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Capítulo 44

No me esperaba que ellos me siguieran. Sé de sobremanera que esa amenaza en la voz de mi abuelo va a cumplirse. Braulio jamás habla por hablar.

Tragué grueso.

-Yo voy a pasar el día con Gael, abuelos. -dije agradeciendo al cielo por no haberme fallado la voz.

-Ya hablé Aylismar.

-Señor, señora, les prometo cuidar bien de su nieta. -alegó el ojiverde.

-Nos interesa muy poco tu opinión. -bramó mi abuela.

Di unos pasos adelante para intentar convencerlos y hablar con normalidad.

-Yo también he hablado, -les indiqué-, no pienso cambiar de opinión.

Mi abuelo gruñó. Y acercándose peligrosamente a mí me jalo de los cabellos y me obligó a caminar hacia casa. Gael, por su parte, intentó alejarme de mi abuelo cosa que no consiguió porque mi abuela le pegaba a él. Al final, le dije que se fuera que esto era solo un pequeño inconveniente familiar.

Pero el ojiverde me ignoro por completo, haciendo uso de más fuerza me apartó de mi abuelo y me protegió tras su espalda.

-No tienen ningún derecho en lastimarla de esta manera. -dijo, su voz ronca y fuerte detonaba ira.

Por mi parte, estaba tan asustada, tan confundida.., que me costaba asimilar lo que estaba sucediendo ahora mismo.

-No. Te. Metas. -demandó mi abuelo-. Matilde, ven con nosotros.

Tenía la garganta seca, que mi abuelo haya utilizado mi segundo nombre significa que estoy en más problemas de lo que me imaginaba.

-¿Te llamas Matilde? -preguntó Gael, mi única respuesta fue un leve asentimiento.

Tragué grueso el nudo que se había alojado en mi garganta.

-¿Saben? Es inaceptable que mi propia familia me haga tal daño, pero eso a ustedes no les importa. -mascullo, apretando con fuerza los puños a mis costados-. Nunca le ha interesado mi porvenir, ustedes solo les importa lo que puedan sacar.

-No tengo tiempo para esto. -mencionó mi abuela acercándose. Gael no la detuvo, yo solo le alcé el mentón porque no quería demostrar cuánto me intimidaba. La bofetada que me dio fue tan poco doloroso cómo sus palabras. -Eres un estorbo para esta familia, ¿de verdad crees que tú mamá te ama? ¿En serio piensas que después de haber sido la causante de la muerte de mi otra hija te seguiríamos queriendo? Pues déjame decirte que no, para nosotros no eres más que un cuerpo vacío, uno del cuál podemos sacar gran provecho. Tú -me agarró del cabello-. Te vienes con nosotros y punto.

Me resultaba difícil el aguantarme las ganas de llorar, escuché a Gael queriendo interferir de nuevo pero está vez no lo permití. Camine de modo obediente todo el camino bajo la mano de mi abuela.

En casa, ellos me encerraron en mi habitación. Si algo había en nuestra familia era que la mayor voz de mando eran la de mis abuelos, aquí se hacía todo lo que ellos exigían. No importa sí estás en desacuerdo.

Sin embargo, no iba a dejar a Gael solo porque ellos me lo ordenaban. No, eso no iba a pasar. En esta ocasión les voy a dar pelea, estoy dispuesta a luchar por lo que quiero y esa persona es el ojiverde.

-Aylis, debes obedecer a nuestros abuelos ellos saben lo que es mas conveniente para nosotras. -indicó Iris al entrar a mi habitación, ella optó por sentarse en el sillón frente a la ventana- Ese chico no es bueno para ti.

-¿Y supongo que Luis sí?, verdad Iris. -bramo descargando con ella mi ira-. Supongo que debo ignorar todo lo que me ha hecho con tal de hacer la voluntad de nuestros abuelos.

-Estoy segura que todo esto es un mal entendido, quizás ese chico lo planeo todo para que te desilusionaras de Luis e iniciaras a salir con él.

-¡Por el amor de Dios, Iris! ¿te estás escuchando? -cuestiono incrédula-. ¿Cómo puedes pensar así? Tu misma viste como Luis quiso abusar de mí, los ataques que recibí en la comisaria él los ordenó y por poco me mata si esa persona no hubiera llegado yo...

-Estás exagerando.

-¿Cómo qué estoy exagerando? Iris, no puedes hablar enserio.

-¡Tú solo quieres atención! por eso te comportas de esta manera solo eres un parasito que solo nos absorbe.

La miro dolida por lo que ha dicho, sobre todo porque no es la primera vez en lo que va del día que para mi familia solo les estoy estorbando.

-Yo... -la voz me falla, no sé que decir, no me esperaba esto de mi hermana-. Yo no voy a dejar a Gael. -le hago saber.

-Estas cometiendo un grave error.

-El error sería si me casara con alguien a quién no amo. -establezco firme-. No volveré con una persona que me hizo sufrir, mucho menos cuando tengo a alguien que me quiere a su lado a pesar de todo.

-Pues yo que tú me iría con cuidado, los abuelos son capaces de enviarte lejos. -alega levantándose-. Lo vuestro no podrá ser.

-Iris, si me tocara enfrentarme con el mismísimo demonio para poder ser feliz con Gael lo haré sin pensarlo dos veces, no voy a dejar de luchar por lo que quiero. Ya te lo dije.

Ella se marcha, mientras que yo me abrazo a mi misma en la soledad de mi habitación. La relación afectuosa que antes llegué a tener con mi hermana parece haber culminado. Ahora, solo nos lastimamos la una con la otra.

En momentos como estos me gustaría desaparecer, o simplemente dejar de existir. Es asfixiante vivir en un lugar en el que a nadie pareciera importarles, a los que asumen que mis sentimientos son cosas insignificantes, personas que piensan que solo estoy actuando porque quiero atención. Ellos no se dan cuentan de las veces en las que necesité ayuda y preferí callar, esas en las que lloraba por horas bajo la ducha para evitar que ellos me escucharán.

Odio ser una molestia para mi familia, por eso quiero irme lejos. Sé que allá seré feliz porque ya no tendré que vivir con el peso de tratar de ser una hija perfecta para que ellos se sientan orgullosos, para poder sentir algo de su amor.

Luke hizo bien al alejarse y pronto yo haré lo mismo.

-¿Se puede? -cuestiona mi padre al abrir la puerta de mi habitación, solo pude emitir un leve «si» y dudo que lo haya escuchado-. Princesa, sabes que siempre te voy apoyar en cualquier decisión que elijas ¿verdad?

Asiento.

-Pero también pienso que tu relación con ese muchacho no puede ser, tú lo sabes mejor que yo, deja de engañarte.

-Papá yo

-Shss, deja que termine, hija quisiera que te dieras un tiempo para sanar. -expone al sentarse en el borde de mi cama-. Si después de analizar bien tu situación decides seguir con Gael con gusto lo aceptaré en mi casa, pero antes no, has pasado por muchas cosas estos últimos días y puede que te hayas confundido.

-Papá no estoy confundida, tengo muy en claro lo que quiero y lo que pretendo con Gael. -afirmo-. Sé que soy joven, que me he equivocado pero muy dentro de mi corazón solo existe el nombre de una persona y ese es el ojiverde.

Mi padre suspira rendido.

-¿Estás segura de ello?

-Completamente.

-¿Lo amas?

-Le quiero, me falta conocerlo un poco más para identificar si lo que siento es realmente amor, pero entre ese hombre y yo existe una conexión incapaz de explicar.

Mi padre se quedó durante unos segundos hundido en sus pensamientos, esperaba contar con su apoyo como siempre ha sido.

-De acuerdo, entonces no me interpondré entre ustedes.

-¿De verdad? -el asiente-. ¡Muchas gracias! -exclamo abrazándolo con fuerza y dándole muchos besos en la mejilla.

Él me abrazó de vuelta.

-Vale, cariño, ya déjalo no hace falta ser tan cariñosos. -expresó sonriendo-. Tengo que resolver unos asuntos del trabajo, nos vemos en la noche.

De la misma manera en la que llegó de esa manera se marchó. Gracias a la visita de mi padre me sentía un poco mejor, me sentaba bien contar con su apoyo.

Hello, nena. Vayamos juntas a la fiesta de Paty, Karen también viene. Espero por tu respuesta, te quiero.

Era un mensaje de Lizzy, le respondí que no podía y enseguida mi teléfono empezó a sonar porque me estaba llamando.

-Dime una sola razón por la que no puedas asistir, vamos nena, no seas mala.

-No lo soy, digamos que estoy castigada y no tengo animo para ir a ningún lado.

-Es una fiesta muy grande, puede que Gael vaya. -indicó de manera persuasiva.

-Conozco tus trucos Lizzy Baptista, no funcionará esta vez.

-Pero...

-Diviértete, chao.

Colgué antes de recibir algún otro comentario por su parte. Ninguna de ellas sabía por lo que había pasado, les exigí a mis padres y hermanos que no se lo comentaran a nadie. No quiero su lástima, ni tampoco era un buen momento para hablar.

Decidí leer un poco para distraerme, no obstante mis ojos se fueron cerrando poco a poco hasta que las cobijas del sueño me arroparon completamente.

Cuando me levante ya era bien entrada la noche, mi cuerpo se sentía pesado, por un momento pensé en bajar a la cocina pero me abstuve de hacerlo. Estaba demasiado cansada emocionalmente para otro enfrentamiento, sea con quién sea.

Amaba a mi familia, con todo mi corazón. Por eso era doloroso su constante desprecio. El daño físico no se compara con el emocional, ese que es producido por sus miradas y palabras.

Creí que el problema con relación a mi tía estaba resuelto con mi madre pero evidentemente me equivoque. Olvidé a mis abuelos y su rencor hacia mí por ese motivo.

-Hija. -alcé mi rostro hacia la puerta, ahí se encontraba mi madre. Ella se acercó, acarició mis mejillas con sus pulgares y me apretó contra su pecho. -Todo va a salir bien, no te preocupes por tus abuelos.

-Ellos están muy molestos conmigo.

-Lo sé.

-No puedo casarme con Luis.

-También lo sé.

-Quiero estar con alguien que me dé amor y protección.

-Y esa persona no es tu exnovio.

Mi madre se sentó a mi lado, me enfoque en su rostro.

-Quiero que te enfoques en culminar tus estudios, luego podrás decidir si entablar una relación con ese chico es conveniente para ti, -expresó sosteniendo mis manos-, por ahora puedes ser su amiga pero no sería saludable para ti iniciar una relación después de todo lo que ha ocurrido.

Asiento porque sé que ella tiene razón. Sin embargo, una cosa es lo que mi mente entienda y otra muy distinta lo que mi corazón apruebe.

Gael me hace sentir de maravilla, él es muy lindo conmigo además ha estado apoyándome en cada uno de mis momentos malos. Y no quiero perder lo que apenas estamos construyendo.

-Diles a mis abuelos que no voy a cambiar de opinión. -decreto observándola, mantengo el mentón firme al decir: -Si ellos no logran tolerar mi decisión, entonces no son bienvenidos en mi casa, ya me cansé de aguantar cada golpe por parte de ustedes.

-Dejemos este tema para otro momento, cariño. -mencionó ella-. Hablaré con ellos, trataré de convencerlos pero si insisten en lo mismo se hará cómo dices tú, no serán bienvenidos aquí en nuestra casa.

-Gracias mami.

-No hay de qué, cielo.

Ella se marchó luego de darme un abrazo. Espero que las cosas no lleguen tan lejos que mis abuelos logren entender qué Luis no es la persona adecuada para mí.

🧜💚

No podía dormir, por lo que bajé a la cocina por un vaso de agua. Ahí me encontré con mi hermana, qué parecía estar perdida entre sus pensamientos. Parecía cómo si estuviera derrotada, sus hombros estaban caídos y su cabeza pegada de la mesa de la cocina.

-Iris. -la llamé-. ¿Te encuentras bien?

Ella volvió su cabeza, sus ojos estaban rojos supongo que por las lágrimas.

-Lo- yo- lo-no entendía sus balbuceos.

-Iris, primero debes calmarte. -indico acariciando su espalda suavemente-. Ahora, cuéntame ¿qué pasa?

Ella tomó aire, después lo soltó para poder hablar mejor.

-Sé qué no debí hacerlo. -dijo-, pero no tuve elección, realmente no la tuve.

-Hermana, ¿de qué hablas? -inquiero dubitativa.

-De...

Calló.

-Vamos, Iris termina de hablar. -exijo-. ¿De qué no tuviste elección?

Ella no lo dijo, pero no tuvo qué hacerlo solamente con moverse me di cuenta de lo qué se refería.

Oh, Iris...

Abracé a mi hermana, e intenté consolarla. Ella había recaído, después de todos estos años de estar limpia, justamente ahora había caído de nuevo en ese mal hábito.

Iris sé drogo.

Aunque había dicho que le tenía rencor y qué nada que ella hiciera me importaba, pero no es cierto. Es mi hermana, a pesar de todo el daño que me ha hecho si la abandono, o la dejo a su suerte sabiendo que ella está de nuevo equivocándose esa sería la peor decisión que pueda tomar.

Iris me necesita y estaré para ella en este momento.

-Yo.. -balbuceó-. Lo siento. -murmuró por lo bajo.

-Esta bien, shss...

-Sé que no debí, pero no pude contenerme. -dijo con voz llorosa-. He estado bajo mucha presión, lo lamento tanto...

Abracé su cuerpo con fuerza.

-Tranquila, pero sabes que estás acciones solo van a perjudicarte. -le recuerdo-. Debes deshacerte de esas cosas, de todas. -exijo.

Ella asintió, tomaré eso cómo una respuesta no convencional. Luke quizás pueda ayudarme con esto, le diré en cuanto lo vea.

-Vladimir casi cancela nuestro compromiso. -me indica, luego de haberse calmado-. No quiero perderlo, él es lo único seguro que he tenido en mucho tiempo. Es mi ancla, mi mejor medicina.

Y fue también tu doctor.

-¿Qué pasó? ¿Por qué él quería zanjar lo vuestro?

-Porque hace unos días le conté lo que había pasado con Axel, -abro la boca sorprendida- no pude evitarlo. Él es mi prometido, no debí engañarlo.

-Pero no tenías porque decírselo Iris. -digo cruzada de brazos, observándola con disgusto-. ¿Acaso buscabas que Vlad matará a Axel?

-No..., Yo solo...

-Iris, él es un hombre y los hombres suelen convertirse en cavernícolas cuando le están quitando a la mujer. -expongo mientras camino hacia la nevera por un vaso de agua-. Cómo no pudiste pensar en eso.

-YO SOLO QUERÍA SER LE FIEL A MI PAREJA. -grita-. Tú tienes la culpa por hacerme ir a ese viaje. -me recrimina.

Niego incrédula e indignada.

-¿Y tú corazón? -cuestiono-. ¿Por qué no le eres fiel a tus sentimientos? ¿No son esos lo que en verdad importan?

-¿Sabes qué? Ya estoy harta de decirte de mil maneras que Vladimir es el amor de mi vida y qué es a él quien he elegido para formar una familia.

Suspiro.

-Mejor evitemos hablar de este tema porque cada vez que sale a a la luz nos lastimamos la una a la otra. -le pido-. Haz lo que creas conveniente con tu vida.

Y me marcho luego de decir eso. Ella ya es bastante grande para decidir que es lo mejor, por medio de sus decisiones se decidirá su futuro. Espero que a pesar de todo sea próspero y feliz, porque nadie merece sufrir en esta vida. No le deseo ningún mal, al contrario ojalá ella encuentre la luz que necesita.

🧜💚

Me levanto cuando la luz del sol impide que siga durmiendo, realizo mi rutina mañanera para después bajar a desayunar.

Me detengo al pie de las escaleras cuando escucho los gritos de mi madre.

-ES MEJOR QUE SE MARCHEN DE MI CASA.

Supongo que les está hablando a mis abuelos, bajo con cuidado para poder escuchar mejor la conversación, me escondo detrás de una de las columnas de la sala.

-¿Cómo puedes defender a esa mustia después de lo que ha hecho? -le cuestiona mi abuelo, en tono calmado y autoritario.

-Es mi hija, ella no merece este trato ni tampoco una familia cómo la que la ha tocado. -dice, observó cómo camina hacia la repisa en dónde se encuentran las fotografías y toma una-. Hemos sido tan injustos y crueles con esa pequeña criatura, debimos ser nosotros quienes impidieran que Grecia regresara, le dejamos todo el peso de nuestro sufrimiento a una niña, una joven e inocente niña.

Luke abraza a mamá en ese momento.

-Mi hermanita ha estado bajo mucha presión a nivel emocional, pero siempre se ha mostrado fuerte ante la adversidad. -dice él. -No estoy de acuerdo en qué ella establezca una relación con ese muchacho, pero tampoco quiero que regrese con el lunático de Salazar, por su culpa casi muere.

-Pero no lo hizo, dejen el dramatismo. -indica mi abuela-. Lo qué nos han contado no es suficiente para evitar que Aylismar se comprometa con Luis.

-¿Y qué es lo que le falta? -pregunta Iris, entrando a la estancia por el pasillo de la cocina-. Estaba equivocada al pensar que ella estaría mejor con ese bicho raro, pero bien dicen que la almohada te hace reflexionar, Aylis no necesita en su vida una escoria humana.

Me sorprende escuchar hablar de esa forma a Iris, después de todo lo que ayer pasó entre nosotras no pensé que me fuera a defender.

-Creíamos qué tú Iris, nos ibas a apoyar. -aludió mi abuelo.

-El día de ayer cometí muchas estupideces, una de esas fue apoyarlos -dijo-. Pero ya no puedo seguir haciéndolo, sobre todo si de esa manera hago sufrir a mi hermana. Últimamente, la he lastimado mucho por culpa de mi soberbia, de mi necedad, de mi cobardía...

Ella negó. Y se colocó al lado de mamá.

-Si Aylismar pudo regresar de la muerte, no fue para vivir de nuevo una vida de dolor y tristezas. -aclaró, dió un paso adelante hacia su dirección-. Si no para vivir con plenitud, alegría y mucho, pero mucho amor. No permitiré que ustedes le impidan a mi hermana ser feliz.

Iba a llorar.

Jamás imaginé que Iris hiciera o dijera algo como esto, no solo se está enfrentando a las personas más influyentes y poderosas de nuestra familia, sino que también está decidida en apoyar me, a mí su hermana.

-Bien. -decretó la abuela-. Olviden que somos familia.

Y luego de decir eso los mayores abandonaron la casa, salí de mi escondite y fui abrazarlos, les agradezco por su apoyo en esta penosa situación.

Pasamos a la cocina a desayunar, después discutimos por la película que íbamos a ver en familia, al final lo hechamos a la suerte y terminó ganando Luke por lo que nos tocó ver "La Momia Regresa".

Estaba realmente contenta que mis padres y hermanos me apoyen en mis decisiones significa mucho para mí.

El timbre de la casa suena y me levanto para ir a abrir la puerta. Sin embargo, cuando lo hago no hay nadie afuera solo un sobre con unos tulipanes pegados.

Agarro el sobre y voy hacia la cocina para tomar un cuchillo con el cuál poder abrirlo. Adentro conseguí una fotografía de Axel y mía con una nota detrás que decía:

Aún en la lejanía en la qué se encuentran nuestros cuerpos, tu luz siempre me seguirá, si estás pasando por un mal momento recuerda que tú bastón te sostendrá.

A. R.

Abracé la foto, sé que mi amigo sigue al pendiente de mí aunque se haya marchado sin decir nada.

Antes de volver con mis hermanos y mi madre, fui a guardar la fotografía con la nota en mi habitación. Las cosas van a mejorar, lo sé.

🧜💚

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