Capítulo 4: Cita
Capítulo 4: Cita
-Así que, Kuroro -Sonrojado lo miré, aún algo molesto. -Bien, Kuroro, yo no soy pequeñín
-El día que logres quitarme la gorra te voy a creer -Sonrió y me miró satisfactorio.
Fue cuando lo miré y me di cuenta de que con suerte le llevaba a los hombros.
-Eso no se vale -Avergonzado inflé un poco los cachetes y desvié la mirada.
-Pequeñín -Soltó una risita y me miró. -¿Cuándo tendremos nuestra cita?
-Que sea pronto para librarme de ti -Miré a otro lado.
-Para que si después vendrás por más -Soltó una risita. -Mañana entonces -No pude evitar ponerme nervioso, no pensaba que sería tan pronto. -¿Estás libre mañana?
-Sí, que sea mañana no más -Inhale y asentí.
-Te hablaré durante el día para coordinar mañana ¿Sí? -Sonrojado volví asentir y lo miré, me asusté porque lo tenía muy cerca, tanto que casi nos damos un beso. -¡Mhm! -Me alejé un poco y lo miré colorado.
-L-lo siento no pensé que me mirarías, yo solo quería... -Se me acercó y beso mi mejilla. -Nos vemos -Sonrió y revolvió mi pelo. -Que te vaya bien hoy -Colorado me le quedé mirando hasta que se fue.
-¡Ahh! ¡Lo vi todo! -Fue cuando rápidamente llegó Iruma. -¡Casi se dan un besito! -Se me tiró encima por la espalda y besó mi mejilla. -¡Felicidades!
-¡N-no hables tonteras! -Lo sostuve y entramos a caballito al colegio. -Solo fue un accidente
-Pero te gusto -Fue cuando tome un desvío y lo lleve al baño, lo bajé y conversamos en los minutos que quedaban antes de entrar.
-No lo sé Iruma... -Lo miré y suspiré profundo.
-Haruka, deja de preocuparte, eres joven, disfruta tu vida -Se me acercó y me abrazó con fuerza. -Si te gusta, te gusta... -Acarició mis mejillas y luego las apretó. -Si quieres experimentar, experimenta, pronto cumplirás los dieciocho años y no has dado ni un beso decente, no has tenido una cita, ¡Date una oportunidad! -Lo miré y sonreí.
-Tal vez tengas razón y solo lo sobrepensaba demasiado
-Por una vez deja de pensar en tus papás, en tus estudios y disfruta antes de que verdad solo tengas cabeza para los estudios
-No puedo creer que el próximo año seamos universitarios -Inhalé y lo miré nervioso.
-Por lo mismo, no tendremos el tiempo que tenemos ahora, ¡Disfrútalo como gustes sin que te importe la opinión de los demás hombre!
-Eso haré -Sonreí y fuimos al salón.
Lo que me dijo Iruma de verdad me hizo pensar y me motivo a realmente gozar lo que está pasando con Kuroro, bueno, realmente con lo que pueda pasar.
Iruma tenía razón, estoy por cumplir dieciocho años y no he hecho mucho más que ir a unas cuantas fiestas, quedarme borracho dos veces, estudiar y gozar de mi familia, que no está mal, pero tal vez en un año más, no tenga el mismo tiempo, no tenga las ganas que tengo ahora, por lo que ahora es cuando debería hacerlo, que si quiero ir a una fiesta, que si quiero ir a un concierto, que si... Que si quiero tener una relación...
Estuve todo el día feliz, ansioso por lo que se viene, quiero gozar mi último año en el colegio, con mis amigos y quien sabe si con alguien especial al lado.
-¿Y? ¿Cómo te sientes después de nuestra conversación? -Iruma me miró mientras caminábamos a su casa.
-Mucho mejor, pero eso sí, no pienso hacer mucho, por lo menos con Kuroro...
-Pero Haru--- -Lo paré y lo miré.
-So-solo hasta que cumpla los dieciocho años, no lo quiero meter en problemas -Sonrojado miré a otro lado.
-¡Uy! ¡Pero tú te estas saltando como veinte pasos! -Me codeó entre risas mientras yo me ponía cada vez más colorado.
