6° CAPÍTULO
Mientras esperaba a que cocinara, se fue un momento a su taller.
Al llegar, observo que debajo de su puerta había una nota de su amigo Diamante.
En donde le avisaba que mañana en la mañana, enviaría 02 de sus autos a su taller para que lo revisara y también enviaría su mercedes para su mantenimiento.
Siguió leyendo la nota, ya que las siguientes líneas eran mas personales, y el peliplateado, le explicaba que se iría de la ciudad por una semana, y que le pedía de favor, que en ese tiempo fuera a ver a su nana y le haga un poco de compañía, porque se podría sentir sola.
Y que cuando Diamante este de regreso, este lo sabría recompensar.
-- ¡Tonto!, .... Eso último no tenias que haberlo escrito, .... Esmeralda, es como si fuera mi familia, y obviamente la voy a visitar cada vez que tu estas de viaje _ Hablo Seiya con la nota en su mano.
Luego observo su taller un momento, como siempre.
En su mente proyectaba como debía de acomodar los vehículos, herramientas y repuestos; para poder moverse con facilidad.
Como su taller no era un espacio grande, no podía acondicionarlo de forma permanente.
Y como en el pueblo, la mayoría se movilizaba en motocicletas o bicicletas, su refacción no necesitaba de mucho espacio.
Las horas pasaron y la noche se convertía en un nuevo día.
Serena, que se había hecho tarde en sus clases no había hecho la limpieza correspondiente a su casa.
Simplemente preparo el desayuno para su padre, su amado y ella; luego se marchó hacia la universidad.
En el camino, se encontró con su novio que la esperaba en su motocicleta.
-- ¡Buenos días mi linda Bombón!
-- ¡Buenos días mi Sei!, .... Toma, te preparé tu rico desayuno y también hice algunos postres.
-- ¡De verdad!, .... Gracias mi amor, eres la mejor.
-- Adulador.
-- No lo soy.
-- ¿A no?, ¿Entonces que eres?
-- Simplemente soy un chico muy enamorado de su Bombón, que dentro de unos años será su esposa, amante, madre de mis hijos y compañera de vida.
La rubia al escucharlo, sonrió alegremente.
-- Sube, .... Que tu primera clase empieza en 30 minutos, .... Y por lo que veo en la bolsa, también hiciste postres para el despistado de Endimion.
-- Me conoces tan bien mi amor, .... Pero no solo para él, .... También hice algunos para tu casa.
-- ¿De verdad?, ¿Por qué lo hiciste?
-- Porque simplemente te amo y deseo que estés siempre bien.
Seiya que no sabía cómo responder a eso, solo sonrió ampliamente.
Se acomodaron en la motocicleta, y luego partieron hacia la Universidad.
Al llegar, un emocionado Endimion los esperaba a la entrada.
-- ¡Qué bueno que llegaron!, .... Tengo que contarles lo paso con mi padre _ Dijo muy sonriente Endimion.
-- Hola Endimion _ Dijo Serena, mientras sacaba un postre y se lo daba.
-- ¡Gracias Sere!, .... Eres tan linda, y de verdad es una lástima que no tengas algún familiar para mí, .... Te juro que seriamos muy felices _ Dijo Endimion.
-- Quieres dejar de divagar, y decirnos de una buena vez, que paso con tu padre ayer, luego de que nos fuéramos _ Dijo Seiya.
-- Pues, .... No paso nada _ Dijo Endimion, luego de dar un primer bocado.
-- ¿Cómo que no paso nada? _ Pregunto Seiya, muy inquieto.
-- Si, .... Verán, mi padre al verse dentro de la cocina, en el suelo y con signos de haberse golpeado la cabeza, .... Dedujo el solo que se trataba de un simple sueño _ Hablo Endimion, guardando la mitad de su postre.
-- ¿De verdad? _ Pregunto Serena.
-- Si a veces mi padre tiene ese tipo de accidentes, .... Por eso cuando lo vi, y le pregunté qué había pasado, el simplemente me dijo que había vuelto a tener uno de esos sueños raros _ Dijo muy tranquilo Endimion.
Serena al escucharlo lo observo muy sorprendida.
-- ¡Bombón!, ¿No tenías prisa por ir a tu salón de clases? _ Dijo en tono divertido Seiya.
Serena al escucharlo, se despidió rápidamente de su novio y su amigo, para luego marcharse con dirección a la biblioteca.
Al llegar y no ver a nadie, saco una hoja de su folder y cogiendo prestado un lápiz de la bibliotecaria escribió un mensaje de agradecimiento y dejo 04 dulces en la mesa, y al costado de estos la hoja doblada con el mensaje.
Se retiro del lugar, para esta vez sí ir hacia su aula.
Al llegar, todos sus compañeros se le quedaron viendo.
La rubia que no le dio mucha importancia, camino hacia su carpeta y se sentó.
Estuvo observando la pizarra por unos breves minutos, hasta que su docente hizo acto de presencia, y comenzó con su clase.
En la dirección, el director Taiki, estaba en una reunión con su esposa la maestra de Medicina Amy y la Bibliotecaria Mimet.
-- ¿Estás seguro de aceptar ese concurso? _ Pregunto Amy.
-- Si, .... Como es un concurso de canto, las inscripciones serán en la biblioteca _ Dijo Taiki.
-- Me parece muy buena idea, .... Así la mayoría de los jóvenes, pisaran al menos una vez en su vida, la biblioteca _ Respondió entre risas Mimet.
Ambos esposos al escuchar a su amiga, se rieron por las ocurrencias de ella.
-- Pero, .... Volviendo al tema del concurso de canto, .... ¿Creen que ganemos? _ Pregunto Mimet, seria.
-- Se nota que no confías en Seiya Kou, Mimet _ Respondió Taiki.
-- ¿Seiya Kou?, ¿Qué tiene que ver él en esto? _ Volvió a preguntar Mimet.
-- Simple, .... El será el que nos representará y además ganará el concurso _ Hablo esta vez Amy.
-- ¿Cómo pueden estar tan seguros que eso pasara? _ Dijo Mimet.
-- Porque Kou, no querrá quedar mal ante su novia _ Hablo Taiki.
-- Yo no estaría tan segura de eso _ Hablo en tono dudoso la bibliotecaria.
-- Pues para estar seguros de su participación, tenemos algunos meses para convencerlo, .... Y es ahí donde entras tu Mimet _ Dijo Taiki.
-- ¿Yo?, ¿Cómo? _ Pregunto dudosa la mencionada.
-- Convencerás a la novia de Seiya, para que ella lo convenza de participar y ganar el concurso _ Dijo esta vez Amy.
Mimet, al escucharlos abrió sus ojos sorprendida y decidió marcharse a la biblioteca.
Taiki y su esposa, al ver como su amiga se marchaba; se miraron entre ellos desconcertados.
Las horas fueron pasando, y el día había acabo.
Mimet, que ya se encontraba en su casa se preguntaba cómo podría convencer a Serena, para que ella a su vez convenza a su novio de participar en el concurso y ganar.
Estaba alistando su cena, cuando de repente una idea vino a su mente.
Sonrió para sí misma, y siguió con lo suyo.
En otro lugar, Diamante se encontraba en la suite de un prestigioso hotel.
Recostado sobre un cómodo sofá, perdido en sus pensamientos producto de la débil fragancia de su pañuelo rojo.
-- ¡Serena, Serena!, .... Te prometo que cuando vuelva, tú y yo por fin estaremos juntos, .... Serás mi esposa, mi princesa, mi reina, .... Todo lo que pidas, todo te lo daré, tus deseos serán mis ordenes, .... Y si deseas pondré el mundo a tus pies _ Se repetía el peliblanco, con los ojos cerrados, cada vez que aspiraba el aroma del pañuelo.
Pasaron unos minutos, y unos toques en la puerta e interrumpieron su fantasía.
-- ¿Qué sucede? _ Pregunto Diamante, luego de guardar su tesoro.
-- ¡Majestad!, ¡Disculpe la interrupción, pero trajeron un sobre para usted! _ Dijo uno de sus sirvientes.
-- ¡Adelante, puedes pasar!
-- ¡Gracias!, .... ¡Majestad!, .... ¡Dejaron esto en la recepción!
-- ¡Bien!, .... Puedes retirarte, y no me molesten hasta mañana.
-- ¡Como lo ordene, Majestad!
Esperando a que se fuera el joven, Diamante alargo la mano para coger el sobre.
Al hacerlo y revisar su contenido, su rostro cambio de uno sereno a uno de ira.
-- ¿Cómo demonios, pudo pasar esto?, .... ¿Y por qué Seiya nunca me dijo nada de esto? _ Exploto en ira Diamante, luego de revisar cada una de las hojas que había dentro del sobre.
Sin esperar más tiempo, Diamante se puso de pie y fue hacia el teléfono.
Marco unos números y espero a que lo atiendan, al otro lado de la línea.
-- ¿Por qué jamás me dijiste la verdad Seiya?, ¿Hasta cuándo pensabas tenerlo en secreto?
Del otro lado de la línea, Seiya le preguntaba sobre que le estaba hablando.
-- ¡Ya se toda la verdad sobre la época de crisis que paso tu taller!, .... ¡Si, ya se toda la verdad!, ¡Y también se lo que hiciste para poder levantar el negocio de tu familia!, .... ¡No Seiya, no!, .... Cuando regrese y nos encontremos, tendrás devuelta en tus manos, las escrituras de tus tierras, .... ¡Nunca pedí tu autorización, ni tu aprobación!, .... Simplemente limítate a aceptar lo que te corresponde por derecho, .... Seiya, esa crisis financiera fue por mi culpa, y aunque tú lo trates de negar es la verdad; además ya lo sé todo, .... Me duele, que no me hayan tenido la confianza suficiente para decirme que estaban pasando por esos momentos tan difíciles, y me avergüenza más porque yo siempre fui a comer a su casa, .... Pues como hermanos que somos, quiero devolverte lo que te corresponde, por derecho, .... No te preocupes, la deuda que tengo contigo y tu familia es muy grande, .... Si dentro de unos días vuelvo, .... Gracias, y de igual manera, .... Nos vemos _ Corto la conversación Diamante más relajado.
Volvió a ver leer los papeles y luego volvió a marcar su teléfono.
-- ¡Zafiro, buenas noches!, .... ¡Quiero pedirte un favor!, .... Pero el favor que quiero pedirte es un poco delicado, por eso te parece bien si nos vemos mañana a la hora del desayuno, para hablarlo mejor y en persona, .... ¡Perfecto, ahí nos vemos!, ¡Adiós!
Dejo a un lado el teléfono, y se recostó nuevamente en su sillón, leyó y analizo cada uno de los papeles que había en el sobre.
-- Muy pronto todo esto volverá a sus legítimos dueños _ Pensó Diamante en voz alta, mientras seguía leyendo los documentos.
Las horas pasaron y el nuevo día se hizo presente.
Todos estaban con su habitual rutina, hasta que la noche volvió a caer.
En la carretera, hacia las afueras del pueblo.
Se encontraban Serena con Seiya.
-- ¿No crees que esta vez si te demoraste mucho en tus clases Bombón?
-- Si, salimos tarde, .... ¿Pero que querías que hiciéramos?, .... El tema estaba tan interesante, que, hasta el mismo doctor, no midió bien su tiempo.
Seiya la observo sonriendo, mientras acariciaba su rostro de forma lenta.
La rubia que adoraba aquellas muestras de afecto, sonrió.
-- ¡Creo que ya es momento de entrar a mi casa!
-- Si, ya es muy tarde.
-- ¿Podrías soltarme?
-- Podría hacerlo, pero no deseo hacerlo ahora.
-- ¡Ja!, ¡Ja!, ¡Ja!, .... Si no me sueltas ahora, no podre levantarme mañana y por consiguiente no podré hacer tu desayuno.
-- ¡Está bien!, ¡Esta bien!, .... ¡Tú ganas, Bombón!
La rubia sonrió, para luego despedirse de su amado como era su costumbre.
El pelinegro espero hasta que su amada entrara a su casa, para así poder marcharse.
El tiempo paso, cumpliéndose así una semana.
En la cual pasaron varias cosas a Serena, Seiya, Endimion, Kenji y Diamante.
A Serena, se le presento una gran oportunidad Académica, y era que, si seguía con aquellas altas calificaciones, podría hacer una pequeña pasantía de 06 meses en el extranjero.
Aquella noticia alegro mucho a Seiya y su padre, ya que sabían de todo el esfuerzo que la rubia ponía a sus estudios.
Endimion en cambio se puso un poco triste, ya que no vería a su amiga por unos meses, pero aquella tristeza fue reemplazada rápidamente, por el trabajo que su amigo de toda vida le estaba ofreciendo.
Seiya le dijo que necesitaba a un contador para su taller, y como Endimion estaba cursando aquella carrera, que mejor que él, para llevar las cuentas de su negocio familiar.
Seiya por otro lado había recibido la gran noticia, de que sería el representante del concurso de canto.
Aquella proposición había sorprendido muchísimo al pelilargo, ya que jamás había considera el cantar en público; y si lo hizo una vez, fue solo porque quería conquistar a su amada Bombón
Pero tal parecía que, con esa única vez, no solo había conquistado el corazón de su amada Serena, sino que también había cautivado a sus profesores de la Universidad.
Por parte de Kenji, este había sido declarado como jefe de emergencias en el hospital de la ciudad.
Ascenso que había sido muy bien recibido por su persona y su hija Serena.
Pero, aquello no había sido lo único que le había pasado, ya que, en esa semana, Kenji había encontrado el reloj del Príncipe Diamante.
Preocupado por aquel hallazgo, Kenji intento devolver el reloj personalmente a su dueño, pero cuando llego al Castillo, le informaron que su Majestad no estaba presente y que volvería dentro de unos días.
Resignado, el doctor tuvo que volver a su casa con el reloj aun en su poder.
Diamante, por su parte estaba más que feliz, ya que, todos y cada uno de sus planes y proyectos habían salido muy bien.
Sus acuerdos comerciales en el extranjero, la devolución de las tierras de la Familia Kou, a su legítimo dueño y la visita del doctor Kenji a su Castillo; eran acciones que le habían traído mucha felicidad y alegría.
-- ¡Nana!, ¡Nana!, .... ¡Ya estoy en casa! _ Demando muy alegre Diamante, mientras saluda a la peliverde.
-- ¡Qué bueno que ya llegaste!, ¡Le agradezco a los dioses por haberte traído con bien y a salvo!
-- ¡Gracias Nana!, Tu siempre deseas mi bien.
-- ¿Y cómo no hacerlo?, .... Prácticamente eres como un hijo para mí.
El peliplateado, al escucharla sonrió.
-- ¡Mi niño, estuviste fuera por mucho tiempo!, .... Y supongo que no descansaste muy bien en el viaje, .... Así que lo mejor será que vayas a tu habitación y descanses por unas horas.
-- ¡Si, la verdad que me estoy muriendo de sueño!
-- No tienes ni que decírmelo, tu rostro habla por sí solo.
-- Me conoces tan bien Nana, .... ¿La verdad no sabría qué sería de mi vida si no estuvieras a mi lado?
-- ¡Adulador!, .... Tú sabes muy bien, que solo la muerte me separaría de tu lado.
-- ¡Y es por eso que le pido todos los días a los dioses, que jamás te lleven de mi lado!
Esmeralda, al escuchar aquella última frase sonrió de forma triste.
-- ¡Bueno, creo que lo mejor será irme a descansar!, ¿Verdad?
-- Si, por ahora es lo mejor, .... Para que así recuperes fuerzas.
Diamante, asintió sin decir más y se fue a su habitación.
En la casa de los Tsukino's, como era de costumbre padre e hija estaban compartiendo un agradable desayuno.
-- ¡Serena hija!, .... ¿Puedes hacerme un favor?
-- El que quieras padre, .... ¿Qué es lo que deseas?
-- Quiero que le entregues esto al Príncipe.
-- ¿Un reloj?, .... ¿Y eso?
-- Lo dejo olvidado, el último día de su atención, .... Pensaba dárselo hoy día, pero mi asistente me informó recién, de una junta médica y no tendré tiempo para devolvérselo.
-- Entiendo padre, .... Pero se lo entregare, pasado las 2 de la tarde; ya que hasta esa hora hoy tengo clases.
-- ¡Gracias hija!, .... ¡De verdad no sabes el gran alivio que siento!
-- ¿Por qué padre?
-- Porque ya sabes que no me gusta tener cosas ajenas en mi poder.
Serena al escuchar a su padre, solo sonrió.
-- ¡Bueno hija, ya va siendo hora de que valla al trabajo!, ¡Salúdame a Seiya y dile que maneje con cuidado!
-- De acuerdo papá, le diré tu encargo.
-- Eso espero.
Y sin decir más, Kenji partió hacia el hospital.
La rubia espero por unos breves minutos para luego salir de su casa y encontrarse con su novio.
-- ¡Bombón!
-- ¡Seiya!, ¡Mi amorcito!, ¿Cómo amaneciste?
-- Bien, .... Pero ahora que te veo y puedo tenerte para mi solito, estoy mejor que bien.
-- ¡Ja!, ¡Ja!, ¡Ja!, .... ¡Chistoso!, .... Mejor toma tu desayuno y almuerzo.
