Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 30

Aylis.

Iris llegó mega ultra molesta, parecía un dragón lanzando fuego por la boca. Se encargó de echarme en cara las mil y una razones por las que no debía meterme en su vida tal y como ella no se metía en la mía. Me exigió que no volviera ayudar a Axel con alguno de sus planes de conquista y me aseguró que ya no confiaría en mi palabra. 

Tomé toda su bola de fuego como si fueran simples alientos de aire, mi intención es simplemente ayudarla a que se dé cuenta que está equivocada. No quiero verla más adelante arrepentida por haber tomado la decisión errónea, por no haberle hecho caso a su corazón. 

Sí, puede que mi amigo haya perdidos puntos por haberse ido a otro país, sin embargo fueron circunstancias de fuerza mayor me parece muy egoísta su actitud. Él volvió, él desea recuperar el tiempo perdido. Me consta que Axel la adora. 

Ojalá alguien me hubiese amado como mi amigo lo hace con ella.

Después de discutir conmigo, o mejor dicho, de haberme gritado sus razones y yo solamente haberle escuchado. Mi querida hermanita se encerró en su habitación. Que nuestros padres estuvieran fuera comprando la despensa sirvió para nadie que no sea Luke se enterara de la explosión de Iris. 

A Luke tuve que explicarle poco después porque nuestra hermana se comportó de esa manera conmigo. 

—No eres buena casamentera. —se burló Luke, lo ignore por completo. Mi atención estaba en el vestido color coral que me hizo Lindsay, era más que hermoso. —No porque veas el vestido vas a conseguir ponértelo Aylis.  

—Eres un entrometido Luke. —farfullé—. Además yo no me quiero poner el vestido, si quisiera me lo colocara. 

—¿Entonces? —cuestiona—¿Por qué lo admiras tanto?

—Porque es hermoso. —respondo guardando el vestido en el armario. 

Una fotografía cae de una de las cajas que tenía guardadas ahí, la agarro para ver de qué o quién se trata. Arrugo mi cara al observarla, era una fotografía de Luis y yo, yo me encontraba atrás de él abrazándolo, nuestras manos estaban entrelazadas y ambos sonreíamos a la cámara.

Y pensar que todo lo que viví fue tan falso...

¿Qué es lo que estás viendo? —la voz de mi hermano suena tan lejana—. Déjame ver. —parpadeo cuando me quita la fotografía. 

—¡Ey! —me quejo—. Devuélvela. —exijo intentando quitársela. Pero él la alza más alto, donde no puedo agarrarla. 

—¿Qué es esto? —pregunta enojado. 

—Una fotografía. —respondo simple e intento quitársela de nuevo. 

Debí haberla guardado mejor o esconderla antes de que Luke se diera cuenta de ello. Tomaré nota para la próxima. Sigo saltando intentando  quitarle la estúpida fotografía que debí quemar hace mucho, sin embargo no quería una parte mi sigue aferrada a su recuerdo.

—Ya sé que es una fotografía, pero porqué sigues teniendo fotos de ese lunático. —espeta.

—Olvidé que la tenía. —mascullo—. De todas formas no es problema tuyo. 

—Si lo es.

—Es solo una fotografía, dámela. —exijo—. AHORA. —grito. 

A mala gana me entrega la fotografía, la guardo en un cajón de mi mesita de noche. Suelto un largo suspiro, enfrento a Luke. 

—Es la última vez que no me haces caso cuando te ordeno algo. —lo acuso señalándolo con un dedo—. Para la próxima te dejaré de hablar hasta navidad. —decreto firme. 

Luke se ríe, burlándose de mi nuevamente. 

—¿Cuándo te convertiste en comediante? —pregunta gracioso. 

—Desde el momento en que supe que mi hermano mayor era un idiota. —respondo. 

—No era la respuesta que esperaba. —dice chasqueando su lengua—. En fin, enana recuerda que debes respetar a tus mayores. —comenta y yo le lanzo un zapato. 

—Deja de molestarme. —ordeno—. Mejor vete, tengo mejores cosas que hacer. 

—Te creería si no supiera que ya terminaste tus deberes y no tienes planes para salir, así que, seguiré aquí por más tiempo. —comenta. 

¡Agh! 

En momentos como este odio que conozco mi rutina, le dedico una cruel mirada y salgo de mi habitación. No toleraré más sus necedades. Se acabó, iré a dar una vuelta. O mejor iré a visitar a Karen. 

Salgo de la casa y me pongo en marcha hacia la casa de Karen. Esta queda mucho más lejos que la de Lizzy, debo girar dos veces a la derecha luego bajar una cuadra y girar hacia la izquierda la de la puerta roja es su casa. Desde afuera escucho los gritos entre las dos mujeres que ahí habitan. 

—LARGATE, MEJOR PARA MÍ. —dice Eloisa, la madre de mi amiga—. DE ESA MANERA NO TENDRÉ QUE MANTENERTE MÁS, NO TENDRÉ QUE SEGUIR VIENDO EL PEOR DE MIS FRACASOS. 

—BIEN. —dice Karen—. ME VOY, ES LO MEJOR ASÍ TE QUEDAS COMO SIEMPRE HAS QUERIDO, ESTAR SOLA. 

—PERFECTO, PUES VETE DE UNA BUENA VEZ. 

—NO ENTIENDO...,—creo que se le corto la voz, puede que esté llorando—. NO ENTIENDO ¿POR QUÉ NUNCA PUDISTE QUERERME? —cuestiona mi amiga—. PERO ME IRÉ. 

Creo que llegue en un mal momento, Karene está saliendo con una maleta grande desde su casa. Su mirada se encuentra con la mía y voy auxiliarla. Tiene lágrimas derramadas en su rostro, sus ojos siguen empañados. 

—Aquí estoy. —susurro abrazándola. 

 Me siento tentada de ir a decirle sus verdades a esa señora por tratar de esa manera a mi amiga, sí, puede que le haya dado estudios, comida y un techo pero eso no le da derecho de tratarla así si no quería salir embarazada se hubiese cuidado. Karen no tiene la culpa ni mucho menos merece ser tratada como basura todos los días. 

—Caramelito... —mencionan a mi espalda, me es imposible hacer una mueca por el apodo tan... Inusual

Karen sale de mis brazos y se refugia en los de Iván era quién la había llamado así. Él se encarga de consolarla, después de unos minutos mi amiga deja de llorar y solo quedan los espasmos de del llanto. 

—Tengo todo para irnos a vivir juntos. —le informa. 

Un momento, ¿por qué no estaba enterada de está decisión? No puedo creer que ella haya tomado una decisión tan importante y no nos haya dicho nada, tanto Lizzy como yo le hubiésemos ayudado. No se fuera enfrentado sola a su madre. 

—Creo que hay algo que no me has contado Karen. —comento como si nada. 

Ella se aleja de su "no somos nada serio", y camina unos pocos pasos hacia mí toma mis manos entre las suyas, por mi parte solo la observo con una ceja alzada. 

—Luego te contaré, te lo prometo. —asegura. 

Tiro de su manos para volver abrazarla. Entiendo que una decisión así pueda ser difícil de afrontar, sin embargo aquí estaré para ayudarla. Eso siempre

—Solo quiero que estés bien, —paso mis manos por su espalda—, cuando me necesites estaré a tu lado. Te quiero mucho zorrita. —comento, utilizo el apodo con el cual la denominé el primer día que la conocí y que hace bastante tiempo no utilizaba. 

Ella sonríe. 

—Lo sé. —murmura—. Nos veremos después. —dice volviendo con Iván. 

—Cuídala. —le pido al chico. 

—Con mi vida. —promete. 

—Espero que la valores mucho, porque de no ser así no me sirven tus promesas falsas —puntualizo—. No sabes lo importante que ella es para nosotras. —hablo refiriéndome a Lizzy—. Por tanto, si haz de prometer hazlo por algo que en verdad te importe.

Karen se sonroja y el chico solo me dedica una sonrisa de una línea.

—No te preocupes, la cuidaré bien. —dice y yo asiento. 

Los veo marchar, espero que Iván sea un hombre que cumpla sus promesas. No lo conozco tan afondo y tampoco sé cuales sean sus intenciones para con mi amiga, pero espero que no la vaya a lastimar, porque para defender a las personas que amo soy capaz de todo. 

No tengo nada más que hacer, Lizzy no está en su casa me informó mientras caminaba hacia aquí. Luke es una molestia constante aunque a veces es pasable pero hoy esta más insoportable que nunca, así que, probablemente vaya a ver a Axel. 

Sí, exacto iré a ver a mi mejor amigo. Me debe mucho chisme. 

★★★

—No te esperaba por aquí. —dice detrás de la barra del lugar en dónde trabaja.

Sonrío.

—Lo suponía, estaba aburrida y decidí venir a verte. —me encojo de hombros.

Él sigue limpiando la barra, me regala una Coca-Cola. En silencio disfruto de mi bebida.

—¿De verdad has venido solo por información? —cuestiona.

Lo miro mal.

—¿Cómo puedes decir eso? —coloco una mano en mi pecho ofendida.

—Te conozco. —fue lo único que dijo. De manera infantil le saqué la lengua.

Pasaron varios minutos, en esos solo me limité a observarlo. Tenía bolsas debajo de sus ojos azules, se le notaba algo de cansancio. Y tristeza. 

—No funcionó. —comentó.

—¡¿Qué?!

—Lo que escuchaste, y no pienso seguir siendo maltratado por ella. —murmura con voz apagada—. La amo lo suficientemente para dejarla ir, ella ya lo escogió a él, nada de lo que haga la hará cambiar de opinión. —una lágrima baja por su rostro mientras termina de secar un vaso.

Algo me dice que Iris lo lastimó muy fuerte, conociendo a mi hermana lo que sea que le haya dicho le clavó no uno, sino varios puñales en el corazón.

Aprieto su mano sobre la mesa.

—No hace falta que digas más nada, —aseguro—, entiendo que es difícil para ti y no quiero que sufras.

Una mueca que intentó ser el inicio de una sonrisa se asomó en su cara.

—Ya estoy sufriendo Aylismar.

Escucharlo decir eso me duele, yo no quería que mi hermana fuera lastimada, pero no conté con que mi mejor amigo fuese el que recibiría las espinas de aquella rosa marchita.

Tan solo con verle puedo decir que su corazón está sangrando por dentro, lo lastimó la persona que más amaba, ¿cómo se supera eso? ¿encontrando un nuevo amor? ¿comiendo helado y viendo televisión?, nadie sabe.

Me cole por la barra y lo abracé con fuerza, sentí su sufrimiento. Sus brazos me rodearon, descansó su cabeza en el hueco entre mi hombro y mi cuello. Aunque no llorara sabía que estaba roto, existen heridas tan fuertes, tan profundas que en vez de llorar por ellas solo somos capaces de sentir un enorme hueco en el pecho. El cuál nos volvemos incapaces de llenar, y la sonrisa que antes portabamos con naturalidad ahora es solo un recuerdo del pasado.

—Voy a embriagarme. —susurra al alejarse un poco—. Deberías volver a casa. —niego inmediatamente, sostengo su rostro entre mis manos.

—No voy a abandonarte, te cuidare mucho, mucho, para que no hagas nada estúpido. —prometo acariciando sus mejillas.

Cualquiera puede pensar que somos algo más que amigos por nuestra manera de tratarnos, solamente los que nos conocen desde hace mucho saben que siempre he tratado de esta manera a Axel.

Mí amigo asiente de acuerdo a lo que le he prometido.

Vuelvo a sentarme en mi lugar.

Las siguientes horas él se encarga de atender a los clientes, y yo a establecer una conversación con los que deciden hablarme. Al terminar su turno, Axel aprovecha para ahogar sus penas en el alcohol.

—No soy suficientemente para ella. —dijo después de la octava cerveza. Me limité a asentir y apretar su mano. No era la primera vez que decía esa frase, en las tres primeras me encargué de protestar, recordándole cada una de sus virtudes esas por las que cualquiera chica podría caer rendida pero su único comentario consistía en: «ninguna es ella».

Por supuesto que, cada vez pedía más, confesaba nuevamente sus sentimientos y su dolor al oírla decir que sus intentos eran absurdos. Pronto mi amigo, llegó a la hora «happy» que nos hace ver el alcohol. Pero cada vez que intentaba quitarle la cerveza y poner un hasta aquí, él simplemente me ignoraba, se alejaba de mi y ya no podía quitarle la cerveza.

—Es suficientemente Reyes. —declaró el encargado quitándole la última botella, Axel protestó pero bastó con una mirada de ese hombre para que él se quedara tranquilo—. ¿Segura que puedes con él? —preguntó.

—Si. —respondí—. No se preocupe.

El hombre asintió y echo a Axel del local, salí con el hombro de mi mejor amigo apoyado en mi brazo mientas nos tambaleábamos por las calles del pueblo.

Quizás debí pedir ayuda, ni siquiera habíamos terminado la cuadra y ya estaba agotada.

Suspiré frustrada.

No recordaba lo cansado que era tratar de llevar a un borracho. Claro, seguro que era porque hasta ahora es la primera vez que lo hago.

—Vamos a la playa... —pidió. 

No, ni loca. Si nuestros pies se fueran a esa dirección estaría clavando nuestras muertes. El océano es peligroso para las personas que se encuentran con una gran dosis de alcoholismo en sus sistemas.

Niego decidida. 

Y seguimos caminando hasta mi casa, Luke o mi padre podrían encargarse de el. Eso estaba más que confirmado.

Dios mío, ¿puede alguien volverse tan pesado tan solo al beberse más de diez cervezas?

Mi hombro ya no aguantaba. Necesitaba urgentemente descansar. Lo hicimos en el árbol más próximo.

Ay, pobre de mi cuerpo.

Sabía que no podía demorar mucho, no faltaba casi nada para que alguien con esa cantidad de alcohol se durmiera o se desmayará que vendría siendo lo mismo. Por lo que debía continuar.

—¿Puedes ayudarme un poco más? —cuestioné hacia mí amigo—. Necesito de tu ayuda, no soy la mujer maravilla.

El se rió con fuerza, lo miré con una ceja alzada incrédula de que tuviera las agallas para burlarse de mi.

—JA-JA-JA. ERES UN HE-LA-DO DE VAI-NI-LLA. —balbuceo con fuerza.

Dios mío, dame paciencia. Que ganas de golpearlo no me faltan.

Continuamos caminando, hicimos otra parada en la plaza y otra unas cuadras más adelante. Rayos, nunca había visto que mi casa quedara tan pero tan lejos.

Llegamos al fin, después de recorrer tanto camino. Estaba agotada solo quería dormir hasta la mañana siguiente. No obstante, Axel no tenía esos planes. Lo vi intentar pararse firme, lo observé parpadear varias veces y por último alzó su voz para empezar a cantar.

Sí, el muy idiota contaba con fuerzas para cantar pero no para caminar.

La canción «Siempre hace frío» fue la elegida por el chico sabía que era una ranchera pero no reconocía al cantante. Mi boca se abrió en una tremenda «. No esperaba que se pusiera a cantar, y menos para mi hermana. Después de todo dijo que la iba a dejar ir. 

Axel eres un tremendo bipolar. 

Todos los miembros de mi familia salieron al oír el canto o mejor dicho el escándalo, pero mi atención estaba en Iris. Ella negaba con la cabeza, supongo que no creía que fuera en verdad él. Axel dio un paso en su dirección, pero estaba tan ebrio que se desmayó al acercarse a Iris.

Solté un grito por la impresión y corrí auxiliarlo.

—Axel. —chillé, intenté levantarlo pero me fue imposible pareciera que hubiera triplicado su peso.

Miré en busca de los hombres de está casa por ayuda.

—¡Oigan! —grite.

Mi padre levantó a Axel con algo de ayuda de mi hermano, entraron a la casa y detrás de ellos mi madre les siguió dejándonos a Iris y a mi a solas.

—Lo heriste. —masculle enojada—. Espero que seas inmensamente feliz en tu matrimonio hermana.

Entré a la casa luego de decir eso, no me importaba si mi actitud era reprochable o entrometida. Ella lo hirió y no le puedo perdonar eso.

Antes de irme a dormir, pasé por la habitación de Luke para dejarle un suave beso en la frente a mi mejor amigo.

Lamentablemente, existen corazones al que nos entregamos y estos no nos corresponden. Supongo que las mitades destinadas a encontrarse, tendrán que sufrir mucho para poder hallarse. Tan solo espero que mi amigo pueda ser feliz lejos de mi hermana. 

★★★

¡Holis mis amores!

Espero que la vida los esté tratando bonito ❤️. Por aquí les traigo un nuevo capítulo.

Estoy mega feliz, muchas gracias por su apoyo. Hoy, 18 de septiembre del año 2022 se cumplió nuestro primer objetivo; llegamos a los
1K💖 de vistas.

¡Yuju!

Y, también les informó que cambié la portada, le agradezco mucho, muchísimo a DannyBaladon por la portada que me hizo con la cuál está historia ha estado durante un largo tiempo. Sin embargo, es momento de cambiarla.

Espero que les guste la nueva portada, tanto como a mi me gustó hacerla. En este ocasión no les haré preguntas, aquellos que quieren escuchar la canción que Axel canta a Iris se las dejé arriba en la multimedia.

Besitos, se despide Esmeralda.💚

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro