Capítulo 2: Soy familia de Voldemort
Todos los buenos pensamientos y el positivismo que tenía hace apenas diez minutos han desaparecido tan rápido como una tableta de chocolate en mis manos.
Después de haberme vestido, observando con todo el detalle posible cual era el look perfecto para el primer día de instituto, he bajado a la cocina para desayunar.
El diablo de Sam, mi querido y tormentoso hermano de nueve años se ha comido ¡Mi cuenco de cereales! ¡Y no solo eso! El muy maldito se ha acabado el paquete entero...
Lo he perseguido por toda la casa, pero ha salido corriendo hacía su colegio que se encuentra a tres minutos de aquí, dejándome sin cereales y con sed de venganza.
Pero aunque os cueste creerlo, eso no ha sido lo peor. Mi queridísimo padre, se ha ido en el coche sin mi, ya que según mi madre soy "una lenta ".
Así que ahora me encuentro caminando por las solitarias calles de mi ciudad, helándome hasta la más mínima fibra de la piel.
Mi instituto no está lejos, pero hace tanto frío que siento que en breve me convierto en hielo.
Maldigo por lo bajo.
Mi padre podría haberme esperado solo cinco minutos más y todos seríamos felices.
En unos minutos veo la entrada del instituto abarrotada de personas.
Algunos más mayores que yo, otros más pequeños, y entre tanta persona con hormonas revolucionadas, diviso una cabellera pelirroja. La única del instituto.
Salgo corriendo llena de energía y oigo el gritillo de mi amiga Beth.
Nos fundimos en un abrazo lleno de alegría y amor, y me doy cuenta de cuanto he echado de menos a esta loca en los últimos meses.
Al separarnos, mis ojos recorren su cuerpo.
- ¡Qué guapa vas!- exclamo. Y es la verdad.
Beth se ha puesto una mini falda negra a juego con sus medias y zapatillas, y lo ha contrastado con una camisa burdeos, que hace que sus ojos verdes brillen de una manera especial.
- Mira quien habla...- dice sonriendo- parece que estar soltera te ha sentado genial, Rach.
Sonrío levemente. Beth parece incómoda.
- Siento mucho no haber estado aquí cuándo el capullo de...
- No pasa nada Beth, no es tu culpa, ya lo hemos hablado.
Mi amiga asiente no muy convencida.
Beth ha pasado todo el verano en Francia con sus abuelos, a cientos de kilómetros de aquí.
Cuando se enteró de lo que me había hecho Darren, quiso coger un avión y pegarle una paliza. Sin embargo, le convencí de que lo mejor era que disfrutase de sus últimas semanas de vacaciones, que Darren no merecía tanto la pena.
Lo mismo ocurrió con Nicole, mi otra mejor amiga. Ella estaba de viaje con su familia y no pudo hacer mucho más que llamarme todas las noches y consolarme.
Borro esos pensamientos de mi mente. Ahora solo quiero pensar en cosas que me produzcan alegría y no náuseas.
Beth y yo nos dirigimos a nuestras taquillas cuando alguien grita mi nombre.
Me giro y me encuentro con un par de ojos azules y una sonrisa preciosa.
Me quedo petrificada.
- Hola - dice dulcemente y acto seguido me da un abrazo.
¡No puede ser!
¿Qué se cree que está haciendo?
Separo sus brazos de mi y grito con todas mis fuerzas:
- ¡No vuelvas a tocarme!
- Vamos, Rach... - suplica.
- Así solo le llaman sus amigos capullo.- oigo a Beth decir. Me giro y le sonrío como muestra de agradecimiento.
Se hace un silencio incómodo entre los tres.
Lo miro intentando que no se note lo enamorada que sigo de él.
Su pelo cae como una cascada por su frente y sus ojos tienen esa luz que los hacen tan diferente a los de los demás.
Lleva puesto unos vaqueros sueltos y una camiseta blanca que marca su musculatura, sobre la que se ha colocado la sudadera roja del equipo de rugby.
Probablemente a cualquier otro chico le quedaría bien, pero es que él parece un maldito modelo de Abercrombie.
- Rach...-suspira. Hago una mueca. Mi nombre suena tan bien al salir de su boca... Pero no voy a caer en su juego, no de nuevo.
- ¿Qué quieres, Darren? - respondo con la máxima firmeza que mis cuerdas vocales me permiten.
- Solo hablar, déjame explicarte lo que pasó ese día- su boca se tuerce.
Miro a Beth, que niega con la cabeza.
Lo pienso detenidamente. Si no hablamos ahora estará persiguiéndome todo el día hasta que ceda a hacerlo, así que ¿Por qué no hablar ya? Cuando a Darren se le mete algo en la cabeza no para hasta que lo consigue.
- Beth, no te preocupes por mi. - le doy un beso en la mejilla- ahora te veo en clase.
- Rach, no dejes que te convenza. Es un...
- Tranquila pelirroja - le digo cariñosamente- no lo hará.
Me sonríe de una manera poco tranquilizadora y se va a clase.
Me quedo a solas con él, como si lo que sucedió hace apenas dos meses no hubiese pasado.
Me duele todo, se que hizo las cosas peor que mal, pero le echo tanto de menos... Es como si al irse él, una parte de mi se hubiese desvanecido.
Me mareo levemente. ¿Voy a ser capaz de aguantar una conversación con Darren? Y más cuando va a hablarme sobre lo que ocurrió esa noche.
- Rach... yo quería pedirte perdón- "¡A buenas horas!, ya no me quedan más lágrimas que derramar"- me equivoqué. Rachel, eras y eres lo mejor de mi vida. No puedo creer que lo tirase todo por la borda por... bueno por... - me mira con los ojos llorosos- estoy tan arrepentido.
Parece triste. Incluso podría sonar convincente, pero lo conozco tan bien... se que está mintiendo. Lleva rascándose la nuca durante todo su discurso.
Lo único que quiero hacer es abrazarle, besarle y olvidarme de lo que pasó aquellas noche, pero no puedo. No puedo fingir que no me importa o que nuestra relación sigue siendo la misma. Le quería con todo mi ser, con todo mi corazón, y él se dedicó a romperlo en mil pedazos.
Siento dolor, ira... ¡yo le quería joder!
- ¿Sabes qué? -digo armada de valor- Hace unas semanas te hubiese perdonado. Estaba tan ciega que no me daba cuenta de como eras en realidad. Pero Darren, estas semanas ni siquiera te has molestado en hablarme para saber cómo estaba, para arreglar las cosas. - siento que se humedecen mis ojos ¿Cómo he podido ser tan idiota? ¿Cómo pensé que sería capaz de verle sin derrumbarme? - no te puedo perdonar Darren.
Agacha la cabeza.
- Rachel, yo te quiero.-sus ojos azules brillan tanto que podrían cegarme en cualquier momento.- No significó nada para mi.
Esto ha sido la gota que colma el vaso.
¿Eres una buena persona al decirle a alguien que le quieres cuando en realidad no? Porque nadie debería jugar con los sentimientos de los demás.
Voy a estallar, pero no me importa, ya no.
Mis ojos lo hacen y mis mejillas son unas puñeteras cascadas.
- ¡No me quieres Darren! Se acabó. ¡Haberlo pensado antes de tirarte a otra! - Le miro a los ojos. Y siento que todo el amor que un día tuve hacía él se está convirtiendo en odio.- Te odio.
- Rach...
- Así solo me llaman mis amigos. - sentencio fría, con dureza.
Me mira un instante, me seco las mejillas y me doy la vuelta.
No voy a darle el gusto de verme derrumbada.
No otra vez.
●●●
Tiemblo.
Lo he intentado, pero llevo media hora llorando en el baño de las chicas.
Ya están todos en las clases. Vuelvo a estar sola.
Desde que Darren se ha ido de mi vida es lo único que siento. Soledad.
Debo estar horrorosa. El rímel se me habrá corrido por toda la cara.
Me río amargamente.
No estaba lista para volver a verle. Tendría que haberle hecho caso a Beth. No debería haber hablado con él.
Respiro.
Me levanto del suelo.
Tengo tanto frío que me duelen las articulaciones al moverme.
Me miro en el espejo, y para variar siento algo más, vergüenza.
Tengo la nariz hinchada, los ojos rojos y mi pelo castaño alborotado.
La camisa blanca que llevo está mas arrugada que la vieja de Hansel y Gretel y los vaqueros se han llenado de polvo. A saber desde cuando no lavaban el baño del instituto.
Tiro de la camisa y sacudo el polvo de los pantalones.
Sonrío al espejo y me doy pena a mi misma.
¿Es esto lo que de verdad quiero? ¿Quiero que la gente este preocupada por mi? ¿Quiero dar pena?
NO. Digo en alto.
Esto duele, pero joder ¡tengo diecisiete años!
Lo peor ya ha pasado, le he visto y hemos hablado.
Fue mi primer amor. Darren fue el primer chico que conquistó mi corazón, pero también el primero en rompérmele. Tengo que superarlo ya.
Quiero ser feliz de nuevo.
Quiero volver a ser la Rachel de siempre.
Me lavo la cara con agua fría y aunque no estoy demasiado presentable, me siento mejor.
Me recojo el pelo en una trenza y me cuelgo la mochila en la espalda.
Me siento incluso más fuerte que esta mañana.
¡Nada puede salir mal!
Parece que me acaban de pinchar una dosis de ánimo.
Suena el timbre que anuncia el comienzo de la segunda hora de clase.
Abro la puerta del baño.
El pasillo está lleno de alumnos yendo a sus respectivas clases.
Llena de emoción voy en busca de Beth y Nicole para contarles como mi estado de ánimo ha mejorado.
Voy hacia a mi taquilla para coger algún cuaderno cuando de repente siento un pinchazo en el pie. Suelto lo que llevo en las manos.
¡Duele mucho! Siento que el pie me va a explotar.
- Mierda... -susurro apoyándome en la pared.
- Lo siento muchísimo- dice angustiado el causante de mi dolor.
Se agacha al suelo y recoge mi cuaderno.
Nos miramos por primera vez y me sonríe tímidamente.
- Perdona, no te había visto. -dice devolviéndome mis cosas.
No puedo hablar, no me salen las palabras.
Sus ojos verde avellana se clavan en los míos.
- No, no...-tartamudeo y esbozo una sonrisa fallida- no pasa nada.
El chico se mete las manos en los bolsillos.
Es bastante mono, su pelo castaño está levemente rizado y tiene los hoyuelos de las mejillas marcadas, dándole un toque risueño a su rostro. Su cuerpo no tiene nada que ver con el de Darren, pero está compensado con su altura y complexión. No está excesivamente fuerte y no es de altura atlética. No lo he visto nunca antes aquí, estoy segura de que es un alumno nuevo.
- Emm... - digo rompiendo el silencio que se ha hecho- no se si eres nuevo aquí, pero no te he visto nunca.
- Lo soy -responde- Me llamo Cooper.
- Genial.- es lo único que sale de mi boca.
Miro mi reloj. ¡voy a llegar tarde a clase! Mierda...
- Debo irme, llego tarde... encantada de conocerte Cooper.
- Igualmente Rachel- responde sonriendo.
¡ESPERA! ¿Sabe cómo me llamo?!
-¿Cómo sabes mi nombre?- pregunto sorprendida.
"Mierda, a lo mejor este tipo es un ser maligno adivino... huye Rachel, corre antes de que sea tarde."
- Si, soy brujo - dice acercándose a mi. A estas alturas me estoy preguntando seriamente si me ha leído la mente.
"¡Joder! Rachel, muévete o algo."
- Yo soy familia de Voldemort.- digo atropelladamente.
¿Qué acabo de decir? ¿Por qué Rachel? Siempre diciendo cosas absurdas... me abofeteo mentalmente.
Cooper suelta una carcajada.
Me rio levemente. Al menos le ha hecho gracia.
Cuando termina de reírse se apoya en las taquillas y con una voz grave dice:
- Pues para ser familia de Voldemort tienes una nariz bastante bonita...
Me sonrojo levemente.
¡Nunca pensé que al compararme con Voldemort iban a hacerme sonreír!
¿Acaba de ligar conmigo a través de Harry Potter? ¿Estoy soñando y esto es una fantasía?
Río bobamente cuando me doy cuenta de la hora que es.
¡Mierda! no puedo llegar tarde a otra clase...
- Nos vemos Cooper, llego tarde- me despido y salgo corriendo a mi clase.
Mientras corro por el pasillo surfeando personas pienso en las palabras de ese tal Cooper y sonrío. Parece que no todo va a ser tan malo hoy...
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