-- ¡Gracias Bombón, no sé qué haría sin ti!
-- Yo sí sé, qué harías.
-- ¿Así?, ¿Me lo dices?
-- Te morirías de hambre.
Seiya al momento de escuchar la última frase, acompaño a su amada en su sonrisa.
Estuvieron sonriendo por unos segundos, para después subirse a la motocicleta y marcharse a la Universidad.
Al llegar a la entrada, ambos enamorados se separaron.
Las horas pasaron, y las clases de la rubia habían acabado.
Sabiendo del horario de su novio, se fue sola hacia su casa a cumplir con lo que su progenitor le había pedido en la mañana.
Se cambio de ropa, y se puso un vestido floreado; al observar y aceptar su aspecto en el reflejo del espejo, partió hacia la morada del Príncipe Diamante, con su reloj.
El peliplateado, en ese momento estaba con su nana compartiendo una taza de té, en una de salas privadas.
Esmeralda, como era su costumbre despidió a los empleados a la cocina, y ella se encargó de preparar las tazas para ambos.
De pronto, cuando levanto la vista, se dio cuenta de la sonrisa traviesa de su protegido.
-- ¿Qué sucede querido?
-- ¿Qué?
-- Te pregunte, ¿Qué es lo que te pasa?, ¿Por qué estas tan sonriente?
-- ¡Ah!, .... Pues, solo le diré que olvide mi reloj, en la casa del médico Tsukino.
-- Diamante, ¿Has dejado tu reloj ahí?, ¿Tu reloj favorito?
-- Si, Nana, lo hice cuando fui por ultima vez.
-- ¿Por qué lo has hecho?, Tú no eres de las personas que hace algo, sin haber meditado los pros y contras que eso te traerán.
-- Quiero hablar con el padre de Serena sobre intensiones hacia ella, .... En un lugar donde ella no este, .... Así que deje mi reloj para que él pueda venir acá, y así poder expresarle lo que siento por su hija, .... Se muy bien que es un hombre muy serio y recto; por ello estoy muy seguro que vendrá él a devolvérmelo personalmente.
-- ¡Mi niño enamorado!
-- ¡Ja!, ¡Ja!, ¡Ja!, .... Pero, .... Aun así, Nana quiero pedirte un gran favor.
-- ¿Cuál favor mi niño?
-- Nana, tú sabes que soy huérfano desde hace años, .... Así que tú eres mi único familiar de más edad que tengo, .... Por eso quiero pedirte que hables con el padre de Serena, .... Para pedirle la mano de su hija en matrimonio, a nombre mío.
-- ¡Mi niño hermoso!, .... ¿Dónde quedo ese niño pequeño que conocí?, .... Hasta hace poco, tú eras un precioso bebé que no sabía ni caminar bien, ahora ya eres todo un hombre de negocios y con aspiraciones de casarte.
-- ¡Nana!
-- Mi niño, gustosa aceptare pedir la mano de aquella joven para ti, .... Estoy muy segura de que el medico Tsukino, no se atreverá a rechazar nuestra propuesta, .... Ya que, al ser tu un Príncipe, los Tsukino's no están en posición de negarse, .... Así que antes de que te vayas a acostar, te aseguro que serás un joven comprometido y hasta con fecha para tu compromiso y boda _ Dijo muy alegre Esmeralda, mientras le pasaba una taza de té a su protegido.
Diamante al escucharla, sonrió y luego bebió su té.
La peliverde, al ver que había logrado hacer feliz a Diamante, sonrió satisfecha y comenzó a prepararse un té para ella.
-- ¡Está muy bueno!
-- Lo sé, lo sé, muy bien.
-- ¡Ja!, ¡Ja!, ¡Ja!, .... Eres la mejor Nana.
Y cuando la mayor iba a responder, uno de los sirvientes hizo acto de presencia.
-- ¡Disculpe Majestad, Señora! _ Hablo haciendo una reverencia, y llamando la atención de los mencionados.
-- ¿Qué sucede? _ Pregunto Esmeralda, dejando a un lado su taza.
-- Alguien quiere verlo mi Señor, .... Dice que es un asunto importante _ Hablo el sirviente.
-- Bien, .... Puedes retirarte _ Dijo Diamante, mientras dejaba la taza en su plato, y observaba muy nervioso a su nana.
-- Llego la hora mi niño, .... ¡Vamos! _ Hablo emocionada Esmeralda.
-- ¡Si! _ Fue lo único que dijo el peliplata, antes de dejar la taza y el plato sobre la mesa de centro; e ir.
Fueron rápidamente hasta el balcón del segundo nivel, y vieron que, en medio del salón de la primera planta, se encontraba Serena.
Se miraron entre ellos unos segundos y luego volvieron su vista hacia el frente.
-- ¿Serena?, ¿Tú? _ Pregunto el Peliplata extrañado.
La rubia, al momento de escuchar su nombre, miro hacia arriba y le regalo una gran sonrisa.
Diamante al verla sonreír se apresuró en ir hacia su encuentro.
Esmeralda, que conocía muy bien a su protegido, sonrió e hizo lo mismo.
-- ¡Es muy hermosa!, Sin lugar a dudas será una digna esposa para Diamante _ Pensaba alegre la peliverde.
-- Hola Serena, .... ¿Qué te trae por aquí? _ Pregunto muy entusiasmo Diamante.
-- Hola Diamante, .... Pues simplemente estoy aquí para devolverte tu reloj, .... Mi padre quiso venir a entregártelo personalmente, pero no tiene mucho tiempo, así que yo vine en su lugar, .... ¡Además!, ¿Sabes lo caro que es?, .... Si alguien lo roba o se pierde, no hubiéramos podido verte a la cara nuevamente, .... Nos moriríamos de la vergüenza, .... ¡En serio! _ Expuso Serena, en tono cómico mientras le entregaba el reloj.
Diamante, comenzó a sonreír bobamente luego de que Serena le dejara en sus manos su reloj, y sin querer una parte de sus dedos, rozaran su palma.
-- ¡Bueno!, .... ¿Creo que te debo de agradecer tan buen gesto? _ Hablo Diamante.
-- ¡Ja!, ¡Ja!, ¡Ja!, .... ¿Por qué lo harías? _ Pregunto Serena sonriendo.
-- Simple, .... Te has tomado la molestia de venir hasta mi casa a entregármelo personalmente _ Le dijo Diamante.
-- Ya te lo dije antes, .... Mi padre no podía entregártelo personalmente, por eso me lo pidió hacerlo a mí, .... No podía dejárselo a cualquiera, .... No tenía tiempo, y secretamente rezaba para que me lo pidiera a mí, ya que desde que nos conocimos quería venir a conocer tu casa _ Hablo muy alegre Serena.
De pronto, Esmeralda se acercó a espaldas de Diamante y comenzó a observar de cerca a Serena.
Al contemplarla mejor, sonrió muy satisfecha.
-- ¡Buenas tardes!, .... Soy Serena Tsukino, .... ¡Un placer y un gusto en conócela señora! _ Hablo la rubia, muy sonriente.
Esmeralda muy sorprendida la observo.
Diamante que sabía muy bien como era su nana la abrazo, muy feliz y la apego hasta su costado.
La peliverde al sentir la cercanía de su protegido, sonrió.
-- Serena, ella es mi nana Esmeralda, .... Me crio desde que tengo uso de razón, .... Y nana ella es, .... Serena _ Les presento Diamante muy emocionado.
La rubia al conocer el nombre de la señora mayor, sonrió.
-- ¡Ya veo! _ Respondió Esmeralda, muy alegre.
De pronto, Esmeralda y Diamante comenzaron a observar a la rubia muy sonrientes y en silencio.
Serena que estaba acostumbrada a decir y expresar siempre lo que vivía, los miro de forma incomoda por cómo se estaban comportando con ella.
-- ¡Bueno!, .... Creo que, .... ¿Me voy ya?, .... No quiero seguir incomodándoles con mi presencia _ Dijo la rubia.
-- ¡No!, ¡No lo hagas! _ Dijeron Esmeralda y Diamante al mismo tiempo.
Serena al escucharlos los observo sorprendida.
-- Digo, .... ¿Cómo te vas a ir así Serena? _ Dijo Diamante, acercándose a ella un poco.
-- Simple, .... ¡Eres un gran tacaño!, ¡Vengo de visita por primera vez y no me has invitado ni un vaso de agua!, .... ¡Y eso que eres un Príncipe y tienes mucho dinero!, .... ¡Veo que lo que dicen que mientras más dinero tengan, más tacaños se vuelven, es verdad! _ Dijo Serena en tono burlesco, mientras señala a Diamante.
Hola dostys, gracias por la paciencia.
Muchas vibras positivas y abrazos de conejitos.
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