Jungkook

Al fin llegamos a casa, menos mal que salimos de esa tienda porque si fuese por Tae compraría todo y me dejaría en la quiebra.

- Tae deja esas bolsas en la cocina que yo después ordenó todo.

- ¿puedo ayudarte después? - mencionó mi amigo que se dirigía a la cocina.

- esta bien, pero prometeme que no vas a comerte todo.- le respondí mientras me tiraba al sofá.

- no prometo nada.- se escuchó su risa.- pero si tengo hambre asaltare la lasena.- me causó un poco de gracia.

Despues de un rato de estar tumbados en el sofá, agarré a Tae del brazo y lo tiré de éste para dirigirnos a la cocina a ordenar todo lo que compramos.

- ¿puedo llevar estas papas fritas para comerlas mientras jugamos?

- esta bien, pero sólo una bolsa.

Como era de esperarse de Tae no me llevó ni el apunte y se llevó como tres bolsas y salió corriendo de la cocina al living.

- te dije que sólo una.- lo mire frunciendo el ceño.

- vamos kookie, siéntate.- omitió lo que le dije y golpeó un lado del sofá para que yo tomé asiento, no me quedo de otra que sentarme a su lado.

Después de un rato estábamos tumbados en el sofá y cada uno con un control de la play, entreteniendonos jugando y las tres bolsas de papás fritas se encontraban abiertas en la mesa que estaba al frente del sofá. Mientras tae estaba jugando, agarró una cantidad de papas y los introdujo a la boca.

- no seas un puerco y come bien.- lo regañe, mientras estaba mirando fijo la televisión.

- de acuerdo... mamá kookie.- esto último lo dijo entre unas risas.

Nos tomamos un tiempo para descansar aunque el que quiso parar fue Tae, porque si fuese por mi, estaríamos jugando toda la noche.

- ¿quisiste parar porque te estaba ganando?

- no es eso, además si estabas por ganar fue porque yo me distraje mirando como se me caía una papa de la boca.

- ¡mentiroso! Estabas perdiendo y no te quedo de otra que pedir un tiempo, porque no te gusta perder.- le señalé y después me puse a reír.

- ¡eso es verdad!... digo mentira.- se tapaba los oídos para no escuchar nada más, como si fuese un niño.- si sigues así no me va a quedar de otra que hacerte sufrir.

- ahh si... mira como tiemblo.- empecé a temblar mis manos en forma de burla.

- ahora verás...

Tae se tiró arriba mío y me empezó a hacer cosquillas,  atacando primero mi estómago y después a mi cuello.
No me quedé atrás y le di vuelta y comenze a atacarlo con mis manos. Lo único que se podía escuchar en la casa eran nuestras risas de focas retrasadas, después de un rato cuando nos dimos cuenta de que nos faltaba el aire de tanto reírnos, decidimos parar para tomar aire.

- ahhh... ko.. kookie, esta guerra va a continuar.- se reincorporó en el sofá.

- cállate y sigue tragando aire...- ya no me encontraba agitado.- además, esta guerra la gane yo.

- ya lo veremos.- me habló mientras se secaba algunas lágrimas que le habían salido por las cosquillas que le hice.

Nos pasamos casi toda la noche jugando sin importarnos que hora era, nos decidimos ir a dormir cuando Tae empezó a cabecear del sueño que tenía y ya que mis ojos se estaban cerrando por si solos, por así decirlo, nos levantamos del sofá y nos íbamos a dirigir al baño que se encontraba en la planta alta.

- espera kookie necesito sacar mi cepillo de dientes.

- date prisa...- fue lo único que pude decir, porque la verdad que ya me estaba muriendo de sueño.

- ¡ya está!- pude observar que el cepillo en la parte del mango tenía un pequeño León.

- ¿no estas grande para usar un cepillo con un León en él?

- ¿que tiene que ver que sea grande? Además, me gusta que tenga este pequeño León.- señaló al animalito que se encontraba en el mango- ¿no es bonito? Raaw~ - intentó imitar a un león y eso hizo que casi se me salga una carcajada.

- vámonos ya.- me seque una lágrima que amenazaba con salir.

Subimos las escaleras y nos dirigimos al baño para cepillarnos los dientes. Luego de terminar, le dije a Tae si había traído su mochila del living y éste negó con la cabeza por lo que tuve que decirle que vaya a buscarlo y que lo esperaría en mi cuarto.

- pero kookie~ yo no quiero bajar.- se dirigió a mi dándome una mirada de cachorro desamparado.

- ¿que te cuesta bajar? Son sólo unos cuantos escalones.- señalé las escaleras.

- es que me da mucha pereza bajar y subir.- hizo un puchero.

- esta bien, voy yo por ella.- le indique en donde se encontraba mi habitación y después me dispuse a bajar las escaleras.- maldito y estúpido alien.- murmure para mi mismo.

Después de bajar y subir de vuelta las escaleras para buscar la mochila de ese alien, me dirigí a mi cuarto y veo que Tae estaba revisando mi armario y como estaba tan entretenido chismoseando quien sabe que, me apoye en la puerta observandolo.

- vaya... te dije que no tenías que revisar nada.- al percatarse de mi presencia, se dio media vuelta y atinó a sonreír por lo nervios.

- n... no esta... ba revisando- se le notaba los nervios que tenía.- sólo perdí algo por aquí y lo estaba buscando.

- ¿y se puede saber que era?

- mmm... bueno... era...

- bueno eso ya no importa.- lo saque de tanta tortura, ya que si seguía pensando que excusa decir, se le podría explotar su pequeño cerebro.

- tu dormirás aquí.- señalé un futon que se encontraba acomodado al lado de mi cama- toma.- le di una almohada y tae sólo la agarró.

- ¿puedo dormir contigo?- me miró con cara de súplica.

- ni pensarlo, aprende a dormir en el piso.

- ¡pero no quiero!- se cruzó de brazos.

- si lo haces, prometo darte una bolsa de dulces.- y como un niño obediente se tiró en el futon.- buen chico.

- ¡buenas noches kookie! - agitó su mano en forma de despedida y se dio vuelta.

- buenas noche tae.- tire mi mano y apague la luz.

"Esta noche fue entretenida" y después de un rato, cerré mis ojos y todo se tornó oscuro.

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