-¡N-no hablo solo de eso! Tampoco quiero besarlo, no quiero meterlo en problemas, de verdad -Avergonzado lo miré y sonreí un poco.
-Eso dices tú, ya veremos que dice él -Me miró pícaro.
Al final cuando llegamos a su casa, no quise irme y me quedé un rato en la casa de Iruma.
Iruma vive en la casa de sus papás, peros sus papás nunca están, viven de viaje y le transfieren un monto mensual para las cosas básicas, y un poco más para las cosas que él quiera, pero en una casa tan grande, Iruma debe sentirse muy solo.
-Me alegra que te quedes un rato aquí, es raro estar aquí solo... -Se sentó en su cama y dejó su bolso en el suelo.
-No te preocupes, me gusta estar contigo -Sonreí, me senté a su lado y me apoyé en él. -No me gusta dejarte solo...
-Gracias -Inhalo profundo y me miró. -¿Tienes hambre? Puedo pedir algo
-¿Por qué no mejor intentamos cocinar?
-Pero si ninguno de los dos cocina -Soltó una risita y me miró.
-Toca intentar no más, ¿Qué tal panqueques? -Sonreímos y nos fuimos a la cocina.
Buscamos una receta en internet y tratamos de hacer todo según la receta.
-¡Pero Haruka!
-¿Qué pasa? -Lo miré y sacó una cascara de huevo de la masa, me tapé la boca mientras trataba de aguantarme la risa. -¡Ay lo siento!
-El chico prodigio parece que tiene áreas en las que no destaca ¿Verdad? -Soltamos una risita y le asentí.
Una vez lista la masa y revisado que no tenga más cascaras de huevo.
-¿Y ahora? -Me miró confundido, me limpié las manos y revisé mi celular para ver la receta.
-Veamos... "Una vez que hemos incorporado toda la harina, calentamos un poco de aceite de oliva en una sartén antiadherente." -Levanté la cabeza y lo miré. -¿Tienes una sartén antiadherente?
-¿Qué mierda es una sartén antiadherente? -Nos miramos y soltamos una carcajada. -Yo tengo sartenes, ahora si son antiadherentes, no lo sé
-Me imagino que cualquiera sirve, mientras tenga aceite -Soltamos otra risita y levanté los hombros.
Buscamos una sartén del tamaño adecuado y solo le pusimos aceite y como decían las indicaciones, esperamos a que estuviera caliente.
-¿Cómo sabemos que está caliente? -Miré a Iruma y él levanto los hombros.
-Bueno, está burbujeando mucho, me imagino que está caliente -Tomamos con un cucharon un poco de la masa y la vertimos en el aceite, pero todo comenzó a salpicar, eso incluye el aceite hirviendo.
Gritamos y salimos corriendo, alejándonos lo más posible del aceite, ambos nos quemamos con algunas gotitas que salpicaron.
-¿Te quemaste mucho? -Con lágrimas me sobaba los brazos entre risas, al igual que él.
-No, estoy igual que tú
-¿Qué están haciendo? -Asustados nos dimos vuelta y vimos a mi mamá.
-¿¡Ma-mamá!? -Sorprendido lo miramos. -¿Qué haces aquí?
-Bueno -En ese momento me miró muy molesto. -Estaba buscándote, ¿Sabes qué hora es?
-Ay mamá... -Algo molesto miré a otro lado. -No sé mamá, vine a pasar el rato y se me fue la hora
-Cuidadito Haruka con el tono y como me hablas -Se había enojado aún más.
-Ya mamá -Suspiré pesado y miré a otro lado.
-Vamos a conversar cuando lleguemos a la casa -Volví a suspirar y mi mamá miró a Iruma. -Discúlpame por entrar así a tu casa, vine a ver si Haruka estaba aquí y escuché que gritaron, me asusté y entre rápido
-No se preocupe y disculpe, yo también pude haberle avisado que Haruka estaba aquí -Se sobo los brazos y miró a mi mamá.
-Tranquilo, avisarme no era tu responsabilidad ¿O no? -Volvió a verme y yo bufé molesto. -Para Haruka, última vez que te lo digo -Miró hacia la cocina y vio que estaba todo muy desordenado y sucio. -¿Qué estaban haciendo? -Sonrió.
-Ah, intentamos hacer panqueques -Iruma soltó unas risitas y se sobo la nuca. -Pero no resulto mucho
-¿Por qué no vienes con nosotros y yo les enseño? Mañana vienes con Haruka y él limpia como castigo
-¡Me parece! -Iruma y mi mamá sonrieron felices.
-¡Oigan eso no me parece! -Los miré algo molesto. -Mhm...
-Tomen sus cosas, vamos -Mi mamá nos miró y se acercó a la cocina, apagó la estufa y cortó el gas para prevenir cualquier incidente. -Iruma si quieres puedes pasar la noche allá para que no tengas que devolverte tan tarde
-Muchas gracias -Sonrió y nos fuimos al auto de mi mamá.
Al llegar a casa esos dos pasaron a la cocina mientras yo me aguantaba los regaños de mi papá.
-Ya papá -Suspiré y miré a otro lado. -Es la primera vez que no aviso y me están bombardeando en regaños...
-Bueno, para que así nunca más se te olvide -Me miró y acarició mis mejillas. -Entiende que nos preocupamos por ti -Miré a otro lado y le asentí, suspiró y me soltó. -Ve con tu mamá y con Iruma, seguro te esperan -No le dije nada y me fui a la cocina.
-Ya entiendo porque siempre avisabas a cada lado que vas -Iruma me miró y soltó unas risitas mientras ordenaba los ingredientes con mi mamá.
-Viste que no era cosa mía eso de andar avisando a cada rato... -Suspiré y lo miré. -Bueno no importa...
-Mi amor -Mi mamá se me acercó y me dio un bombón. -Discúlpame, no quise sonar tan pesado antes... -Lo miré y tome el bombón mientras sonreía.
-No te preocupes mamá, discúlpame también... -Lo abracé y me apoyé en él. -No quise hablarte mal
-Te perdono mi vida -Besó mi cabeza, tomó a Iruma, lo acercó, lo incluyó al abrazo y también le dio un bombón. -Los amo mucho, a los dos
-Y nosotros -Sonreímos y le contestamos a la vez.
Después del momento de regaloneo mi mamá nos enseñó hacer los panqueques paso a paso, Iruma y yo nos reíamos de ver cómo es que realmente hacíamos todo mal.
-Ahh -Vimos a mi mamá con la sartén y la nada de aceite y comprendimos que realmente todo lo habíamos hecho mal. -Nosotros le pusimos mucho aceite
-No po -Soltó una risita. -Tiene que ser muy poquito, con una toalla de papel bañadita en un poco de aceite esparces, solo eso, no más
-Con razón todo salpicó y luego todo mal -Iruma suspiró y me miró. -No servimos en la cocina.
-Nop -Soltamos una risita.
-Bueno a mí... A mí nadie me enseño -Mi mamá nos miró. -Aprendí con el tiempo, cagándola uno aprende -Soltamos una risita y luego nos sentamos los cuatro a comer.
-Quedaron muy ricos mamá -Me acerqué a mi mamá y le besé la mejilla. -Gracias
-Gracias, están muy ricos -Iruma sonrió mientras le ponía más salsa de chocolate.
-No le pongas tanto -Mi papá soltó una risita y le quitó la salsa. -Te va a dar algo
-Peroooo -Hizo puchero y se resignó.
-Es bueno que Iruma este aquí porque mañana vamos a salir con tu mamá -Mi papá comió y me miró.
-¿A dónde van? -Los miré curioso.
-Bueno creo que te acuerdas de que tu mamá ha estado medio malito -Miró de reojo a mi mamá, de la nada vi que mi papá puso una expresión de dolor y como que se aguantó un poco. -Cre-creo que esta enfermito y-y lo llevaremos al doctor para que lo revisen, nada más
-Ah, esta bien -Miré a Iruma y seguimos comiendo.
Terminamos de comer y nos fuimos a acostar.
-Mamá ve acostarte, nosotros lavamos mañana -Me senté en mi cama y lo miramos.
-Bueno, con tu papá nos iremos temprano, no sabemos exactamente a qué hora vamos a llegar y por la tarde vendrán Killua y Gon acompañarte en caso de cualquier cosa
-Está bien, buenas noches mamá, que les vaya bien -Le di un besito, se despidió de Iruma y se fue. -Uff -Me recosté en mi cama y revisé mi celular. -Kuroro me llamó... -Avergonzado miré a Iruma.
