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NOTAS: ¡Hola, gente bonita! Debería estar escribiendo Hasta donde quiero llegar, pero no pude resistirme al hype del MegaOp/DPax. Hace un chingo que no escribo lemon de Tf xd me siento fuera de forma, pero estaba inspirada así que espero que les guste. 

Esta historia consta de dos partes, que sacaré después. Mientras tanto, gozenlo 7w7

[ . . . ]

Tras largas horas de arduo trabajo, la jornada laboral de los mineros había terminado, dando fin a su día. Cada femme y mech, completamente exhaustos se preparaban para irse deseando el tan anhelado descanso en sus cámaras de recarga.

Cuando un grupo se marchaba hacia la salida, su supervisor Darkwing apareció en la puerta, deteniendo su andar y lo primero que pasó por sus mentes fue que les exigiría quedarse horas extras, lo que generó frustración y enojo en más de uno.

No obstante, el mech de gran tamaño se hizo a un lado, dando paso a más de un individuo que llevaban consigo grandes cajas que lucían pesadas.

—Día de energon endulzado —anunció con indiferencia ante las expresiones confusas de los mineros.

Las caras de estos se iluminaron abruptamente como si la energía que se les había drenado a lo largo del día regresara a sus cuerpos.

Victoriaron y celebraron por tan merecida recompensa y la noche de fiesta que les esperaba.

Los cargadores bajaron las cajas y de a grupos, se fueron acomulando alrededor de estas para esperar recibir su parte.

Pasados unos micro-ciclos, en uno de los rincones, estaban los inseparables D-16 y Orion Pax conversando con sus respectivos tarros de energon.

En realidad, D-16 no quería quedarse, pues estaba demasiado cansado para una fiesta por mucho que le gustara el energon endulzado, un privilegio que sólo les daban de vez en cuando, pero el entusiasmo de Pax lo convenció de quedarse por miedo a dejarlo solo y que hiciera una de sus locuras; además, le gustaba ver feliz a su amigo.

Se sentaron en una de las mesas a charlar y a beber. D16 llevaba dos tarros y seguía lúcido, pues tenía buena tolerancia a ese tipo de energon, contrario a Pax que al poco rato con unos cuantos tragos, estaba fuera de sí y se veía reflejado en que hablaba más de lo que normalmente hacía y estallaba en carcajadas por cualquier cosa.

Cuando pusieron la música, Orion no pudo resistirse a bailar en la pista junto a muchos de sus compañeros a tope de copas al igual que él. D, ya que no le gustaba llamar la atención y mucho menos bailar, sólo observaba con su bebida en la mano mientras Prowl y Jazz le hacían compañía.

—Orion está que arde, eh —comentó Jazz mirando de reojo al de óptica amarilla.

—Al igual que la pista de baile, ¿no, D? —lo imitó Prowl, ya que no era un secreto para nadie que esos dos eran bastante íntimos.

El mencionado se limitó a voltear la mirada, ignorando las insinuaciones de ambos.

—Le dije que no tomara tanto energon —se quejó—. Podría estar descansando en mi cámara ahora mismo, pero en lugar de eso, estoy aquí para cuidar de su tra...

—Ah... ¿D? —ambos mechs se miraron entre sí, incómodos ante una escena que acontecía a las espaldas de D16 mientras este hablaba sin darse cuenta hasta notar el intercambio de miradas cómplice entre sus compañeros, manteniendo una expresión de duda como si estuvieran pensando en si decirle o no lo que ocurría, pero no tuvieron que hacerlo cuando D decidió darse la vuelta, presa de la intriga, sólo para encontrarse con el intenso show que su amigo estaba armando.

Orion se encontraba bailando provocativamente, meneando sus caderas de manera sensual y lenta en medio de dos bots ligeramente más altos, demasiado pegados a él, tanto que sus cuerpos rozaban entre los movimientos de baile.

—No sabía que Orion era tan coqueto, je... —Jazz le dio un codazo a Prowl para hacerlo callar y que no siguiera comentando nada innecesario que empeorara la situación.

El mech a sus espaldas tuvo el atrevimiento de tocar el pecho de Pax, acariciando parte de su armazón rojo mientras que el de enfrente lo agarró de las caderas para pegarlo más a él.

Pax tenía la mirada perdida en una expresión risueña. Mientras su mente parecía estar en blanco, su cuerpo se mantenía en movimiento como si estuviera en piloto automático. El bello zafiro de sus ojos tenía en leve destello rosado, señal de un consumo excesivo de energon endulzado que lo tenía en ese estado.

Al presenciar la desagradable escena, la expresión de D se oscureció y el recipiente medio lleno bajo su mano fue aplastado como si fuera una simple lata, ante la mirada atónita de sus compañeros que enmudecieron al ver su reacción.

El sujeto que bailaba frente Orion le extendió su bebida, ofreciendola para que el perdido bot la tomara entre sus manos sin siquiera pensarlo y empinarse el líquido hasta derramarlo por los mecanismos de su cuello.

Orion estaba bebiendo más de lo que era capaz de procesar.

D se puso de pie haciendo un estruendo al estrellar el recipiente desecho contra la mesa y se dirigió hacia ellos con pasos fuertes.

El mech que estaba a punto de besar los labios de Orion empapados de energon, fue tomado del cuello y jalado hacia atrás despegándolo de un sólo tirón. D16 lo lanzó contra una mesa que se volcó por el impacto, el mech recibió uno que otro golpe por los tarros que había sobre su superficie y ni siquiera hizo el intento de levantarse después de eso.

D jaló a su amigo hacia sí, apartándolo del segundo sujeto que recibió un golpe en la cara que lo mandó a estrellarse contra una de las paredes.

La escena llamó la atención de cada minero presente, despejándose de su diversión ante el drama repentino.

—Uh... D... estoy mareado —Orion estaba apoyado en el cuerpo de su amigo, sosteniéndose de los hombros para evitar caerse mientras este lo sujetaba firmemente con uno de sus brazos.

D buscó la mirada de su amigo escondida en su regazo hasta que sus ópticos se encontraron con el color zafiro deslumbrante de Pax cuando este alzó la mirada un poco confundido como si acabase de despertar de un sueño. Desde el primer segundo que sus orbes se encontraron, Orion quedó absorto ante la severa mirada que nunca había visto en su amigo, lo que lo dejó sin palabras.

D observó que el destello rosado aún abundaba en los ojos de Pax. Dejó escapar un suspiro y agarró a su amigo para cargarlo sobre su hombro ante las miradas expectantes e intrigadas del resto de mineros.

—Ya fue suficiente energon para tí por hoy —el enojo en su rostro era evidente, alguien tan tranquilo como D16 no solía mostrar esas actitudes frente a los demás, lo que no le permitió a nadie entrometerse o hacer comentarios mientras veían como se marchaban.

—Orion metió la pata hasta el fondo esta vez —comentó Jazz cuando los dos mineros habían desaparecido de su vista.

—¿Viste la cara de D? Casi se me sale el aceite —el tema abundó entre los amigos por un rato, hasta que con el pasar de breves ciclos, zanjaron el tema.

D se dirigió hacia las cámaras de recarga, ubicando la de Orion donde lo depositó con cuidado. Por suerte, este aún estaba despierto, aunque completamente ebrio.

Su amigo lo tenía prácticamente acorralado contra su cámara. Pax sonrió y aprovechó su cercanía para acariciar su rostro con ambas manos, perdiéndose en su mirada dorada mientras fijaba su mirada en los labios ajenos con la tentación de besarlo.

—D... —la cercanía entre sus rostros se desvanecía a medida que Orion se aproximaba, pero el minero le apartó las manos alejándose lo suficiente para ver a su amigo a los ojos y asegurarse de que este tuviera un panorama completo de su rostro, un movimiento brusco que sorprendió a Pax.

—Orion,¿qué soy para ti? —cuestionó con una voz grave y baja, mirándolo sin cambiar un ápice su expresión. Las manos de Orion permanecían atrapadas en las de D16.

