Cap. 5
VACÍO... Vacío fue como me sentí después de escuchar su conversación, HERIDO al sentir que en verdad son felices, cuántas veces las chicas con las que me acuesto no me han dicho un « Te amo » y ahora me doy cuenta que ellas al igual que yo solo buscan sexo, por eso esos « Te amo » suenan tan vacíos en mis recuerdos, por eso ninguna de ellas se atrevía a dejar a sus novios y preferían la infidelidad, porque al igual que ellas saben que yo no les puedo dar el amor que quieren.
Sirius solo termino de colocarse la ropa para recargarse con cuidado en la pared, quería reírse de la situación, se le hacía tan cómica que él, el gran Sirius Black el más grande mujeriego de todo Hogwarts sufriera por algo que él consideraba banal.
« Amor » esa palabra que le causaba náuseas y consideraba enfermedad mortal, aquella que sentía era una alimaña echa para absorber la libertad, la odia, la repudia y más sin embargo ahora la anhela con desesperación, ahora la venda en sus ojos a caído y puede sentir ese vacío que el sexo no llena, el vacío y soledad que siente cuando está solo, cuando sus amigos no están, cuando su cama está vacía y no le gusta.
Eso es lo que le parece gracioso, que una persona como él anhele algo por lo cual a estado huyendo, incluso puede sentir como su estómago se revuelve, siente doler su cabeza por darle tantas vueltas al asunto y aún así no puede sacarlo de su mente.
No sabe cuanto a pasado desde que se quedó anclado a la habitación, ya no hay ruido, así como está de silenciosa la casa puede escuchar las respiraciones de la alcoba, esas malditas respiraciones sincronizadas que parecen a verse hecho la una para la otra, inconscientemente vuelve sus manos puños hasta volver blancos sus nudillos debido a la presión.
Aprieta con furia los dientes hasta que se oye un rechinido a causa de la fuerza que ejerce, pero no es consiente de estos actos.
Tampoco es consiente del momento en el que se adentro a la habitación sin preocuparle el hecho de que no estén dormidos, su mente solo se despeja al ver los desnudos cuerpos de ambos chicos ser cobijados del frío por las gruesas mantas, queriendo guardar el calor de sus cuerpos, mientras se aferran al cuerpo contrario.
Detalla y guarda cada movimiento en su mente, su hermano tiene una respiración lenta y pausada, su rostro se ve sereno y sin signo alguno de esa máscara de frialdad y pulcritud que muestra siempre, sin importarle las consecuencias, tira un poco de la sábana que cubre al otro cuerpo... Su conciencia le dice que no lo haga, pero sus movimientos y deseos por saber que realmente se trata de Snivellus son más rápidos y grandes.
No pudo evitar jadear de la conmoción al ver lo inevitable.
Es difícil reconocerlo de aquella manera, el grasiento chico nunca se a mostrado así ante nadie.
No es el chico que ha visto vistiendo grandes túnicas al doble de su talla, aquel que lleva el pelo mantecoso todo el día, al que ese pelo caído y dañino a la vista le cubre el rostro, el que tiene una piel fea y cetrina; no encuentra vestigio alguno del chico que ha atormentado en todo lo que lleva de la escuela, simplemente no lo hay.
En su lugar hay un chico que muestra un cuerpo frágil y lleno de delicadas curvas, no hay músculo alguno asomándose, pero tampoco hay grasa, es visible un hermoso cabello de tono azabache que cae delicadamente por los lados de su rostro en pequeñas ondulaciones y se ve tan sedoso y bien cuidado, un bonito rostro que ahora resguarda tras los párpados esa hermosas joyas cual tesoro, pero lo deja contemplar las largas pestañas negras, la ceja de color oscuro que define las facciones de su delicada cara, una nariz algo respingada pero que no deja de hacer menos atractivo a su dueño, y unos labios a los cuales jamás prestó atención, unos belfos de un tono rojizo suave, que parece degradarse con forme llega a exterior, pequeños y delgados, pero carnoso en el centro.
Una mano atrevida pasa su palma en la arrebolada mejilla del pequeño chico que duerme, y se sintió tan bien, su piel no es como de la imagino y no es que se haya imaginado como seria tocar al chico murciélago, pero ahora sabe que es tersa y sedosa; delicada y que enrojece con fuerza al más mínimo toque.
Y como si Regulus sintiera que alguien está tocando lo que es suyo, frunce el ceño y atrae más al pequeño cuerpo de su novio contra el suyo, arrancándole un gemido de satisfacción a Severus, que se acurruca mejor para sentir el calor del cuerpo mayor.
Sirius observa como el ceño se destensa y pasa la mano por encima de la manta para sujetarlo con fuerza, incluso dormido no dejara que Severus escape, no después de haberse enamorado tanto del chico frágil y de hermoso sentir que tiene a su lado.
Y ahora el que frunce el ceño es él, y recuerda las palabras que le dijo en la mañana, solo es un promiscuo y las chicas con las que se acuesta igual, no entiende el por qué su hermano si puede gozar el ser amado de la misma forma que ama, porque su hermano que decidió cumplir con las expectativas de sus malditos padres, por qué el que decidió ser un elitista Sangre Pura, por qué el que prefiere las artes oscuras, porque el que es una maldita serpiente rastrera y traidora, por qué su hermano si puede disfrutar de ser feliz con alguien, mientras él se siente hueco.
Él que decido la ruina y desprecio de aquellos que se decían ser su familia, el que los reto al ser encasillado en Gryffindor, el era el valiente y noble, el era el aguerrido y caballeroso, el había sufrido más que esos malditos prejuiciosos, el merecía ser feliz, pero porque su hermano que decidió pensar al igual que ellos está disfrutando de lo que él cree ser merecedor.
Era injusto, era injusto lo que había decidido, era justa la soledad que sentía.
Una sonrisa con ese dejé característico de todos los Black apareció, si el futuro estaba escrito pero era incierto, el trataría de modificarlo a manera de que su recompensa llegará.
Justo cuando estaba por salir, volteó hacia donde yacían los cuerpo en el lecho, su sonrisa se ensanchó más al ver al pequeño Snivellus suspirar.
El merecía ser feliz.
Salió de la habitación silbando, ahora estaba de buen humor, y dentro del cuarto dos jóvenes dormían sin ser conscientes de lo que se avecinaba.
Será una dura prueba del amor y confianza que se tiene entre ellos.
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