Capítulo 2: Sorpresa
Capítulo 2: Sorpresa
-Joder Leorio... -Jadeando me recosté en la cama algo avergonzado. -¿Cómo es posible que lo hagas tan bien...?
-Yo diría que es trabajo en equipo -Soltamos unas risitas mientras él salía de mí.
-¡Mhm...! -Miré a otro lado. -Se siente tan raro cuando te sales de mí...
-También se siente raro para mí -Soltamos una risita. -Se siente tan bien, tan cómodo dentro tuyo que cuando estoy fuera te extraño
-No sé si decir que eres el hombre más romántico del mundo o si eres él más caliente -Nos miramos y soltamos unas carcajadas. -Deberíamos bañarnos antes de que llegue Haruka y nos pille -Tomé la camisa de Leorio y me la puse. -Báñate mientras yo cambio las sábanas -Tomé las mejillas de Leorio y lo bese con dulzura. -No sabes cuanto te amo
-Y yo a ti -Tomó mi mano y acarició mi anillo de bodas. -Iré a bañarme
-Apúrate, no sé en cuanto podría llegar -Sonreí y le pase una toalla.
Leorio se metió al baño y yo comencé a cambiar las sábanas de la cama.
Han pasado catorce años y medio desde que comencé mi vida con Leorio y todo ha ido de maravilla.
Después de salir del bachillerato yo seguí mis estudios y después de tanto estudio pude tener mi propia empresa, actualmente soy el director de la mejor empresa de guardaespaldas en el país, en mi empresa entrenamos y educamos a futuros guardaespaldas o guardias de seguridad y en lo personal, diría que lo hacemos muy bien.
Claro que Leorio no se quedó atrás, en lo que yo estudiaba el abrió su primer hospital público, su hospital es famoso por su buena atención, disposición y amabilidad, realmente me llena de orgullo que haya podido cumplir con sus sueños.
Cuando Haruka tenía cinco años me case con Leorio, fue uno de los días más felices de mi vida y hasta el día de hoy no hemos tenido mayores complicaciones en nuestras vidas, por lo menos hasta ahora.
-Oh Dios mío... -Leorio me pillo mientras hacia la cama y no dudo en acercarse. -¿Cómo es posible que me hiciera con un esposo tan sublime como tú? -Lentamente comenzó a acariciar mis piernas para luego subir a mi trasero. Sonreí y lo miré.
-Leorio acabo de cambiar las sábanas y Haruka podría llegar en cualquier momento -Mordí mi labio y lo acerqué a mí.
-¿Para qué me dices eso...? -Se acerco a mi cuello y comenzó a hacerme chupetones. -Si los dos sabemos muy bien que quieres y... -Se acerco a mi oído y susurró. -No necesitamos de la cama...
-Si quiero, quiero mucho te lo juro, pero no quiero que Haruka nos odie por habernos pillado en pleno acto -Tomé su mano y lo alejé entre risas. -Tal vez luego cuando estes en tu oficina o yo en la mía -Mordí mi labio y lo miré deseoso. -Ponte pijama y hazme un tecito mientras yo me baño
-¿Y si me baño contigo? -Solté una risita mientras tomaba una toalla.
-Ya te dije que no -Sonreí y entré al baño.
Mientras yo me bañaba escuche como Haruka llegaba con Iruma a la casa, menos mal no accedí porque ahora estaríamos en un buen problema con Leorio.
Cuando salí de mi pieza ya estaba con pijama y secándome el pelo con una toalla.
-Hola -Sonreí y me acerqué a Haruka e Iruma. -¿Cómo están? ¿Cómo estuvo la salida?
-Hola mamá -Haruka me saludó y luego se fue a la cocina. -Estuvo bien
-Que bueno, eso significa que irán con la mejor energía al primer día de clase -Solté una risita y los miré, ambos pusieron cara de "¡Por favor no me lo recuerdes!" -Solo les queda este año de colegio y adiós
-Aún así, mamá -Bufó y me miró. -Déjanos gozar nuestros últimos días de libertad
-Mejor den gracias, ustedes están entrando una semana después que todos los colegios y eso solo significa que les quedan dos semanas
-Mamá con respecto a eso yo quería pedirte que si podía pasar esas dos semanas en la casa de Iruma... -Lo miré y él cerró con fuerza un ojo como si algo fuese hacerle.
-Una semana y media, recuerda que la primera semana de Marzo tú pa---
-El tres de Marzo es el cumpleaños de papá, lo sé mamá, lo sé -Sonrió y se acercó a darme un abrazo. -Gracias
-No hay de que, pero me estas llamando y avisando si saldrás -Acaricié su cabello y lo llene de besos. -Pídele permiso a tu papá también
-Ay mamá no... -Suspiró y me miró. -Sabes que si le pido permiso me monta un interrogatorio que ya quisiera alguien de la interpol -En ese momento Iruma y yo nos aguantamos la risa. -No se rían
-¿Qué yo qué hijo mío? -Miré a Leorio mientras se me salían las risas.
-¡Papá! -Avergonzado Haruka lo miró y terminó por preguntarle si podía ir a casa de Iruma.
Tal y como Haruka había dicho Leorio le hizo un montón de preguntas que los dos tuvieron que contestar, pero al final terminó accediendo a que Haruka se quedara en la casa de Iruma.
Y así fue como tuvimos la casa solo para nosotros dos por una semanita y media.
-Nos avisan de cualquier cosa -Besé la frente de Haruka e Iruma.
-Si mamá, nos vemos -Sonrió y se despidió de Leorio.
Cerramos la puerta y escuchamos sus pasos alejándose hasta que luego no pudimos escucharlos más.
-Estamos solos... -Tomé la llave de la puerta y le puse pestillo a esta.
-Ven aquí -Leorio tomó mis mejillas y comenzó a besarme desesperado. -Quiero hacer el amor contigo de nuevo
-Y yo contigo, de verdad -Sonreí y correspondí a sus besos. -Pero ahora no... -Solté una risita y lo miré. -Mañana tengo que ir a trabajar y tú también
-¿Eso te parece una excusa para decirle que no al sexo? -Me miró con un gran puchero.
-Pu-pues no, pero -Avergonzado lo miré. -Lo que pasa Leorio es que... Me siento algo mal y solo quiero dormir un poco
-¿Te sientes mal? ¿Te duele algo? -Dejó su lado caliente para preocuparse por su esposo.
-N-no es nada serio Leorio -Tomé su mano y lo llevé a la pieza, aunque de camino me mareé muy feo, casi me caigo si no es porque Leorio me atrapa.
-¿¡Estás bien!? -Preocupado tocó mi frente y comenzó a hacerme una pequeña revisión. -Tienes algo de fiebre, puede que estes enfermito... -Me cargó como princesa y me acostó en mi lado, me tapó hasta el cuello y puso mi calientacamas en el número uno. -Al rato lo apagó -Se sentó a mi lado y acarició mi cabello. -Mañana me quedaré contigo a cuidarte
-No Leorio, estaré bien -Sonreí y tomé su mano. -Estoy bien y estaré bien, puedo cuidarme solo, tú ve a trabajar y nos veremos por la tarde
-¿Estás seguro? -Le asentí y se recostó al lado mío. -Bueno cariño, pero me estas avisando de cómo estas ¿Sí?
-Tranquilo, que no me voy a morir -Solté unas risitas y le abrí las sábanas para que se metiera entre ellas. -Mejor ven a dormir conmigo
Leorio me miró unos segundos y luego se acostó a mi lado, se tapó hasta el cuello y me abrazó con fuerza.
-Duerme tranquilito... -Y acariciando mi cabeza fue como me quede dormido en su pecho.
Ya para cuando desperté estaba solo en la cama.
-Mhm... -Con un poco de dolor de cabeza comencé a parpadear. -Maldita sea me resfrié... -Suspiré y miré el lado de Leorio. -Este hombre -Sonreí y miré una nota que me dejó. -Veamos...
"Buenos días dormilón, te he dejado el desayuno en el microondas y el almuerzo en el refrigerador, comételo todo y no quiero excusas, junto a ellos te deje unos remedios que te vendrían bien para el resfriado. Nos vemos a la tarde.
Te amo mucho."
-Leorio -Sonreí y abracé la nota. -Te amo mucho idiota
Pasé el día haciendo reposo y funcionó por lo menos para el dolor de cabeza, pero los mareos, las náuseas y la fatiga siguen presentes.
Y fue así por varios días más, pero no se lo volví a comentar a Leorio porque se pone como loco pensando quien sabe que cosas, ahora entiendo porque siempre dicen que los doctores no pueden atender a la familia y he de mencionar que el resfriado no fue ningún inconveniente para seguir atendiendo las buenas necesidades de mi marido, aunque en algunas ocasiones la fatiga me ganaba.
-Mhm... -Algo mareado me sostuve de la isla de la cocina. -Dios mío...
-¿Te sientes bien? -Gon se me acercó y me miró.
-Si estoy bien, solo algo mareado -Le sonreí. -Ya voy al comedor, solo no le digas a Leorio que se pone paranoico -Soltamos unas risitas y Gon se fue, justo hicimos una pequeña junta los cuatro y yo me siento tan mal.
Abrí el refrigerador e inmediatamente salió un olor realmente repugnante, no pude contenerme y terminé vomitando en el basurero de la cocina.
-¡Ah! -Jadeando me sostuve del pote en lo que me recuperaba.
-¿¡Estás bien!? -Los tres vinieron rápidamente a verme. -¿Qué te pasó? -Killua se me acercó y sostuvo mi cabeza mientras volvía a vomitar.
-¡Mierda Leorio! ¿¡Qué carajo tenías en el refrigerador!? -Con lágrimas lo miré molesto. -¡Huele a muerto!
-Ten Kurapika -Gon me alcanzó unas servilletas para que me limpiara la boca.
-¿Qué tengo que en el refrigerador? -Leorio me miró y se asomó al refrigerador. -Kurapika aquí no hay nada fuera de lo normal, no hay nada nuevo o vencido en el refrigerador
-Eso es imposible, ahí hay algo podrido -Boté las servilletas al basurero y me fui al baño a lavarme los dientes.
Ahí en el baño a punto de lavarme los dientes fue cuando me di cuenta de algo.
-No puede ser... -Sorprendido solté mi cepillo y me tapé la boca. -N-no puede estar pasando...
Algo asustado salí del baño, tomé mi bolso y fui al comedor.
-Te-tengo que ir a mi oficina, se me quedó algo importante en el escritorio -Los miré mientras me ponía una chaqueta y buscaba mis llaves.
-Si quieres te acompañamos -Leorio se levantó y se me acercó.
-¡No! -Algo asustado y sorprendido se detuvo y todos me miraron confundido. -N-no, estoy bien, puedo ir solo -Sonreí y le di un besito. -Vuelvo al rato, me avisan si necesitan algo -Le di otro beso y me despedí de los otros tortolitos.
Salí de casa aun sin poder creérmelo.
-¿Cómo no me di cuenta antes...? -Ya afuera del edificio me detuve y me tomé la cabeza, no me había fijado que todos estos malestares calzaban perfectamente con un posible embarazo. -¿Embarazado...?
Lentamente y con la cabeza vacía camine hasta la primera farmacia que me pille y compre una prueba de embarazo.
-¿Necesita algo más? -La señorita de la farmacia me miró y yo no supe que decir.
-Tiene... -Lo pensé, pero luego la miré. -¿Tiene de estos trípticos de...? -Apenado miré a otro lado. -¿Tiene estos trípticos de clínicas para abortar...? -Si, me lo estaba pensando.
-Cla-claro... -Fue a buscar una y luego pagué por la prueba de embarazo.
Al salir de la farmacia fui a mi oficina pues tenía que llegar a casa con algo en mano o mi coartada se caería a pedazos.
Cuando llegué a mi oficina fui al baño y me hice la prueba de embarazo lleno de miedo.
¿Qué se supone que haga si resulta que estoy embarazado? Tengo un hijo de diecisiete años, una vida ya hecha y un hijo a estas alturas, ni siquiera sé cómo se lo tomaría Leorio.
-Ah... -Guardé la prueba en su caja, la metí en mi bolso, tomé unos documentos de mi escritorio y me fui rápido a casa.
Al llegar a casa esos tres seguían conversando felices, al verme Leorio se me acercó y me llenó de besos.
-¿Cómo te fue? -Tomó mis mejillas y me dió muchos besos. -¿Estás bien?
-S-sí... -Sonreí un poco y lo miré.
-¿Seguro...? No me correspondiste ningún beso... -Soltó una risita nerviosa y me miró.
-No es nada -Acaricie su mejilla. -Quédate con estos tortolos mientras yo voy a la pieza, ya regreso -Le di un besito y me fui a la pieza.
Ya en la pieza dejé mi bolso, me saqué mi chaqueta y me senté en la cama.
-Ah... -Respiré profundo y miré mi bolso. -Dios mío... -Metí mi mano en mi bolso y saqué la caja, de esta la prueba. -Mhm -Justo saqué la prueba al revés. -Vale Kurapika, respira... -Respiré profundo y volteé la prueba.
"Embarazo. 2-3 Meses."
Suspiré y miré la prueba nuevamente.
-Embarazado... -Sonreí y solté una risita mientras sollozaba.
No me malentiendan, estoy feliz, pero tengo tanto miedo, miedo por Leorio que no sé cómo se tomará la noticia y aún más miedo por cómo se lo tomaría Haruka.
Ya han pasado unos días desde que me enteré del embarazo y aún no sé cómo decirle a Leorio, lo necesito para poder decirle a Haruka y eso si no optamos... por abortarlo.
-Kurapika ven a ayu... -En ese momento entró Gon a la pieza y me pilló con la prueba de embarazo en la mano. -Ayudarme... ¿Estás...?
-N-no, lo que pasa... -Escondí la prueba y pensé en una excusa, pero Gon se daría cuenta de que le estoy mintiendo además me había pillado infraganti. Lo miré, suspiré y le asentí. -Sí... -Me recosté en mi cama y le pasé la prueba de embarazo. -Estoy embarazado, tengo dos o tres meses de embarazo...
-¿Leorio lo sabe? -Lo miré y le negué. -¿Cuándo piensas contarle?
-N-no lo sé... -Con lágrimas lo miré. -Ni siquiera sé si se tomara bien la noticia -Traté de contenerme un poco, pero comencé a sollozar. -No sé si se enojará por haberla cagado, no sé si me pedirá abortarlo o no sé... -Tome un cojín y lo abracé con fuerza mientras lloraba. -Además esta Haruka, ¡Tiene diecisiete años! La he cagado...
-Nunca pensé que alguien tan listo como tú diría tanta pendejada en menos de un minuto -Sorprendido miré a Gon ofendido.
-¿¡Pero que te...!? -Solté un poco el cojín y lo miré algo molesto. -¿¡Pero qué mierda te pasa!? ¿¡Escuchaste lo que te dije o no!?
-Eres un idiota por si quiera pensar que Leorio se enojaría o te pediría que lo abortaras -Gon se sentó en mi cama y me miró. -¡Leorio ama a los niños! ¡En especial después de conocer a Haruka! ¡Le gustan tanto que se especializo en pediatría! ¿Y a ti te parece que no le gustaría tener otro hijo? -Lo miré y respiré profundo. -¿Tengo o no tengo razón? Además, sabes que está arrepentido de no haber estado en los primeros años de vida de Haruka...
-Sí, supongo que tienes razón -Me volví a recostar y lo miré.
-Si fuera por Leorio estoy seguro de que te llenaba la casa de hijos -Nos miramos y soltamos unas risitas. -Pero eso si lo de Haruka -Ambos nos miramos y suspiramos. -No sé como se lo vaya a tomar, pero te aseguro que Leorio estará allí para apoyarte
Nos quedamos los dos recostados en mi cama conversando sobre cosas triviales para yo poder calmarme.
-Oye y... -Gon sonrió y me miró. -¿Cómo te gustaría decirle a Leorio?
-Podría ser en su cumpleaños, es en unos días y creo... -Avergonzado lo miré. -Creo que sería un lindo gesto
-Me parece bien, hasta algo romántico -Sonreímos y nos miramos entre risas.
-¿Y tú Gon? -Me miró algo sorprendido y confundido. -¿No han pensado en tener un pequeñín?
-A-ah... -Nervioso se sentó en la cama y por un momento me pareció ver que estaba algo triste. -Nosotros no lo hemos pensado, nun... -Sonrió un poco y me miró. -Nunca lo pensamos, de verdad...
-¿Seguro que estás bien?
-Sí, no pasa nada -Sonrió y se levantó. -¿Quieres comer algo?
-Gon -Me senté en la cama y lo miré mientras se iba, suspiré y lo seguí, es obvio que hay algo de lo que no quiere hablarme.
Fui a la cocina y al entrar pude notar que Gon estaba llorando.
-¿Quieres hablar...? -Me le acerqué y acaricié sus hombros, este negó, pero se me abrazó con fuerza. -Tranquilo...
-Ah... -Llorando se me abrazó con fuerza y escondió su cabeza en mi pecho.
En ese momento entraron Leorio y Killua riéndose a carcajadas, inmediatamente Gon se me separó y comenzó a secar sus lágrimas.
-No le digas nada... -Apenado me miró mientras se limpiaba la cara con las mangas. -Voy al baño
-Gonny -Escuché la voz de Killua acercándose.
-Killua -Sonreí y le abracé. -Déjalo que vaya al baño, se siente un poco mal
-A-ah... -Killua me miró rojizo. -E-entiendo... ¿L-le pasó algo?
-He corazón, ¿Desde cuándo abrazas tan amorosamente a Killua? -Leorio llegó por el otro lado y me miró. -¿Mhm?
-No es nada Leorio -Solté una risita y solté a Killua. -Hemos sido amigos por muchos años, ¿Por qué te extraña que lo abrace? -Acaricié el cabello de Killua. -Además los quiero como si fueran mis hermanos menores
-Okey, okey son buenos motivos para no ponerme celoso -Sonrió y me abrazó con fuerza, en eso llegó Gon con la cara lavada.
-Hola Gonny -Killua sonrió y se le acercó feliz, lo abrazó y lo llenó de besos. -¿Te pasó algo? ¿Estás bien?
-Hola -Sonrió y recibió todos sus besos. -No, estoy bien -Lo rodeó con los brazos y acarició su cabello. -Solo se me revolvió un poco el estómago, nada más.
Estuvimos la tarde juntos, pero la verdad es que tenía una fatiga tremenda por lo que no presté mucha atención a lo que hablaban.
-¿Kurapika te sientes bien? -Killua me miró y soltó unas risitas. -Te estas quedando literalmente dormido
-Lo siento -Sonreí un poco y me apoyé en Leorio. -Es que de verdad tengo mucho sueño
-Últimamente siempre tienes sueño -Leorio acarició mi cabello y me miró.
-Déjame tranquilito ¿Sí? -Me apoyé en su pecho.
-Si tienes mucho sueño podrías ir a dormir a la pieza -Leorio me movió un poco y yo lo miré.
-¿Te acompaño? -Gon se levantó y se me acercó. -Ven vamos, Killua y yo nos iremos para dejarlos tranquilitos -Sonrió y tomó mis manos.
-Igual Leorio tiene que ir a buscar a Haruka -Sonreí y me levanté con ayuda de Gon. -Nos vemos Killua -Me acerqué a despedirme de Killua y le susurré. -Ya no la sigas cagando hombre
-¿Qué te dijo...? -Me miró susurrando también.
-Nada, pero sé que la andas cagando -Acaricié su cabello y le di un beso en la frente. -Nos vemos
-Nos vemos, cuídate ¿Sí? -Me miró y sonrió un poco. -Vete a dormir
Me despedí y me fui a la cama a dormir.
-Mamá... -Escuché como me llamaban a susurros hasta que me desperté. -Hola mamá
-Haruka... -Sonreí, me estiré y lo abracé con fuerza. -¿Cómo estás? ¿Cómo estuvieron las cosas en casa de Iruma?
-Muy bien -Se quedó en mi pecho y comenzó a jugar con mi mano. -Papá me dijo que te sentías mal
-Estuve un tiempo resfriado, pero ya estoy mejor -Acaricié su cabello. -¿Tu papá?
-Está hablando por teléfono
-¿Quieres dormir conmigo? -Nos miramos y soltamos una risita mientras me asentía. -Métete bajo las sábanas -Le abrí la cama y lo tapé bien. -Tu papá puede dormir en el sillón
-Que malo eres -Soltó unas risitas y se acomodó a mi lado.
-Si, a veces soy muy malo
Esa noche dormí con Haruka y vaya que se sintió fresco pues no duerme tan apegado a mí como Leorio.
-Mhm... -Me estiré y vi a Leorio sentado a mi lado. -Hola -Sonreí y solté unas risitas.
-Hola maldito -Se me acercó y me llenó de besos. -Créeme que pagarás por esto -Nos miramos entre risas y me senté en la cama.
-Dormí con nuestro hijo, ¿Por qué eres así?
-Porque yo tenía otros planes para la noche -Tomó mi mejilla y me la jaló.
-¡Shhhh! -Asustado y entre risas le tapé la boca y miré a mis espaldas, Haruka aún roncaba. -Haruka está al lado tonto
-Pero si esta hasta roncando -Soltamos otras risas y nos miramos.
-Podría despertarse -Me sobé la cabeza. -Igual no tengo ganas -Lo miré y me hizo pucheros.
-Hace varios días que no tienes ganas -Se apoyó en mi hombro y me miró con cara de perro dolido. -No seas así, me has tenido en dieta varios días
-Leorio no te vas a morir por no tener sexo unos días...
-Si, pero justo Haruka no estaba en casa y la teníamos todita para nosotros, no nos iba a pillar y no teníamos que ser silenciosos... -Suspiró y me miró confundido. -¿O es qué pasa algo?
-Solo no quería, no tiene nada de malo -Miré a otro lado algo molesto.
-Tú siempre quieres, ¿Por qué ahora no?
-¿Acabas de decirme pervertido? -Lo miré aún más molesto, este me miró y se la quedó pensando.
-No, creo que realmente no es pervertido la definición... -Literalmente estaba cruzado de brazos y de piernas con los ojos cerrados pensando. -¿Sátiro...? -Lo miré sorprendido. -¿Mhm? -Se volteó a verme y se percató del calibre de la palabra con la que me definió sexualmente. -¡N-no es lo que quise decir! ¡Y-ya sabes! ¡O sea no eres un pervertido, pero si te encanta coger! ¡T-tú eras el que me buscaba hasta en el baño de la oficina! -Avergonzado lo miré con lágrimas. -N-no es lo que quise decir, lo siento... -Cerró un ojo y me miró.
-Vete a la mierda -Le di un empujón y me volví acostar.
-No quise decir eso, Kurapika... -Se me acercó y tocó mi hombro.
-¡Suéltame! Lamento que me guste mucho el sexo -Rojizo me senté en la cama y lo miré. -¡Y lo del baño en tu oficina fue hace años!
-¡No quiero tener que escuchar sus historias sexuales! -Haruka molesto nos gritó y se tapó la cara con un cojín. -¡Váyanse a discutir sus historias sexuales a otro lado! ¡Quiero dormir!
-L-lo siento Haruka -Lo miré. -¿Qui-quieres algo de desayuno...?
-¡Quiero dormir! ¡Lárguense! -A Haruka nunca se le quitó esa maña de despertar malhumorado.
-Vale... -Suspiré y me levanté a desayunar.
-Kurapika -Leorio se me acercó.
-Ya estarás contento, hacia bastante que Haruka no se molestaba con nosotros al despertar -Molesto lo miré. -Y tú diciéndome sátiro con nuestro hijo al lado -Apenado me tomé la cabeza.
-Si ya sé que la cagué, pero de verdad que eso fue un malentendido
-¿Qué parte es un malentendido? ¿La parte en la que me llamaste sátiro o cuando dijiste que te buscaba para coger hasta en el baño de tu oficina? -Irónico lo miré.
-Estás insoportable -Molesto bufó y se acercó a la cafetera.
-Es tarde, ¿Por qué no mejor te largas a tu oficina? -Nos miramos molestos, pero luego le sonreí sarcástico. -Relájate mi amor, te prometo que no iré a molestarte para que follar en tu oficina -Besé su mejilla y me acerqué al refrigerador ya molesto. -Lárgate
-¡Uy! ¡A veces te odio! -Se fue a la pieza tomó sus cosas y se acercó. -Espero que para cuando regrese estes tranquilo
-Sí, sí, sí ya lárgate -Volvió a bufar molesto y dió el portazo al irse.
Vale, vale yo también fui bastante desagradable y maneje la situación como si fuese un adolescente con las hormonas por todos lados, pero cuando me enojo pierdo el juicio y cabe mencionar que al igual que un adolescente ya comienzo a tener las hormonas alborotadas, el problema es que Leorio no lo sabe y no lo comprenderá hasta que le cuente.
-Lo bueno es que su cumpleaños es pronto -Suspiré mientras me hacia un batido. -Ah...
Después de que yo desayunara Haruka se levantó para vestirse e irse a casa de Iruma, estaba bastante molesto por el problema que tuvimos en la mañana.
Una cosa es que Leorio y yo nos peleemos en la casa, otro que peleemos por el sexo y otra muy distinta es que nos peleemos por el sexo con Haruka durmiendo al lado, he de admitir que nos pasamos feo en esto, así que no tuve problema en darle permiso para que fuera a casa de Iruma por el día.
-Así que nos peleamos feo en la mañana... -Me apoyé en mi mano y miré a Gon.
-Si que se pasaron al pelear frente a Haruka, pero él ya está grande, se le pasará -Sonrió y acarició mi mano. -¿Por qué no mejor nos organizamos para el cumpleaños de Leorio? Ya va quedando poco
-Me parece una buena idea -Sonreí y me estiré en mi silla. -Vale, hasta donde sé Leorio solo invitaría a sus hermanos y a Tami, sus papás están de viaje así que no podrán venir
-Un alivio para ti -Soltamos unas risitas y le asentí un poco.
-Bueno es que nunca pude llevarme bien con la mamá de Leorio, aún me odia tantito -Suspiré. -Pero no importa.
-¿El cumpleaños de Leorio cae día Miércoles no? Creo que lo recuerdo porque Haruka entra un Jueves
-Sí, cae día Miércoles -Lo miré mientras me comía una galleta. -Nunca voy a entender a su colegio, ¿Por qué entran un Jueves? -Ambos nos miramos confusos. -Bueno no importa, con el ánimo que Haruka trae para el inicio de clase es bueno que tenga el fin de semana tan cerca
-Haruka se trae unos ánimos estos días que llega a dar risa
-Nunca pensé que ser mamá de un adolescente sería tan complicado, ¿De verdad éramos así a su edad?
-Kurapika éramos peores... -Nos miramos fijamente recordando cuando estábamos en el bachillerato y con ello todo lo que pasó, suspiramos y dijimos al mismo tiempo.
-Éramos mucho peores que Haruka -Soltamos una risita y seguimos organizando el cumpleaños de Leorio.
Hasta que después de una media hora teníamos todo el plan.
-Mañana iremos a comprar todo lo necesario y el Miércoles por la mañana arreglaremos la casa entre los cuatro para que cuando lleguen sus hermanos y Tami ya este todo listo -Gon sonrió y dejó el lápiz al lado del cuaderno.
-Es bueno que estes de vacaciones -Sonreí aliviado, me gusta tener a Gon cerca, es reconfortante.
-Se me acaban esta semana -Me miró con un puchero. -Me da flojera, además me gusta pasar tiempo con Killua, pero en algún momento tenía que volver a trabajar
-Tienes razón, la próxima semana vuelvo a la oficina -Lo miré y tome mi vaso con jugo. -Lo bueno es que las cosas con Leorio se van a arreglar, supuestamente por lo menos...
-Relájate, te aseguro que Leorio estará contento de tener otro pequeño contigo
-Eso espero -Respiré profundo y lo miré.
Pase el día con Gon viendo películas por lo menos hasta la tarde que fue cuando llegaron Leorio, Killua y Haruka.
-Hola, iré a mi pieza -Haruka entró, dió un saludo oral y sin siquiera mirarnos se fue a su pieza.
-Ah... -Suspiré y tomé mi frente. -Hola
-¡Oye ven...! -Leorio lo iba a tomar de la mochila para regañarlo, pero lo detuve.
-Deja que se despeje, cuando este más tranquilo hablamos con él, pero si lo regañas ahora le entrara por una oreja, le saldrá por la otra y solo se enojará más
-Eso, sigue malcriándolo -Suspiró algo molesto y se acercó a saludarme. -Hola
-Hola -Molesto le corrí la cara poniéndole mi mejilla, recibiendo su beso que termino siendo en la mejilla en vez de los labios y fui a saludar a Killua. -Hola Killua ¿Cómo estás? -Besé su frente y luego me senté en el sillón con Gon.
-¡Hola, mi amor! ¿Cómo estás? ¡Yo muy bien gracias por preguntar! -Leorio gritó sarcástico y me miró.
-Okey, pero nadie te preguntó -Tomé mi taza de té y miré a otro lado.
-¡No sabes cuanto te odio a veces! -Tomos sus cosas y se fue a la pieza.
-Kurapika no te pases con él -Apenado miré abajo y le asentí a Gon.
-Lo sé y lo siento, es solo que cuando estoy realmente molesto no puedo controlar lo que dice mi lengua... -Suspiré y lo miré. -Me disculparé con él... luego...
-Creo que exageras Kurapika -Killua dejó su mochila y se sacó su chaqueta y gorro. -Solo fue un malentendido, no es para que te enojes tanto
-Killua me llamo sátiro
-Vale, pero eras tú el que se acostaba con Kuroro en los baños de la escuela... -Sorprendido lo miré avergonzado.
-¡Killua! -Gon molesto se le acercó. -Ku-Kurapika no le hagas caso
-N-no fue lo que quise decir... -Killua algo asustado se escondió detrás de Gon.
-¡No vuelvas hablarme así! -Molesto fui a darle una cachetada, pero Gon me detuvo. -¡Suéltame y déjame pegarle a este idiota falta de respeto! ¡Como vuelvas a decir su maldito nombre te mato Killua Zoldyck! -Sollozo miré a otro lado y dejé de hacer fuerza para sentarme en el sillón.
-L-lo siento, no me fije en lo que decía... -Killua se me acercó y sobo mi espalda. -Lamento lo que dije
-Quiero estar solo...
Killua y Gon pasaron a despedirse de Haruka y Leorio mientras yo me quedaba en el sillón. No quería ir a la pieza, o por lo menos aun no.
No es como que el tema de Kuroro no lo tenga superado, pero no me gusta que hablen de él, ni siquiera me gusta que lo mencionen, menos estando Haruka tan cerca. Haruka nunca supo lo que pasó, era muy pequeño y poco a poco fue olvidando todo a medida que crecía, con Leorio tampoco quisimos volver a mencionárselo, ¿Para qué? Si nunca nos íbamos a volver a ver.
Lo que paso con él, de todos modos, no es algo que se olvide de un día para otro.
Las cicatrices sanan, pero nunca se van.
Ya por la media noche fui a ver a Haruka.
-Hola -Me apoyé en el umbral y lo vi mensajeando. -¿Hablas con Iruma? -Sonreí y me le acerqué.
-S-sí -Sonrió y me miró. -¿Todo bien?
-Unos problemas con papá, pero ya sabes que no es nada, solo discutimos por idioteces
-Eso es lo bueno, nunca los he visto discutir por algo serio -Soltamos unas risitas y nos miramos.
-Realmente no sé si es algo bueno o malo -Acaricie su cabello y lo miré. -Solo venía a decir buenas noches -Sonreí y besé su frente. -No te duermas tarde
-No mamá -Prendí un espanta cucos y me acerqué a la puerta. -Mamá tengo diecisiete años, ya no necesito esa cosa -Miró el espanta cucos y luego me miró con las mejillas infladas.
-Vale entonces apágalo -Sonreí y lo miré esperando a que lo apagara.
-Mhm... -Se acercó, lo apagó e inmediatamente lo prendió por lo oscura que quedó la habitación. -¡Re-realmente no me molesta usarlo! -Solté unas risitas y lo miré.
-Buenas noches -Cerré su puerta y me fui a mi pieza. -Hola... -Miré a Leorio recostado leyendo una revista.
-¿Ahora si me saludas? -Bajó un poco la revista y me miró.
-S-sí, lamento lo de antes, me pase... -Me acerqué a él, le quité la revista y me recosté sobre él. -Hola... -Sonrojado lo miré y le di un besito. -¿Có-cómo te fue?
-Hola, me fue muy bien -Sonrió mientras acariciaba mi cabello. -Me alegra que preguntes
-A-ah... -Avergonzado y sin saber que decir, de estar arriba de él me moví a mi lado de la cama. -Me pondré pijama
-Kurapika -Se volteó hacia mi lado y me abrazó por la espalda. -Lamento lo de esta mañana, no fue lo que quise decir, me expresé mal...
-N-no te preocupes, ya pasó mientras nunca más en la vida me lo vuelvas a decir estamos bien -Acaricié su mano y me dejé abrazar.
-Realmente gozo del sexo contigo y te juro por Dios que no me molesta hacerlo en todos lados
-¡A-a mí tampoco, pero por favor dejemos de hablar del tema! -Tomé un cojín y escondí mi cara en él, después de que Killua lo mencionara a "él" no tengo muchas ganas de hablar de sexo.
-Bueno y que te parece... -Acarició mi pierna y luego subió su mano hasta mi abdomen, metiendo su mano bajo mi camisa. Asustado y casi instintivamente lo aparte de mí. -¿Pasa algo?
-Es solo que... -No sabía si decirle, hemos estado peleando bastante últimamente y si le digo que ahora no dejo de pensar en Kuroro solo sería para otra pelea, pero tampoco quiero que siga molesto por ya no querer sexo, ¡Ah! ¿¡Por qué todo es tan complicado!?
-¿Kurapika?
-Lo que pasa es que... -Respiré profundo y lo miré. -Killua mencionó a Kuroro y pues...
-¿Estás de broma?
-¿Qué cosa? -Lo miré.
-¿Estabas pensando en él? ¿Justo ahora?
-Pu-pues sí
-Tú sí que eres increíble -Molesto se dió la vuelta y se tapó entero. -Buenas noches
-Leorio si hubiera estado pensando en él de buena manera te hubiera dejado seguir, pero no fue así -Suspiré y lo miré. -No pintes la cosa para tu beneficio porque los dos sabemos que lo último que quiero en la vida es volver a verlo
-Siempre Kuroro
-No lo menciones más -Me acomodé en la cama y me apoyé en el respaldo. -No es alguien a quien quiera recordar, ¿Por qué te enojas...? -Con lágrimas miré a otro lado.
-Solo... -Se sentó y me miró. -Solo me pone celoso... -Se me acercó y seco mis lágrimas. -Lo siento, no debí pensar mal, mucho menos con él -Me recostó en la cama y me abrazó con fuerza. -Cálmate, no hemos sabido de él en años...
-¿Y si regresa...? -Sollozo lo abracé con fuerza mientras le negaba asustado.
-No va a regresar y no permitiría que les hiciera daño de nuevo, a ninguno de los dos, así que tranquilízate por favor... -Lo abracé con fuerza mientras respiraba profundo. -¿Mejor? -Le asentí.
-Estoy bien -Sonreí y tomé sus mejillas. -Gracias, por siempre estar ahí -Solté una risita y lo besé. -Te amo
-Y yo -Inevitablemente comencé a reír. -¿Qué pasa? Arruinas el beso
-Yo pensé que me odiabas -Ambos reímos mientras nos poníamos la pijama.
-A veces te odio, pero aún muy, muy en el fondo no puedo dejar de amarte -Se me tiró encima y me llenó de besos.
-Lo mismo va para ti -Acaricié su mejilla y nos acostamos.
En la mañana del martes como habíamos acordado me junté con Gon en mi casa para ir al supermercado y comprar todo lo necesario para el cumpleaños de Leorio.
-¿Quieres algo Haruka? -Los supermercados para los hijos son el paraíso y al parecer no depende de la edad que tengan pues apenas le dije que vendría al supermercado con Gon, dijo que también quería venir.
-¿Puedo ir a la papelería y luego regresar? -Sonrió y me puso ojos de perro dolido. -Por fis
-Bueno mi amor -Sonreí y acaricié su cabello. -El máximo son solo ocho mil pesos
-Gracias mamá -Se me acercó, besó mi mejilla y se fue feliz, miré a Gon y suspiré aliviado.
-Ahora sí -Tome un carrito y comenzamos las compras. -¿Cómo van las cosas con Killua?
-Bien, bien... -Tomó unas papas fritas y las tiró al carrito. -Las cosas van bien
-Vale -Me detuve y le quité las ramitas que acababa de sacar. -¿Quieres dejar de mentirme? Se que me estas mintiendo, ¿Qué te hizo? -Me miró y suspiró mientras volvía a caminar.
-Nada, eso fue lo que hizo... -Tomó otro paquete de ramitas y lo tiró al carrito.
-Tranquilo, no seguiré insistiendo... -No quiero presionarlo a hablar, si no habla es porque no está preparado.
-Gracias...
Seguimos las compras como si nunca hubiésemos hablado de ellos dos y así fue durante todo el día.
-Yo conduciré -Tomé las llaves del auto de la mano de Gon, pero este apretó más las llaves.
-¿Estás loco? Yo conduzco y te sientas atrás -Iba a decir algo, pero Haruka nos interrumpió.
-¿Por qué? -Se veía confundido y yo no sabía que decir.
-Y-ya sabes que he estado algo resfriado, aun no me siento bien del todo, suelo marearme seguido, así que Gon no me deja hacer nada -Sonreí un poco y metí las bolsas al carro. -Por eso Gon conduce
-¿Pero estás bien?
-Sí pequeño, estoy bien -Acaricié su cabello y una vez todo en la maleta fuimos a casa.
Pase toda la tarde pensando en Gon y tratando de adivinar qué es lo que pasaba, pero en esta ocasión el hombre no soltaba ni una sola palabra.
-Estoy bien, así que deja de mirarme así -Me miró algo molesto mientras comenzaba a cocinar para los dos idiotas que venían del trabajo.
-Si quieres te ayudo con la cena -Me acerqué a la cocina.
-No toleras lo que es carne -Soltó una risita. -¿Qué piensas hacer?
-Solo quiero ser útil -Lo miré con un pucherito.
-Serias más útil si no te dieran nauseas al cocinar el pollo y mientras eso no pase -Lamio una cuchara, la dejó en el lavaplatos y siguió cocinando. -Solo te quedaras observando
-Y hablando de eso yo... -Tapé mi boca mientras me levantaba para ir al baño a vomitar. -E-el olor...
-Ay no -Tomó el basurero y me lo acercó, me afirme de él y vomité. -Tranquilo... -Tomó mi cabeza y mi pelo.
-¡Hola! ¡Llegamos! -Algo asustado miré de reojo a Gon, no quería que me vieran vomitando de nuevo.
-Tranquilízate -Gon acarició mi cabello.
-¿Hola? -Escuché la voz de Leorio acercándose. -¿¡Estás bien!? -Asustado se me acercó y tomó mi cabeza.
-Aún tengo náuseas, no quise decírtelo porque te pones dramático -Tomé una servilleta y limpié mi boca.
-¿¡Dramático!? ¡Claro que lo soy! -Me tomó como princesa y me llevó al cuarto.
-Bájame, solo tuve unas náuseas, nada más -Me abracé a él y traté de bajarme de sus brazos.
-Cocínenle unos fideos blancos
Por más que quise insistirle que estaba bien, no me escuchaba, ninguno me escuchó y terminamos cenando fideos blancos en mi cuarto.
Y así, estando todos juntitos fue como llegó al fin el cumpleaños de Leorio.
Fui el primero en levantarse por lo que, me vestí bien y cuando bajé a hacer el desayuno me topé con Haruka.
-Que sorpresa verte despierto tan temprano -Sonreí y lo miré. -¿Pasa algo?
-Mamá, quede de ir de compras con Iruma ahora en la mañana -Suspiré algo pesado y lo miré serio. -Te juro que no tardaré mucho -Me junto las manos y suplico.
-Vale, vale esta bien, vete... -Besé su frente, tomó su bolso y se fue corriendo.
Me dijo que tenía que salir, pero no pensé que saldria inmediatamente, suspiré nuevamente y fui a su pieza.
-Ay este niño dios mío... -Su pieza era un completo desastre, por lo que opte por ordenar primero y luego hacer un desayuno.
Mientras ordenaba su pieza me di cuenta, que tal vez esto era lo mejor para darle la noticia a Leorio.
Una vez ordenada la pieza de Haruka fui a la cocina a preparar un mega desayuno para Leorio, una vez listo fui a nuestra pieza.
-Buenos días -Entré a la pieza con una bandeja, pero fue cuando escuche la ducha abrirse. -Creo que se me adelantó... -Sonreí, dejé el desayuno en el velador y fui al baño. -Buenos días -Sonreí y me quedé del otro lado de la cortina mientras que Leorio se bañaba. -Feliz cumpleaños viejito
-Buenos días -Soltó una risita. -Muchas gracias mi vida, pero ya no me lo digas más que me entrara la depre
-Oye mi amor -Me senté en la tapa del inodoro y miré la cortina del baño que nos separaba. -Tengo una sorpresa para ti
-¿Ahora? Pero me estoy bañando
-No importa, solo tienes que escuchar -Apreté con fuerza mi pantalón y respiré profundo.
-¿Qué pasa? Vamos no me asustes así, dime algo
-Leorio -Sonreí y me tapé la boca. -Estoy embarazado -Estoy ansioso por su respuesta, y rezo para que reaccione bien.
-¿¡Qué!? -Fue en ese instante que de la pura y santa sorpresa Leorio se cayó de la tina llevándose todo y cortina al suelo.
-¡Le-Leorio ¿Estás bien!? -Me agaché, tomé su cara y lo revisé, suspiré aliviado al ver que no tenía nada. -Tonto... -Lo miré y solté una risita.
-¿D-de verdad estás embarazado? -Sonrió y me miró, tomé sus mejillas y le asentí entre risas.
-Creo que voy a cumplir unos tres meses -Sonreí y Leorio se me vino encima llenándome de besos.
-Otro pequeño -Soltó una risita y me abrazó con fuerza. -¡Tendremos otro hijo!
Nos quedamos un tiempo regaloneando en el baño con la ducha dada obvio nos quedamos todos mojados y tuvimos que cambiarnos los dos.
-Esto explica muchas cosas... -Leorio me abrazó con fuerza y tomó mi vientre. -Es normal que el apetito sexual baje en un embarazo
-Me alivia que lo sepas, no es como que hubiéramos parado de hacerlo, pero no me gusta cuando te pones insistente y pesado -Me apoyé en él y tomé su mano.
-Tus náuseas y fatigas... -Se abrazó con fuerza a mí. -Seguro que no toleras la carne, siempre que hay carne místicamente comienzan tus náuseas
-Así es, así es -Sonreí y tomé una cajita que estaba en la bandeja del desayuno. -Ábrelo
-A ver -Entre risas tomo la caja y al abrirla vio la prueba de embarazo en positivo. -Dios mío... -Con lágrimas se tapó la boca sorprendido. -Aún no puedo creerlo...
-Ni yo -Solté una risita y lo abracé con fuerza. -Me alegra tanto que te lo tomes bien, pensé que me odiarías...
-¿Cómo se te ocurre? Idiota -Besó mi frente y me abrazó con fuerza mientras nos sentábamos en la cama. -¿Haruka... Haruka lo sabe?
-No, solo lo sabe Gon porque me pilló con la prueba, pero no -Tomé su mano y lo miré. -Haruka no lo sabe y realmente no sé cómo deberíamos contárselo -Me puse de pie y terminé de vestirme. -Haruka tiene diecisiete, lleva toda una vida siendo hijo único...
-No importa como se lo tome, solo no le queda de otra que asumirlo -Leorio tomó mi mano y me llenó de besos. -¿Has ido a una ecografía?
-No he querido ir sin ti -Recibí sus besos y lo miré. -N-no me cambies el tema, ¿Cómo que no importa como se lo tome? Leorio es nuestro hijo y espero que pronto se entere de que será hermano y se lo tome BIEN, no que no le quede de otra más que asumirlo
Ambos nos miramos bastante serios y suspiramos pesado.
Que bien, he aquí el primer pleito relacionado a nuestro embarazo.
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