Capítulo 6: CON UN PROPÓSITO💙
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— Creo que fui muy clara contigo — dijo Marlene mirándome furiosa mientras me aventaba contra la pared.
— No... No sé de qué hablas — dije titubeando.
— ¿No lo sabes? — rió — ¿Eres tonta o qué? Te dije que no quería verte cerca de Alex...
No respondí, simplemente bajé la mirada hacia el suelo. Deseaba que algún maestro llegara y me salvara de esta chica y sus amigos. Pero como siempre nadie acudía a ayudarme.
— Por última vez te lo vuelvo a decir — con sus manos alzó mi mentón para que la mirara a los ojos — Deja a Alex en paz o te las verás conmigo.
— ¡Marlene! — alguien gritó.
<Gracias a Dios>
— Te dije que la dejaras — Alex había llegado hasta donde estaba y apartó a la pelirroja de mí —. Deja en paz a Stella.
— ¿En serio vas a defender a esta...?
— Es mi amiga y claro que voy a defenderla.
— ¡Eres un idiota, Alex! — espetó mientras chasqueaba los dedos y los demás caminaban detrás de ella.
— ¿Te hicieron daño? — preguntó una vez que nos quedamos solos.
<Solo con sus palabras>
— No, llegaste a tiempo. Alex se acercó y me rodeó en un abrazo.
— Siento mucho que te estén molestando por mi culpa — dijo —. Marlene está enamorada de mí pero la rechacé y por eso está en tu contra porque sabe que somos amigos.
— Está bien, yo estoy bien.
La verdad es que cada vez que estaba cerca de él mi corazón comenzaba a latir con fuerza y despertaban en mí nuevas emociones. Me sentía tan bien con él pero al mismo tiempo me asustaba que fuera a enamorarme y fuera un amor no correspondido.
¿Cómo Alex, un chico tan lindo, se fijaría en mí? Será la burla de todos si eso pasa. Le dirán de cosas si sale conmigo y eso no me agrada para nada. Él es un chico bueno, no merece alguien como yo.
Me aparté bruscamente de él. Alex me miró confundido pero no dijo nada.
— Debo ir a clases — me fui lo más rápido posible de ahí.
Me dirigí hacia las escaleras para ir a la segunda planta del colegio donde tenía la siguiente clase. Nunca imaginé lo que sucedería ahí o más bien quienes me estaban esperando.
— ¡Aquí no tienes a nadie que te defienda! — Marlene se encontraba con su grupo de amigos quienes me rodearon. Comencé a temblar. Recordé todo lo que pasé en la secundaria como también me molestaban y me hacían bromas pesadas. ¿Y si ellos hacen lo mismo?
— Solo déjenme ir, no les he hecho nada — dije sin despegar la vista del suelo.
— Tú peor error fue haber existido y haber venido a esta escuela — dijo mientras reía con maldad.
Mi corazón comenzó a latir con fuerza, mis oídos comenzaron a zumbar. Alcé la vista Marlene seguía hablando pero no podía escuchar lo que decía, todo a mi alrededor empezó a dar vueltas y cada vez era más difícil poder respirar.
— A-Yu... Ayuda... — logré decir con dificultad. Marlene se apartó de mí asustada. En un instante todos habían desaparecido. Mis piernas desfallecieron y estuve por caer al suelo cuando unos brazos me sostuvieron. Cerré los ojos.
— ¡Stella! — escuché a lo lejos pero no pude distinguir quién era, mi vista se había nublado y entonces ya no supe más.
Una hora después.
Abrí mis ojos mientras miraba a mi alrededor. ¿Dónde estaba?
— Despertaste — volteé a mi lado en cuanto escuché esa voz.
— Alex, ¿qué haces aquí? ¿En dónde estoy? ¿Qué fue lo que pasó?
— Me alegra que estés bien — dijo mostrando una sonrisa —. Al parecer sufriste un ataque de pánico y te desmayaste.
Ya lo recordaba. Todo pasó cuando Marlene y los demás aparecieron.
— ¿Qué fue lo que ocurrió? — preguntó.
Podría decirle, podría contarle, quizás él me ayudaría. No, Ella dijo que lo dejara en paz, de hecho creo que él es una de las razones por las cuales ellos me molestan.
— Nada — mentí —. Ya debo irme —. Me paré de la camilla y tomé mi mochila.
— ¿Ya te vas? Déjame llamar a la enfermera.
— No es necesario, yo estoy bien.
Sin decir nada más, salí de la enfermería y me dirigí hacia la biblioteca. No tenía ánimos de ir a clases y tener que ver a esa pelirroja. Posiblemente eso afectaría en mis notas, pero no me importaba. Solo quería desaparecer. Solo quería, por única vez en mi vida, sentirme bien en un lugar, disfrutar de ir al colegio y tener muchos amigos. Ojalá algún día suceda.
Entré a la biblioteca, todo estaba en silencio, la encargada se encontraba muy entretenida leyendo un libro que ni notó que yo llegué. Me senté en un lugar apartado, dejé mi mochila a un lado y recargué mi cabeza sobre la mesa.
¿Por qué tuve que nacer? ¿Por qué al menos no nací con una apariencia bonita? ¿Por qué Dios permite que pase por todo esto?
— Dios. Posiblemente no le importe a él tampoco. Si le importara no me habría hecho así, no habría dejado que me molestaran por mi apariencia.— Reí sarcásticamente.
— ¿Estás bien? — me sobresalté cuando escuché a la bibliotecaria hablar a un lado de mí. No supe en qué momento había llegado hasta donde estaba.
— Sí — limpié las pocas lágrimas que habían salido de mis ojos — muy bien.
— Escuché lo que dijiste — siguió hablando — y déjame decirte que a Dios sí le importas, él fue quien te creó y no fue por casualidad. Él tiene un propósito para tu vida. Aunque tal vez por el momento no lo entiendas, pero créeme que Él está ahí y siempre estará ahí para ti. Su amor por ti perdura por siempre.
Sonreí. Eso se escuchaba tan lindo pero mis pensamientos me decían que no era real.
— Ojalá fuera verdad — solté un suspiro.
— Es real, Dios es real.
— Hace un tiempo atrás que comencé a cuestionarlo, si de verdad existiera y estuviera conmigo, cómo dicen, mi vida sería diferente, quizás habría sido bonita y podría encajar con los demás.
— Eres bonita — sonrió — pero quizás de nada sirva que te lo diga si tú misma no piensas eso. Debes aprender a amarte tal y como eres, porque cuando lo hagas entonces te sentirás plena y feliz... entonces todo será diferente.
— ¿Y cómo logró eso?
— Dejando que Dios transforme tu vida y aceptando su amor. Cuando lo hagas eso marcará un antes y un después en tu vida, entenderás para qué fuiste creada y que Dios nunca se equivoca, nada ocurre por casualidad, todo tiene un plan. Entonces aprenderás a verte tal y como él te ve y te aseguro que no volverás a ser la misma.
— ¿Eso es posible?
— Claro que lo es, yo soy la prueba de que el amor de Dios transforma y cambia tu vida por completo.
— Quizás funciona para algunos, pero no estoy segura si para mí también.
— Deja las dudas atrás y anímate a probar su amor.
— Quizás debería...
La bibliotecaria se puso de pie.
— ¿Cómo te llamas, cariño?
— Stella — respondí.
— Tienes un bonito nombre — dijo con dulzura — y creo que eso eres, una estrella, pero necesitas brillar y marcar una diferencia en este mundo de oscuridad. No trates de encajar y ser como el resto, tú sé esa estrella que brille.
Sonreí. La señora se dio la vuelta y volvió a su escritorio.
Quizás debería hacer eso, quizás debería animarme a tomar una decisión con Dios. Creí que lo conocía por haber nacido en un hogar cristiano, pero supongo que estaba equivocada.
¿Pero y si no funciona? ¿Si eso no es para mí? ¿Y si su amor no es suficiente?
Tantas preguntas invadían mi mente que lo único que quería era encontrar una solución inmediata.
Al llegar a casa, como de costumbre, me encerré en mi habitación toda la tarde mientras trataba de ordenar mis pensamientos y encontrar paz al caos en el que me encontraba.
Mis papás habían salido a una presentación del grupo, siempre solía acompañarlos, pero esta vez les mentí al decirles que tenía tareas pendientes. Solo no quería salir, quería quedarme en casa toda la tarde disfrutando de la soledad que se había vuelto mi única compañía.
Estando en mi habitación Me senté en la cama, rodeada de lágrimas y tristeza. La frase de Marlene seguía resonando en mi cabeza, haciéndome sentir como si no valiera nada. Pero entonces recordé las palabras de la bibliotecaria: "Dios te creó con un propósito, y su amor por ti perdura por siempre".
Me levanté de la cama y me acerqué al espejo. Me miré a los ojos y me dije: "Stella, eres valiosa, eres amada, eres especial". Repetí esas palabras varias veces, tratando de grabarlas en mi mente y en mi corazón. Pero era difícil.
¿Cómo yo podía ser valiosa?
¿Cómo podia ser amada?
No, eso no era posible.
N/A
Hola.
Volvi después de varios días🙈. Espero les guste este capítulo. También estoy trabajando en el capítulo de mi otro libro❤.
¡Bendiciones!
Atte: Paola R.
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