Para Sirius la situación no le importaba realmente mucho, el seguía siendo el favorito de muchas chicas, algo así como su propio ejercito si lo quisiera, solo tenía que dedicarles una de sus sonrisas seductoras para que ellas y algunos ellos hicieran todo lo que él quisiera.

Pero si algo logro perturbar su almuerzo fue lo que su hermano menor dijo y que nunca se había puesto a pensar en ello, ahora se daba cuenta de que en verdad era un mantenido; ahora tenía algo en que pensar seriamente antes de que llegarán las próximas vacaciones, aunque la palabra “trabajo” le provocará arcadas, tendría que pensar en algo que pudiera hacer, generar dinero y que le dejara tiempo para disfrutar... Vaya lata.

Una parte suya quería ignorar la idea de trabajar, sabía que los Potter por más inconvenientes que él les provocará jamás le negarían la ayuda ni su casa, pero ahora que escuchaba esas palabras en su mente, sonaba muy mal, tendría que buscar a alguien para follar y despejar su mente.

Uniéndose a sus amigos en sus asientos, compartió su “gran” idea, con lo que no contó es que Prongs se partiría de la risa hasta caer de su silla, Moony trato de reprimir una risa pero fracaso en su intento; Peter por otro lado miró la comida en su plato como tratando de encontrar el significado de esas palabras que salieron de su boca.

Para que mentir, Sirius Black se sintió algo ofendido e indignado.

- Creen que no soy capaz de trabajar? -

- No te lo tomes a mal padfoot, es solo que tú no estás hecho para el trabajo pesado, amenos que esté sea Quiddicht o ser un Auror, pero trabajar ahorita, no me lo creo. -

- Y ustedes están de acuerdo con lo que dice James? -

Peter asintió fervientemente mientras que Remus solo le dió un si, para después seguí comiendo.

Condenados amigos los que se consiguió.

Ahora Peter apostaba con James todas sus golosinas acerca de que él no aguantaría ni una semana trabajando, pero James apostó a que no aguantaría ni un solo día.

- Traidores - susurro ofendido para luego masacrar su comida.

Luego de la comida, se dirigieron a la sala de transformación, no era su clase favorita por que la compartía con las malditas serpientes, pero cornamenta y él se las ingenia antes para disfrutar la clase y molestarlos.

Y sobretodo a su presa favorita.

- Hey James, ya viste quien está ahí -

- Oh pero si es nuestro imbécil favorito, Snivellus-

Pronto comenzaron a molestar al pálido chico, que lejos de dejarse comenzó a defenderse.

- No tienen nada mejor que hacer imbéciles -

- Vamos Snape, solo estamos jugando no Prongs -

- Claro claro, Por cierto Snivellus, Lily te da las gracias por salir de su vida, y yo también; vámonos chicos. -

A principios de ese año, Lily y el habían discutido, lo que terminó con un Severus llamándola sangre sucia, y una pelirroja negándose a perdonarlo, desde ese momento la que creyó fue su mejor amiga y su primer amor pasaba más tiempo con el chico que le hizo las bromas más crueles e insultos  hirientes.

Ahora ya no le importaba si Lily le habla o no, con el tiempo aprendió que las heridas sanarían, algunas dejan cicatrices pero normalmente dejan alguna lección que aprender.

Aparte, ahora tenía mejores cosas que hacer a las cuales si le importaba invertir su preciado tiempo.

Al llegar al salón, tomó asiento en la parte lateral derecha sacó algunos pergaminos y plumas, sus libros de texto, miró a la ventana de al lado, con un poco de desinterés, el clima de otoño le gustaba, era frío y cálido a su vez, esa comparación le hizo atisbar una delicada sonrisa.

Ahora que los merodeadores le ponían menos atención ya que James se auto proclamó como ganador por el amor de Lily, ya no había motivo por el cual molestarlo, ya que incluso él se mostraba indiferente con Lily... Comenzó a escribir lo que la profesora Mcgonagall dictaba o al menos lo que el creí relevante, sus días era muy tranquilos en la escuela, tal vez no podría decir lo mismo de su casa, pero pronto buscaría la manera de evitar eso.

Severus era una persona bastante pasiva realmente, si no te metías con él, no encontraba motivo para maldecirté... Sus compañeros de casa no le prestaban atención, ya que al ser mestizo, lo consideraban algo insignificante; y siendo de escasos recursos por no decir inexistentes no despertaba interés en sus compañeros Sangre Pura y de familias adineradas.

Él consideraba su existencia como la de un fantasma, solo que a diferencia de su maestro de historia, a él parecían no verlo o tomarlo en cuenta para nada.

Pero realmente eso no le importaba lo  que ellos creyeran o opinaran de su persona.

Por fin había aprendido que él era mucho más valioso como individuo que todos ellos juntos.