continuar con la lectura 🔞/
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El hombre no sabía exactamente porque se encontraba nervioso aunque para ser sincero con él mismo, no podía disimularlo más, todo se resumía a " ella" si, a su secretaria.
Se econtraban a nada de emprender en un vuelo de varias horas, solos, sin trabajo de por medio porque eso se vería allá en Italia y no en el aire.
Se observó como siempre, elegante pero con uno de sus caracteristicos trajes de renombre.
Era imposible que el magnífico Sesshomaru Taisho dueño de las empresas automovilistica más poderosas del mundo se encontrase en ese estado como un puberto por una jovencita que llevaba trabajando para él durante ochos preciosos meses.
Pero siempre existen las primeras veces, incluso para el inalcanzable hombre que experimentaba un cosquilleo intenso en su estómago.
( Sonidos de celular)
__ Buenas Noches, Sr. Sesshomaru, su coche se encuentra listo.__
__ Muchas gracias, Jacken.__
Una vez listo subió a su automóvil dirigiéndose hacía el aeropuerto donde lo esperaba su jet privado.
Su mente no dejaba de pensar, ni un instante, en su perfecto rostro, en esos ojos azules que lo cautivaban cada vez que lo observaban pidiendo alguna explicación o sugerencia al momento de trabajar.
El hombre la deseaba tanto, la anhelaba hasta en dormido pero sabía que la única mujer que había cautivado su frío corazón ya tenía una estable relación a la cual, respetaba mucho.
En varias reuniones y eventos adonde habían acudido en más de alguna ocasión, las propuestas indecentes y algunas decentes pero con un mismo fín no se habían hecho faltar pero él, con sus propios ojos la había visto rechazar a todas.
A muchos hombres importantes, los cuales ignoró rotundamente siempre permaneciendo a su lado incluso con algo de temor, la conocía.
Cualquier mujer hubiera accedido sin chistar fuese por una buena adquisición o por interés pero ella no.
No cayó ante nadie y que cada vez que ello sucedida, más se ganaba el corazón del platinado sin saberlo.
Kagome era distinta, era especial, era... malditamente perfecta para él.
Llegó a su jet privado, llevándose una gran sorpresa. Su Azabache, no se encontraba allí. Se quedó estupefacto.
Ya debía de encontrarse sentaba donde le correspondía, frente a él.
Echó un vistazo a su costoso reloj quizás, llegaría en los próximos minutos eso fue lo que quiso creer para no impacientarse más de lo que ya estaba.
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__ ¿¿Cómo... ??
Explícame.. ¿cómo pudiste Bankotsu?
¿Con tu prima? ¿Es enserio? ¡¡Con mí única amiga!!! __ gritaba, totalmente con el corazón destrozado.
__ ¡Por favor, amor! Puedo explicarlo. __
__ Nunca.. ¡Nunca más vuelvas a hablarme!
Los amaba.. a ambos..__
Kagome con su bello rostro cubierto por lágrimas y el alma entre sus manos tomó sus pocas cosas y las colocó en el equipaje del viaje que tendría con su jefe en las próximas horas para luego, alejarse sin mirar hacía atrás.
Escuchaba claramente las cientos de suplicas Bankotsu a su espalda y como este se econtraba de rodillas suplicando por su perdón, ya nada le importaba de él y de quién alguna vez, había considerado su hermana de corazón, su mejor amiga.
Las horas habían transcurrido rápidamente y para peor de los escenarios la lluvia caía incesantemente.
Una triste Azabache se econtraba en una banca de un parque sentada sola, dejando que el agua cayera sobre ella para ver si de alguna forma esta, se llevase consigo su tristeza.
La más triste y extraña vispera de San Valentin que una persona podría pasar..
Se maldecía diciéndole a su mente que ella era fuerte que podía con todo, que podría con la traición de las dos personas que más quería, las únicas dos personas que tenía en el mundo pero su corazón le pasaba factura y el panorama gris daba acorde al color que mostraba todo su ser en esos instantes.
Acarició su bonito anillo de compromiso y una lágrima se mezcló con las gotas de lluvias, un leve quejido escapó de su boca, el dolor era evidente.
Quitó aquel objeto que el moreno había regalado hace unos años atrás y lo arrojó con todas sus fuerzas hacía la calle, suspiró dejando escapar su angustia y levantó su vista mirando
el inmenso reloj digital de un gran cartel que estaba en frente suyo, solo eso bastó para que aquello la trajera nuevamente a la realidad.
-- ¡Sr. Taisho!--
Mordió su boca, miró su ropa empapada y su mochila amarilla arrugada, estaba impresentable.
-- ¡Oh por dios! ¡¡Oh por dios!! ¡El jefe va a matarme! --
Se levantó de un solo golpe y corrió por la avenida ,pesadamente, con su mochila a cuesta buscando un taxi que pudiera llevarla al aeropuerto.
Ocho meses de eficiencia laboral y un excelente desempeño en su trabajo para tirarlo todo por la borda por un maldito infiel.
Se iba recriminando mentalmente hasta que a lo lejos divisó un taxi y entre tantas malas, una buena surgió, el auto se detuvo frente a ella y subió para emprender su viaje, solo esperaba no ser despedida.
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-- ¿Adónde se ecuentra? --.
Más de una hora llevaba el poderoso hombre esperando impacientemente. El mismo quien en 32 años de vida jamás, había logrado lidiar con ello que llaman paciencia.
Pero por una extraña razón no le importaba cuánto había tardado su bella azabache sino más bien que era un comportamiento que la jovencita nunca había tenido con anterioridad.
Fueron demasiadas llamadas a sus diferentes teléfonos y nunca respondió ninguna, eso realmente lo estaba alterando.
__ ¡Es verdad que trabajo para él!__
Los gritos de Kagome no llegaban a la audición del platinado que dentro de su jet se preguntaba si algo le habría ocurrido.
__ Señor hay una jovencita bajo diciendo que es su asistente. __
El platinado clavó su vista en la azafata y se puso en pie.
Cuando se asomó a la puerta allí se encontraba ella.
Enojada, totalmente empapada, su cabello escurría agua y tenía una enorme mochila amarilla en sus manos.
__¿ Higurashi?__ preguntó, totalmente sorprendido.
Era la primera vez que veía su cabello suelto y no recogido en una coleta tirante, no usaba sus gafas habituales sus ojos azules parecían brillar aún más.
Ni que hablar de la ropa que le hacía recordar que ella era más de 10 años menor que él.
Bajó rápidamente y con su saco la cubrió tomando su mochila.
__ Ustedes. __ dijo, señalando a los de seguridad. __ Están despedidos.__
__ Sr. Taisho. __ Susurró, apenada cuando sintió ser guiada por él, que la cobijaba contra suyo para darle calor era pleno invierno y con sus ropas mojadas estaría más que seguro que se enfermaría.
__ Sube. __
Fue lo único que dijo y asi ambos subieron rápidamente.
__ Ve a secarte o enfermarás, por allí está el baño. __
__ Lo siento, Señor __ tomó su mochila y se dirigió al baño.
-- Eres tan hermosa Higurashi --
No solo estaba enamorado de su atrayente belleza sino también de esa manera de mirarlo con total y genuina inocencia.
Él también cambió su ropa y luego de salir, ella ya se econtraba sentada con un extraño atuendo muy juvenil, le causó un estremecimiento total ver sus piernas al descubierto.
__ Y.. yo lo siento, señor .__
Se había puesto en pie y no dejaba de dar reverencia , se encontraba en calcetines blancos, con un buzo overside color rosa y un short que era cubierto por este.
Los ojos del platinado se desviaron a sus pies.
Arqueó una ceja .
__ ¿Te encuentras?.__
Ella sola asentía.
__ Mí vestimenta, yo lo siento, no tengo nada seco más que esto. Perdí casi toda mi ropa y yo.. nose..__
El platinado negó y sintió unas enormes ganas de aferrarla contra su cuerpo, se notaba una gran angustia en ella, algo le había ocurrido y ahora que la veía así, no lo dudaba.
__ No es de importancia tu vestimenta. Solo quiero saber ¿ Porqué, te encuentras en este estado? Te he mandando a mí chofer a buscarte y tú.. __
Ahora era ella quien negaba avergonzada pero a la misma vez, llegó aquella punzaba en medio de su pecho al recordar porque se encontraba de ese modo y sin darse cuenta de su acto se arrojó a los brazos de su jefe sin ocultar más su tristeza, lloró, estaba sola en el mundo.
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No supo como sucedió pero la azabache se había terminado durmiendo en sus brazos cansada de tanto llorar.
( Princesa )
La joven se removió buscando quizás de una manera incociente su calor. Él tímidamente la abrazó dejándola sentirlo.
__ Sr. Taisho... ¿ Desea algo de cenar? __
La interrupción de aquello tan íntimo que se había formado fue desapareciendo con la llegada de la azafata que veía asombrada la escena.
Los ojos de la Azabache se abrieron desmesuradamente al verse muy aferrada al cuerpo de su jefe. Quería salir corriendo de allí pero su reacción fue taparse la boca ante tanta vergüenza.
__ Lo siento, te ha despertado. __ le dedicó una leve sonrisa.
Fue inevitable no sonrojarse para ella.
__ Sr. Taisho yo.. perdone . __ nuevamente se reverenció.
__ ¿Desea de cenar algo, Higurashi?. __
Ignoró su disculpa, no era necesaria, no para algo que le había encantado.
__ Señor realmente yo, no.. __
__ Por las tantas cosas que has dicho antes de quedar dormirda, asumo que te has.. separado. ¿ no es así?__ Señaló su dedo anular.
Kagome solo asintió tímidamente, su boca había hablado demasiado entre tanto llanto, se desahogó con quien menos lo esperó.
__ Cásate conmigo. __
Agradecía estar sentada porque juraba que sus piernas habían dejado de funcionar cuando su cuerpo se llenó de emociones antes tal descabellada propuesta.
Su mirada era fría, enigmática, malditamente sensual sin querer serlo que Kagome no podía sostenerle el contacto visual por mucho tiempo.
La azafata cuando escuchó ello, se retiró más que sorprendida sin decir nada.
__ ¿ Usted está bromeando conmigo?.__
__ No tengo porque hacerlo. Siempre tuve la esperanza de que algún día su relación deje de funcionar para tener una oportunidad con usted Señorita Higurashi. No es propio de un caballero meterse en una relación pero ahora que se ecuentra soltera, le pregunto nuevamente..
¿Quiere ser mi esposa?. __
Se pellizco el brazo, emitiendo un leve grito al hacerse doler para poder comprobar lo que estaba viviendo.
-- ¿ Realmente esto pasa en la vida real?--
Por un momento, se sentió la protagonista de alguna historia cliché de Wattpad donde el jefe se queda con su secretaria y se enamoran perdidamente y blabla..
Muda era poco.
__ Dudo poder volver a ser felíz si no la veo durmiendo entre mis brazos nuevamente. __
La boca de la Azabache se abrió cayendo hasta de una manera caricaturesca.
El hombre al ver su asombro la jaló de su brazo haciendo que ella cayera sobre suyo.
___ ¡Señor !
__ Si aceptas, prometo amarte hasta el último día de mi vida.__
__ S.. se se..
__Déjame curar tu corazón y mostrarte que yo si podría serte leal solo a ti a diferencia de ese hombre que no supo valorar lo más preciado de esta Tierra. _
Se econtraba totalmente agitada sus rostros estaban demasiado cerca.
El señor Taisho para ella era el hombre más hermoso que había visto en la vida. Lucia como un extraño y sensual dios con sus exóticos y perfectos rasgos. Pero jamás había querido mirarlo de más o de alguna otra manera que no fuese con sumo respeto ya que, era su jefe y lo admiraba como tal, sin contar que ella tenía prometido, jamas vió capaz ni en su sueño más lejano pensar que su enigmático empleador se enamorara de alguien como ella.
Eran innumerablemente tantas las mujeres interesadas en él. Una más hermosa que la otra pero si había algo de cierto en todo esto y que había notado desde hace rato ya, es que él nunca mostraba interés en ellas. Sus ojos le habían hecho conocedora de que el hombre rechazaba una por una y para ser honesta algunas eran tan hermosas y adineradas como él.
¿ Entonces realmente estaba enamorado de ella?
¿Todas esas cosas poéticas que había dicho debían de ser verdad o no?. Todo su cuerpo temblaba, seguramente la conmoción de ese extraño día.
__¿ Usted.. Me.. ..
__ Quiero ser suyo.
Acarició su rostro, se grabó en su memoria cada gesticulaciones, sabía que la joven no lograba procesar su loca declaración y era más que obvio pero él no dejaría que otro le ganase la oportunidad de hacerla su mujer para el resto de su vida.
-- Si estoy soñando... no me puede despedir... ¿ O Sí?.--
Apoyó sus pequeñas manos temblorosas en el varonil rostro y se perdió en ese enigmático mirar que tanto le atraía silenciosamente. Terminó por cortar la distancia entre sus labios y apoyó su boca contra la de él. Sintiendo por primera vez, las mariposas de la cuales las cursis novelas tanto hablan y que ella, solo creía fantasía, hasta ese momento.
Un sutil gemido escapó de los labios de la Azabache cuando la invitación de la fina lengua de su jefe la envolvió en una danza tentadora. Era un movimiento tan delicado y atrayente cargado de una pasión única que junto con sus manos sujetas a su cintura le estaban brindando el calor que había perdido tras estar bajo la lluvia.
La falta de oxígeno los obligó a soltarse. Ambos agitados tratando de controlar sus respiraciones parecían perdidos en el mirar del otro.
__ Dime.. dime que no es solo un sueño. __
Sesshomaru la acariciaba mientras apoyaba su frente contra la suya tratando de contener tantos sentimientos.
Kagome solo negó absorta en la belleza del hombre.
__ Puede que lo sea. __ apenada por las sensaciones, habló en voz baja.
__ Entonces si es así.. __ la tomó con algo de rudeza, mordiéndo su labio inferior levemente y sonriendo tan seductoramemte que su intimidad vibró como jamás antes lo había hecho. __ Te haré el amor antes de despertar.
__ Mnn. __
Esta vez, el beso fue tan demandante, tan necesitado de ella. Ambos se estaban devorando. Las manos firmes se colaron bajo ese gran buzo descubriendo que allí bajo no existía más nada que suave piel.
Sus dedos experimentaban la gloria misma deslizándose por las curvaturas de su diminuta cintura, llegando a sus perfectos turjentes senos que a diferencia de su frío cuerpo emanaban calor.
__ Oh.. que delicia. __ Susurró contra su boca mientras los acariciaba deleitándose.
__ Señor.. __
El buzo voló a alguna parte desconocida en ese momento, ni ella sabía que le sucedía parecía poseva de sus caderas que se movían buscando cualquier tipo de fricción. Su pantalón estaba tan abultado que le resultaba una delicia masturbarse de una manera descarada con el miembro duro de su jefe, claro un sueño, uno triple X.
Trató de cubrirse con sus brazos al notarse semi desnuda pero él, besó su piel y con su nariz rozó uno de ellos acariciandola, estremeciendo cada particula de su ser.
__ Eres arte, Higurashi. __
Quitó sus brazos y se relamió al notar que sus pezones estaban tan erectos como él.
__ Ah.. __
Los acarició con su pulgar, los apretó sutilmente y jaló para ganarse un exquisito gritillo.
Pero fue hasta que su lengua tocó aquella cereza sabrosa que su cuerpo se entregó totalmente a la disposición del hombre. Este intensificó su agarre cuando comenzó a succionar de unos de ellos sin contemplaciones.
Las manos de la ojiazul se aferraban a las hebras plateadas impulsandolo a comerla mejor.
__ Más.. __
-- Claro muñeca--
Entre sus dientes sostenía aquella protuberancia y jugaba con ella de una manera experta, estaba claro que sabía muy bien lo que hacía.
Kagome había perdido cualquier tipo de razonamiento y brincaba sobre él. Estaba tan exitada que en su pequeño short ya estaba presente la gran humedad que traspasaba desde su braga incluso, mojando la tela del pantalón del contrario.
__ Desnudate para mi, Higurashi. __
Hipnotizada era poco, acató su orden como solía hacerlo todos los días tras alguna diligencia laboral y sin pensarlo ni por un instante, se colocó en pie con su ayuda.
Quedó frente suyo con su mini-short que pronto fue bajando de una manera lenta como si estubiera acariciandose así misma. Todo bajo la atenta y ardiente mirada de su jefe que mientras se deleitaba con la esplendida visión calmaba su dolor acariciandose.
Solo una fina braga blanca en conjunto a esos calcetines del mismo color era la convinación perfecta para volarle la cabeza.
-- Mi mujer --
La acercó y acarició su vientre, lamiendola vulgarmente para luego de manera sutil pasar dos de sus dedos por la humedad de su tanguita.
__ Oh.. por dios. __
__ Tranquila.. __
Se levantó del asiento y la tomó por su cuello besandola salvajemente. Kagome sujetaba del mismo modo, tratando de seguirle el ritmo pero se notaba quien era el experto aún así, eso, no era impedimento para disfrutar de según ella, su sueño erotico.
__ Usted es tan malditamente hermoso. __
Sesshomaru sonrió ante semejante confesión. Sabía que la belleza era un gen en su familia y él era la perfecta definición de ello pero escucharlo de la boca de la mujer de sus sueños, no podía mediarlo en palabras.
Decidió jugar un poco.
__ No crea que con halagos solucionará la falta cometida. __
__ ¿ Mn?
La azabache en su nube de exitación, no comprendió mucho, solo quería dejarse comer por su sexy jefe.
__ Girate e inclínate
La visión fue un orgasmo visual. Sus pupilas cubrieron casi por completo el dorado de su iris al ver a la ojiazul en cuatro pie, abriendo sus piernas mostrando todo lo hermosa y perfecta que era. Apoyada contra una pequeña mesa en donde debería de estar la cena, y si lo pensaba bien su cena estaba allí servida para ser devorada.
Besó su espalda acariciandola, sintiéndola temblar ante su certero tacto.
Llegó hacía su utópico trasero, tan perfecto, firme y redondo que lo usaria de almohada todos los días de su vida.
Porque luego de hacerla suya ya no podría dejarlo, no se lo permitiría.
Terminó por quitar aquella humeda y pequeña braga, la olfateó hasta impregnarse de su dulce aroma.
__ Que linda... __
No le fue suficiente y terminó por arrodillarse, abrió sus labios vaginales inspeccionando lo que le pertenecía y enterró su rostro allí llenándose de ella.
__ ¡ Señor Taisho!. __
Su grito cargado de asombro y placer se escuchó por todo el jet. Las pequeñas manos de la joven se aferraron a la madera de la mesa y se dejó llevar por el placer de ser devorada.
Sentía la lengua invasora del platinado, escarbando muy pero muy dentro suyo. Era suave pero por momentos donde golpeaba contra su clitoris se volvía firme. Ya hasta ese entonces la había hecho olvidar que había roto un compromiso tan solo horas atrás .
__ Si.. si más porfavor. __
La azabache movía las caderas mientras era sujetada con mucha fuerza. Él subía y bajaba lamiendola desde el comienzo de su perfecta cola hasta su palpitante botón, la chupaba como la fruta más jugosa y deliciosa y si, para el hombre lo era.
Dos grandes y largos dedos se enterraron en su intimidad sin previo aviso. Él gruñó y ella ronroneó en respuesta.
Los metió con fuerza, girandolos, para volver a sacarlos una y otra y otra vez haciendo que los gemidos invadan el sofocante hambiente.
Antes de hacerla llegar a la cúspide, cortó su orgasmo como penitencia. Ella, aún en su posición giró su cabeza notando como el hombre nuevamente se había sentado. Estaba lamiendose los dedos como un animal.
Desabrochó su cinturón y sin pudor siendo observado, metió su mano, sacando a relucir su venoso, duro y bestial miembro.
Sonrió, acariciandose como un pervertido al ver el gran asombro en el rostro de la jove.
__ Ven aquí. __ palmeó uno de sus muslos.
Obediente como siempre caminó la corta distancia sin despegar la vista del espectáculo que era ver a su jefe masturbarse con su enorme pene. Su vagina se había convertido en un grifo abierto haciendo que hasta sus piernas estuviesen mojada con sus fluidos.
__ No tengas miedo, es un buen niño. __ la sonrisa de Sesshomaru era una maquiavelica.
Ella se arrodilló y el abrió más sus piernas, invitandola, no esperaba ello pero si su futura esposa lo deseaba, no podía decirle que no a nada.
-- Es mi sueño y hago lo quiero --
Fue su pensamiento, le dedicó una sonrisa coqueta y tomó con delicadeza su falo haciendo que el hombre gima.
__ Se un buen niño. __ dijo, depositando un casto beso en la punta de su verga que se movió involuntariamente pareciendole responder a ese juego sexual.
Lamió todo el tallo desde la base de sus testículos, acariciandolos y chupando escuchando los eroticos gemidos que la incentivavan a más.
La lengua de la joven subía y bajaba sin dejar un rincón sin explorar.
Llegó a la punta donde su glande relucia goteando. No tardó en probar su miel y jugó con la circunferencia de su punta como una pequeña que disfruta de su paleta favorita.
Una de las manos del hombre enredó los azabaches cabellos y jaló ayudándola .
__ Si.. así.. __
__ ¿ Así?__ preguntó, inocentemente aún unida a su miembro con un hilo de saliva.
Sesshomaru comenzó a embestir su boca. Moviendo su pelvis tan sensualmente que parecía danzar.
No lo soportó más y la apartó. La azabache refunfuñó. Estaba tan delicioso que no quería parar.
__ Montame. __
La ojiazul mordió sus labios estaba a punto de follarse a su respetado jefe.
¿ Lo haré?
Pero ¿ A quién quería engañar?
Se apoyó con sus manos en sus hombros, él la acomodo a su antojo y ella se fue introduciendo esa dura carne.
__ ¡Oh por dios!. __
Sesshomaru la sujetó por sus caderas y la sentó de un solo golpe. Haciendo que su falo quedara incrustado en lo recóndito de su vagina.
__ Esto no es un iglesia.. pero pronto estaremos en una. __
La risa masculina sólo la hizo mojarse más sobre él, que no había efectuado movimientos para que se acostumbrase a su gran tamaño.
Llenó de besos su rostro, acarició su espalda. Ella lo besaba del mismo modo hasta que no lo soportó más, dejó el miedo de lado y comenzó a moverse suavemente.
__ Hazlo a tu ritmo.. mi amor.. __
La ojiazul sonrió. Pasó sus manos por su cuello y sin dejarlo de mirar se mecía, muy suave, mientras se meneaba circularmente. Subía, bajaba aumentando la velocidad, la fricción de las pieles de sus genitales comenzaba a quemar.
Ambos estaban adheridos. El platinado la movía con mayor fuerza y se comía sus gritos desesperados de lujuria. Por cada salto que ella daba, su pene se estrujaba dentro siendo apretado. Sabía lo que significaba.
__ Ah... ah.. señor..
__ Correte Higurashi, es una orden. __
__ Si.. si..
Tuvo que sujetarla porque su cuerpo convulsionó de placer ante semejante espamos que le produjo el exquisito y violento orgasmo.
Fueron tres certeras y profundas estocadas más, que bastaron para llenarla de su abundante esencia. Su pene no estaba de acuerdo en dejarla de llenar de su blanco y espeso esperma complacido con lo acojedor y estrecho que era su interior.
Ambos trataban de recuperarse ella apoyando su cabeza sobre el pecho del hombre y él apoyando su mentón sobre su Azabache cabellera.
La abrazó con fuerza sin salirse aún de su interior.
Kagome sonrió sin ser vista dejándose consentir por el hombre que la había cuidado durante esos últimos meses.
Tomó el pequeño rostro en sus manos, notando la gran sonrisa de ella que lo miraba con una ternura única.
__ ¿ Te encuentras...
__ Acepto..
Fue ella quien ahora tomó sus mejillas para besar sus labios con mucho amor.
__ Acepto ser su esposa. __
La felicidad de Sesshomaru no cabía en su pecho. Su corazón desbordaba alegría. Finalmente la espera había valido la pena y su sueño se convirtió en realidad aunque él muy secretamente siempre supo que desde el momento en que ella había llegado a su oficina en busca del puesto de secretaria, ya se había ganado el puesto de " Esposa".
Por aquel momento tuvo un solo pensamiento y fue el de...
" Por Siempre Mía"
***Fin***
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