🍂PREFACIO🍂
¥ ENCUENTRO ¥
El fresco aire de Mulhouse me da la bienvenida al correr por el bosque como si mi vida dependiera de ello.
Salto ramas y las esquivo como puedo mientras mantengo en manos una parte de mi gran vestido floral para que no me impida el paso. Estoy sudada, los pies me tiemblan y mis pulmones aclaman un minuto de descanso para tomar un poco de aire que, a pesar de estar en ráfagas soplando contra mí no recibo nada.
Es de madrugada, y el frío de los desolados caminos del bosque pasan desapercibidos con el sudor que corre por todo mi cuerpo, como siempre, esa era una noche en la que disfrutaba de uno de mis paseos favoritos, paseos en los que disfruto de la agradable calma que causa estar a solas y en silencio. Hasta que en algún lugar del bosque, sentí una presencia extraña y una opresión en el pecho que exclamaba que tenía que salir de allí y volver a casa de inmediato, y eso hice, no soy tan testaruda cuando se trata de mis instintos, y tampoco podría arriesgarme a averiguar qué tipo de presencia era esa, no la había sentido jamás, así que empecé a caminar, a pasos lentos pero largos, un poco inquieta.
La opresión en mi pecho se instaló en mi nuca, como si alguien me estuviese observando de cerca. Acelero el paso al sentir la presión incluso en mi espalda, dejándola tan rígida que temo no poder continuar el camino, y luego, luego empiezo a correr.
Corro por los escabrosos caminos llenos de árboles, tierra seca, y tierra mojada en aquellos lugares donde había sido rozado por un poco de lluvia del día anterior. Esquivo tanto como puedo a pesar de lo poco que puedo ver con ayuda de la luz de la luna a lo lejos.
Tropiezo con una roca y caigo de bruces contra el piso antes de poder siquiera reaccionar. Las rodillas me arden junto a las palmas de mis manos «maldición» exclamo para mis adentros al notar que me he raspado las rodillas a pesar de llevar un largo vestido, y las palmas de las manos, que se tornan de un color rojizo al instante, algo poco propio de mi pálida piel.
Me levanto ignorando el ardor que hay en ambas partes de mi cuerpo y vuelvo a retomar mi huida tan rápido como mis «no tan largas piernas» me lo permiten, con mi largo pelo tan azul que podría pasar desapercibido como negro, siendo arrastrado hacia atrás por el viento. Tengo el corazón acelerado, no podría haber arruinado mi paseo de esa manera, o peor aún, no entendía que había pasado para que mis tranquilas noches en el bosque de la nada fueran pesados y tan densas como lo eran las nubes que parecían querer anunciar una cercana lluvia.
Avanzo por el bosque escuchando solo mi respiración agitada, y el ardor de mis raspones junto a mis pulmones exclamando por un descanso,la piel me hormiguea, pero pasa desapercibido por la adrenalina que corre por mis venas, mi garganta está seca, y mis pies ya no aguantan un poco más. Todo me está dando vueltas, y no doy para detenerme porque siento, que si no atravieso aquellas líneas que tanto conozco, no estaré a salvo. Y no sé de qué. Pero necesito estar salvo.
Sigo avanzando por unos minutos más y veo a lo lejos las luces amarillas y blancas encendidas de la parte exterior de la cabaña, respiro aliviada al saber que estoy tan cerca, «un poco más» avanzo a grandes zancadas lo que me queda de camino hasta atravesar las líneas transparentes trazadas alrededor del lugar. Me dejo caer en la arena y dejo que los sonidos de las olas del mar me tranquilicen mientras cierro los ojos en espera de que mis pulmones dejen de arder y mi corazón deje de estar exigiendo salir de su caja torácica.
—Alguien parece haber encontrado por fin un fantasma.
Abrí los ojos, encontrándome entonces con una mirada sería y ninguna pisca de sonrisa en aquel rostro pálido.
—Me encantaría saber que me encontré a un fantasma, en lugar de estar corriendo una maratón sin saber de qué o quién huía—Me senté y crucé mis piernas como indio sobre la arena.
Sonrió de lado y terminó tomando asiento junto a mí. Su cabello tan negro como la oscuridad que nos rodea lo hacía ver bien bajo la luz perfecta de la luna, y al estar de perfil, su piel pálida dejaba lucir muy bien el rosa carnoso de su labios.
Dustin.
Es el demonio qué, sino fuese porque le tengo un cariño totalmente diferente por haber cuidado de mí desde que tengo uso de razón, puedo asegurar, que sin duda me habría enamorado de él.
Todo en el gritaba misterio, misterio al que me acostumbré sin problema, porque lo que era necesario saber, el mismo me lo contaba sin preámbulos. Puede ser un poco extraño que terminara por tener un "Demonio guardián" en lugar de un Ángel.
—Ya te he dicho que no me gustan esos paseos nocturnos—Me reprendió—. No te lo prohíbo porque no quiero estar acostado en mi habitación un día y que cuando salga a buscarte tú no estés porque decidiste escaparte a dar tus famosos "paseos"
Hizo las comillas con sus dedos y puso los ojos en blanco.
Reí por su sobreprotección, esa es otra de las cosas a las que me tuve que acostumbrar.
Me acomodo y apoyo mi cabeza sobre su hombro.
—Dus, tranquilo. Todos mis paseos han estado bien, este fue el único que sentí distinto.
Debería de haberme callado, y no contarle lo que realmente pasó, pero, sería estúpido, terminaría por saberlo de igual modo.
—Lo que no entiendo es porqué lo haces—Acarició mi cabello, en un acto para nada propio de él, pero que siempre hacia cuando se trataba de mí.
—Sabes porque lo hago.
—Quiero seguir pensando que esa tontería no es la verdadera razón.
Alzo la mirada y lo observo con una sonrisa en el rostro, mantiene la mirada fija en el frente, y un gesto de disgusto se distingue en sus hermosas facciones.
—Quiero saber que tan lindo o desastroso se siente amar—Susurro, apoyando nuevamente mi cabeza sobre su hombro.
Resopló, volví a sonreír. Estando a su lado, un alivio recorrió todo mi cuerpo, sentí como la presión en mi pecho ya no era más que una suave brisa haciendo caricias en mi piel, era liberador saber que me sentía bien, porque estaba aquí, en casa, a unos metros del bosque, pero con él.
—Si lo sientes, te arrepentirás, pero también, vas a sonreír, y aunque al final te destruya no importa, porque en su momento, te hizo plenamente feliz—Susurra, tan bajo, que si no estuviese tan cerca no lo habría escuchado.
Sé que él sabe mucho acerca de aquel tema, pero ha evitado a toda costa sacarlo a la luz, así que simplemente no pregunto, dejo que los minutos pasen, que mi respiración vuelva a ser lenta, normal, en buena compañía, sentados en la arena, mirando el inmenso mar que hay frente a nosotros.
—Entonces ¿Ya no podré salir?—Cuestiono con voz inocente. Sé perfectamente que no me lo prohibirá, pero escucharlo bufar y contestar con molestia era divertido cuando tomaba un gran susto como el de hace unos momentos.
Para mi sorpresa, sonrió y contestó;
—Darás tus estúpidos paseos todas las veces que quieras, nadie te lo impedirá. Yo te protegeré cueste lo que cueste y lo sabes—Toma mis manos entre las suyas cuando alzo mi rostro nuevamente para mirarlo a la cara, justo en el momento en que arruga la frente observando mis manos—, Y para eso, usa vestidos que no molesten al correr—Se puso de pie y tiró de mi para que lo hiciera también—. Ahora ven, tienes heridas que curar.
—Te quedarás con el ceño fruncido si sigues haciendo esa cara de disgusto—Me burlo.
—Cállate, Chloé—Se gira a verme y sonríe triunfal—Y si eso sucede, será culpa tuya.
Bufé, a veces era tan infantil.
Caminamos tomados de la mano a la cabaña que desde siempre ha sido mi hogar.
Y aún llegado a este punto me pregunto cómo puede ser que este individuo sea un Demonio. Se supone que los demonios son destructivos, vengativos, y odiosos. Pero Dustin, ese amargado, sensible, y enojón ser, está fuera de las condiciones que deben tener aquel nombre.
Porque entonces aquí estoy, observando que, dónde hay que tener un Ángel de guardián, el mío siempre será un Demonio... Y no pediría cambiarlo, porque mi demonio guardián es exactamente lo que se podría pedir en la vida.
Justo así, jamás cambiaría a mi querido Dustin.
N/A.
¡Hola Espectritos!
Ya sé que dije que solo dejaría notas para algo sumamente importante, en teoría, esta pequeñita nota no lo es del todo, peeerroooo, no podría dejar este primer encuentro sin darles la bienvenida.
Así que, bienvenidos/as. Son mis queridísimos espectros del mal, pero como estamos pequeñitos serán mis Espectritos.
¿Que les pareció este primer cap?
¿Lo dejamos?
¿Seguimos escribiendo?
¿Eliminamos la historia?
¿Por qué aún no has dejado tu estrellita si te gustó?
#SeLesQuiereDeAquiACarrasco🌹
Stefii fuera.
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