Ligeramente desconcertado y perdido por la pregunta espontánea, exclamó.

—Mi... mejor amigo, obvio.

—¿En serio? —D azotó ambas manos a los costados del cuerpo de Pax, lo que hizo que este se sorprendiera por el fuerte golpe—. Porque parece que te gusta fastidiarme en cada oportunidad que tienes.

—D, yo...

—Ya tuve suficiente, Orión... Siempre haces lo mismo; jugando conmigo, provocándome y tomandote todo a la ligera, creyendo que sólo me quedaré parado como un tonto a mirar cómo te burlas de mí, sin importarte las consecuencias.

—D, lo sien... —la mano del mech sobre su boca cortó sus palabras. Este disminuyó la distancia entre sus rostros, permitiéndole al minero rebelde observar más de cerca la mirada amenazante en los ópticos que extrañamente habían adquirido una tonalidad anaranjada.

—Silencio. Yo hablo. Tu escuchas... No vas a salir ileso está vez, Pax —con la misma mano con la que le cubría la boca, tomó bruscamente su rostro para estampar sus labios sobre los ajenos cuyo dueño, al hallarse en una posición vulnerable, no fue capaz de reaccionar.

Movía sus labios torpemente, buscando una manera de corresponder adaptándose al ritmo de la boca que danzaba de forma brusca y hambrienta contra la suya.

Orion gimió entre el beso al sentirse abrumado por la rudeza con la que su rostro estaba siendo sujetado y la violencia con la que D devoraba su boca..

El leve temblor que recorrió su cuerpo fue una reacción que provocó complacencia en D16 quien llevó su otra mano al armazón de su compañero, acariciando la superficie roja de su pecho, descendiendo a los sistemas íntimos de su amigo.

Orion se contrajo al sentir la mano invasora e instintivamente apretó sus piernas al mismo tiempo que se rompía el contacto entre sus labios por un jadeo de sorpresa.

—¡D, espera! ¡Ya entendí, lo siento! —notoriamente nervioso, Pax interpuso una mano entre sus rostros, pero la expresión de su amigo no cambió.

—¿Prefieres que esos dos idiotas te toquen y no yo? —el mech plateado se distanció para elevar a Orion agarrándolo de las piernas y empotrando su espalda contra la cámara, Pax se vio obligado a rodear el cuerpo ajeno con ellas para evitar caerse.

Aprovechando la posición, D repasó su glosa por el cuello de Orion, acariciando apasionadamente el contorno del espacio vacío en su pecho, esto produjo un temblor en Pax que lo llevó a aferrarse a los hombros de su compañero por las ondas eléctricas que se producían en sus engranajes por el contacto.

—Ah... D... —el mech ojos de zafiro rodeó el cuello ajeno, haciendo que este elevara la mirada para ser recibido con un profundo beso que aunque lo dejó sorprendido, no tardó en corresponderlo, abrazando el cuerpo de Pax que en su estado parecía ser un experto en el arte de besar, pues sentía su glosa bailar contra la suya, repasando cada rincón de cavidad, era embriagador y lleno de deseo, cada roce, cada caricia.

La posición hizo que la entrepierna de ambos entrara en contacto, rozándose una contra la otra, haciéndose un estorbo cada vez.

D16 descendió sus manos de la cintura de Orion hacia su parte trasera, haciendo presión con sus dedos en la placa protectora que resguardaba su válvula.

—¡Ah! —el tacto intrusivo sorprendió al mech azul y rojo, obligándolo a romper el beso tras su gemido, un sonido que hizo a D temblar de deseo.

—Espera, D...

—Será mejor que te abras para mí, Orion —susurró, mirándolo fijamente—, porque pienso drenarte cada gota de energon endulzado para que te pongas sobrio, me mires a los ojos y te disculpes por insinuartele a esos dos. —D continuó su labor repasando su lengua por el contorno del espacio vacío ubicado en el pecho de Pax, un contacto tan íntimo que provocó en éste un leve espasmo y al ver que era efectivo, siguió haciéndolo con más intensidad que antes, lamiendo cada centímetro y de diferentes maneras la cavidad de su pecho. Esto hizo que el minero rebelde, inconscientemente abriera los sistemas de su entrepierna; el primer puerto escondía un cable con decoraciones azules y el segundo, una válvula intacta, húmeda debido al lubricante producido por el sobrecalentamiento de sus sistemas.

