Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

2

VÉRTIGO

*Alice Adams*

Durante mi camino de regreso al aula, mis oídos perciben el sonido de una multitud de gritos y el estruendo de sillas siendo azotadas.

<<Una pelea más.>>>

Apresuro mi paso para poder llegar a conocer cuál es el motivo por el que cientos de personas vociferan hacia un cierto punto del encuentro y grande es mi sorpresa cuando veo quienes son los dos involucrados a los que los docentes intentan separar.

¡Mierda!

Omar y Marco se encuentran a menos de un metro de distancia, con severos golpes en el rostro y en cuanto a mi hermano, sostiene su brazo, sobando un poco y en el proceso, hace una mueca que denota su dolor. Siento que mi sangre deja de bombear en mi sistema. ¿Cómo es posible? Hace no menos de cinco minutos que salí del aula y ocurrió una brutal contienda.

Cuando me dispongo a ir con ellos para pedir una explicación sensata de lo que ha ocurrido, un grito ensordecedor se deja escuchar del aula de enfrente y la situación entonces es peor cuando ingreso al lugar y me encuentro con la terrible imagen. Clara se encuentra de pie, con las manos llenas de sangre y cubriendo con estas su rostro. Frente a ella, el cuerpo de Samantha yace encorvado, sobre una grotesca laguna de sangre, proveniente de sus muñecas.

—Samantha… — es lo único que logro pronunciar.

>>>

Cuatro días después…

Esta noche ha sido mi turno para quedarme con mi hermano en el hospital. Afortunadamente, el día de mañana le otorgarán su alta y podré estar con él en casa.

Abro la puerta del coche y me dispongo a entrar al auto, pero la grave voz de Marco me sobresalta cuando estoy a un movimiento de subir junto a mi padre.

— Merlina — pronuncia con una suave sonrisa de por medio para luego dirigir su mirada a mi padre —. Tío, ¿cree que exista la posibilidad de que me permita quedarme con Alice hoy, en el hospital? — Inquiere sobando su nuca con nerviosismo —. Te prometo que, si Omar decide que no quiere verme, yo me retiro de inmediato, pero al menos permíteme intentarlo.

El tono que utiliza en su petición provoca que mi corazón se haga pequeño. Marco es tan bueno con Omar y conmigo, que realmente no puedo imaginar que fue aquello que hizo que entre ellos un asunto llegara al grado de golpearse.

Somos hermanos.

— No sigas diciendo bobadas Quijote y sube ya — hablo antes de que mi padre lo haga —. Lo que haya pasado entre mi hermano y tú, solo ustedes sabrán como lo resolverán.

— Gracias — me dice con un gran brillo en sus ojos que me hace sonreír.

Tomo mi lugar en el lado del copiloto y por el retrovisor, saludo con una mirada a Marco, que ha tomado lugar en la parte trasera justo detrás de mí.

••
*Marco McQueen*

Permanecemos en la sala de espera y lo único que hago es mirar cada cierto par de segundos a Alice, que ha tomado asiento frente a mí.

Todo en ella es tan perfecto. Sus ojos, el tono rosa natural de sus labios y su perfecta piel…

<<No, Marco, detente, para ella eres su hermano.>> Me reprendo y cierro fuertemente mis ojos, en un pobre intento de borrar esos pensamientos de mi loca, o más bien, enamorada mente.

Todo el tiempo que llevamos aquí y que ella se ha mantenido en silencio, no he podido también dejar de pensar que ella está enojada conmigo, que me detesta aun y cuando me trate como siempre lo ha hecho. Bueno, no la culparía si en estos momentos me odia porque, por favor, ¿quién no detestaría a la persona que es culpable de que su hermano se encuentre en el hospital?

— Alice — la llamo. Ella eleva su mirada y fija sus bellos ojos en mí, esperando a que prosiga —. Todo esto tiene una explicación, te lo juro, — comienzo a decir, bajando mi mirada al piso —, Omar… él hizo una mierda y créeme cuando te digo que Clara no le pone las cosas fáciles.

Gruño un poco luego de mencionar lo último.

— Si yo le respeto es porque es tu amiga, — continúo —, pero no me vayas a pedir que deje pasar todo lo que hace, principalmente eso de enloquecer a tu hermano… a nuestro hermano. Sé que perdí la cabeza, pero te pido que consideres el hecho de que no soy el único culpable aquí. Realmente espero que me perdones, bueno, que ambos lo hagan.

