Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capitulo 18

Él se queda mirándome unos minutos más hasta que se acerca a donde me encuentro, con sus manos limpia el leve rastro de lágrimas que tenía en mis mejillas, besa mi frente y luego me abraza.

Sin decir nada.

Agradezco su abrazo, y le correspondo. Escondo mi cabeza en el hueco de su cuello y lo abrazo con fuerza, de esa manera ahogo mis penas, abrazándolo.

Abrazando a un desconocido, pero a veces son ellos quiénes más nos ayudan cuando estamos en ese punto de quiebre.

Me alejó un poco, no demasiado y sin perder de vista ese hermoso bosque le doy las gracias.

-. Te agradezco que aún cuando no era de tu incumbencia hayas decidido acercarte a mí, y no solo eso sino que también me diste aquello que no se puede comprar ni con la fortuna más grande de este mundo, gracias Gael.

-. No tienes porque agradecer.

-. Si, si tengo porque gracias a tu abrazo ahora estoy un poco más calmada.

-. Entonces, fue un verdadero placer ayudarte. - dice y vuelve a sonreír, creo que me volveré fanática de sus sonrisas.

Se forma un silencio entre nosotros, sé que quiere preguntar pero no se atreve y la verdad espero que no lo haga. No quiero responder preguntas. Lamentablemente decide hacer la dichosa pregunta.

-. ¿Me permites saber porque llorabas?

- ¿Y si no quiero hablar de ello? - pregunto a cambio.

-. Bueno entonces no me digas nada, me conformo con saber que por ahora estás mejor. Es solo si tu quieres hablar de ello, no voy a presionarte para que me hables de algo que seguramente es muy difícil para ti. - quizás sea el momento de hablarlo con alguien más, alguien ajeno a la familia.

Suelto un largo suspiro antes de comenzar a contarle el porqué de mi llanto.

- Hace ya seis años que falleció mi tía, yo para ese tiempo aún tenía diez años, mi tía era como mi segunda mamá ella se llevaba bien con todos los miembros de la familia pero tenía ya tiempo sin pareja. Un día se enamoró de un hombre, todos creíamos que era un buen hombre pero no fue así, vi a ese hombre besándose con otra señora cierto día que salía de la escuela, como me sorprendí tanto se lo conté primero a mamá y ella me dijo que se lo contaría a mi tía, pero no sirvió para nada, ella le perdonó.

» Tiempo después se le descubrieron otra infidelidades, pero ella le volvió a perdonar, luego de un tiempo dejo de ir a casa ni siquiera fue para el cumpleaños de mi hermano. Todos pensamos que algo estaba mal pero nadie se atrevía a decirlo, posteriormente mi tía apareció en la casa venía del hospital según me dijo mamá ella...

» Ella no debía volver a su casa pero yo no pude impedir que se fuera aún cuando mi madre me lo pidió, y a las horas nos informaron unos oficiales había sido asesinada por su esposo, él la mató a golpes. Sabes aún escucho los gritos de mi madre y mi abuela, mi mamá en su dolor me culpó por dejarla ir, y me duele porque tiene razón, siempre la tiene.

Concluyo mi relato y aparto la vista, jugando con el nerviosismo de mis manos viendo la arena del suelo.

Sus manos toman mi mentón haciendo que lo mire directamente.

- Sirenita, tu eras una niña que no tenía ni la fuerza, ni porque estar metida en problemas de adultos, entiendo que tú querías mucho a tu tía pero jamás hubieras podido impedir que ella se fuera. Ade.. - le interrumpo.

- No. Si yo no hubiera ido a ver el programa de la bella durmiente nada de esto fuese pasado, yo debí vigilar más a mi tía yo... -. Tapo mi boca ahogando un sollozo, Gael vuelve abrazarme, luego se separa y me toma por los hombros.

- Escuchame bién ni tu ni nadie la hubiera detenido, no te llenes más la cabeza de culpas porque no las tienes. Eras simplemente una niña sirenita. - dice, y quisiera creerle en verdad.

Quisiera dejar de sentirme culpable por aquel suceso, pero no puedo porque tan solo escucho la voz de mi madre repitiéndose una y otra vez en mi cabeza. Esa voz que me dice por tu culpa falleció tu tía, por tu irresponsabilidad no sirves para nada Aylismar. No puedo simplemente obviar ese hecho.

- Pero...

- intento volver a justificarme

- Sin peros, ahora venga señorita que voy a llevarla a su casa. - dice a modo de diversión, supongo para quitarle un peso a todo esto.

- Esta bien, solo déjame decirte que me escape de casa y si te ven mis padres no quiero que vayas a tener problemas por mi culpa. - sería el colmo que tuviera problemas debido a mí.

- De eso no te preocupes, ven.

Y tirando de mi mano empezamos a caminar, al principio él solo tiraba de mi pero luego yo hice que nuestras manos se entrelazaran de esa manera era más fácil caminar. Lo guíe por las calles oscuras iluminadas solo por algunos faroles y la hermosa luna.

No nos faltaba nada para llegar cuando veo a mi padre salir en pijamas de la casa acompañado de mi madre.

- Creo que ya se dieron cuenta que no estabas. - dice y yo creo lo mismo -. Anda, ve con ellos te veré por ahí un día de estos en alguna playa, puede que coincidíamos de nuevo. - suelta mi mano y no sé porque pero me hubiera gustado tenerla junto a él más tiempo, después de todo la noche es fría.

Me despido con abrazo y un ligero beso en su mejilla. Corro hacia mis padres los cuales me echan el regaño del año pero yo solo puedo abrazarlos y pedirles que regresemos, ya en mí cama logro conciliar el sueño pero en medio de el logro ver un inmenso e indescifrable bosque.

(...)

Al día siguiente, tengo una charla amena con mis padres, sólo me disculpo por mi actitud y luego me marcho al colegio en dónde estudio. Si de algo estoy segura es que si le cuento el verdadero motivo de mi mal, mi madre se va a sentir peor y no quiero eso.

Mientras camino recibo una llamada de Luke.

Llamada telefónica.

- Luke.

- Aylis.

- ¿Cómo estás?, dime ¿Qué ha pasado con lo otro? - pregunto de una vez, necesitando esa información.

- Estoy bien pequeña, llegaré mañana a la casa no les digas nada a mis padres quiero sorprenderlos. Y sobre lo otro, ya lo solucione quédate tranquila, nadie va a lastimarte mientras yo esté vivo. - dice, y yo solo pienso en él si supiera que ya lo han hecho.

- De acuerdo, será mejor hablar en persona, te espero mañana te quiero bobo.

- Y yo a ti boba.

Fin de la llamada.

Mañana veré a mi hermano, esa es una gran noticia y la que hace que llegué con una radiante sonrisa al salón de clases.

Me concentro en las materias que veo en el trascurso del día, no dejo que nada, ni nadie arruine mi buen humor.

- Huy, ¿por qué estamos tan feliz? - pregunta Lizzy a la hora del almuerzo.

Respondo luego de darle una mordida a mi hamburguesa.

- No te lo puedo decir ahora, pero lo sabrás muy pronto.

- No me digas que tu hermana está embarazada. - interviene Karen.

Su pregunta hace que ahogue, por lo que después de unos cuantos golpes en mi pecho y un largo trago de agua le respondo.

- No, no es eso y no estés invocando cosas Karen, lo peor que le podría pasar a mi hermana es salir embarazada de Vladimir.

Sobre todo porque eso acabaría con todas las esperanzas de Axel, no quiero que eso suceda, no quiero ver a mi mejor amigo sufrir por un corazón roto y peor, que sea mi hermana la causante de ese daño.

- ¿Por qué dices eso?

- preguntan

- Porque quiero que se aleje de Vladimir, tengo un plan para que eso ocurra así que no invoques a los bebés. Eso mandaría a la basura mi plan.

- Así que quieres separar a tu hermana de tu cuñado. - dice Lizzy. -. Y podemos saber la razón o por quién quieres que se quede con ella? - pregunta.

- ¿Qué te hace pensar que estoy en plan casamentera? - pregunto a cambio, alzando una de mis cejas marrones.

- Ya te has declarado.

- No, no lo hice.

- Si, si lo hiciste.

- No, no lo hice.

- Si, si lo hiciste.

- Te dije que no. - golpeó la mesa molesta.

- Que ¡sí! - ella lo hace más fuerte.

- Chicas - trata de intervenir Karen.

- ¡¿Qué?! - gritamos al unísono.

- Cálmense, cuéntanos mejor el chisme.

- Tu siempre pendiente del chisme Karen. - la regaño.

- Oye, eso no es del todo cierto.- se queja.

- Escusas, escusas. - me burlo.

- Bueno, ¿Vas a decirnos o no? - pregunta irritada.

- Vale, está bien. Les diré. - ambas aplauden de emoción, yo recojo mis cosas y antes de irme de la mesa agrego. - pero en un millón de años.

Y salgo riéndome de las chicas, sin duda mi día ha estado muy alegre hoy eso es algo realmente bueno.


Pero mi sonrisa se acaba cuando me topo de frente a Luis, paso por su lado como si nada. Por más que le quiera, porque sí. Aún tengo sentimientos por él, no seré tan estúpida para volver a tropezar con la misma piedra.


Luis toma mi brazo, deteniéndome cuando intento irme.

- ¿Podemos hablar? - pregunta.

- No, no podemos. Ahora, suéltame.

- pido intentando liberarme de su agarre.

- Es algo importante, por favor. - suplica pocas veces le visto hacerlo.

No quiero hablar con él, pero si quiero que me deje tranquila. Así que pondré mis condiciones sobre esa charla.

- Esta bien - acepto - pero tendrás que aceptar mis condiciones.

- Bien.

- Primero, vas a dejar de molestarme.

- Dudo que pueda hacer eso.

- Pues deberás, ya deja de estar molestando. No te quiero cerca.

- Te conviene tenerme cerca, no me digas que ya olvidaste todo lo que vivimos. - ¿En serio tenía que sacar el tema? Imbécil tenía que ser.

- Eso no importa, mis otras condiciones son que te alejes de mí y que no intentes nada contra mi familia. No te conviene hacerlo.

- Las amenazas nunca han sido tu toque, pero intentaré hacer lo que dices. Ahora sígueme, sé dónde podemos hablar con tranquilidad. - pide.

Lo sigo hasta el salón donde se reúne el equipo de fútbol, abre la puerta para mí e ingresamos.

El salón está como lo recordaba sólo con algunos cambios, hay menos trofeos, unos cuantos carteles de campeones mundiales. Logro observar que el estante que está en decadencia mantiene sus colores pero no son tan vivos como antes.

¿Qué pasó aquí? No debería estar tan mal, o ¿sí?

- Toma asiento.

Hago lo que dice, el por su parte se sienta en una silla que se encuentra frente a la mía.

- Ve directo al grano - pido - no quiero tener que seguir viéndote por más tiempo.

- Antes te gustaba observarme - dice, mostrando esa sonrisa traviesa que no es para nada segura. Y sí, pero eso era antes que me rompieras el corazón.

- Dije directo al grano. - repito.

- Bien. - se rasca la cabeza un poco, esa es señal de que no está seguro de decir o pedir lo que dirá a continuación. - Necesito un favor.

- ¿Qué clase de favor? - pregunto, tengo la sensación de que no me gustará su respuesta.

- Que vuelvas conmigo.

- ¿Estas demente? - pregunto -. Jamás. Ya te lo dije no volveré.

- No lo estoy. Con respecto a lo otro sí vas hacerlo. - exige, como si estuviera en posición de hacerlo. De verdad él cree que después de todo lo que me ha hecho voy a simplemente dejarlo pasar y volver con él. Supongo que sí o sino no estaríamos aquí.

- No volveré. Pero que cínico que eres tú. Me hieres, me dañas de la peor manera y ahora vuelves a pedirme que regrese contigo.

No puedo con su cinismo.

- Tal vez no terminamos de la mejor manera pero... - le interrumpo.

- ¿Pero? Acaso dijiste pero, estás loco. Fuiste tú quien dijo que yo era una puritana asquerosa, una de la que te cansaste porque no quiso coger contigo y me vienes a decir que no terminamos de la mejor manera. Mucho cabrón que te volviste. - expreso molesta, demasiado molesta.

- No debí hacer lo que hice, pero te aseguro que voy a mejorar - no le creó nada, si algo he aprendido de él es a no confiar en lo que salga de su boca. Esa que tantas veces besé.



No pienses en eso Aylis, no ahora. - me regaña mi conciencia.



- Exactamente, no debiste pero lo hiciste. Dime de ¿cuánto es la apuesta? - se queda mudo por un momento, obviamente no imaginaba que yo descubriera lo de la apuesta.

- Bueno, ya que lo sabes no tengo que seguir fingiendo interés por ti. - hasta que por fin - No quiero nada contigo, pero si te necesito para cobrar mis apuestas.

- Ya lo sabía, pero resulta que a mi no me interesa tener nada contigo. - aclaro. - mejor búscate a otra.

- No. Tienes que ser tú, tanto mis amigos como yo te queremos a ti. - Sus amigos y él, vaya que bien pero si yo soy la indicada para atraer a los idiotas.

- No me interesa, y está conversación aquí terminó. - me levanto para irme, él también hace lo mismo. - Por favor, ya deja de molestarme o pondré una denuncia en tu contra.

- Harás lo que yo diga porque sino tú tendrás graves consecuencias. - amenaza, pero yo no le tengo miedo.

- No te tengo miedo, no volveré a ser tu novia ni nada más contigo. Nadie me hará cambiar de opinión, tus amenazas te lo puedes guardar para ti mismo. - digo alzando el mentón y saliendo de aquél salón.

No volveré a caer en su juego.

Seguiré al pie mi juramento, voy olvidarme para siempre de él y sus estúpidas apuestas. A estas alturas siento que yo fui una de ellas. Una sucia apuesta.

Hace unas horas estaba muy feliz y ahora me siento triste y decepcionada más de lo que ya estaba de él, ¿qué fue lo que vi en él? ¿Cómo no me di cuenta antes de lo poco que él merecía mi cariño, mi amor...?

Siempre he oído que las cosas pasan por una razón, y me gustaría saber cuál es la razón para suceda todo lo que me ha pasado.

Sinceramente ya no sé que creer o que pensar. Me siento un poco a la deriva, pero voy a agarrar más el curso de mi vida. Estas preocupaciones que tengo por un chico voy a dejarlas a raya, tengo mejores cosas por las cuales preocuparme.

Salgo del instituto, mis clases ya acabaron al igual que mi buen humor. Mientras camino en dirección a mi casa pienso en lo que pasó ayer con Gael.

Dios mío, que vergüenza que me encontrara en un momento tan vulnerable, era mi estado más lamentable en su más completa expresión. Es que sólo a mí se me ocurre salir a las dos de la madrugada a la playa. Ahora entiendo a mi mamá cuando dice que tengo una gran obsesión por esas aguas saladas.

Me pregunto que pensará de mí luego de lo que vio. Aunque la verdad poco importa ya, Gael me recuerda mucho aquel chico es por eso que debo hablar urgentemente con Luke. No puedo seguir relacionándome con ese chico si es quién yo creo que es.

La casa se siente un poco vacía cuando entro, por lo que veo no hay nadie en ella. Subo a mi habitación para darme una ducha y ponerme hacer mis tareas.






Hola mis amores 💗

¿Que les pareció el capítulo?

Luis sigue insistiendo para que Aylis vuelva, ¿Creen que logrará su cometido?

Por otro lado Gael apareció justo en un momento oportuno ¿Creen que entre estos dos surja algo?

Los leo, besitos.

Se despide Esmeralda.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro