El baile
Miles de jóvenes eran presentadas ante el joven castaño, desde rubias, castañas y azabaches.
-La princesa Marinette Dunpaing-cheng-asunción a una joven de cabellera azabache y grande ojos azules.
Como siempre el joven correspondió el saludo de la joven con una reverencia mientras que su padre lo vigilaba desde lejos, el hombre pelirrojo maldecía una y otra vez lo obstinado que era su hijo. Miles de jóvenes hermosas lo rodeaban pero el simplemente las ignoraba.
-Es tan terco como su madre-gruñía al ver a su hijo-¿Por qué no puede entender que debe elegir a una princesa?-
-Estoy seguro que puedo arreglar eso-respondió Dargo con una sonrisa-Solo déjemelo a mi majestad-
-Cuento con tu ayuda-suspiro el rey cansado.
Por otra parte fuera del palacio una carroza de oro se detenía enfrente de las escaleras.
-Apúrate Jim-gritaba Jack.
-Cállate anciano y abre la puerta-le brindo un zape a Jack.
Una vez que se abrió la puerta dejaron ver a una joven que era ayudaba a bajar por un castaño, Merida observaba con maravilla aquel lugar. Parecía un sueño ese lugar, era como si las palabras de su padre al contarle sobre los castillos que había visto cobraran vida.
-Es sorpréndete-susurraba la pelirroja compleja.
-No pierdas tiempo Meri-interrumpo Jim sus pensamientos-Recuerda lo que el Hada dijo-
-Es verdad-anuncio Frost-Pero también disfruta todo el tiempo que puedas, te lo mereces-
Tras una cálida sonrisa por parte de sus amigos, la pelirroja se arrojó para abrazarlos a ambos. Al terminar aquella acción de afecto los tres se dirigieron al castillo.
-Lady Gothel y sus hijas-la mujer azabache le entrego un trozo de papel a un hombre.
-Yo soy la más hermosa-interrumpió Astrid.
-Y yo la amante de los chocolates-tras un codazo de su hermana Ana corrigió-La más lista quiero decir-
Aquel hombre se encontraba confundido por lo que había pasado, sin embargo era con el trabajo que tenía que lidiar.
-¡Lady Gothel y sus hija!-anuncio llamando la atención de varios invitados-¡La muy hermosa doncella Astrid y la muy inteligente Ana!-
Las tres mujeres bajaban con gracia, pero Hiccup solo rodaba los ojos al ver como las dos chicas hacían una reverencia si dejar de verle.
¨Esto es tan incómodo¨ pensó el castaño.
Por otra parte una linda pelirroja entraba al castillo, el solo hecho de estar en aquel lugar le parecía un sueño del cual no quería despertar.
-Este lugar es muy grande-se dijo a si misma-Espero que Hiccup no sea impaciente esperando-
No muy lejos de aquel lugar lograban distinguirse voces lo cual había sido como una bendición para Merida, sin embargo no fue lo que esperaba.
-Oh diablos-susurro muy por debajo de su tono.
Todos los presentes la observaban y ella solo estaba de pie en el centro de la escalera ¿Y ahora cómo diablos salgo de este lugar? Se preguntó a si misma, con algo de pena hizo una pequeña reverencia ante los presentes para después bajar con porte y gracia.
Aquel momento no pasó desapercibido por cierto castaño, sus ojos brillaron en el momento que la joven entro a escena. Con un paso apresurado camino directo hasta el centro de la pista donde se encontraba Merida, una sonrisa inundo la cara de ambos.
-Hola-murmuro la chica un poco sonrojada-Lindo atuendo-
-Lo mismo puedo decir de usted My lady-la risa del castaño era nerviosa pero emociónate-¿Me concederías esta pieza?-una pequeña reverencia fue más que suficiente.
-Me ofendería que no me lo pidieras-con cautela la chica extendió su mano.
La melodía de un piano acompañado de violines comenzaba a inundar la velada, los dedos de Merida se entrelazaron con delicadeza con los de Hiccup mientras que su otra mano se posaba en su hombro al igual que una mariposa en una flor. El castaño por su parte coloco su mano en la espalda de la pelirroja mientras disfrutaba del roce de su mano.
Con el paso firme Hiccup guiaba a Merida con facilidad, un paso adelante y luego uno atrás. No era algo difícil de recordar e incluso repetitivo en algunas veces debido a solo ser 6 pasos básicos, ya que ambos sonreían satisfecho de no pisar a su compañero. El castaño se separó un poco de Merida para hacerla girar mientras ella gustosa cumplía con su roll ¨Olas que chocan en la costa¨ fue lo que pensó Hiccup al ver como el vestido de Merida giraba junto con ella.
Los invitados presentes no tardaron en ver como la pareja se sonreía al igual que dos cómplices que guardan un secreto, la mayor parte de las chicas de lugar se preguntaban sobre la misteriosa chica pelirroja mientras que otras envidiaban el momento con el príncipe.
El mundo desapareció ante ellos dos, ninguno prestaba atención a los murmullos o quejas de los invitados. El tiempo se había detenido y nada existía más que ellos, sus miradas era lo único que deseaban ver en ese momento esperando que perdurara aquel instante lleno de perfección.
-Luces muy hermosa esta noche-Hiccup rompió el silencio que había entre los dos.
-Al igual que tu-sonrío Merida tímidamente.
-¿Luzco hermoso?-su expresión cambio por una pensativa pero divertida a la vez-Bueno creo que entonces usar un vestido me quedaría al igual que un guante-
La risa de Merida se hizo presente ante el comentario irónico, pero para Hiccup no había un sonido más dulce que aquella risa.
La música se detuvo pero fue acompañado de una serie de aplausos, ambos rieron por aquello. Todos los presentes fueron en dirección a la pista mientras, aunque nuestros jóvenes optaron por irse de aquel lugar.
-Así que un príncipe-interrumpió el silencio Merida-¿Por qué nunca me lo dijiste?-
-Si lo hubiera hecho ¿Me tratarías de la mima manera?-pregunto el castaño-No me mal entiendas Meri, pero se que me hubieras tratado como un superior y no como tu igual-Merida no respondió ante lo dicho por Hiccup-Lo único que quería era encontrar a alguien que me tratara como una persona normal, no como un tipo lleno de títulos y esas cosas-soltó un suspiro lleno de cansancio.
-Solo tenías que se tú mismo-interrumpió Merida-Si algo se es que lo que importa realmente es como es una persona internamente, no por todo lo que pueda tener o ser-
-Aunque tu tampoco me has dicho toda la verdad-aquello tenso a Merida ¿Acaso sabia su secreto?-¿Por qué no me dijiste que eras una princesa?-
El alma de la pelirroja regreso a su cuerpo en el momento que ella escucho al castaño.
-Creo que tenemos mucho que hablar-río la pelirroja-Aunque es una historia que no me gustaría recordar por el momento-
El solo hecho de revivir todas las escenas que había vivido la joven le provocaba dolor, no quería que Hiccup sintiera lastima por ella. Ambos caminaron por el pasillo hasta que la joven se detuvo, observo como en uno de los cuadros estaba bellamente detallado. Cada detalle incluyendo sus pecas se encontraba en ese cuadro.
-Si que eres buen mozo-respondió sorprendida la joven en el cuadro- Eso o el pintor es realmente bueno-
-Si pero ese no es mi cuadro favorito-las palabras de Hiccup tomaron por sorpresa a Merida-Acompáñame-
Ambos chicos caminaron a lo largo del pasillo hasta detenerse en un gran cuadro, en aquella pintura se encontraba una mujer de cabello castaño que sujetaba con amor a un bebé de cabello castaño y ojos grandes llenos de curiosidad.
-Es hermosa-Merida realmente estaba maravillada por la belleza de la mujer-Ambos se parecen mucho-
-Mi madre estaría alagada-el joven sonrío al observar como la pelirroja veía maravillada a la que una vez fue su madre-Según mi padre soy idéntico a ella-
-Todos tenemos algo de ambas partes-levanto sus hombros con tranquilidad-Mi madre siempre me decía que era idéntica a mi padre-
Ambos chicos hablaban animadamente, Hiccup contaba historias de los tiempos en que su madre estaba viva y como lo obligaba a comer anguilas en algunas cenas. La cara de asco le daba diversión a la pelirroja. Por su parte Merida contaba pequeñas historias sobre la infancia que había vivido con sus padre, los momentos en que hacia travesuras con sus amigos Jack y Jim hasta los momentos en que su padre se iba de viaje.
Con cada conversación ambos se animaban más, tanta fue su distracción que no se dieron cuenta que ahora se encontraban en los jardines del castillo. Entre cada paso el chico admiraba la belleza y actitud de la pelirroja, para él no había nadie más perfecta que ella. Ambos se sentaron en el borde de la fuente, la luz de la luna era la única iluminación que necesitaba para no perderse en la oscuridad.
El había tomado una decisión en ese momento, no importaría lo que dijera su padre. Nadie iba a hacerlo cambiar, no por nada era más terco que un jabalí según su opinión.
-Merida....-trago un poco de saliva-Quiero preguntarte algo-
-Claro-sonrío la pelirroja-¿Qué sucede?-
-Merida yo quiero decirte que...-
Una campanada se escuchó a lo lejos, aquello solo significaba una cosa. Hiccup no le había dado importancia pero Merida sabía que significaba, de un movimiento se levantó de su lugar.
-Lo siento debo irme-respondió un poco triste-Se me hace tarde-
-Pero aún es temprano-respondió el castaño levantándose también-Quédate solo 5 minutos-
-Lo siento-la pelirroja se apresuró a correr-Calabazas, ratones, tú me entiendes-
Hiccup se quedó estático ante las palabras de su compañera, soplo un poco en busca de mal olor pero no era su aliento lo que la había alejado.
-Bueno por algo dicen que soy terco cuando se mete una idea en mi cabeza-decidido comenzó a perseguir a la pelirroja.
Mientras por la mente de Merida se cruzaba una sola idea ¡Corre, corre como si no hubiera un mañana! El tiempo se estaba agotando y de una u otra forma debía llegar a su hogar, esperaba que nadie ni su madrastra la reconocieran en aquel baile. Por otra parte deseaba saber que era lo que Hiccup quería decirle, era frustrante y a la vez misterioso; especialmente saber que era un príncipe.
-Maldición-gruño con cierto enojo-Te maldigo reloj por adelantarte antes de tiempo-
Sin más que decir sujeto su vestido de la mejor manera para correr muy rápido.
¿Creyeron que estaba muerta?
Pues revivi XD una disculpa por dejarlos tanto tiempo sin actualizar, pero no me encontraba en un buen momento además de que me di un tiempo para descansar. Por lo que actualizare más seguido, eso y que estaba trabajando en un projecto Miraculous que se encuentra ya disponible por si gustan leerlo XD
¡Nos leemos luego!
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