Aylis

Estaba hecho.

Había firmado un pacto con el mismo destino, ya no quería saber nada referente al amor, ni al romance o cualquier cosa que se le apareciera. Él había matado mis esperanzas de encontrar a alguien que me amará y ya no quería seguir sufriendo por lo mismo era un tortura todas las noches ya ¿el porqué? no servía, no me ayuda. Por eso hice ese juramento, voy a olvidarlo para siempre no será nada en mi vida.

Mientras que caminaba con la compañía de Lizzy a mi lado todos los recuerdos me envolvían, aquella tarde en que nos conocimos en la fuente, aquel primer beso en la tienda de helados, su primer partido, aquella vez cuando sus padres lo obligaron a ingresar en el concurso de matemáticas para comprarle su carro todas y cada una de sus caricias en mi piel. Pronto serán historia, se esfumaran como arena en el desierto.

Al llegar a mi casa lo único que pude hacer fue meterme en la cama y no quería salir de ella, ni siquiera quería comer simplemente no tenía apetito.

La puerta sonó y ni siquiera contesté, sabía que posiblemente era mi madre o Lizzy no me esperaba que mi padre entrará por ahí por lo menos no tan temprano.

- Hola princesa

No conteste. Pero él de igual forma se acerco a mí y me envolvió en sus suaves brazos. No quería que mi padre supiera lo que me estaba pasando pero ya qué, no podía seguir ocultándolo no cuando me encontró en este lamentable estado.

-Él me estuvo engañando papá, él...m..e rom...pi.o ..co..zón...- Tartamude odiaba llorar frente a mi padre.

- Shss, déjalo salir princesa él no merece ninguna de tus lágrimas después de todo ese chico no se llama Cristobal Parker, ni mucho menos Can.

- Espera papá quien es ese?- No reconocía al último.

- Pues pregúntale a tu madre ella es la que ve novelas creo que es algún turco.

Me río, mi padre es increíble hace no más de cinco minutos solo quería ahogarme en mi tristeza pero el solo vino y en pocos minutos logro que me riera.

- Ay, papá tu y tus cosas. Gracias, gracias por venir.- dije con aún lagrimas en el borde de mis ojos.

-De nada, princesa recuerda que siempre estaré para ti. Te quiero mucho

- Yo también te quiero papá. - Bese su mejilla y lo abracé con fuerza.

-Ahora, te dejare descansar. Y no te preocupes no iré a buscar a tu ex para partirle la madre, sólo le haré una simple visita de suegro a yerno.

Y de esa manera el salio de mi habitación, sabía que había ido para que mi ex pero por lo menos esperaba, que fuera lo suficientemente listo para no golpearlo podría ir a la cárcel por agresión.

A quien quién engaño obvio que mi padre le va a dar en la madre, creo que lo mejor en estos casos es llamar a tu mejor amigo espero que ese idiota me conteste.

Llamada telefónica

- Aló?

- Axel que bueno que contestas, necesito que vayas urgentemente a la casa de mi ex te mandaré la dirección por mensaje mi padre se enteró que el idiota me engaño y fue para su casa a matarlo a golpes.!!

-Qué!

-Si, ahora mueveté no quiero que nada le pase a mi papá.

- Está bien, ya voy no grites mujer. Mandame la dirección.

Fin de la llamada.

Cuelgo rápidamente para enviarle la dirección a Axel, es qué solo a mi padre se le ocurre ir a golpear a mi ex por lo que me hizo.

Dos horas después, ellos llegan estaba preocupada no dejaba de ir de un lado para el otro como un militar.

- ¡Se puede saber que les tomó tanto tiempo para regresar! - grito -. A veces podía sonar igual o más enfadada que mi mamá.

- Tranquila mi Luz de mar, tú padre no cometió ninguna locura y nos tardamos fue porque mi auto se descompuso y tuvimos que empujarlo hasta aquí. - dijo Axel, pero algo en mí no le creía ni pío.

-Ajá, y tú crees que me comeré ese cuento?- le miro con una ceja alzada, no les creo nada, algo en mí me dice que algo malo hicieron.

- Deja ya de fruncir tanto el ceño princesa te saldrán arrugas. Si tu amigo te dijo lo que pasó por qué no le crees? - dice mi padre, dándome una de esas sonrisas que desean tranquilizarme pero que al final, no lo consiguen del todo.

- Porque simplemente me parece muy sospechoso, pero les daré el voto de confianza que se merecen. Ahora Axel, pide un taxi o puedes quedarte en la habitación de Luke y mañana puedes resolver lo de tu carro.

- Papá recuerda que mañana terminaremos de decorar la casa para navidad. Lo hemos pospuesto demasiado. Si me disculpan me iré a la cama, estoy cansada y necesito descansar.

- Pero Aylis, aún son las 5:33 de la tarde. - dice Axel.

-Mientras más temprano mejor, hoy no tengo ánimos para contarte lo sucedido Axel lo haré luego. Descansen todos y buenas noches.

Cuando llegó a mi habitación escucho que mi teléfono está sonando sobre la mesita de noche.

Es una llamada de él.

Decido contestar al fin y al cabo no le temo nada y lo nuestro está más enterrado que el árbol de la esquina.

-¡¿Qué demonios quieres?! - le grito. Creo que me quedaré sin voz por estar gritando a cada rato, pero es que aún estoy enfadada.

- Voy a demandar a tu padre y al otro chico por lo que le hicieron a mi coche, lo rayaron sabes lo que me costó ganar ese coche.

Se los dije, sabía que algo habían hecho es que tenían que ser hombres.

- Vete a la mierda Luis, lo que recibiste lo tienes bien merecido por todo el daño que me hiciste, y si te atreves hacerle algo a mi familia te la verás conmigo tal vez no supe defenderme de ti pero voy a defender a mi familia con uñas y dientes si es necesario.

- No te tengo miedo puritana asquerosa.

- Seré una puritana asquerosa como tú dices pero bien que te muevo el piso imbécil. Ya estas advertido, le haces algo a mi familia y te la veras conmigo y no estoy jugando.

Y cuelgo.

No permitiré que lastime a mi familia, suficientes problemas tengo ya y si quiere guerra, guerra va a tener eso se lo aseguro.

Dejo el teléfono en la mesita de noche, me desvisto necesito un buen baño de agua caliente para relajar todo el estrés que tengo acumulado.

El agua se siente tan bien, relaja mis músculos tensos cierro la llave para ahorrar agua mientras me enjabono paso el jabón por cada parte de mi piel, en este momento solo olvido mis problemas de la misma manera que lo hago cuando estoy en la playa.

Salgo del baño en vuelta en una toalla, paso al armario y escojo uno de mis pijamas que consiste en unos shorts de corazones y una camisa de osos y corazones a juego con los shorts. Luego me meto a la cama, sé que es temprano, esta ni siquiera es mi hora de dormir pero no quiero estar allá bajo por los momentos solo quiero estar en la soledad de mi habitación.

Esa por los momentos es mi mejor opción.