-Llámalo de vuelta -Se sentó en mi silla de ruedas y me miró. -Yo no diré nada, ni me voy a meter, solo llámalo -Avergonzado lo miré y le asentí.
Llamé a Kuroro y recé para que no contestara porque de verdad me da vergüenza, pero la suerte no estuvo de mi lado.
-A-ah... Ho-hola... -Rojizo miré abajo.
-Hola pequeñín, ¿Cómo estás?
-Bi-bien ¿Y tú? Lamento no haber respondido antes, estaba en un momento familiar
-Oh discúlpame, no quise interrumpir nada
-No te preocupes -Sonreí un poco. -¿Pensaste en lo de mañana?
-¿Qué te parece a las 4pm? -Mordí un poco mi labio feliz.
-Me parece bien, ¿Qué te parece en la plaza del centro?
-Perfecto, entonces, nos vemos
-Nos vemos -Le corté y celebré con Iruma.
-¡Tendrás tu primera cita! -Me gritó a susurros.
-Lo sé y yo... Estoy muy nervioso, no creo que pueda dormir -Solté una risita y me paseé por la pieza.
Pasamos buena parte de la noche conversando y como a las tres de la madrugada nos quedamos dormidos.
Mis papás como a las seis de la mañana entraron a mi pieza a vernos y a despedirse.
-Nos vemos por la tarde, cuídense -Nos dieron un besito en la frente a los dos y se fueron mientras nosotros estábamos muy adormilados.
Con Iruma nos levantamos como a la una de la tarde y la verdad nosotros recién estábamos desayunando cuando llegaron Killua y Gon a vernos, nos terminaron regaloneando y nos dejaron en pijama en el comedor viendo tele mientras nos hacían papas fritas literalmente de desayuno.
Estuvimos juntos hasta aproximadamente a las tres de la tarde, que fue cuando comencé a arreglarme, me bañé y con Iruma vimos con que ir hasta que nos decidimos y a las tres cuarenta fui con Killua y Gon, pero justo los pillamos meloseando.
-¿Me amas? -Killua estaba recostado en el regazo de Gon.
-Shi, te amo muchito mi vida -Killua sonrió y le dio un besito.
-¿Mucho muchito? -Soltaron unas risitas y se volvieron a dar besitos.
-Demasiado, sobre todas las cosas mi amor -Con Iruma se nos derretía el corazón de solo verlos.
-Tan lindo mi vida...
-Oye Gon -Este se puso de pie, tomó la mano de Gon y se arrodillo frente a él, estando Gon aún sentado.
-Dime cariño -Se le acercó y le dio un besito. -Te ves como si me fueras a pedir matrimonio -Acarició su cabello entre risas. -Te recuerdo que ya estamos casados
-Nos casamos de nuevo po, ¿Qué tanto? -Soltaron unas risas y se dieron unos besos. -Oye... ¿Tengamos un bebé? -Sonrojado lo miró feliz, agarré la mano de Iruma muerto de la emoción. Notamos que Gon se puso colorado y no dejaba de estar sorprendido.
-Pero mi vida, si esto ya lo habíamos hablado -Soltó una risita y lo miró.
-Si lo sé, pero... -Se notaba que estaba avergonzado. -Te lo digo en serio, de... -Colorado miró a otro lado. -Intentarlo ha-hasta que pase...
-¿Me hablas en serio? -Soltó una risita mientras se tapaba la boca.
-Yo quiero hacer una familia contigo -Gon se le tiró encima y lo abrazó con fuerza mientras sollozaba de alegría y le asentía.
-¡Yo también...! ¡También quiero hacer una familia contigo...! -Felices se miraron y se llenaron de besos mientras Killua secaba las lágrimas de Gon.
Yo venía a pedirles permiso para salir, pero no quiero interrumpir esta linda escena y ya no quería seguir espiando por lo que con Iruma nos agachamos y salimos de casa a escondidas, claro que les dejé un mensaje por WhatsApp para cuando se dieran cuenta que ninguno de los dos estábamos.
-¡Fue tan lindo! -Sonreí y me abracé a Iruma mientras íbamos a la plaza.
-¡Fue demasiado tierno! Ojalá puedan hacer una linda familia
-Créeme que todos hemos estado esperando eso -Sonreí y lo miré emocionado.
De camino a la plaza nos fuimos conversando de lo tierno que había sido verlos y una vez en la plaza Iruma se despidió y se fue a su casa, yo me quedé esperando a que llegara Kuroro.
Esperé un poco y llegó.
-Ho-hola... -Avergonzado lo miré y desvié la mirada. Él de verdad era demasiado guapo, el chico malo que leerías de cualquier libro de romance. -¿Cómo estás?
-Hola, bien ¿Y tú pequeñín? -Se me acercó y besó mi mejilla. -Te traje un regalito -Me asomé por su espalda y noté que era un pequeño ramo de flores, no pude evitar ponerme colorado. -Para ti pequeñín
-Gracias... -Sonreí y se las recibí gustoso. -Gracias por el gesto -Ansioso lo miré. -¿A dónde vamos?
-¿Te parece si vamos al cine? -Le asentí tomó mi mano y caminamos al cine.
Una vez en el cine nos quedamos viendo la cartelera.
Por mi lado yo no quería ni una película de terror, ni de romance, porque todos sabemos para donde van esas películas cuando se va en... en pareja.
-¿Qué quieres ver? -Me miró y yo lo miré de vuelta.
-¿Qué te parece una comedia? -Sonreí y le apunté a una película. -Dicen que es muy buena
-Vamos entonces -Kuroro me llevó de la manito a comprar las entradas y luego las palomitas, me dio algo de vergüenza cuando compro el pack para parejas.
Fuimos a la sala de cine, la pasamos muy bien, todo el salón se moría de risa con la película, incluso en algún momento de la película Kuroro estaba tomando bebida, hubo un momento tan chistoso en la película, que se le salió todo por la nariz y estuvo como cinco minutos riéndose y ahogándose con la bebida, fue el momento más divertido de mi día.
-Ah... Estuvo muy buena la película -Salimos de la sala de la mano y mirándonos de reojo.
-Si, el mejor momento fue cuando te atoraste con la bebida -Volví a reírme a carcajadas mientras caminaba, Kuroro se detuvo y me jaló de la mano a él.
-¿Es lo único que recuerdas de la película? -Me acarició el cabello mientras soltaba una risita y le asentía. -Mira el cabro pesao
Estábamos saliendo del cine mientras yo seguía molestándolo y ya en el camino de regreso a la plaza fue cuando vi una feria.
-¿Quiéres entrar? -Avergonzado le asentí. -Venga entonces
Estuvimos paseando por toda la feria, comimos unas manzanas acarameladas, gané un peluche para él y él ganó en todos los juegos en los que participó y me regaló todos los premios.
-¿Estás feliz? -Sonreí y le asentí con los brazos llenos de peluches.
-Gracias por hoy -Avergonzado miré a otro lado en lo que llegábamos en la plaza. -E-esta fue mi primera cita y yo... Yo de verdad lo disfruté...
-¿Así que sí era una cita? -Sentí como me ponía colorado así que escondí mi cara entre los peluches. -No te preocupes, como tú quieras llamarle...
-Una cita está bien... -Avergonzado tomé su mano y caminamos a la plaza.
Tenía tantos peluches que tuvimos que parar a comprar una bolsa para llevarlos todos, porque algunos se nos caían a cada rato.
Al final al llegar a la plaza nos quedamos conversando y regaloneando, me gustaba lo que estaba pasando con él.
-¿La pasaste bien? -Me apoyé en él y le asentí. -¿Entonces me aceptarías otra cita? -Rojizo lo miré y le asentí.
Se estaba acercando mucho, sé que dije que no quería hacer nada con él para no darle problemas, pero en este momento me es inevitable, gracias a dios nos salvó el ringtone de mi celular.
-Disculpa -Tomé mi mochila y busqué mi celular, al ver que era mi mamá, de verdad me asusté. -Es mi mamá...
-Ay no -Soltó una risita y me miró. -Tu cara dice que es de temer
-Me da que me va a retar... -Lo miré y conteste. -Hola mamá...
-Ah, hola hijo, me alegra que recuerdes que tienes mamá, se puede saber, ¿Dónde estás?
-Mamá ya... -Suspiré y apoyé sobre Kuroro. -Estoy en la plaza, ya me iba para la casa
-Si no me llegas en diez minutos estarás castigado lo que queda del mes, ¿Te quedó claro?
-¡Pero mamá! -Molesto le bufé.
-Te apuras y aquí en la casa conversamos -Me cortó y yo bufé aún más molesto.
-¿Qué pasó? -Soltó una risita.
-Nada, mi mamá molestando... -Suspiré. -Tengo que llegar en diez minutos o me va a castigar en lo que queda del mes
-Pero si es 5 de Marzo -Soltó una risita.
-Por eso mismo -Me puse de pie y me arreglé. -Me tendré que ir corriendo
-Pues vamos, te iré a dejar
-Pe-pero... -Avergonzado lo miré.
-No pienso dejar que te vayas solito a esta hora
Al final nos arreglamos y tuvimos que irnos corriendo a mi casa para poder llegar ojalá en los diez minutos que dijo mi mamá.
-Y-ya llegamos... -Llegamos a la entrada de mi edificio y apenas llegó me le tiré a los brazos y lo abracé con fuerza. -Gracias por hoy y por venir a dejarme
-No te preocupes -Me abrazó devuelta y acarició mi pelo, besó mi frente y me pasó la bolsa de peluches. -Nos vemos después
-Si -Sonrojado lo miré y le hice señas para que se agachara, una vez agachado, me le acerqué y le besé la mejilla. -Nos vemos -Sonreí y entré a mi edificio, quería mirar para atrás, pero de verdad me daba vergüenza, así que entré directamente al ascensor.
Cuando llegué a mi piso me topé de frente con Gon y Killua.
-Ho-hola... -Avergonzado los miré.
-¡Haruka! -Ambos me miraron algo molestos y de la mano me sacaron del ascensor para regañarme.
-¿Por qué no nos dijiste que saliste de con Iruma? -Killua me miró bastante molesto. -Estábamos preocupados
-Lo que pasa es que... -Avergonzado miré a otro lado. -Cuando les fui a pedir permiso estaban meloseando en el sillón...
Fue cuando se quedaron completamente callados y se pusieron como tomates.
-Por esta vez... -Killua me miró serio y trató de regañarme, pero de verdad que sentía tanta vergüenza que no me podía ver ni a la cara. -¡Mhm! ¡Po-por esta vez te lo dejo pasar...! -Se tapó la cara con las manos y miró para arriba. -Hablaré con tus papás para que no te reten tanto ¿Sí?
-Gracias -Suspiré algo aliviado.
-Mhm parece que te fue bien ¿No? -Gon me miró y se asomó a ver la bolsa de peluches. Ahora el que sentía vergüenza era yo y la verdad no había pensado en como entrar a mi casa sin que vieran todos los peluches, era obvio que se darían cuenta de ellos.
-A-ah yo... -Rojizo miré a otro lado.
-Uhh tu papá te va a montar el interrogatorio lo que queda de noche -Killua vio la bolsa y comenzó a reírse a carcajadas.
-¿S-se la pueden llevar? -Apenado los miré. -No quiero que mi papá comience con el interrogatorio, por favor -Ambos se miraron y luego me miraron. -Por favor...
-Está bien -Killua tomó la bolsa y acarició mi pelo. -Estás tan grande -Besó mi frente. -Pero solo por un tiempo, porque no quiero esconderles cosas a tus papás, ¿Entiendes?
-Si, solo será por un tiempo, gracias -Los abracé, nos despedimos, ellos se fueron y yo me fui a mi departamento.
Respiré profundo y entré.
-Hola... -Cerré la puerta y de la cocina salió mi mamá molesto.
-Buenas noches, ¿Dónde andabas?
-Estaba en la plaza mamá -Fui a la cocina y me serví un vaso de agua. -Fui con Iruma en la tarde
-¿Te cuesta mucho avisar?
-Mamá les había mandado un WhatsApp a Killua y a Gon, les quise avisar a ellos, pero estaban conversando de algo íntimo, de algo serio y no quise interrumpirlos... -Suspiré. -No te preocupes a la próxima los voy a molestar para avisarles -Tomé mi vaso y me fui a mi pieza.
-Eso lo entiendo Haruka, pero pudist--- -Fue cuando sonó su celular y contestó. -Hola Killua, ¿Qué pasa? -Lo miré conversando con Killua mientras que aún me miraba serio. -¿Seguro? ¿No le estás prestando ropa? Bueno, gracias por decirme, nos vemos. -Cortó la llamada, suspiró y me volvió a ver. -Killua me contó lo que pasó, pero a la próxima que no puedas avisarles a ellos me avisas a mí, ¿Quedó claro?
-Ya mamá, ya... -Suspiré y miré a otro lado. -Mamá yo siempre les aviso, no creo que me merezca que me la monten tanto por no avisar unas veces
-Haruka para de contestar, aquí las cosas son claras, tú tienes que avisar te guste o no, si no entiendes a la otra simplemente no sales más, ¿Quedó claro? -Mi mamá si estaba muy molesto y yo sé que tiene razón, pero me da lata que le den tanto color, si solo fui a la plaza como siempre.
-Bueno mamá -Me senté en mi cama y prendí mi tele.
-Tu papá va a llegar en un rato, voy a hacer la cena -Fue lo que dijo antes de irse, suspiré profundo y me recosté sobre mi cama.
Yo entiendo que tal vez debí avisarles a ellos, como no pude avisarle a Killua y a Gon, pero no le veo lo malo, solo fui a la plaza, menos mal Killua lo llamó o la cantaleta todavía seguiría.
Al rato cuando ambos nos calmamos fui a verlo a la cocina.
-¿Cómo les fue? -Me acerqué a mi mamá y lo abracé por la espalda. -Lo siento, no quise ser pesado antes...
-No te preocupes, ya paso mi amor -Acarició mi mano y siguió cocinando. -Bueno, nos fue bien... Todo bien...
-No suena como que les fuera bien -Me apoyé en el refrigerador y lo miré.
-No es nada, solo... -Se tomó la cabeza. -Problemas en el trabajo
-Ah, entiendo, pero no te preocupes ¿Sí?
-Hola, ya llegué -Fue cuando mi papá entró con varias bolsas. -Pase al supermercado
-Hola -Fui con él a saludarlo y ayudar con las bolsas.
-Ah, apareciste -Suspiré, me arrepentí de ayudarlo con las bolsas, pasé por su lado y me fui a mi pieza.
Gracias a Dios ninguno de los dos vino a molestarme después, eso sí me asomé a la cocina cuando me dio hambre y los escuché conversando.
-Tanto que molestaste porque Haruka nunca tuvo una etapa rebelde -Mi mamá soltó una risita y miró a mi papá. -Bueno, ahí está, ahora no te quejes
-No pensé que sería tan pesado -Abrazó a mi mamá y se apoyó en su cabeza. -¿No le dijiste nada?
-¿Cómo se te ocurre? -Se miraron y mi mamá se veía algo preocupado, triste. -Ya te había dicho que hay que prepararlo
-Creo que no hay que alargar mucho el tema
-¿De qué hablan? -Decidí interrumpir al ver que la cosa se ponía seria. -¿Quieren decirme algo?
-Bueno lo que pasa es qu-- -Mi mamá le tapó la boca a mi papá y me miró. -¡Mhm!
-N-no es nada, nada de lo que tengas que preocuparte... Por ahora...
-No puedo creer que siempre me dicen que confié en ustedes para todo, cuando ustedes no confían en mí -Molesto me fui a mi pieza.
-Haruka no es lo que tú estás pensando, es algo... -Suspiró y me miró. -No es fácil, ¿Sí?
-Que bien -Tomé mi mochila y me fui a casa de Iruma.
-¡Oye Haruka! -Mi papá se me acercó a pararme el carro, pero le cerré la puerta en la cara y me fui rápido a la casa de Iruma.
No sé, el hecho de que me oculten cosas me da lata, yo sé que ellos tienen el derecho de ocultarme cosas, pero ellos siempre me dicen que puedo confiar plenamente en ellos, no veo porque ellos no puedan confiar plenamente en mí, si siempre lo han hecho...
Están demasiado raros y el que no me quieran contar que pasa, me da miedo, debe ser algo serio y de verdad tengo miedo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro