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CAPÍTULO 08

¥ Entrenamientos 2 ¥

—Bien, bien, dejando toda cursilería de lado, es hora de empezar—Derek aplaude seguido de sus palabras—. Hanna, déjame ver qué es lo que tienes para ofrecer.

Y Hanna sonrió, como si estuviese esperando ese preciso momento.

Leo y Bruno volvieron a hacer lo propio de echarnos a Luna y a mí para atrás en el momento justo en el que Hanna corría en dirección a Derek con una velocidad que me dejó en shock al instante.

Empezaron una pelea, justa, con golpes lanzados estratégicamente por ambas partes, firmes, pero sin alcanzar a su oponente. Hanna lanzo una patada que Derek bloqueo con su antebrazo y aprovechó ese instante para capturar su pie por el tobillo, Hanna no se rindió y también se aprovechó de ese momento para impulsarse y patear a Derek con su pie libre. Los dos cayeron de espaldas, pero se levantaron con la misma velocidad, se miraron y volvieron a correr uno en dirección al otro.

Yo miraba todo con la boca abierta, Hanna era rápida lanzando golpes, pero Derek también lo era esquivando. Se encrustaron en una pelea en la que al final Hanna se detuvo para tomar una bocanada de aire con las manos apoyadas en sus rodillas.

—Hanna, tomate un descanso—Derek palmeo su espalda al acercarse—. Leo, ven aquí.

Y así empezó otra pelea en la que ví a Leo adoptar su forma de humo y empezar a esquivar los golpes de Derek sin mucho esfuerzo, no lanzaba golpes, solo dejaba a Derek traspasarlo hasta que se cansara. Llegado un determinado instante, Derek decidió llamar a Bruno para pelear, el mencionado también peleó con todo, lanzaba más golpes que Hanna, pero casi no podía evitar o bloquear los que enviaba Derek. Dustin por otro lado seguía allí, observando todo sin decir absolutamente nada.

—Suficiente—Dustin se acercó y miró a Derek que solo asintió.

—De pie aquí todos—Eso hicimos, nos acercamos a pocos pasos de Dustin y Derek que fue quien tomó la palabra—. Hanna, eres buena lanzando, pero agotas demasiada energía por la debilidad de no saber esquivar, tienes buena resistencia, pero se necesita más que eso—Hanna asintió y Derek continúo escaneando a todos con la mirada—. Leo, no puedes mantener tu forma de humo en toda la pelea, debes aprender a esquivar, lanzar golpes y materializar tu forma de humo en cuestión de nada, mientras más rápido, mejor—Intenté con todas mis fuerzas no abrir la boca en sopresa, Leo asintió—. Bruno, también tienes buena resistencia, eso es normal en todo cazador, pero no usas tus sentidos para esquivar a tiempo.

Bruno asintió, y Dustin fue quien hizo amago de tomar la palabra esta vez.

—La Vistentt puede sentir la esencia de los seres a menos de un kilómetro de distancia, y puede saber de qué ser se trata aunque cubra su esencia con otra—Dustin posó una mano en mi hombro al mencionar aquello—. Los cazadores tienen una resistencia tanto física como mental que supera la de cualquier humano ordinario, también tienen una vista increíble para el arco y la flecha—Continúo caminando—. Un sombra/espectro puede materializarse como humo y volver a ser palpable sin ningún problema. En su forma de humo evita muchas armas, por eso es que no todo cazador puede con ellos.—Nos miró por unos segundos en silencio y luego volvió a andar—. Así que ahora que tengo una idea de lo que necesitan, entrenarán de esta manera—Dió dos pasos atrás, alejándose de todos—. Bruno fortalece a Luna. Hanna y Leo buscarán combatir sus debilidades como especies contrarias que son. Derek, tú irás con Chloé.

Hanna refunfuño y Leo sonrió como nunca al escuchar aquello. Derek también sonrió en mi dirección y yo miré hacia otro lado enseguida, casi maldiciendo a mi guardián, Bruno no mostró ninguna expresión y Luna sonrió un poco con la cabeza gacha.

Dustin estaba por girarse, pero antes se detuvo y miró a Hanna y Leo.

—Ah, y Hanna—La llamó, la mencionada giró—, intenta no quitarle la cabeza a Leo ¿Si?

Hanna se cruzó de brazos.

—Le quitaré las pelotas.

—Es el destino, Tomatito.

Hanna lanzó una patada al rostro de Leo que solo lo traspasó, el mencionado logró poner su cuerpo a humo justo a tiempo. Dustin sonrió.

Derek soltó una carcajada que no se detuvo incluso con la mirada asesina de la pelirroja hacia él. Puse los ojos en blanco.

—A ti también te advierto ángel—Mi guardián señaló a Derek amenazante—Cuidado con lo que haces eh.

—No te preocupes demonio, la entrenaré muy bien—me guiñó un ojo al responder.

Idiota.

Todos tomamos un extremo distinto del lugar en la arena, bien alejados cada grupo del otro. Nadie hizo protesta por la formación que tomó Dustin, y yo tampoco pregunté.


—Chloé, por favor intenta prestar atención. Iré por lo más básico.

Asentí, con la mente dispuesta a no escuchar una sola palabra de lo que decía el ángel frente a mí. Porque ¿Cómo le digo que su torso desnudo definitivamente me va a quitar la concentración?
O mejor se lo digo a mi guar...

—¡Angel!—Los dos giramos en dirección a Dustin justo cuando un atuendo volaba directo al rostro de Derek, que lo atrapó a tiempo—¿Te costaba ponerte algo antes de empezar?—Terminó de llegar en nuestra dirección—¡Le contaminas los ojos a Chloé!

No puede ser.

Pongo los ojos en blanco por enésima vez en el día, y Derek sonríe.

—No creo que de verdad los estuviera contaminando eh, demonio—Cubrió su torso con lo que le había lanzado mi demonio—Además, le mencioné tres cosas y estoy seguro de que no escuchó ninguna, supongo que ahora sí me va a escuchar.

Sentí mi cara arder por la mirada de ambos en mi persona.

—¡Eso no es cierto!—Me alteré.

—¿Ah, no?—El estúpido ángel sonrió, y se acercó un paso—Entonces, cuéntame Chloé ¿Que mencioné?

Dustin me miraba con ambas cejas en alto. Yo abrí y cerré la boca como pez sin articular palabra alguna.

¡Di algo mujer!

—Dijiste mi nombre—Me apresuré a soltar.

Dustin se cruzó de brazos y Derek soltó una carcajada suave, desconcertante.

—Bien, te la dejo pasar esta vez—Miró a Dustin un momento—Ya te puedes ir demonio, sé hacer mi trabajo.

—Te vigilo, ángel—Dustin señaló sus ojos con dos dedos y luego lo señaló a él mientras se alejaba repitiendo la acción.

Infantil.

—¿Recuerdas que puedo leerte, Chloé?—Grita en mi dirección sin mirarme.

—¡Lo sé!—Chillo, casi odiando que de verdad mi guardián pueda leer mis pensamientos en ocasiones.

Derek se acercó a pocos centímetros de mí cuando Dustin estuvo lo suficientemente lejos de todos nosotros.

—Muy bien—Dijo a mi espalda y me estremecí sin querer ¡Concéntrate Chloé!—Primero intentaras lanzar golpes, si lo sabes, podrás entender la dirección en la que podrían venir y esquivarlos con éxito.

Asentí.

Caminó hasta estar delante de mí.

—Flexiona tu cuerpo, e intenta lanzar dos puñetazos y una patada.

Mire detenidamente sus movimientos, flexione un poco las rodillas y levanté ambas manos en puños justo como los tenía él.

—Bien mortal, ahora esquiva en la dirección que te mencione.

Asentí, sintiéndome rígida por los nervios.

—¡Izquierda!—Me moví hacia la derecha justo cuando lanzó un puñetazo a mi izquierda—¡Derecha!—Volví a ir en dirección contraria a tiempo—¡Abajo!—Flexione las rodillas lo más rápido que pude para llegar abajo justo antes de que su patada se llevara mi cabeza.

Respiré agitada, aún en el suelo con el corazón martillandome a toda velocidad ¡Que susto me acabo de llevar!

—Oye mortal, de pie—Me extendió su mano cuando alcé la mirada hacia él. Tomé la mano que me extendía y me puse de pie enseguida—Cuando vas abajo, no te quedas ahí. Tienes que barrer sus pies, o podrían dejarte fuera de combate.

Aún sostenía mi mano y estaba a una distancia para nada prudente, pero logré conectar mi cerebro y asentir en respuesta.

—¿Barrer sus pies?—Cuestione cuando al fin pude articular palabra.

Sonrió, soltó mi mano y dió dos pasos atrás.

—Lanza los golpes que lancé hace un momento.

¿Los que lanzó? Un puñetazo izquierdo, uno derecho, y patada.

¡Bien!

Flexione mi cuerpo de nueva cuenta, él quedó en la misma dirección con amabas manos en sus bolsillos.

Lancé primero a su derecha, luego a su izquierda, luego intenté lanzar una patada que más bien parecía un pato en su intento de volar.

Derek ni siquiera tuvo la decencia de girar el rostro, soltó una carcajada frente a mí, sin vergüenza. En cambio a mí me sobraba, seguro andaba roja hasta los codos.

—Deja de reírte de mi. Se supone que me estás enseñando—Me quejé.

—No puedo creer que tu guardián jamás pensó en enseñarte combate—Negó con la cabeza aún sonriendo y se acercó a mí—Ojalá sí seas flexible.

Se colocó a mi espalda y posó su mano derecha en mi costilla, me puse rígida al mero contacto. Pero no se detuvo ahí, empezó a descender una leve caricia desde las costillas, pasó por mi cadera y continuó hasta llegar detrás de mi rodilla. Temblé sin siquiera pensarlo ¿Por qué estaba haciendo esto?

Giró mi cuerpo hasta estar de lado con su mano libre, y elevó mi pie desde donde lo sujetaba detrás de la rodilla a una altura considerable.

—Tienes que usar una posición parecida para lanzar una patada a la cabeza de tu contrincante—Susurró, demaciado cerca de mí oído—Ahora mírame.

Soltó mi cuerpo lentamente y se alejó, mi cuerpo giró en su dirección obedeciendo su demanda. Flexionó el suyo y lanzó una patada que bien podría haberse ido con mi cabeza si no estuviésemos a una distancia considerable. Volvió a su posición inicial y lanzó el mismo movimiento de nueva cuenta. Lo hizo unas dos veces más antes de mirarme y acercarae a mí.

—¿Viste mortal? Ahora inténtalo—Asentí y me puse en guardia.

Como al principio, lancé los puñetazos y sonrió con cara de sopresa cuando también hice el esfuerzo de lanzar la patada, que esquivó al agacharse y de paso golpear mis pies en tierra firme para hacerme perder el equilibrio. Caí enseguida, pero en lugar de la arena y el suelo bajo mi cuerpo, sentí algo totalmente distinto. Abrí los ojos que no sabía que habia cerrado, y me encontré con esos ojos celestes y una sonrisa a pocos centímetros de mi persona. Derek me sostenía estando en cuclillas, seguro estaba a muy pocos metros de encontrarme con el piso.

—A eso, mortal, se le llama barrer los pies—Parpadeo en varias ocasiones para asegurarme de que de verdad no estoy en la arena, y que ese ángel no me está sonriendo como lo hace ahora—Aprende a hacer más amena la caída, por si un día no estoy cerca para atraparte.

Me puse de pie aún con la mirada fija en sus ojos.

—¿Te tomaste la libertad de elejir atraparme siempre?—Pregunté, obligando a mi cerebro a funcionar.

—Claro. Si tu demonio te cuida, yo también puedo asegurarme de atraparte antes de caer ¿O no?

Lo miro por unos instantes, sonrío, y desvío la mirada sin poder evitarlo. Seguro vuelvo a tener las mejillas coloradas.

—No hagas eso, mortal—Volví a alzar la mirada con duda—Si sonríes y desvias la mirada, siento que intentas seducirme.

Puse los ojos en blanco, sin evitar soltar una leve risa.

—Ya quisieras, estúpido ángel.

Doy la vuelta y empiezo a andar para ir al interior de la cabaña.

—¡Oye! Respeta un poco más a tus mayores, torpe mortal.

Rio por lo bajo y me alejo a pasos más largos.

Los demás también nos siguen, y la discusión entre Leo y Hanna se hace presente al instante.

¿Será que no pueden vivir sin discutir?

—Venga tomatito, unos cinco minutos más.

—Leo, calla ya. También existen descansos.

Leo bufo, y todos pusieron los ojos en blanco. Ya, a este paso quedo con los ojos arriba.

—Bien ¿Algún buen samaritano que quiera cocinar?—Dustin tanteo a la suerte. Y todos quedamos en silencio, seguramente pensando lo mismo—¡Holgazanes!

Reí, y lo ví alejarse para ir a la cocina refunfuñando. Será infantil.

—¡Hey!—Leo salto de su asiento llevándose un grito de mi parte. El muy pendejo me dió un susto de muerte—Nunca dimos los premios de la apuesta.

—Es cierto—Luna sonrió.

—Dustin fue quien ganó—Dijo Leo, demasiado feliz tomando en cuenta que él había apostado a Derek—Tomatito, bésame.

Tosí atragantandome de paso ¿En qué momento se decidió elejir personas así?

—Será idiota—Atacó Hanna, notablemente irritada—No puedes pedir nada, perdiste.

—Cierto—Leo hizo el amago de pose pensativa, volviendo a tomar asiento—Entonces pide besarme.

Definitivamente Leo no sabe decir algo normal.

Derek alzo ambas cejas, seguramente sorprendido de que sí se hubiese apostado a su nombre.

—Con que apostando eh—Se cruzó de brazos—¿A quien apostaste, mortal?

Parpadeo para ubicarme de nueva cuenta al ser conciente de que cuando dijo "Mortal" se refería a mí.

—A mí guardián—Respondí sin más.

—¿Y si pedimos algo que nos guste a todos?—Intervino Luna, y lo agradecí, porque los demás estaban en una especie de discusión «Excluyendo a Bruno y Derek» que me estaba volviendo loca.

Más específicamente, Hanna y Leo eran los encargados de tanto drama.
El silencio se hizo presente luego de la sugerencia de Luna. En ese momento, Dustin salió de la cocina vistiendo un delantal negro al rededor de la cintura, y un sartén en las manos señalandonos con el.

—La pequeña Luna tiene razón—Sacudió lo que tenía en manos—Podrían, no sé, dar uno de esos paseos que a Chloé le gustan.

—Dustin ¿Por qué eres quien está dando ideas locas? Se suponía que eras el más maduro aquí—Bruno habló por fin, sin siquiera mirar en dirección a alguien en particular.

—Porque sus discusiones me dan jaqueca. Salgan al menos por una hora, necesito paz.

Dicho esto, volvió a la cocina dejando un silencio sepulcral, me estremecí al ver el amago de sonrisa en el rostro de Bruno.

—Entonces ¿Si vamos?—Tanteó Luna nuevamente rompiendo el silencio, y sonreí.

—¡Me apunto!—Leo se puso de pie—Vamos Tomatito.

—No te atrevas a acercarte—Hanna lo reprendió, y el muy menso sonrió, como que la vida es nada.

Derek también se puso de pie, y a mí no me quedó de otra.

—Ustedes vayan, yo prefiero disfrutar de la paz igual—Bruno pasó la página a su libro, se ganaba el premio a la persona que mejor ignoraba, seguro que sí.

—Por favor, cazador Bru—Luna tomó su mano, y Bruno detuvo su intento de volver a pasar página. Todos quedamos bloqueados con el acercamiento de Luna.

El cazador levantó la vista por fin para mirar a la individua que sostenía una de sus manos, y ella sonrió, como si no fuese conciente de lo que hacía exactamente.

—Por favor—Volvió a repetir, más bajo.

Bruno soltó un leve suspiro que logro escucharse con claridad por el silencio que hacía en el lugar. Y es que nadie se atrevía a mover un solo músculo con la expectación flotando en el aire.

—Está bien—Dijo al fin, y Luna ensanchó aún más su sonrisa.

Bruno se puso de pie y nos miró a todos unos segundos.

—¿Que esperan? ¡Vamos!

Volví a conectar mi cerebro y terminé de tomar lo que necesitaba para poder salir. Definitivamente, acabo de tener más cortocircuitos en el cerebro hoy, que en todos mis días anteriores.








N/A

¡Holaa, espectritos del mal!

Ya sé, ya sé, me perdí por una vida y lo siento, pero ya saben, problemitas tecnicos XD.

Este es otro cap totalmente suave, para la conocicion (todos sabemos que esa palabra no existe, pero nahh) de los personajes, espero que lo disfruten, que se relajen y tomen awita.

Pd: disculpen los errores, ya se irán editando luego.

¿Por qué no has dejado tu estrellita si te ha gustado?

#SeLesQuiereDeAquiACarrasco.

Stefii fuera 🌹

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