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CAPÍTULO 19

P.O.V. Chloé.

Era sofocante.

El silencio que se formó apenas el espectro que me sostiene habló, se volvió Sofocante, inquietante, e incluso me dejó con dudas al respecto de lo que mencionó.

El espectro aún me sostiene, y mi guardián parece querer atravesarle el cráneo con sus propias manos, pero eso no es lo que nos dejó fuera de sí. Dustin y Nicolás parecen conocerse, y no solo eso, mencionó que fue responsable de que mi guardián hubiese visto al amor de su vida por última vez. Entonces...

¿Había alguien antes de todo esto?

¿Quien era? ¿Por qué Dustin jamás habló de ello?

¿Cuántas cosas no me habrás contado, Dus?

—Por como veo que reacciona tu protegida ante esta información, tal parece que ustedes tienen mucho de qué hablar —El espectro rompe el silencio y me deja con suavidad sobre mis pies seguido de sus palabras— vaya señorita, con cuidado.

Lo observo con extrañes, todavía más confundida que cuando desperté, apunta con su mano en dirección a los chicos, instandome a ir hacia ellos, dudo, pero doy un paso lejos de él, y luego otro, y otro más hasta que termino casi corriendo y abrazo a Dustin que no duda en recibirme y pasarme de forma protectora a su espalda. 

—¿Que querías? ¿Para que te la llevaste Nicolás? —cuestiona.

— Quería comprobar algo —responde despreocupado—, pero no bajes la guardia, la próxima vez, posiblemente no sea tan generoso para devolverla...

Dicho esto, posa sus manos a su espalda y se retira desapareciendo entre las malezas del bosque.

Los espectros que habían estado rodeando a los chicos empiezan a desplazarse detrás de Nicolás, hasta ahora los había notado.

—¿Cómo estás? ¿Estás bien? ¿Que te hizo? —Dustin rompió el silencio tan pronto como los espectros ya no estuvieron a la vista. Me sostuvo de los hombros observando cada parte de mí mientras preguntaba.

— Estoy bi...

—¿Por qué saliste tan tarde fuera de las líneas? —Me interrumpió.

— Yo... Dustin yo lo...

— Vamos a casa, luego me responderas.

Volví a ser interrumpida por él, asentí y rodee su cuello con ambas manos cuando me alzó en brazos y empezó a caminar en silencio.

El silencio que se hizo presente mientras todos caminaban en dirección a casa me hizo reflexionar un poco con todo lo que había pasado, lo pensé, pero esos extraños sueños en los que aparecía Nicolás incluso antes de este encuentro no tienen sentido.

No lo conocía desde antes, lo sé, pero tengo la leve sensación de que sí.

«—Oh, querida Chloé, tu destino y el mío están conectados desde hace 200 años, créeme que nos volveremos a ver, una y otra vez...»

¿Y eso?  ¿Que se suponía que significaba eso?

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y me soprendi cuando sentí que me colocaban nuevamente sobre mis pies, ya habíamos llegado a la cabaña nuevamente y estaban todos dentro.

Miro a mi guardián que me devuelve la mirada por igual, todos, incluso Bruno estaban a extremos diferentes de la sala de brazos cruzados esperando a que alguien rompa el silencio que se ha formado desde antes en el bosque, y sucedió, pero por los pasos de alguien que se acerca y baja las escaleras a toda prisa en dirección a nosotros.

—¡Chloé! ¡Oh por Dios! —Luna se lanza a mis brazos apenas llega y sonreí un poco por primera vez en todo aquel rato— Chloé, estás aquí ¿Estás bien?

Asentí.

— Solo es un pequeño rasguño, pero estoy bien.

—¿Eres conciente que eso podría haber sido no solo un maldito pequeño rasguño? —Dustin vuelve a hablar por fin después del rato, Luna se aleja de mi unos centímetros.

Hanna se acerca y toma a Luna de la mano en silencio y la lleva consigo en dirección a la cocina, los demás también captan la indirecta y siguen los pasos de la pelirroja, segundos después, quedamos solo Dustin y yo en la sala.

— No pasó, y lo siento mucho Dus, yo solo...

—¿Que no pasó? —Vuelve a interrumpir me— Nosotros no llegamos a tí Chloé, tú misma lo viste, él te llevó a nosotros. Quien sabe que planes tendrá en su cabeza en estos momentos, pero de no haber sido de ese modo ¿¡Que mierda habría pasado!?

Me sobresalto, está a pocos metros de mi persona, y su exaltación repentina me sorprendió.

— pero... Pero si dijiste que podría dar mis paseos, que sin importar qué llegarías para protegerme.

— Lo sé, no me hagas arrepentir me de mis propias palabras Chloé por favor —Me señala—, pero en esta situación todo es diferente, ahora ya es afirmativo que hay alguien allí afuera esperando la oportunidad para llevarte consigo, ya no puedo dejarte ir sola por ahí.

Su tono de voz va disminuyendo hasta convertirse en una suave, y no está tan alterado como hace unos minutos, se acerca un poco para acariciar mi mejilla y me aparto.

— Si me hubieras contado lo que sabes seguro habría tenido más cuidado —digo cuando veo la clara expresión de duda en su rostro por mi reciente acción— ¿Por qué no me cuentas nada, Dustin? ¿Quien es ese tal Nicolás? ¿Cuál es esa historia que tienen en común?

Suspira y da un paso atrás negando con la cabeza.

— Hay cosas que no puedo contarte.

—¿Por qué?

— No puedo.

— No es cierto, no quieres contarme.

— Es complicado.

—¡No es cierto! Dime el porqué.

—¡Joder Chloé, tienes razón! No es que no pueda, es que no quiero contarte —Ni siquiera me queda como replicar, su exaltación me deja de piedra en segundos, segundos que el aprovecha para continuar—. Me niego a qué por contar demasiada información pase lo mismo que había pasado hace 18 años.

Doy un paso atrás y parpadeo confundida.

—¿Hace 18 años? ¿Que pasó cuando apenas yo nací, Dus?

Lo veo tragar saliva y suspirar intranquilo al pasar su mano por su rostro. Niega y simplemente gira sobre sus pasos y desaparece.

Lo llamo incontables veces pero no hubo respuesta, con un suspiro de cansancio yo también giro sobre mis talones y subo las escaleras a paso lento hasta llegar a mi habitación, entro y al cerrar la puerta tras de mí me deslizo hasta quedar sentada en el piso. No sé cuánto tiempo pasa conmigo en la posición en la que quedé, pero luego de eso me puse de pie y busqué todo lo necesario en mi habitación para darme una ducha, ahí pasaron minutos, o tal vez horas desde que el agua empezó a deslizarse por todo mi cuerpo, movía las manos en automático, tenía la mente en blanco, habían muchísimas dudas, pero en ese instante ninguna se hizo notar, yo solo estaba ahí, disfrutando del agua fría para despejarme un poco.

Me visto estando dentro del baño, había llevado lo que me traería puesto junto con todo lo demás, suspiro con cansancio y camino despacio a la habitación, apenas abro la puerta doy un salto del susto al ver quién está apoyado de la ventana que me da justo el frente.

— Pensé que habías olvidado por dónde salir, torpe mortal.

—¿Que haces aquí? —Es lo único que digo al sostener mi pecho. A estas alturas, me dará un paro con estos sustos que me están dando.

El angel se pasea hasta llegar a la puerta de mi habitación y sostiene el pomo de la puerta sin dejar de mirarme.

—Tu guardián dará información acerca de ese espectro, así que ven, seguro te servirá lo que dirá.

Niego con la cabeza y me mira extrañado.

— Prefiero no ir. —digo y me acomodo sobre mi cama.

—¿Me estás diciendo, que la curiosa y torpe mortal que conozco no quiere ir a escuchar información que tanto quiso?

No me molesto en contestar, simplemente le doy la espalda y cierro los ojos en un gran intento por fingir desinterés.  No voy a negar que sí me pareció atractiva la reunión, pero no tenía ganas de bajar a ver a mi guardián y a los demás después de los problemas que causé.

No sabiendo que mi guardián tenía razón, ellos no llegaron a mi, el espectro fue quien decidió jugar su propio juego con sus propias extrañas reglas y me llevó a ellos.

Pego un grito del susto cuando me veo siendo alzada en los brazos del angel.

—¿¡Pero que haces!? ¡Bájame!

— Justo en este momento no estamos para negaciones de ese tipo —Empieza a caminar en dirección a la puerta—, Lo que sea que tenga que decir aquel demonio, lo vas a escuchar.

— Puedo caminar —le digo sin encontrar más argumentos de réplica.

— A pasos de tortuga.

— Cuenta como caminar.

— No en este momento.

No dice más y pasa las escaleras en cuestión de segundos. Al llegar a la sala de estar me deposita sobre el suelo con suavidad y la mirada asesina de mi guardian hacia el ángel no se hace esperar.
Me acomodo entre Leo y Luna que están en el sofá que da justo al frente del asiento que ha tomado Dustin.

Bruno está con cara de no querer estar ahí, y Leo tiene en su rostro una seriedad no propia de él.

El suspiro de Dustin es lo único que se escucha en medio del silencio ensordecedor, seguido unos segundos después toma la palabra.

— Nicolás Fournier es lo que ahora se conoce como el espectro mayor. —da una pausa y luego continúa— hace unos 200 años nos habíamos encontrado en un momento no esperado, pero en ese entonces no era tan poderoso como hasta ahora. Los espectros menores son todos los demás espectros, solo existe un espectro mayor, y ese poder se gana con los años.

Asiento internamente, eso explica la razón por la que lo sentí más poderoso de lo normal.

—¿Cuál fue ese encuentro que tuviste con ese espectro Dustin? —cuestiona Bruno.

—Nos encontramos cuando había asesinado a una bruja maldita —Se crea un silencio todavía más denso que el primero, casi todos parecen saber de que trata una bruja maldita, menos yo.

— Pensé que esas brujas estaban extintas por completo. —Leo se cruza de brazos.

— Y lo están —responde mi guardián—. Nicolás asesinó a la última que quedaba de ellos.

No digo nada, en todo el tiempo que Dustin a tenido dando su breve explicación yo no he tenido el valor suficiente de abrir la boca y pronunciar palabra, a pesar de que mi curiosidad por saber de qué tratan las brujas malditas es notoria, me mantengo con la vista en mis manos como si fuese lo más interesante en ese justo instante.

— Loi querida ¿Sabes lo que son las brujas malditas? —Leo toca mi hombro sutilmente para que sepa que se dirige a mí, lo miro sorprendida por la acción, y niego al recordar la pregunta que me acaba de hacer.

— Ya enserio demonio infeliz ¿Que se supone que le enseñaste a la mortal desde que nació? ¡No me digas que tampoco conoce las tres flechas! —Lo apunta Derek incrédulo. Credulidad que incrementa al ver mi silencio como afirmación de que no tengo ni la menor idea de lo que son esas tres flechas— No puede ser. —se gira y llega hasta donde estoy, me toma de las manos estando de cuclillas frente a mi y procede a darme una explicación que no pedí, pero que si necesitaba—. Las brujas malditas son seres, cuyos poderes son un poco contradictorios a su naturaleza. No se habla mucho de ellas porque eran esa clase de seres que existía en muy raras ocasiones, y no eran más de cuatro. La última de la que se supo, se cuenta que su poder era el de sanar, pero, podrían sanar a cualquiera, no importa de qué, menos a ellas mismas, esa era la razón principal por la que eran llamadas brujas malditas.

— La otra razón por la que también eran llamadas de ese modo, es porque quién sea que fuese que les hiciese daño, recibiría una maldición que represente algo igual, o peor a lo que le hicieron —Hanna por fin deja oír su voz, acompañando a los demás con su argumento.

— Y lo que las diferencia también de las otras brujas ordinarias, es su marca.

Todos miramos a Dustin cuando volvió a tomar la palabra.

¿Su marca?

—¿Su marca? —Luna hace la pregunta que había hecho mentalmente.

—Las brujas malditas suelen llevar una BM en letras cursivas y perfectas como si fuesen tatuadas en su cuello a la derecha. Y quiénes son maldecidos por alguna de esas brujas se les forman una MB con las misma cursiva y perfección en la frente, sobre su ceja izquierda, siempre. —Bruno pasa la página del libro que tenía en manos al terminar de decir esa frase sin siquiera mirarnos, como si nada hubiese pasado y todos asienten, dándole la razón.

—Vaya... —susurra Luna sorprendida, y no voy a negar que yo estaba igual.

—¿Y lo de las tres flechas? —cuestiono, La peloblanca reacciona a mi lado asintiendo efusivamente, como si estuviese esperando para hacer esa misma pregunta.

— Eso, te lo dirá tu guardián, en estos momentos ya no quiero verles la cara a ninguno, ya deberíamos estar en nuestras habitaciones contando estrellas, no lo sé, pero ya fue mucha reunión. —Derek simplemente da la vuelta, y sin esperar respuesta de nadie se va.

Bruno es el siguiente en ponerse de pie y caminar escaleras arriba. Luna lo sigue casi que corriendo, no sin antes despedirse de los que estamos aún acá con una leve sonrisa y una señal con las manos. Hanna les sigue, pero antes acaricia mi cabeza y se despide con el mismo gesto de  manos que Luna. Por último va Leo, que besa mi mejilla y sale disparado para alcanzar a la pelirroja en las escaleras, no puedo evitar reírme cuando en respuesta, Hanna le lanza un puñetazo que él atrapa en el aire a pocos centímetros de su nariz, y, en su lugar besa sus nudillos y sonríe. Apenas suelta a la cazadora, sale disparado escalera arriba y Hanna maldice, claro que maldice y corre tras él.

Eso va a terminar de todos maneras, menos bien.

Niego con la cabeza y no pongo réplicas cuando Dustin se ofrece a ayudarme para subir las escaleras camino a mi habitación, nos quedamos en silencio durante todo el corto recorrido, incluso esperó a que estuviese acostada sobre mi cama y terminó por cubrirme con las cobijas como si fuese una niña pequeña, lo miré con reproche pero solo acarició mi cabeza con suavidad antes de decir:

— Te contaré una historia, pero no te emociones tanto, no es una de esas que tienen un final colorido. —Estaba por replicar pero su mirada de advertencia me detuvo— Sin interrupciones señorita. —No dije más y soltó un suspiro mirando por la ventana— Había una vez, hace unas décadas un solitario muchacho vagaba por el bosque haciendo de las suyas, nadie podía detenerlo, no era muy problemático, y eso era lo extraño.

No quitaba la mirada de la ventana, y yo estaba atenta a cada una de sus palabras.

»Una vez, el día menos esperado se encontró con una chica hermosa, y fuera de que en su primer encuentro casi termina con una flecha clavada posiblemente en su cara, fue increíble. Pasaron los meses y se volvieron cercanos, tanto, que el muchacho sin quererlo se enamoró de ella, claro, sería una bonita historia de amor entre dos jóvenes que se conocieron en un bosque, pero, ella no se había enamorado de él. —con cada fragmento que contaba, sentía como si yo estuviese ahí, y su sonrisa nostálgica no hacía más que trasmitir lo que contaba— Cuando el chico se enteró de que ese amor no era correspondido, continuó siendo como era, pero nunca se atrevió a decirle lo que sentía, se decía una y otra vez que estaba bien, que si ella era feliz todo estaba bien. Los meses pasaron, y ellos habían planeado un encuentro en su lugar favorito del bosque. Él preparó lo mejor de sí, dispuesto a decirle lo que sentía al menos esa vez, aún siendo conciente de que no cambiaría nada, pero cuando llegó al lugar había alguien más en compañía de ella.

Desvía la mirada un momento a sus puños, está apretando tanto las manos que su piel se ve aún más pálida de lo que es en sus nudillos.

»Ese individuo que la sostenía observó al joven y le sonrió con una expresión incomprensible, y huyó. El chico no entendía que pasaba, hasta que vio a su amada girarse y caer, justo como se había derrumbado su mundo en aquel instante.

—¿Estás diciendo que...

— Si, el hombre del que la chica se enamoró la terminó asesinando, y el chico que se había enamorado de ella, la tuvo que ver morir en sus brazos. Fin.

—¡Dustin! Tenías que haberme dicho que sería un final trágico.

Las lágrimas hicieron aparición en mi rostro sin ser muy conciente de ellas y las limpié enseguida, era solo una historia ¿Por qué lloraba?

Dustin suspira y me mira por fin desde que había  empezado a contar la historia.

— Ese chico que se había enamorado Chloé, era yo. Y sí, fue justo el que ahora es espectro mayor quien mató a una bruja maldita. —sostuve mi boca de la impresión al escuchar— Nicolás mató a mi amada Marlen hace 200 años, y yo no pensaba irme de aquí hasta acabarlo a él. Al final, el destino mismo se encargó de unir nuestros caminos.

Dicho esto, simplemente desapareció, como solía hacer últimamente luego de dejarme con la duda flotando en el aire.










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