Capítulo 6: Aún borracha estamos a distancian de beso [parte 2]
Su pelo castaño se encuentra levantado hacia arriba como siempre y sus ojos marrones oscuros brillan tanto que puedo verme reflejada en ellos.
Lleva un traje de chaqueta negro y una corbata verde esmeralda.
Se ve realmente guapo y feliz.
- Buenas noches, señorita - saluda David en un tono muy cordial y con una amplia sonrisa- estás preciosa, Rachel- añade con desparpajo.
Sonrío levemente.
Nunca entenderé como David, tan dulce y simpático puede ser un Beckford.
- Gracias- le digo pausadamente y acabo añadiendo- por todo. Por invitarme a otra de tus fiestas a pesar de lo que ha pasado con -dudo al pronunciar su nombre, así que opto por no hacerlo- con tu primo...
- No te preocupes - responde restándole importancia al asunto- es un capullo, pero él ya lo sabe. No debería haberte dejado escapar - añade ¿tímidamente?
¿David Beckford acaba de decir que su primo es un capullo por haberme roto el corazón?
Creo que esto es demasiado para mi salud mental.
- Buenas noches, David- dice Cooper animadamente. Ambos se chocan las manos y estrellan sus hombros.
¿Son muy amigos? ¿Desde cuándo? ¿En una semana Cooper ha hecho migas con medio instituto?
He de reconocer que odio esta casa y no por su disposición o diseño, porque de toda la ciudad, David Beckford vive en la más moderna y espectacular, más bien por los recuerdos que en ella habitan. Me recuerda a la noche en que le conocí, a la noche en lo que todo se acabó, esta casa es Darren en tantos aspectos que me recuerda que mi corazón sigue roto, me recuerda como salí por esta misma puerta hace unos meses totalmente derrumbada.
Intento concentrarme en la conversación amistosa de Cooper y David, pero lo único que siento es ganas de llorar.
<< concéntrate Rach>> <<no pasa nada>> <<pásatelo bien>>
- ¿Verdad, Rachel?- la voz ronca de David me saca de mi ensimismamiento - ¿Te acuerdas?
Ambos empiezan a reírse y asiento sin prestar atención mientras esbozo una pequeña sonrisa fingida.
- ¡Vamos dentro! - grita David entusiasmado - ¡Hay tanta gente que parece que se va a caer la casa!
Nos indica con un gesto que le sigamos a través de la glamurosa entrada. Todo esta lleno de cuadros abstractos que han debido costar una millonada, del techo caen las lámparas más extravagantes que he visto en mi vida y las ventanas correderas tienen un tamaño tan descomunal que poco más y cabe una estrella.
Empiezo a caminar cuando Cooper me agarra con suavidad del brazo.
- ¿Estás bien?- sus ojos verdes brillan de preocupación.
- Si- digo titubeante.
- Rach- dice sujetándome por los hombres y quedando el uno enfrente del otro- si quieres irte nos vamos, es tan fácil como coger la moto y te llevo a casa.
Siento una punzada de coraje al escuchar " a casa" ¡No me he vestido hasta aquí para rendirme tan pronto!
- Gracias- respondo segura- pero vamos a pasarlo bien...
¿De dónde mierda saco esta confianza? ¿Me equivocaré como siempre? ¿O hoy será distinto?
Me sonríe enseñando todos sus dientes y me tiende la mano.
La sujeto con agrado y abre la puerta que nos lleva a un gran salón que ya conozco.
El olor a alcohol, humo y perfumes nos azota al entrar, sin embargo es una mezcla extrañamente exquisita. La música está tan fuerte que es difícil no tener ganas de bailar , las luces de colores brillan por toda la estancia y se puede observar como todos bailan pegados y al ritmo de la música.
- ¡Vaya!-exclama Cooper asombrado- ¡Qué pasada! Ni en Chicago he visto algo similar.
- Son todas así de geniales - suelto una carcajada y Cooper me mira con el ceño fruncido.
- ¿Qué pasa, morena?- pregunta sonriente.
Sonrío al escuchar como me ha vuelto a llamar.
- Creo que va a ser una noche divertida, eso es todo.
Él asiente y bajamos las pequeñas escaleras que nos llevan a la pista de baile.
Empezamos a saludar a compañeros y amigos que se encuentran ya dándolo todo en la pista de baile.
La familia Beckford son los que nunca se equivocan celebrando fiestas ¡Son los mejores en este campo!
David casi siempre tiene su gran casa para él solo, ya que sus padres nunca se encuentran en la ciudad y a su hermana mayor Claudia, le da exactamente igual lo que haga, por lo que una vez al mes suele celebrar una.
A veces siento pena por David. Aunque parece que no, está bastante solo en lo que se refiere a su familia. Siempre está sonriente y centrado en el deporte y los amigos, pero creo que es una manera de evadirse de la ausencia parental en su vida.
La música electrónica inunda el espacio y todos comienzan a hacer movimientos extraños.
Cooper está enfrente mía haciendo de robot.
- ¡Bailas fatal!- exclamo entre risas.
Él finge estar indignado y para de bailar.
- ¿Si? A ver que eres tú capaz de hacer Rachel Rowling- se cruza de brazos y me da la espalda.
- ¡No! Cooper- grito agarrando su hombro y haciéndolo girar- era broma, no eres tan mal bailarín.
Se suelta de mi agarre y comienza a andar entre las personas para salir de la pista.
¡Oh mierda! ¿Se ha cabreado en serio? ¡Joder ahora para que su sueño sea ser bailarín!
- Cooper, espera- grito detrás mientras pido disculpas a alguien por chocarme con él - era una maldita broma...
De repente Cooper se para y choco contra él.
Me tambaleo a causa de los tacones y se gira con una risa burlona. Comienza a reírse y me apetece pegarle una patada en donde más le duela
- Tenías que haberte visto...
- Capullo- digo molesta. Me doy la vuelta y me encamino al lugar en el que me encontraba antes de seguir a Cooper como una idiota.
Sé que viene por detrás y se encuentra cerca.
Algo me hace cosquillas en el cuello e intento girarme,sin embargo unos brazos me rodean por la cintura y me estrechan contra él.
- No te enfades, Rach- se me eriza la piel al escucharle susurrar tan cerca de mi oreja- Era una broma.
Parece que el destino me preparaba esto, por que la música cambia y empieza a sonar Photograph de Ed Sheeran.
Cooper me hace girar y quedo pegada a su pecho.
Coge mi mano derecha y la coloca en su hombro. Sin necesidad de que me lo diga, coloco la izquierda en su cintura. Toda la angustia o "enfado" que sentía hace unos instantes se ha esfumado tan rápido como vuelan los dientes de león.
Me sonríe y me pregunta:
- ¿Puedo bailar una lenta contigo?- sus ojos verdes brillan en la oscuridad y todo parece perfecto.
Él, la canción, el momento, así que asiento tímidamente y dejo que la música nos guíe.
Coloca sus manos en mi cintura y dirige el baile.
Esto es raro, lo conozco de menos de una semana y estoy bailando con él de esta manera.
La Rachel insegura me diría que estoy loca y que no debería hacer esto, pero la Rachel alocada, la que era, me dice que baile con él...que todo es perfecto.
La canción está llegando a su fin y no quiero. Me siento bien en los brazos de Cooper
- Hearing you whisper through the phone - canta en un hilo de voz casi inaudible- wait for me to come home...
Y antes de que el sonido de la canción acabe me hace girar sobre mi misma y suelta mis manos delicadamente.
Las demás parejas se separan y empiezan a bailar la próxima canción que suena, pero yo no quiero, no quiero privarme de mirar a Cooper, olvidar lo que acabo de sentir.
Me tiembla el cuerpo y el corazón late tan fuerte que en cualquier momento se escapa de su sitio.
No quiero hablar, y Cooper parece que tampoco. Me sonríe tontamente y le correspondo al gesto.
Rompe la distancia entre nosotros y a pesar de que llevo tacones sigo siendo más bajita que él.
- Yo...- intento articular una frase coherente pero estoy demasiado nerviosa.
- Coop...- lo intento de nuevo, y esta vez no me callo por que no me salgan las palabras si no por que alguien se ha chocado conmigo.
Me giro para ver quien ha sido el causante cuando se me hiela la sangre.
Un dolor agudo se extiende por mi columna vertebral.
Creía que no la volvería a ver nunca.
Sus ojos azules se abren asombrados al igual que los míos.
Lleva su pelo recogido en un perfecto moño despeinado.
Su rostro está perfectamente maquillado. Sus grandes y largas pestañas remarcan su fina cara. Sus labios rojos y grandes se tensan y nerviosamente se coloca un mechón de pelo rubio detrás de su oreja.
Lleva una camisa estrecha por encima del ombligo dejando ver su delgada barriga y como sus voluminosos pechos están perfectamente colocados.
Ha optado por un pantalón negro campana a juego con su parte de arriba y unos tacones del mismo color.
Va simplemente perfecta.
- Yo... lo siento...- incluso su voz es perfectamente dulce- no quería interrumpir.
Me quedo callada mirándola. Me estoy mareando y el nudo de mi garganta es tan grande que duele.
- ¡Pam! - Es él. Le oigo, la llama.
La está llamando y mis pies no se mueven. No pueden.
Cooper está callado detrás de mí , pero ni siquiera soy capaz de mirarle.
- Ho-hola, Rachel- saluda Darren confuso cuando nos alcanza - ¿ Qué tal la fiesta?
No respondo, no quiero y no puedo.
Mis ojos siguen clavados en los de Pamela (supongo que ese es su nombre de pila), quien evita mirarme y se nota que está incómoda.
- Deberíamos irnos Darren- susurra Pamela.
Siento la mano de Cooper en mi espalda, pero no consigue parar el huracán de sentimientos que se arremolinan en mi pecho.
- Pero Pam... acabamos de llegar- rechista Darren.
¡Qué raro! Darren pensando en él y únicamente en él.
- Yo me voy de aquí - responde esta mirándome.- Yo...yo lo siento, Rachel...
Me mira con arrepentimiento y sé que no lo dice por el empujón de antes. Pam se gira y se va. Y Darren le sigue.
Cierro mis ojos con fuerzas deseando que esto no esté pasando.
- Rach- oigo decir a Cooper- ¿Estás bien? Yo... no se que acaba de pasar...
- Voy a ir a por una copa- interrumpo sin pensarlo- ¿Quieres una?
Me giro y nuestros ojos se vuelven a encontrar pero la magia del momento ya ha desaparecido.
- No, yo conduzco... - responde con los ojos muy abiertos.
- Voy a la barra Cooper...- le intento sonreír levemente pero fracaso en el intento- no me sigas por favor...
Y me dirijo a la barra, porque solo quiero llorar, porque sabía que esto podía pasar pero lo intenté negar, por que Cooper se merece a alguien mejor que yo, porque necesito olvidar a Darren de una vez por todas...
Porque siempre me equivoco.
***
No se cuantas copas llevo, el alcohol ya debe circular por mis venas a partes iguales que mi sangre. Siento que me mareo con cada movimiento que realizo.
Sé que le dije a Cooper que no me siguiese, pero me hubiese gustado que lo hubiera hecho.
No he bebido así nunca. Si que he probado algunas bebidas, pero nunca había llegado a este nivel.
He vuelto a fastidiar todo.
Empiezo a reírme sola y acabo casi sollozando.
No es que me guste Cooper, pero si tenía alguna posibilidad con él ya sí que la he perdido.
- Hola guapa.
- ¿Quién eres?- pregunto confusa.
- Me llamo Blaine. Encantado - un joven de mi edad me tiende una mano en forma de saludo.
No tengo ni idea de quien demonios es este tío pero no tengo fuerzas para levantarme de esta silla.
No me apetece hablar pero le tiendo la mano. Blaine la coge y me besa el torso.
- ¿Me puedo sentar a tu lado?- sus ojos negros se clavan en los míos.
Asiento silenciosamente y acabo mi copa.
- ¿Qué hace una chica tan guapa sola?- su voz grave suena seductora, pero me repele.
Empiezo a reírme y no se por qué. No tengo el manejo de mis sentimientos ahora mismo y creo que en cualquier momento vomito encima de este tal Blaine.
- ¿Quieres pasártelo bien bonita?
Por mi mente se pasan distintas imágenes: un parque de atracciones, el cine, Disneyland...
- ¡Si!- exclamo emocionada. La mera idea de ir a Florida a ver a Mickey me emociona.
Lo que ocurre ahora pasa muy rápido.
Blaine se levanta de su silla y se pone en frente mía.
Su mano se coloca en mi muslo y la otra en mi cuello.
Estoy mareada y no se muy bien que está pasando.
Entonces se acerca a mí y se queda a unos centímetros de distancia.
Aún borracha, estamos a distancia de beso.
Espero que diga que va a por su coche para llevarme a ver Mickey cuando se abalanza sobre mi.
Noto como besa mi boca sin desenfreno y baja su mano por mi espalda.
A pesar de que estoy mareada intento deshacerme de su agarre.
- ¡Suelta!- exclamo en mitad del beso, pero Blaine no para.
Siento que las lágrimas se acumulan en mis ojos y pataleo para que me suelte.
- Para joder- articulo a pesar de que me estoy asfixiando. Su agarre se vuelve más fuerte y su mano baja sin ninguna dificultad a mi culo. Cojo su mano y la retiro con asco.
- Vamos, bonita- Blaine se separa un poco y sus ojos me miran posesivos- si lo estábamos pasando bien...
- ¡Que no! Suéltame... - suplico.
Todo el mundo se encuentra en la pista de baile y están tan absortos que nadie se entera de lo que pasa a su alrededor.
- ¡Qué la sueltes!- su voz suena tan seria que me sobresalta.
Blaine se gira y sonríe pícaramente.
- Morena, me podrías haber dicho que tienes novio- siento repulsión al escucharle llamarme "morena". Así solo me llama Cooper.
Cooper con un movimiento ligero lo coge del cuello de la camisa y lo estampa contra la mesa-barra que tan solitaria y calmada parecía hace unos minutos.
- No soy su novio, gilipollas- miro a Cooper y me asusta su mirada. Sus ojos, siempre cálidos y tranquilizadores, hierven de ira. Aprieta los puños y suelta a Blaine mientras lo empuja con fuerza- Si te dice que pares, paras. - Vuelve a empujarlo - Si te dice que pares, paras o sino te pararé yo por las malas, pedazo de mierda.
Empiezo a tomar mas consciencia de mis palabras y actos y voy a paso ligero hacia Cooper antes de que acabe pegándole una paliza.
Le separo de Blaine y le abrazo. Cooper corresponde al gesto mientras le lanza una mirada amenazante al otro chico, que sale corriendo en dirección a la salida.
Mis mejillas arden y mis ojos amenazan con derramar lágrimas.
- Gracias - respondo sinceramente- Nunca en mi vida había sentido tanto miedo.
- Vámonos de aquí, Rach- me peina el pelo y me agarra de la mano.
Continuo un poco mareada y con la ayuda de Cooper salgo sana de la casa.
Soy gafe. Las fiestas no son lo mío: en la anterior mi novio me engaña con una rubia perfecta y en la siguiente un pervertido se intenta aprovechar de mi.
Soy patética, al final Alexia tenía razón, debería llamarme "Rachel la patética".
Empiezo a llorar desconsoladamente. Estamos en el jardín de la casa de David y entre una gran cantidad de coches vislumbro la moto de Cooper. El viento choca conmigo y aunque siento frío, es vivificante.
- Eh, eh- susurra Cooper mientras se acerca a mi para abrazarme- no pasa nada, ese capullo no va a volver a tocarte...- su brazo sube y baja por mi espalda, pero no es un acto nada sexual, es reconfortante y dulce, un acto de cariño- Siento no haber estado antes...
- No es tu culpa- respondo con mi cabeza ahuecada en su hombro. Sigo llorando y el nudo de mi garganta es cada vez más y más grande- fui yo quien te pidió que no me siguieses, soy yo quien lo siente...
Me manda a callar con un susurra cariñoso en mi oído.
- Todo ha pasado ya...
Nos separamos y Cooper me sonríe.
Su sonrisa ilumina la oscuridad.
Su mano libre me seca una lágrima y me amolda el pelo.
El silencio inunda la noche y solo se escucha el zumbido de la música de la casa de David.
- ¿Te llevo a casa?- Pregunta Cooper sacando las llaves de la moto.
- ¡No!- exclamo- por favor... vamos a algún lado... no quiero irme a casa ya...
- Vale, vale- me responde mientras me alarga el casco de la moto.
A Cooper se le ilumina la cara y asiente.
- Tengo una idea.
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