Los dedos de D16 rozaron con su válvula, haciéndole gemir nuevamente.

El minero podía sentir cómo su chispa estaba acelerada y eso provocaba que el resto de su mecanismo se calentara mientras tocaba el cuerpo de su querido amigo. Cada roce, hilo de voz y mirada estaban produciendo algo en él que iba creciendo con cada ciclo, una emoción que invadía su mente impidiéndole pensar con claridad y se apoderaba de su cuerpo, tentandolo a dejarse llevar.

En un principio, su intención sólo era asustarlo para enseñarle una lección, para demostrarle lo serio que puede llegar a ser pese a su naturaleza tranquila, pero algo en él ya no podía detenerse.

Insertó dos dígitos suavemente dentro de su puerto resbaladizo y como consecuencia, el cuerpo de Orion se aferró a él con más fuerza, totalmente tenso.

—Ahí... Es raro... —D movió cuidadosamente cada dígito en el cálido interior de Pax, degustando de sus numerosos gemidos y temblores que le producían cada movimiento suyo.

En cuestión de segundos, se hizo lo suficientemente acogedor para que sus dedos comenzaran a embestirlo con más velocidad y constancia.

—¡D... No puedo...! Ahí- ¡Ah! —el sitio goteaba por el exceso de lubricante producido a ese punto, empapando la mano de D y el puerto de Orion cuyos ópticos soltaban lágrimas de aceite por el exceso de placer que lo embriagaba.

El minero de armazón plateado liberó su cable, incapaz de resistir por más tiempo las ganas de llegar más lejos.

—Más... D... —este gruñó y posicionó su miembro en la entrada de Orion. Se detuvo un momento a apreciar su expresión; sus ópticos estaban más brillantes que nunca al igual que sus mejillas por el aceite derramado y de su boca entreabierta escapan gemidos e incoherencias dictadas por la excitación que nublaba su mente, dejando ver su glosa.

—D, te necesito... Más, por favor... —la morbosa súplica de Orión fue demasiado para que D16 pudiera procesarlo. Su cuerpo cedió a sus impulsos sin detenerse a pensar en otra cosa y se adentró en él de una estocada que sacudió el cuerpo del interpuso minero—. ¡¡AH!!

Sus manos se aferraron al cuerpo del otro quien se acostumbrada a la nueva e increíble sensación de estar apresado en el interior de su mejor amigo. Se sentía como si hubieran sido creados a la medida del otro; todo encajaba a la perfección, nada sobraba ni nada faltaba. Su inserción era simplemente perfecta.

La válvula de Orion lo estrujaba obscenamente mientras D se aferraba a sus caderas con desesperación mientras intentaba apaciguar el ardor de su chispa que pareciera estar en llamas.

—Hah... D, eso.... Duele —un leve sollozo fue suficiente para llamar nuevamente la atención de D para besarlo atropelladamente, transmitiéndole su deseo de poseerlo y llegar a lo más profundo de su ser.

Mientras sus lenguas se enredaban en una intensa danza de aumentar el contacto íntimo, D16 aprovechó para comenzar a moverse y con cada embestida, un gemido de Orión moría entre sus bocas.

Se separaron cuando Pax no podía contener más sus gemidos. Se retorció echando la cabeza hacia atrás al sentir nuevamente el cable de D golpear su interior. Para su comodidad, D desenredó la piernas de Orion de su cuerpo y cargó con una en cada brazo, las alzó y siguió adentrándose en su cuerpo sin que este pudiera contener su voz.

Los gritos y jadeos del minero inundaban los receptores auditivos de D16 y esto solo lo motivaba a continuar sin detenerse.

—¡D... Más! —el mech azul y rojo estaba perdido en el placer y sentía que su clímax estaba cerca.

El minero plateado volvió a pasar su glosa por la cavidad de su pecho, haciendo que se estremeciera al tacto—, Ah... D... —. Sin poder continuar, un fluido transparente salió disparado del cable de Orion, lo que provocó que el otro minero lo siguiera descargando en su interior junto a un nivel desmedido de placer.

Las piernas de Orion temblaban entre los brazos de D mientras este jadeaba, alentando el palpitar enloquecido de su spark.

Pero seguía sin ser suficiente. El intenso encuentro lo había dejado marcado y pese al agotamiento, no quería detenerse.

D cambió de posición dejando los pies de Orion en el suelo y dejandolo de cara contra la cámara para desconcierto de este.

Lo agarró nuevamente de las caderas, pudiendo apreciar con detenimiento el desastre que había dejado entre sus piernas; chorros de lubricante ajeno y propio manchando y escurriendo desde su zona íntima hasta sus muslos.

Orion, agitado, giró como pudo la cabeza para ver a su amigo de reojo.

—¡Espera! Está posición no me gusta.

—Cállate, Orión. Tú siempre haces lo que quieres, pero ahora es mi turno.

—Pero... —el otro minero no lo dejó moverse cuando intentó girarse.

—Haré lo que me plazca contigo, ¿está claro? —sin darle chance a responder, lo embistió nuevamente aferrándose a su cintura. El choque de sus metálicos cuerpos y los jadeos de Orion eran los sonidos que inundaban el pasillo vacío, haciendo eco en las paredes.

—¿Te gusta esto, Pax? —acercó sus labios al receptor auditivo, contorneando sus caderas.

—Ha... Siento... que voy a romperme.

—Pregunté que si te gusta.

—¡Ah! ¡S-sí... me gusta! D, pero voy a...

—¿Qué? ¿Ya estás cansado? Apenas estoy empezando.

—Estoy... lleno ¡Hah! Por favor, un... descanso ¡Ahh... ! —D presionó el cable de Orion para sorpresa de este y comenzó a masajearlo sin detener las embestidas.

—Me pregunto si le estarías diciendo lo mismo a esos dos mechs. Si no me hubiera metido, ahora mismo estarías haciéndolo con esos dos tipos —recordar aquella imagen de Pax bailando seductoramente entre ellos, desató una ira en su ser que desquitó contra el puerto húmedo de Orion quien no podía dejar de temblar.

—N...no... No haría esto.... con nadie más, D. Me gustas... nunca haría esto con nadie que no fueras tú —como pudo, giró su cabeza para poder verlo con los ópticos inundados en aceite mientras se lo decía y aquello, apaciguó el enojo del minero plateado, así como lo cautivo, sentimiento que se vio reflejado en su mirada cuyo tono naranja disminuyó para volver a brillar con esa bella luz amarilla.

Abrazó la cintura de Orion y se descargó por segunda vez en su interior, haciéndolo gritar el sentir nuevamente si interior ser llenado abruptamente.

—Lo siento, D... —habló el mech exhausto y la vista nublada—. Sólo quería ponerte celoso, para saber si sentías lo mismo...

D16 retiró su cable, provocando un estremecimiento en el más bajo. Lo giró para mirarlo a los ojos con una pasión que desbordaba en sus ópticas.

—Lo hiciste perfectamente —secuestró su boca una vez más, formando un beso lleno de ternura y fogosidad.

Orion abrazó el cuerpo de su ahora amante y se fueron deslizando por la cámara hasta que llegaron a parar al suelo donde D colocó a Pax boca arriba, volviendo a posicionarse entre sus piernas e insertando su miembro una vez más, arrancándole gemidos incallables a su amado.

—¡Ah! D, te amo —jadeo entre el beso mientras sentía numerosos chorros de lubricante resbalar a lo largo y ancho de su retaguardia.

—Yo también, Orion.

[ . . . ]

NOTAS: Me encanta que D16 sea lindo y tranquilo, pero que sus celos lo hagan mostrar otra faceta posesiva e imponente :3 Esperen la segunda parte.

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