Suspiro un poco un poco triste al no escuchar respuesta de ella por unos segundos, en ese momento es cuando decido elevar mi vista a ella y la veo resoplar y recoger su cabellera con un palillo de madera, todo con suma tranquilidad.

Cautivado. Así es como quedo admirando sus delicados movimientos.

Mi Alice y Clara son tan diferentes; Clara es una de esas chicas que comúnmente se definiría como una perra, lo sé, no es correcto que un caballero hable así de una mujer, pero con ella es inevitable no hacerlo. En cambio, Merlina, es un alma generosa, que no va por la vida con segundas intenciones, es tan genuina. Por ese motivo siempre he tenido como propósito, protegerla. No puedo concebir el hecho de que alguien como ella sea amiga de alguien como Clara, un ser doble cara, que no es capaz de ver más allá de alguien que no sea ella misma.

Entre ellas, lo único en común, son los gustos musicales.

— Quijote, — al escuchar el apodo, puedo sentir el brillo en mis ojos —, Clara no me ha comentado nada, ella sigue en shock por lo que presenció con Samantha, es más, ni siquiera una llamada ha existido entre nosotras en estos días.

Por un momento se queda pensativa, y después, aún con la mirada algo perdida, prosigue:

— Samantha realmente me tiene preocupada, no te niego que lo que pasó entre mi hermano y tú, me tiene igual de pensativa porque jamás habían tenido una discusión de este tipo, jamás se habían pelado por algo que no fuera comida, te llevas mejor con él que yo, por así decirlo — ella niega con la cabeza y yo solo atino a realizar una leve mueca de tristeza —. No tengo que perdonarte nada mi Quijote — termina y se instala a mi lado para abrazarme.

Siempre consigue reconfortarme y darme alivio de la misma manera, con sus abrazos, esos que más allá de ser físicos, son como si me abrazase el alma.

— Lo único que quiero en estos momentos, es que ese idiota que esta allá dentro se recupere y poder ayudar a mi amiga, recuerda que aunque no es de tu agrado, ella es tan importante para mí como lo somos Omar y yo para ti.

Bufo discretamente, pero acepto, como siempre, porque ante ella no puedo negarme a nada.

Siempre habíamos sido los tres hasta que en el instituto Alice y Clara se hicieron amigas. Debería ponerle un apodo, <<Úrsula le queda de maravilla.>>

Pasamos unos minutos riéndonos y discutiendo sobre música, y por mi parte, admirando su belleza y todo aquello que… simplemente me tiene a sus pies.

••
*Clara*

Las imágenes no se desvanecen, incluso es como si a cada segundo, conquistaran un nuevo espacio de mi mente, aun puedo ver aquellos ojos negros sin brillo, el cuerpo pálido rodeado de sangre, las muñecas maltratadas por los profundos cortes.

<<Aún puedo ver a Samy perdiendo la vida.>>

En estos días, he escuchado repetidas veces que de un modo u otro le salvé la vida. ¿De verdad? ¿Cómo puedo creer que he logrado hacer tal cosa? Está llena de tubos en la USI, en coma, y he escuchado decir a mi madre que su respuesta a los medicamentos es nula.

No he querido hablar con nadie de lo sucedido, ni siquiera con los tres psicólogos que mi madre a pedido, según los mejores, pero no, nadie logrará que el recuerdo de ella en aquel estado se vaya de mi memoria. Menos cuando recuerdo que yo misma en repetidas ocasiones he llegado a buscar llegar al mismo objetivo, pero ahora, ahora estoy horrorizada.

<< ¿Y si hubiese sido yo?>>

<< ¿Y si Samy estuviera muerta?, ¿y si muere?>>

De ese par de preguntas es de lo único que busco y exijo una respuesta, y sé que ningún profesional puede otorgármela.

Tengo un infalible dolor de cabeza, los ojos rojos y terriblemente hinchados, tanto que duelen.
<<Necesito salir…>>

Me retiro de la ventana de mi habitación, es un poco tarde, pero es seguro, las calles están iluminadas y cerca la policía, además del hospital donde atienden a Samy y Omar.

Mi Pericles…

No tengo ni idea de lo que pasó y sinceramente no quiero sobre pensar en ello por el momento porque siento que estoy a nada de que la situación me enloquezca.

Tomo una chaqueta y me coloco unas zapatillas deportivas, desciendo las escaleras y por un momento me sorprendo de ver a mi madre en la sala.

<<Tenía ya un rato sin verla.>>

— Voy a dar una vuelta, necesito un poco de aire fresco — se voltea hacia mí, asiente de forma desinteresada y vuelve a concentrarse en la televisión con una copa en la mano.

Sus movimientos fueron lo suficientemente rápidos, intentando que no me percatara de su rímel corrido y el golpe debajo del ojo.

<<Demasiado tarde>>, por más que quiera que no sepa el motivo, es algo que desde hace años conozco: mi padre. Quisiera preguntarle, que ella no tuviera miedo de expresarse conmigo, pero sé que indagar, solo me llevará a obtener la misma respuesta de siempre: <<Aquí cada uno vive como quiere vivir>>, más azones para pasar la noche fuera de casa.

Abro la puerta principal y de inmediato siento el aire fresco golpear mis mejillas, es tan agradable en el mes de septiembre, que es cono si fuera un tipo de sedante para mis problemas.

La música de Luckas Granm inunda mis oídos mientras camino distraídamente lo que parecen ser unas tres cuadras y tan sumergida me hallaba en mis pensamientos, que no fui capaz de percatarme de la gigantesca sombra cernida frente a mí, haciendo que me estampara con la persona y terminara cayendo de culo al piso.

— ¡Mierda! — gritó la persona.

— ¿Eres idiota o qué?, ¡rayos! — aunque el tono de su voz me hizo saber de quién se trataba, lo confirmé cuando se giró para seguir maldiciendo por botarle encima su café... Marco.

— ¡¿Úrsula?! — pregunta, histérico y moviendo su camiseta para evitar que lo caliente siga traspasando a la piel de su pecho.

— Oh, eso es nuevo — es lo que respondo tras analizar por un momento la forma en que me ha llamado.

— Si — dice encogiéndose de hombros —. Me he propuesto decírtelo hace aproximadamente… — mira su reloj y sonríe con burla — …quince minutos. Pero dime, ¿qué haces en esas fachas bruja del mar?

— Ahórrate esta noche tus payasadas que no estoy de humor — mascullé con fastidio y rechacé la mano que me extendía para ayudarme a incorporarme, poniéndome de pie con mi propio esfuerzo. Me di la vuelta dispuesta a volver a mi casa o irme a otro lado, pero al parecer este idiota no tenía planeado dejarme tranquila.

— ¡Espera! — gritó y giré para verlo — Disculpa ¿vale?, estoy muy nervioso, carajo, vine por café para mí y Alice, porque necesito algo que me tranquilice ya que en un momento tengo que encarar a Omar y no se como reaccionará cuando me vea ahí.

Frunzo mis cejas cuando menciona que encarará a Omar, desvío mi vista a espaldas de él y es cuando me percato que me encuentro frente al hospital.

<<Mierda, ni cuenta me he dado que tomé este rumbo.>>

— Omar, ¿cómo esta él? ¿ya está bien? ¿Crees que pueda entrar a verlo también? — las preguntas salen de forma acelerada de mi boca sin poder evitarlo.

— Clara… — Marco se pasa la mano por el pelo mirando el café derramado el piso y suspira con pesar.

— Ya está bien, mejor me voy.

— Deja el drama. No soy dueño del hospital o no es que quiera evitar que entres, simplemente sucede que apenas veré realmente como se encuentra, además, Alice está triste por no haber podido hablar contigo.

— Aquí el Quijote eres tú y lo que sucede es que no me permitían salir de casa ni recibir visitas. Irónico porque lo que necesito es todo lo contrario o al final del día si terminaré en un manicomio.

— Bueno ya estás aquí, Úrsula, y pagarás el café que derramaste.

— Pagaré eso y tu cirugía plástica luego de que te rompa la cara.

El ríe sin mucha confianza, algo normal siendo que no soy de todo su agrado pero aun así, sé que por Alice y por Omar, en estos momentos trata de llevar la fiesta en paz.

Entramos al hospital sin decir más y veo a Alice esperando en la sala frente a la habitación de Omar y es cuando siento de nuevo…

_El vértigo que me provocan los recuerdos._


Créditos a Mag mi editora que la amo mucho porque me devolvió las esperanzas con esta historia.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro