Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAPÍTULO 21

La vida tiene esa jodida costumbre de quitarnos la venda de los ojos cuando ya nos hemos enamorado del monstruo.
—Anónimo...

¥Aquel día¥

P.O.V Nicolás.

200 años atrás...

La discusión que se lleva acabo me mantiene al borde del pequeño hueco de la puerta, soy incapaz de mover un centímetro de mis extremidades por miedo a que descubran que estoy escuchando conversaciones que seguramente no debería. Pero no puedo evitar prestar suma atención a lo que aquellos espectros están tratando.

—No seas terco, busca a alguien competente para hacer la tarea —Menciona uno de ellos, no logro distinguir de quién se trata, no reconozco del todo las voces.

—Estamos hablando de un ser que utiliza su ballesta incluso con los ojos cerrados y acierta.

No entiendo muy bien de que se trata, he escuchado muy poco desde que pasaba a ir en busca de un poco de agua para uno de mis mayores y me detuve en la parte justa en la que hablaban de que es una tarea muy importante, lo había escuchado solo porque uno de ellos había alzado la voz a tal magnitud, que mi curiosidad fue mayor y acerqué mis narices tanto cómo pude a la madera.

—No será tan difícil, confía en que podré hacerlo, después de todo es solo una bruja con poderes y un poco de suerte. —Suena una voz distinta, con aires de grandeza.

Pongo los ojos en blanco, desde aquí he tenido deseos de bufar ante tal comentario, ha de tener demasiada confianza en sí mismo para estar subestimando de esa manera.

—Te recuerdo que curiosamente hay un chico que la acompaña, no sé que tipo de relación han de tener, solo he visto sus alas negras, pero actúa de manera confusa, así que estoy dudando que realmente sea un demonio...

El final lo dice en un tono tan bajo, que he terminado demasiado cerca de la puerta, al punto que sin percatarme me he inclinado sobre ella y mi pequeño peso ha hecho que se abra tan bruscamente que los señores han dejado la conversación a medio discutir.

Caigo de bruces contra el suelo de madera, me pongo de pie enseguida, pero no levanto la mirada, la mantengo gacha observando mis pantalones desgastados por el uso diario que les he dado, mis pies con unos zapatos que probablemente me dejarán descalzo más adelante, arrugo entre mis manos la camiseta azul que llevo puesta desde hace semanas, que ha perdido su color original por falta de lavar y ha de estar mal oliente, igual que mi cabello.

—¿Y tú quien eres?

No tenía que levantar la vista para saber el tipo de mirada que me estarían dando todos en el lugar, incluso en el tono de voz en el que ha hecho la pregunta es notoria la repugnancia que sienten con solo verme.

—Yo... Yo... —Tartamudeo y retuerzo más los dedos en la camiseta— Yo soy Nicolás, soy parte de los espectros que siempre están cerca de la entrada al bosque.

— Ajá, y ¿Se puede saber que se te perdió?

—Yo... Estemmm... Yo... —Sigo tartamudeando, y sé que a uno de ellos se le ha agotado la paciencia cuando se pone de pie con brusquedad, sobresaltándome en el acto— Yo quiero ir a cumplir la tarea de la que estaban hablando!

¿Qué estupideces se supone que estoy diciendo?

El silencio que se había creado en el lugar, fue interrumpido por la risa de uno de los presentes, que me hizo levantar la cabeza por fin.

—¿Tú? —Se sorprendió el que había soltado la primera risa que fue acompañada con la de los demás— No juegues conmigo, niño.

Aprieto ambas manos con más fuerza alrededor de la prenda, sintiendo distintas emociones fluir a la vez, furia, nervios, y miedo, pero me armo de valor y levanto la cabeza con más decisión.

—Puedo hacerlo.

<<Definitivamente creo que ya he perdido los tornillos. >>

Volvieron a reír de mi comentario.

—Que gracioso nos salió el que metió las narices donde no se le ha llamado. —Le reconocí la voz como al que estaba alardeando que podría hacerlo sin problemas hace un momento, era alto, su cabello de un tono oscuro, y la sonrisa maliciosa y llena de burla en su rostro no pasaba desapercibida cuando se pune de pie y se acerca a mí —¿Cómo dices que te llamas?

Quise encogerme en mi sitio cuando lo vi estar justo frente a mi al hacer la pregunta, volví a apretar los puños y contesté:

—Me llamo Nicolás.

Volvió a reír y su expresión cambio de burla a seriedad en un segundo para decir:

—Tú nunca vas a derrotar ni a una mosca con ese aspecto, vagabundo. Así que haznos un favor y no te vuelvas a meter en temas que no son de tu incumbencia porque no los puedes tratar.

—Le aseguro que puedo hacerlo, solo tiene que darme una oportunidad y verá que...

—Tú. Nunca. Vas. A.  Poder. Hacer. Nada. —me interrumpió dando un golpe en mi frente con su dedo índice en cada palabra hasta hacerme retroceder fuera—. Piérdete.

Caigo al suelo al recibir el impacto de su palma nuevamente en mi frente con todavía más fuerza, me levanto enseguida, y corro con una furia que no hizo más que aumentar en cuanto soy recibido con una bofetada seguido de un "eres un inútil ¿Un poco de agua no puedes traer?" por parte de uno de mis mayores que estaban esperando el agua que había ido a buscar.

Agacho la cabeza y vuelvo a correr en busca del agua, está vez no me moleste en detenerme en la puerta en la que me detuve hace un momento.
Al regresar con el agua seguía hirviendo en mi una furia inminente, pero no pude hacer nada, ni siquiera cuando lanzaron el recipiente con el agua sobre mi cabeza porque ya se le habían quitado los deseos de tomar el agua al final.

Salí hecho una furia y con una opresión tan pesada como una piedra sobre el pecho y la garganta, estaba forzando mis cuerdas vocales para que las lágrimas no se atrevieran a salir, y dolía como el infierno, pero no me atrevería a llorar una vez más, de nada sirve.

Esta totalmente oscuro y solo es iluminado el camino por la luz de la luna, no tendría como defenderme si algún ser se atreviera a salir para enfrentarme, pero no es que me importe mucho en estos momentos lo que me pueda suceder.
Camino hasta que me arden los pies, sin rumbo, para calmar mi furia.

—Alto ahí.

Detengo mis pasos al escuchar esa voz, retumba en cada esquina del bosque que nos rodea y no puedo evitar sentir escalofríos al darme cuenta que está a pocos pasos de mi persona y yo jamás me di cuenta de en qué momento llegó hasta mi.

Giro lentamente y me encuentro con la punta de una flecha apuntando a pocos centímetros justo a mi cabeza, desvío la mirada y unos ojos color miel son los primeros en recibir mi atención, seguido miro su cabello, es platinado, brilla incluso en la oscuridad que nos rodea, su piel es clara, su rostro parecería angelical si no fuese por la mirada de advertencia en el, su cuerpo es delgado, pero se nota que está bien mantenido.

Levanto las manos y, sin siquiera quererlo, sonrío.

—Estoy a un movimiento de clavar está flecha en tu cabeza, y tú ¿Estás sonriendo? ¿Quién eres? ¿Estás demente?

Su voz me causó cosquillas, ¿Acaso era este el  increíble momento de mi muerte? En caso de que lo fuera, iría feliz, me he encontrado con la belleza de un mismo ángel antes de morir.

—Dispara, de todas formas, no tenía nada más que hacer en los siguientes días, señorita.

Me mira con todavía más extrañes que desde un inicio, suspira, niega con la cabeza y simplemente da vuelta sobre su eje para irse.

<<Que hermosa es...>> 

Ese pensamiento, que no se si había dicho en voz alta, o solo fue susurrado en algún rincón de mi mente, fue el mas racional que tuve en ese instante, el menos racional, sin duda es cuando me lanzo hacia ella para recibir una flecha que iba en su dirección desde el momento en que me la encontré, no tuve tiempo de explicar nada cuando vi en sus ojos el susto, que no se si trata de mi movimiento repentino, o la flecha que esta incrustada en mi costado, solo pude cerrar los ojos, no haber probado bocado en casi una semana quiso hacer efecto en el momento menos oportuno. 

Que mas da, de todas formas moriría. 




¥¥¥


El sonido de aguas fluyendo tranquilamente son las que me despiertan, miro a mi alrededor y no estoy en el espacio que había hecho con restos de materiales encontrados, al contrario, estoy en una cueva un poco oscura, pero cómoda. Los recuerdos fluyen de la nada..

El camino en el bosque.

La chica.

La flecha.

Uno de los espectros apuntando le a lo lejos.

Me sobresalto y busco desesperadamente la herida en mi costado, pero quedo confuso al notar que la herida no está. ¿Habrá Sido una pesadilla? ¿Estoy ya por ser condenado? ¿Ya he muerto?

Me pongo de pie y salgo del lugar para encontrar justo frente a mi el bosque, solo que, estoy en esa parte mágica de la que tanto había escuchado hablar cuando metía mis narices en conversaciones que no me incumbían. Es la parte en la que el mar es visible, como si fuese parte del bosque.

—¿Por qué hizo eso?

Otra vez, no pude darme cuenta que había estado detrás de mí.

—No sé de qué habla señorita —Giro lentamente y vuelvo a toparme de golpe con la belleza que la caracteriza. Estoy seguro de que ya me encuentro en el cielo.

—Sí lo sabe, me salvó y...

—No la salvé señorita, yo quería morir —Le aclaro—, en todo caso ¿Dónde está mi herida? ¿Qué acaso ya morí?

Ella sonríe, y en cuestión de segundos se ha acercado a mi, no sé si habrá Sido mi poca capacidad de defensa, o lo rápido que ha Sido todo, pero tampoco pude darme cuenta del momento en el que traía consigo una flecha que clavó en mi abdomen con ímpetu haciendo que escupa sangre en aquel preciso instante. Parpadeo y la sorpresa es mucha cuando ella retira la flecha y la lanza lejos, caigo de rodillas y ella se inclina frente a mi, al final toma asiento en la parte arenosa del lugar y deposita mi cabeza sobre sus piernas, acaricia mi mejilla con su mano izquierda, y estoy por agradecerle por cumplir mi deseo, cuando de su mano derecha brota una luz azul que brilla con una intensidad increíble, la dirige con su mano de lado a lado y luego la deja sobre mi abdomen con lentitud, justo en el lugar que ella misma había herido.

Mi habla queda corto, y logro entender que había pasado con mi herida anterior cuando la actual empieza a sanar conforme la luz se va esparciendo.

No había muerto, no había Sido un sueño o pesadilla, ella simplemente me había salvado, no me había dejado morir en medio del bosque a mi suerte, y parece que ahora tampoco lo hará.

Retira la mano y la luz desaparece cuando mi herida ha sanado totalmente, y pareciera que nunca estuvo alguna ahí, mi camiseta es el único testigo de ambas por los agujeros que han quedado en ella luego de cada impacto. Levanto mi cabeza para tomar asiento ahí en dónde estoy y procesar la información cuando dice:

—Cuando quieras morir, tendrás que matarme a mí primero, tu primer error fue salvarme, porque se ha quedado tatuado como una deuda, así que mientras tenga vida te salvaré.

Y se puso de pie, sonaba más como una obligación que cómo un deseo, pero yo seguía sorprendido.

—¿Quién eres? —Fue lo único que se me ocurrió decir antes de que desapareciera de mi vista.

Detuvo sus pasos pero no sé giró en dirección a mi al responder.

—Soy Marlen Austen, la última descendiente de las brujas malditas.

Justo ahí fue donde me di cuenta que definitivamente el destino estaba decidido a no dejarme morir por mucho tiempo...

¥¥¥

Fue pasando el tiempo y Marlen me había ayudado a encontrar nuevas prendas, comida, agua, y algo confortable en qué dormir.

La veía entrenar de vez en cuando, y al final también entrenaba yo, cuando sabía que no me estaba mirando. Solía salir mucho, feliz, y volvía todavía más feliz de aquellas salidas, nunca pasábamos más de dos palabras, hasta que un día me encontró haciendo el intento de entrenar mi cuerpo y se rio a mis espaldas, se acercó y me mostró la postura que debía tomar, después de aquel día, empezamos a hablar más, me ayudaba a entrenar de vez en cuando, y yo la veía entrenar cuando decidía hacerlo con las flechas.

Mi cuerpo se volvió más aceptable, ya no estaba tan delgado, y mi cabello crecía con menos mugre cubriéndole, crecí un poco más y mis poderes de espectro ya habían empezado a fluir, Marlen nunca supo que no era exactamente humano hasta el día en que ocasione un accidente con unos humanos en un paseo que me obligó a dar. La veía sonreír más seguido, cuidaba de mi incluso con los ojos cerrados, pero en mi mente seguía retumbando la última vez que estuve cerca de mis mayores, estoy seguro de que en aquel entonces estaban hablando de ella.

Pasaron meses y me acostumbré a verla llegar y sacudir mi cabello a forma de saludo antes de volverse hacia su zona y empezar a entrenar, o llamarme para hacerlo junto a ella, me acostumbré a preparar comida para ambos y tener la suya siempre guardada para cuando llegara, a qué de la nada saliéramos a caminar y se convirtiera en un agradable paseo, hasta que llegó aquel día, ese en el que ella dijo que me presentaría a alguien.

—Señorita Marlen, no es necesario todo esto, estoy bien con la rutina que ya conozco.

—Vamos señor Nicolás, que ya estaba pautado para hoy.

Nos habíamos acostumbrado a llamarnos de esta manera, era extraño escuchar que alguien me llamara señor, pero era agradable decirle señorita a ella, era el único ser que había conocido que se merecía que yo le llamase de esa forma. Acepté su invitación a regañadientes, solo por la alegría que mostraba al hablar de ello.

Habíamos llegado al lugar, y minutos después, un espectro asechaba, lanzó una flecha con sus manos, lo que fue realmente extraño, logré atraparla porque, se había lanzado como si fuese una pelota, cuando miré al espectro sobre los hombros de Marlen, me sonrió, sus ojos se iluminaron y luego, ya no tenía el control de mi cuerpo. Solo lo vi correr antes de ver cómo mi mano se alzaba y se clavaba con rabia en el abdomen de Marlen. Tanto su mirada como la mía reflejaban sorpresa, el efecto de mi cuerpo desapareció y aproveché para correr tras el maldito que había controlado mis acciones en esos segundos, porque sabía quién era, sabía de quién se trataba en cuanto lo ví, y estoy seguro de que él también me reconoció a mi. No llegué a tiempo, y ya se había desaparecido del camino, corrí para volver hacia la señorita, pero un chico de pelo negro ya la sostenía.

«Ella tiene poderes de sanación, debe haber podido salvarse»

Era lo que había pensado en aquel entonces, pero el hecho de que el extraño chico estuviese gritando y querido quemar el mundo con ella en brazos, me hizo darme cuenta de que la había perdido, había perdido a la única persona que había dado todo por mi. El lado izquierdo de mi frente, sobre mi ceja había ardido como si la hubiesen estado tatuando a fuego, esperé que el chico se hubiese ido y fui tras la flecha, la guardé conmigo los años siguientes a ese.

Corrí lejos de ese lugar y me refugié en aquel lugar que era nuestro, a pesar de que los recuerdos y las costumbres me carcomían, seguía allí , culpándome a mi mismo por haber estado ahí ese día. Había visto mi reflejo en las aguas cristalinas y las letras MB hicieron aparición en el lugar justo en que sentí el pinchado cuando apenas moría Marlen. Pasé años buscando la respuesta, a la flecha, a la razón de que no pudo salvarse, a lo que me había pasado, y a las letras que tenía tatuada en la frente desde aquel entonces.

Me encontré con que ella no pudo salvarse porque las brujas malditas tienen el don de sanar, pero no pueden sanar se a ellas mismas, encontré que ellas portaban una marca BM que era como el significado de brujas malditas desde que nacían hasta morir, estaba siempre en la parte derecha de su cuello, no muy a la vista. Supe que tenían el poder de maldecir a quien les hubiese hecho daño, y entendí porqué traía conmigo aquella marca en mi frente; había Sido maldecido por Marlen...

Y la razón por la que su muerte fue todavía más rápida, es porque la flecha con la que la ataque era una de las tres flechas, justo esa, que traía consigo la muerte.

Pasé años buscando venganza y al final me volví más fuerte, ya no quise morir, así que maté a todo aquel que podría significar una amenaza, seguí entrenando, conocí mejor mis poderes, y me convertí en esto que soy ahora.

Soy Nicolás Fournier, y 200 años después, me convertí en el espectro mayor. Y ahora voy por ti, señorita Chloé, tu destino es matarme, pero yo pienso acabar contigo mucho antes...







N//A

Este es el momento en el que hay que prestar suma atención a los pequeños detalles, esos que casi ni se notan tienen grandes pistas de lo que le podría estar pasando a nuestra protagonista.

#SeLesQuiereDeAquiACarrasco.

Stefii fuera 🌹

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro