CAPÍTULO 16
El pasado no resuelto siempre te encuentra de nuevo, ya sea amor u odio.
—Hye Yoo.
¥ Aquel día ¥
P.O.V Dustin.
200 años atrás...
Me escabulli lo más sigilosamente posible entre los árboles que formaban un pequeño circulo entre ellos, y me acerqué con cuidado a la roca que estaba justo en medio, estaba oscuro, pero la luna se dejaba ver hermosamente como si reposaba sobre la copa de los árboles. Di dos pasos cuando su larga cabellera rubia platinada se sacudió con fuerza por el viento, y su voz melodiosa se hizo escuchar aún conmigo a algunos pasos de distancia.
—No pierdas el tiempo Dustin, ya sé que estás ahí.
—¡No puede ser!—exclamo acercándome para pasar mis brazos por sus hombros y abrazarla de espalda.
—Tu esencia es inconfundible—dijo, posando sus manos sobre las mías que la rodean.
—Más bien tu poder de distinción es increíble, debiste haber sido una Vistentt.
Acerco mi rostro muy cerca de su cabello y dejo mi nariz descansar sobre el por unos segundos antes de besar su cabeza con lentitud, disfrutando de su queridísimo aroma de flores y vainilla inconfundible, que por más que me esté rodeando casi siempre, jamás me va a dejar de encantar. La rodeo y tomo asiento sobre el poco pasto frente a ella y sus hermosos ojos mieles parpadean observando me.
—¿Ah sí?—responde con una sonrisa despeinando mi cabello—, Entonces, tú deberías ser mi guardián.
Suelto una carcajada y ella sonríe aún más al verme.
—Siempre tienes como respóndeme ¿No, Marlen?
—Siempre estás preparado para perder ¿No, Dustin?
Nos mantenemos la mirada, ella sonríe y no puedo evitar sonreír con la misma magnitud.
—Ven—Me extiende la mano y la tomo—Observemos al mundo.
No sabía que era posible que mi sonrisa se extendiera aún más por mi rostro. Pero las carcajadas de mi parte no se detenían mientras era arrastrado por Marlen y corríamos cómo dos dementes por el bosque de Mulhouse en dirección al mundo de los humanos.
Siempre estaré feliz de haberla conocido, ese pequeño ser iluminó mi existencia apenas y me apuntó con una de sus flechas en aquel instante.
«Flashbakc»
—Malditos espectros ¿No podían ser menos cobardes?
Pateo con fuerza al siguiente en acercarse en el rostro. Hay más de diez de ellos rodeandome de la nada, atacandome sin una razón aparente.
¡Maldita sea!
Alzo en vuelo y arrojo lejos a tres de ellos con mis alas, vuelvo sobre mis pies y codeo a mi derecha a uno de esos que intentaba aprovechar el momento, el hilillo de sangre que empezó a desender de su nariz dejó entendido que ha recibido el golpe de mi codo justo allí. Esos mismos cuatro vuelven a ponerse de pie para lanzarse en mi dirección al mismo tiempo. Maldigo para mis adentros una vez más y estoy listo para lanzarme hacia ellos por igual, pero apenas doy un paso, los cuatro caen delante de mí.
Parpadeo varias veces mientras los observo con mi cuerpo aún en posición de ataque. Pero mis alertas se encienden más al ver las cuatro flechas exactas incrustadas en sus cuellos por detrás. Miro para todos lados y me sobresalto al ver una chica de pelo rubio platinado no tan lejos de donde me encuentro, sus ojos miel se encuentran con los míos y sonríe, lleva puesto un lindo y largo vestido blanco, y trae consigo unas flechas y un hermoso arco color azul. Jamás había visto del tipo que portaba consigo.
—Perdona si te he asustado, pero pensé que querrías un poco de ayuda.
Salgo de mi trance al escuchar su melodiosa voz, era suave, dulce, y firme. Su tez blanca se veía demasiado hermosa bajo la claridad que hacía. Sacudo la cabeza y recuerdo que habían Sido cuatro tiros en uno los que había dado esa desconocida.
—¿Tú has dado esos tiros?—Es lo único que logro articular al volver a reaccionar por fin.
Sonríe en respuesta, toma una de las tantas flechas que carga consigo, posiciona el arco y apunta con el hacia mí, abro los ojos en sorpresa y me preparo con un suspiro de cansancio para ir a por ella y cortarle el cuello de ser necesario, pero no me da el tiempo de mover un solo músculo de mi cuerpo cuando la flecha ya ha sido disparada en mi dirección. Suelto una maldición por el posible dolor que atravesará cual sea el lugar afectado, dependiendo de qué flecha especial sea, pero grande es mi sopresa al ver que solo roza mi mejilla derecha y se escucha el golpe seco al ser incrustado en algo más. Parpadeo todavía más desconcertado y giro el rostro cuál exorcista para ver detrás de mí a uno de los espectros que quedaban caer desplomado al suelo y la flecha incrustada con éxito en su sien.
