Capitulo 9
Eran las 2 de la mañana y como de costumbre Esmeralda se levanto para ir a comer algo. Salió de su departamento, cerro la puerta y comenzo a caminar.
Estando cerca de la cafeteria escucho a alguien acercándose a ella, giro su vista y se percato que era su comandante.
—Buenas noches señor–hablo la ojiazul.
—Buenas noches Esmeralda... me imagino que te has levantado a cenar algo ¿No?–dijo Reaper colocándose al lado de Esmeralda.
—Si, así es señor–respondió la chica.
Caminaron "juntos" y rara vez intercambiaban palabras aún era algo extraño ya que ambos desconfiaban de ambos. Por un momento Reaper fijo su atención en Esmeralda... parecía un pequeño conejillo su lado y eso hizo que sus labios se curvaran levemente de lado, dando origen a una pequeña sonrisa.
—¿Qué hace despierto señor?–pregunto la ojiazul entrando a la cafetería.
—Supongo que lo mismo que tú.
—¿Tiene mucho trabajo señor?
—Algo así, ser comandante no es tan fácil–añadió Reaper sentándose.
—Si, me imagino... ¿Qué desea comer señor?–pregunto Esmeralda entrando en la cocina.
—Creo que las ultimas rebanadas de tus Brownies, por favor–respondió Reaper con una sonrisa bajo la mascara.
Esmeralda sonrió al escuchar la respuesta, le alegraba saber que le gusto el postre que preparo. Coloco los Brownies en un plato y los llevo a la mesa donde estaba su comandante, regreso para servir 2 vasos de leche y tomo una rebanada de pay de queso, coloco todo en la mesa con la ayuda del ex-mercenario y se sento enfrente de él.
—¿Cómo estuvo la misión señor?–pregunto la ojiazul tomando con el tenedor un pedacillo del pay.
—Bastante fácil diría yo–respondió el ex-mercenario algo dubitativo pues para comer necesitaba quitarse la mascara, sin embargo no estaba seguro de la reacción de su recluta... o tan si quiera estaba seguro de si podía confiar.
Esmeralda lo noto, no podía negar que tenía curiosidad de saber quien estaba detrás de la mascara.
—Señor, puede quitarse la mascara–comento la ojiazul con aquella sonrisa que comenzaba a atrapar al ex-mercenario.
Reaper se le quedo viendo un tiempo, realmente tenía algo de... miedo.
—Solo... solo por favor no te espantes...
Reaper se quito lentamente la mascara t Esmeralda lo veía atentamente, lo primero que se alcanzo a ver fue una barba, muy conocida para ella y eso hizo que su corazón latiera un poco rápido... ¿realmente era él?
Cuando el ex-mercenario se quito por completo la mascara, la chica empezó a respirar algo agitado, no lo podía creer.
—Ga-Gabriel Reyes–dijo la ojiazul con bastante asombro mientras se llevaba sus manos a su boca y algunas lagrimas empezaron a aparecer.
—Si... supongo que...
Reaper no pudo terminar de hablar puesto que Esmeralda se levanto rápidamente de su asiento dándole un abrazo.
—Creí que nunca podría agradecerle por salvarme–comento la ojiazul abrazando más fuerte al ex-mercenario– De hecho nunca creí conocerlo.
Gabriel estaba algo aturdido, no se imagino aquella reacción por parte de la chica, de cierto modo le agrado el abrazo de la menor y una sonrisa apareció en su rostro, haciendo a un lado la desconfianza que le tenía.
Después de unos segundos Esmeralda se separo con una gran sonrisa.
—Nunca creí volver a verle–dijo de repente olvidando por completo que él era quien buscaba matarla y que generalmente le causaba escalofríos— Pensé que nunca le podría agradecer.
—Si no hay que agradecer niña... de todas formas viste en lo que me convertí... no se por que quisieras agradecerle a un muerto en vida.
—Porque ese muerto en vida me salvo la vida, no importa en lo que se convirtió señor... lo que importa es el presente... pude haber muerto hace 24 años, si no fuera por usted–comento la ojiazul volviendo a sentarse.
Gabriel mostro una pequeña sonrisa de lado mientras agachaba la mirada... tal vez solo se adelantó a juzgarla y no tenía otras intenciones, o no escondía nada.
Esmeralda veía de reojo los rasgos de su comandante, de cierto modo la piel grisácea le pareció "atractiva" y más por que se resaltaban las cicatrices dignas de un soldado, su cabello castaño también era gran combinación con la piel, pero lo que más le encanto fueron los ojos rojos del ex-mercenario.
—La verdad creí que...
—¿Qué había muerto?... prácticamente una parte de mi murió... asesine a tantas personas inocentes solo por querer vengarme, cause pánico en tantas personas... si no fuera por Jack y Ana, yo... seguiría siendo un mercenario... pero aun así las personas me siguen temiendo y no los culpo...
—Todos tenemos un pasado señor, tuvo una segunda oportunidad y la tomo... se que aqui nadie le teme–comento la ojiazul, en parte mintió ya que ella le tenía miedo, pero no por su aspecto si no por que ella vivió bastante tiempo enfrentándose contra él para que no la matara.
—Tu me temias cuando entraste al campo de batalla y cuando te ibas a enfrentar a mi o ¿Me lo vas a negar?– dijo Gabriel mirando a la chica.
—Corrección, no le temia a usted, le "temia"–respondió haciendo comillas en la ultima palabra— A sus habilidades... son sorprendentes, sin contar el tono de voz que a veces usa... y no le temia a usted al enfrentarnos, le temia a su altura.
Gabriel soltó una carcajada por la respuesta de su recluta, no lo había pensado.
Esmeralda lo observo con una sonrisa, era increíble hablar con su "idolo", aunque también era algo desconcertante ya que, Gabriel Reyes, el hombre que le salvo la vida trato de matarla más de una vez, pero por el momento no le preocupaba ya que no sabe que ella era Zk... a parte de que él ya no parece el mismo mercenario que la perseguía.
—No es broma, al lado suyo parezco una niña–añadió la ojiazul soltando una ligera risa.
—No solamente al lado mio–comento el ex-mercenario mirando a Esmeralda... comenzaba a entrar en confianza.
—¿Qué me esta queriendo decir señor?–cuestino la ojiazul tratando de sonar seria— Me esta diciendo que estoy ¿enana?
Gabriel se quedo callado mientras trataba de aguantar la risa.
—¿Enana? Suena feo–respondió riendo— Chaparrita esta mejor.
Los dos comenzaron a reír, el ex-mercenario de alguna forma disfrutaba esa platica, hacia varios años que no tenía una charla como la que tiene ahora.
—¿Cuánto mide señor?–pregunto entre risas Esmeralda.
—1.86–respondió Gabriel tratando de nivelar su risa pues ya le empezaba a doler el estomago— ¿Y tu niña?.
—1.58–dijo Esmeralda controlando su respiración.
—Vaya, si que eres bajita–comento el ex-mercenario tomando un Brownie— Bueno dejando de lado tu estatura... quería preguntarte ¿Qué fue lo que le paso a tu tobillo?
La ojiazul se sorprendió ¿Cómo se dio cuenta? No ¿Cuándo se dio cuenta? Se pregunto a si misma y con una sonrisa nerviosa volteo a ver su tobillo.
—A mi tobillo... mi tobillo... estaba caminando y me golpee con algo, me dolia y me puse la venda–respondió la ojiazul con una sonrisa nerviosa.
Gabriel levanto una ceja, claramente estaba mintiendo.
—Sabes que soy tu comandante, no tiene caso que mientas al final siempre lo sabre... así que ¿Qué le paso a tu tobillo?–hablo el ex-mercenario haciendo que su voz fuera más profunda de lo que ya era.
Esmeralda lo miro, escuchar las palabras "no tiene caso que mientas al final siempre lo sabre" la llego a alarmar... ¿Y si se da cuenta que era Zk? ¿Qué pasará?. Después de unos segundos desvío la mirada y soltó un suspiro.
—Me... me lo disloque–respondió la ojiazul, haciendo que Gabriel se sorprendiera por la respuesta.
—¿¡Qué!?
El ex-mercenario se levanto rápidamente de su lugar para colocarse al lado de Esmeralda, simplemente fue un impulso.
—Déjame ver–ordeno Gabriel hincandose— Solo me voy 2 días y pasa esto.
—Tranquilo señor, Mercy me curo, solo me coloco la venda para que pueda entrenar–comento la ojiazul mirando a su comandante, no esperaba esa reacción sin duda era todo lo contrario a lo que había conocido.
—Esmeralda, por favor, quiero ver que tan grave fue eso.
La ojiazul asintió y se agacho para quitarse el tenis, volvió a poner su pie en el piso e hizo una mueca ya que sintio cierto dolor. Gabriel se percato de eso y tomo con cuidado el pie de la menor para después lo recargo en su pierna, quito la venda y paso con delicadeza sus dedos por el tobillo.
—Esta morado... ¿Te duele?–pregunto a lo que la chica negó pero él vio la mueca de dolor que hizo— ¿Cómo te lo dislocaste?
—Estábamos compitiendo para ver quien trepaba más rápido... al momento de aterrizar se atravesó el gatito de Brigitte y para no lastimarlo tuve que cambiar mi movimiento... aunque me salió algo mal, mi pie se atoro en un pequeño agujero que no habíamos visto, perdí el equilibrio y cai de lado.
Gabriel siguio observando el tobillo por un tiempo ¿Por qué no queria decir que le dolía? La miro de reojo un segundo y soltó un suspiro.
—Mañana tratare de ponerte un entrenamiento que no te vaya a lastimar–dijo vendando nuevamente el pie de la chica— Si pudiera evitar que entrenaras sería mejor, pero por tus mejoras simplemente no puedo.
—No, por favor, estoy bien solo necesito usar la venda–replico Esmeralda haciendo un ligero puchero.
El ex-mercenario se giro a verla, era algo "tierna" cuando hizo el puchero, bastante diría. Al percatarse de ese pensamiento desvío la mirada y aguanto la respiración por unos segundos.
—Ya te he dicho que bajaré tu entrenamiento solo por un tiempo, siendo tu comandante cuidaré tu salud ¿Entenido?
Esmeralda lo vio por unos momentos, no lograría convencerlo así que asintió rendida y, con la mirada baja, volvió a colocarse el tenis.
Gabriel se levanto y volvio a su lugar, ahora ya sabía por que no quería admitir que le dolía el tobillo.
—Dime algo ¿Los demás novatos han entrenado?–pregunto el ex-mercenario comiendo su ultimo trozo de Brownie.
—La verdad no los he visto en el campo de entrenamiento–respondió Esmeralda dando un sorbo a su vaso.
—Si, me lo imaginaba–comento Gabriel con cierto enojo.
Al pasar un tiempo levantaron los trastes que usaron, Esmeralda los lavó y el ex-mercenario era quien los acomodaba en sus respectivos lugares. Al terminar los dos comenzaron a platicar cuando iban en camino a sus respectivas habitaciones.
—No sabia que vivía al lado mio–dijo la ojiazul mientras habría su puerta.
—Ni siquiera sabias quien era yo–dijo con cierto tono de burla Gabriel.
—Pues era obvio que no lo iba a saber... y ¿Cómo lo llamo ahora señor?
—¿Cómo quieres llamarme?.-pregunto el ex-mercenario abriendo su puerta, no esperaba esa pregunta.
—Tengo entendido que los que estén fuera de este edificio no se tienen que enterar de nada... así que, que le parece si en los entrenamientos con los demas le sigo diciendo señor, o le puedo decir Reaper y cuando me este entrenando o si nos topamos como ahora le digo comandante Reyes... ¿Qué le parece?
Gabriel se quedo pensando... ¿Volver a llamarle comandante Reyes? Odiaba el pasado y quería borrarlo...
Se quedó pensando un tiempo y volvio a mirar a la chica.
—Esta bien... buenas noches Esmeralda–dijo el ex-mercenario.
—Buenas noches comandante Reyes, lo veo en unas horas.
La ojiazul entro a su departamento y se tumbo en la cama, estaba feliz, bastante feliz pero también estaba algo desconcertada y era de esperarse.
Gabriel entro a su departamento y se sentó en su sillón, toco su barba y se quedo mirando una foto que, por el momento, le dolía demasiado... su "esposa" e "hijo" estaban ahí, lagrimas corrieron por sus mejillas, no esperaba que ellos le hicieran eso. Se levanto de repente apretando los puños, sus ojos rojos brillaban por la tristeza y por el enojo que estaba sintiendo, tomo la fotografía entre sus manos las cuales estaban cubiertas con unos guantes, apretó la mandíbula al sentir como las lagrimas no paraban de caer.
—¿Por qué?... ¿Por qué me abandonaron cuando más los necesitaba?.–pregunto con una voz quebrada mientras miraba la fotografía.
Los recuerdos de ese dia lo hicieron arrodillarse, aunque trato de borrarlos comenzaron a invadirlo.
"¡Eres un monstruo!"
"Tu no eres mi padre"
"¡Aléjate de nosotros!"
Esas palabras sonaron en su cabeza una y otra vez hasta que finalmente rompió la foto y los pedazos los aventó a un lado. Cubrió su cara con sus 2 manos, y rompió en llanto.
(...)
Habían pasado 30 minutos y Esmeralda no podía conciliar el sueño... otra vez las imágenes de el asesinato de su madre y de sus 2 padres comenzaron a atormentarle, hace mucho tiempo no las había recordado. Se levanto de su cama, se puso los tenis y salió de su departamento.
Planeaba correr, pero recordó el postre que le pidió Mercy, de alguna manera cocinar le ayudaba bastante a distraerse.
Entro en la cafetería y se dirigió a la cocina, comenzó a sacar todo lo necesario para preparar el postre, prácticamente ya tenía todo pero solo faltaba el azúcar el cual se encontraba en una repisa alta para ella.
Se coloco de puntillas tratando de alcanzarla y sus intentos no tuvieron resultado, de un momento a otro sintió a alguien al lado de ella, miro de reojo a aquella persona y vio que era su comandante. Gabriel apenas y estiro su mano para alcanzar lo que la ojiazul necesitaba y, cuando lo tomo, se lo dio.
—Creí que ya te habías dormido– comento el ex-mercenario cruzándose de brazos.
—Usted lo ha dicho comandante, había–dijo la ojiazul mientras tomaba el azúcar y lo ponía en la mesa— Ya no pude dormir.
—Se puede saber ¿Por qué?–pregunto Gabriel recargandose en el marco de la puerta.
—Porque... las imágenes de los asesinatos de mis padres aparecieron de repente... hace mucho que no los recordaba–respondió la ojiazul agachando la mirada— Solo que... personas han dado su vida por salvar la mia.... y no entiendo porque... y usted comandante ¿Por qué sigue despierto?
—Solo... tengo mucho trabajo y quiero terminarlo para descansar– dijo Gabriel colocándose al lado de ella, no iba a hablar de... esos 2— ¿Qué vas a hacer ahora niña?
—Quiero hacer un postre que me pidió Angela, Gâteau du Vully... se suponía que lo iba a preparar mañana después del entrenamiento pero decidí darles la sorpresa cuando despierten... y como pienso hacer para todos pues necesito más tiempo–respondió Esmeralda preparando la masa.
—¿Piensas hacer para todos?
—Sip.
Gabriel se quedo pensando un rato mientras veia a su recluta comenzar a preparar el famoso postre. Después de unos segundos se fue a quitar los guantes y se lavo las manos.
—No tengo sueño y tampoco tengo nada más que hacer, así que te puedo ayudar... eso si, no se preparar postres.
Esmeralda sonrió, siempre aquella sonrisa que atrapaba al ex-mercenario.
—Vale, sin problemas yo le enseño–comento la ojiazul dándole la masa a Gabriel— No será complicado.
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Espero les haya gustado el Capitulo.
Gracias por leer, se que no soy buena pero espero les este gustando la historia.
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