17
Capítulo 17
Había decidido hacerme oídos sordos de los comentarios, no era la primera chica que se embriagaba y se acostaba con alguien, nadie tenía derecho de juzgarme. Aún me seguía sintiendo mal por lo sucedido, pero no podía dejar que aquello me marcara, debía seguir con mi vida y eso significaba tener también que alejarme del par de chicos de las montañas. No tenía nada en contra de Logan, pero no quería tener problemas con una chiquilla rica y por eso tuve que hacer lo que no había tenido el valor de hacer.
Dejar mi clase de literatura.
Habían pasado dos semanas desde que dejé mi empleo, ya no era el que hablar de las personas y eso era un total alivio. Era difícil no toparte con dos personas que estudian en tu misma escuela y ves a diario, Matt hacía cómo si yo no existiera y no me molestaba en lo absoluto, había estado observándolo por un par de días y pude notar que no era el mismo chico que describía con tanta devoción, tenía una idea errónea de él y no me había percatado de ello hasta ahora por ser una idiota que parecía tener una venda en sus ojos.
Con Logan todo había sido más complicado. Me pedía constantemente una explicación de lo que había sucedido y que yo no podía darle. Me había encariñado con ese chico y había sido realmente fuerte alejarme de él.
Me encontraba cruzando tranquilamente los solitarios pasillos de la escuela, era la hora del descanso y todos estaban en la cafeteria, pero yo no era la única que no estaba en ese lugar. Me detuve en seco al ver una figura masculina al final del pasillo y di media vuelta al reconocerlo, aceleré el pasó, pero era muy tarde, el chico me había visto. En dos estancadas Logan estaba junto a mi y me tomó del brazo, no rechisté, sabía que sería una pérdida de tiempo hacerlo.
Me llevó al cuarto del conserje y nos encerró a ambos ahí.
Recordé la vez que estaba enojada con el y estábamos en la misma posición, esta vez, el chico era quien estaba furioso ¿y como no estarlo? Tenía días ignorándolos cuando se suponía que nos habíamos convertidos en aliados para un proyecto en común.
—¡Vaya! No sabía que el cuarto del conserje era nuestro lugar especial —bromeé.
—Sabes que hacemos aquí.
Chasqueé la lengua —No tengo ni la menor idea.
Por la rendija de la puerta, entraban unos rayos de luz que me dejaban visualizar su rostro. Tenía el ceño fruncido y pude notar que sus ojos se oscurecían cuando se enojaba. Aún así se seguía viendo guapo el condenado.
—No te hagas la tonta, Cober. Me esquivas como si tuviera una enfermedad contagiosa, ¿qué es lo que te pasa?
—No se de que me hablas.
Crucé mis brazos sobre mi pecho y el chico pasó las manos sobre su cabello, aparentemente exasperado.
—Claire. No tengo la culpa de lo que sucedió, rompí todos los contactos con... —retuve la respiración, no quería escuchar su nombre y el pareció darse cuenta —con el-que-no-debe-ser-nombrado.
—Vaya —dije asombrada —, Has leído Harry Potter.
Relajo un poco su rostro y el asomo de una sonrisa apareció en sus labios —Es mi saga favorita.
—El mío también —murmuré en un hilo de voz —. Todo este tiempo creyendo que eras un muggle...
Me miró fijamente al escucharme y abrió la boca, pero volvió a cerrarla, negó con la cabeza y regresó a la conversación inicial —Fui la única persona que estuvo después de ti esa noche y ahora me dices que tú y yo no podemos ser amigo ¡necesito que me lo expliques, Claire!
Resoplé e intenté sentarme en el suelo, pero el espacio me limitaba y no podía moverme ni un solo centímetro si no quería que nuestros cuerpos se rozaran —Ya dije lo que tenía que decirte. No podemos ser amigos Denbrough, lo siento.
—¿No puedo saber al menos la razón de tu decisión?
—No quiero tener problemas por estar cerca de ti.
Volvió a fruncir el ceño y quise golpearme por lo que había dicho, había metido la pata y hasta el fondo. Logan acercó su rostro al mío, su respiración chocaba sobre mi cara y pude sentir como mi pulso se aceleraba.
—¿Y por qué ibas tener problemas por estar cerca de mi? Si no quieres ser mi amiga, vale. Pero teníamos un plan y ya no soporto a tu hermana en casa.
Retrocedí tan solo un poco y resoplé.
Sabía que había vuelto a casa, Allison me había llamado días después de aquella noche, feliz de que por fin su novio se sentía aliviado al saber que tenía a su hijo de nuevo en su hogar. Y esa era la razón por la que el chico me buscaba desesperadamente, no soportaba que mi hermana estuviera en ese lugar.
—No quiero estar cerca de ti, te dije que acabábamos con lo que teníamos. Nada del estúpido plan que armé y el cual ni siquiera tuvimos la oportunidad de charlar sobre las siguientes fases.
—¡Podemos hacerlo ahora! Todo puede regresar a la normalidad si no me dices que es lo que te pasa, los dos sabemos que tampoco quieres que tu hermana y mi padre estén juntos.
—¡No quiero verte, Logan! ¡Entiéndelo por una maldita vez!
Retrocedió hasta que la parte posterior de su cráneo golpeó la pared, vi que bufó y luego puso sus dos brazos sobre la puerta, su frente descansaba sobre l misma y los halos de luz que entraban por la rendija, iluminaban su rostro. Desvíe mi mirada al percatarme que me había quedado embelesada mirando su rostro hasta que noté que se giraba bruscamente hacia mi, luego me señaló con un dedo y su ceño fruncido había desaparecido, ahora sus ojos se encontraban abiertos de par en par y sus cejas estaban levantadas.
—Espera un segundo... —dijo y miré fijamente su rostro, esperando saber a qué deducción había llegado —¿comenzaste a tener sentimientos por mi? ¿Es eso?
Di un paso hacia atrás, hasta que fui yo quien se golpeó su cabeza con la pared y negué con la cabeza.
Hace solo un par de semanas no lo soportaba ¡como podía enamorarme de él así de la nada! Había conocido una nueva versión de Logan de la cual debía admitir que me gustaba, se había comportado muy bien conmigo y sabía que nos habíamos convertido en el refugio del otro. Pero yo no sentía nada por mi compañero de literatura y me rehusaba a creer que estoy o me estoy enamorando de él.
—No digas tonterías —murmuré tras un bufido.
Tomé la manilla de la puerta para escapar, mi mano había comenzado a temblar bajo la manga del jersey y para mi mala suerte, el chico me impidió salir con su corpulento cuerpo. Me lamenté internamente por ser pequeña y no poder hacerlo a un lado para luego salir corriendo y huir de él.
Así que rendida dije lo primero que se me vino a la cabeza para salir de esta situación.
—¡Mis padres me prohibieron hablar contigo!
Rodó los ojos y soltó una risita irónica.
—Oh, vamos, Cober. Estamos en preparatoria, no vengas con excusas de primaria —maldecí en voz baja por mi estupida mentira. El sabía que mis padres no aceptaban que fuéramos amigos desde lo sucedido en su casa, pero también sabía que no les había hecho caso —. Venga, dime la verdad.
—Bien —musité y el chico sonrió —. Con una condición.
—Soy todo oídos.
—¿Quien te golpeó? —pregunté y el chico palideció.
—Matt...
—No, ese no. El otro golpe ¿Por qué no quisiste decírmelo?
—No te lo diré.
—Ok, entonces yo no dire nada.
—¡Está bien! Me metí con personas con las que no debía y me golpearon. No te dire mas detalles.
—¿Estas metido en problemas?
—Tranquila, ya está todo solucionado ¿ahora me dirás que es lo qué pasa?
—¿Qué es lo qué pasa? —dije mirando distraídamente la escoba que descansaba a mi lado.
—Claire...
—¡Bien! Te diré, pero me prometes que no le dirás nada —rodó los ojos y asintió —. Daniell me acorraló en el baño y me dijo que no me quería ver cerca de ti si no quería tener consecuencias. Es una niñita rica, puede hacer cualquier cosa por ver que estoy cerca de ti.
Frunció el ceño.
—¿Por qué haría ella eso?
—¿Por qué es tu novia y quiere cuidar lo que es suyo?
—Ah, si. Cierto. Tranquila, lo solucionaré ¿vale?
—¿Vale?
—Y comunícate más conmigo en vez de ignorarme por dos semanas.
—¿Ya puedo salir? Tengo hambre y la campana está punto de sonar.
Finalmente abrió la puerta del cuarto del conserje, me escabullí debajo de su brazo y salí corriendo, lejos de él. Escuché un reproche detrás de mi y me detuve en medio del pasillo, aproveché que el pasillo se encontraba aún vacío y grité:
—¡Iré a visitar a mi hermana esta noche! —le guiñé un ojo y desaparecí de su vista.
Y vaya sorpresa llevé aquella noche.
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