—No deberías distraerte tanto en campos de batalla, demonio. Y deberías prepararte un poco más, jamás se sabe dónde terminarás en 100 años.—. Es lo único que menciona antes de volver el arco a su lugar en su hombro y da la vuelta para irse, no sin antes despedirse con una encantadora sonrisa y una señal de manos.
«fin del flashback»
Aquel mismo día, luego de salir de mi estupor, la seguí. Estaba encantado por la manera tan simple en la que me había hecho sentir un simple demonio mocoso que no tenía experiencia, a pesar de llevar toda mi vida en batallas, unas veces por diversión, otras porque siempre estaba alguien en busca de problemas.
Esta chica un poco más baja que yo por algunas cabezas que me estaba arrastrando consigo en estos momentos me había hecho muchas a lo largos de los tres años en los que nos estuvimos conociendo. Es fuerte, guerrera, y aún sin saber cómo podría defenderse, lo intenta, pelea aunque le cueste, pero es dulce, también se deja ver vulnerable, y yo no he hecho más que tener sentimientos que deberían ser imposibles para mí por ella.
—¡Dustin, no te distraigas!—exclama disparando una flecha en mi dirección con una sonrisa maliciosa.
La esquivo a una velocidad mayor que aquella primera vez que la conocí. La miro con reproche y sonríe entonces con inocencia.
—¡Con las flechas no, Marlen!
—No seas miedoso, Dus.
La miro indignado mientras avanzo en su dirección.
—No es miedo, es que no me puedo arriesgar a tanto.
Ella detiene sus pasos, dándome tiempo a acercarme hasta donde está, se apoya de mi hombro y sube a una de las tantas rocas que hay cerca de la entrada al mundo de los humanos y esta vez soy yo quien tiene que alzar la mirada un poco para observarla. Sujeta mi cara con ambas manos y deposita un suave beso sobre la coronilla de mi cabeza, sacude mi cabello despeinando lo y dice:
—Recuerda que puedo curarte cuántas veces sea necesario, querido Dus. Jamás te dejaría sufrir con algún daño, así tenga que drenar toda mi energía para salvarte una y otra vez, lo haré.
El corazón me martillea a tal punto que lo siento latir incluso en mis oídos. Vuelve a sonreír como tanto le encanta y salta para descender de la roca en la que estaba, toma mi mano y vuelve a arrastrarme para terminar de salir del bosque con esa alegría característica de ella, sonrío y la sigo sin dudar.
Definitivamente, el día en que la seguí, debí de haberme percatado que estaría perdido en el momento en que dí aquel primer paso.
¥¥
Ya había llegado la noche después de ver pasar todo el día por ahí en el lugar de los humanos. Marlen y yo habíamos decidido vestir de manera casual acorde a la época para no llamar tanto la atención. Caminamos, compramos de algunos postres que parecieron gustarle y al final terminamos sentados en una carretera con poca iluminación.
Aproveché el momento para observarla admirar la luna, las estrellas, el cielo, y todo eso que miraba que hacía que sus ojos se iluminaran felices, con nostalgia, y algún que otro sentimiento y más emociones en aquel hermoso rostro. Seguro se habrá dado cuenta que la miraba y fingió no saber, porque apoyó despreocupadamente su cabeza sobre mi hombro derecho.
Descansé mi cabeza sobre la suya y suspiré; jamás pensé que me encantaría tanto un momento tan simple como este, y menos en compañía.
—Oye Dus—. Murmuré un “Uhmm” en respuesta a su llamado y tomó mi mano—. Si algún día no llego a estar, por favor, déjate acompañar y no seas terco.
Solté una pequeña risa y tomé con firmeza la mano que había puesto sobre la mía.
—Marlen, no digas bobadas, es imposible que no estés tú en mi vida.
—Es cierto, porque seguramente te volvería a encontrar y te apuntaría con una flecha.
La miro con mala cara y se encoge de hombros antes de volver a apoyar la cabeza en el mismo lugar sobre mis hombros. Suspiro nuevamente y hago la misma acción.
Pasan largos minutos en los que quedo un poco pensativo por lo que ha dicho. Y tiene algo de razón, no me gustaba tanto la compañía hasta que la conocí a ella, y terminé estando acompañado incluso sin quererlo.
La carretera se mantiene solitaria de un momento a otro, y una joven pareja aparece a lo lejos riendo, y abrazados. Marlen gira para observarlos igual, parecen estar felices caminado por la carretera a oscuras acompañados el uno del otro. La chica a mi lado sonríe al verlos, y yo no puedo evitar sonreír cuando ella lo hace, los vemos pasar frente a nosostros y minutos después, mientras se alejan, un camión pasa a toda velocidad y parece perder el control, Marlen salta de su lugar ocasionando que yo también lo haga cuando notamos que el desvío y falta de control lo está enviando directo a la pareja que pasaba felizmente frente a nosotros hace tan solo unos minutos.
—¡No te metas en esto, Marlen!—Le grito y la sostengo del brazo al darme cuenta de lo que estaba apunto de hacer.
—¡Pero, Dustin! No podemos...
El sonido del freno brusco y un choque interrumpe su intento de réplica, tanto ella como yo miramos hacia aquel lugar para encontrarnos con el grito desgarrador de la chica al otro lado. Marlen logra zafar su brazo de mi agarre y corre en dirección a ella, corro tras ella luego de soltar una maldición y la veo revisar cada parte del cuerpo de la chica, pregunta innumerables veces si está bien, pero ella solo la aparta y se pone de pie como puede para correr donde está el humo y el camión está volcado. Marlen la sigue, y no me queda otra opción más que seguirlas por igual. Al llegar, me doy cuenta que es el chico, su acompañante, quien está más allá tirado en el suelo con sangre saliendo de su cabeza, boca y nariz.
La chica suelta otro grito desgarrador y se arroja de rodillas a un lado del cuerpo del chico.
—Vamos Albert, abre los ojos—suplicaba la chica con las manos temblando sin saber a qué lugar posarlas—. Debiste dejarme a mi ahí y saltar tú ¡Maldición! ¿Por qué me has quitado del camino?
Tanto Marlen cómo yo quedamos a unos pasos de distancia, y solo vemos a la chica maldecir porque el chico la salvó al apartarla del camino justo a tiempo, no paraba de repetirle que abriera los ojos, y aunque podría haberlos abierto no serviría de nada, el golpe notorio en su cabeza solo mostraba el final de su vida, pocos eran los segundos que tal vez le quedaban, y seguramente, ella ya debió de haberse dado cuenta.
—¡Maldita sea no me hagas esto!—Sus gritos estaban cada vez con más dolor—. No hoy, no ahora...
Estaba por girar sobre mis talones para abandonar el lugar en el momento en qué la ví abrazar al chico como si su vida dependiera de ello, pronto los angeles de la muerte estarían aquí, así que prefiero no estar cuando eso suceda. Al dar el primer paso me detengo cuando Marlen da un paso, pero no en la misma dirección que yo, luego dos, tres, y corre entonces hacia ellos.
Maldición Marlen ¿Que estarás pensando ahora?
Camino con rapidez hacia ella y detengo su mano en el aire al verle intenciones de posarla sobre la cabeza del chico.
—Ni lo pienses Marlen, sabes muy bien que no podemos involucrarnos de este modo en problemas humanos.
—Sé que no podemos, pero no puedo simplemente irme y hacer de cuentas que no he visto nada, ese accidente no debió pasar y lo sabes.
Intenta zafarse, pero vuelvo a sostenerla.
—No somos ángeles ni justicieros, y sabes mejor que nadie que estaríamos rompiendo las reglas—digo entre dientes, no es como si me importara, pero no quisiera verla perjudicada a ella.
Me sonríe.
—En todo caso, yo soy quien estaría rompiendo las reglas—, aleja su mano lentamente—, y ¿Tú desde cuándo sigues así de bien las reglas?
Terminó de alejarla, suspiré con cansancio y solo la observé posar su mano derecha sobre la cabeza del chico, la chica había dejado de llorar en el momento en que Marlen y yo discutíamos, y no era para menos, definitivamente debió ser extraño tener a dos desconocidos discutir sobre humanos de esa manera en el momento justo en que tienes a algún ser querido casi al morir frente a tus ojos. Vuelvo mi atención a lo que hacía cuando una luz de un tono algo azulado brillaba de la mano de Marlen, cerró los ojos concentrada, mientras la pequeña luz hacía su magia y paseaba al rededor del lugar.
Pasaron unos minutos en los que retiró su manos lentamente y todos quedamos a la espera, parecía incluso que la chica no respiraba sin saber que había pasado exactamente. Las lágrimas volvieron a caer de su rostro al no obtener respuesta alguna minutos después, lanzó un grito que seguro le dejó la garganta desgarrada, pero se cortó como si fuera un hipo en el momento en que él chico suspiró fuertemente como si hubiese vuelto a la vida y abrió los ojos con una lentitud inquietante.
—¿Alice? ¿Por qué llorabas? ¿Estás bien?—. Fue lo primero que mencionó al abrir los ojos completamente. Tanto Marlen cómo yo soltamos un suspiro aliviado, al final sí hubo tiempo para salvarlo.
La chica saltó a abrazarlo y siguió siendo un mar de lágrimas, incluso Marlen parecía querer dejar algunas caer, se acercó a la pareja con pasos lentos.
—No le cuenten al mundo lo que pasó, o los tildaran de locos...—les susurró a ambos antes de dar la vuelta e irse.
La chica le respondió en un mismo tono un “Gracias por salvar al amor de mi vida” al que Marlen solo sonrió y continuo caminando hacia la entrada del bosque.
N/A
Wenasss espectritos, esta parte continuará en el siguiente capítulo, ya saben, cuando la cosa se extiende en demasía, se tiene que cortar ¿No?
¿Cómo les va cayendo nuestra querida Marlen?
¿Se esperaban esta historia de nuestro querido Dustin?
Hahahhhaha nos vemos en unas horas, o minutos, quien sabe...
#SeLesQuiereDeAquiACarrasco.
Stefii fuera 🌹
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