Finalmente había pasado 1 semana y Esmeralda estaba feliz, le gustaba estar con su novio pero no le gustaba estar encerrada.

Para que pareciera que recién había vuelto, la despertaron a las 3 de la mañana, la taparon con la gabardina del ex-mercenario quien la cargo y por ultimo la llevaron a una nave... parecía un secuestro y recordarlo les causaba gracia.

Cuando bajo estaba un poco adormilada algo a favor pues parecía cansada por el hecho de que la misión fue "complicada" o simplemente por que no había dormido haciendo una "investigación". Aunque ella no necesitaba dormir ya que no le afectaba (demasiado), si le "molestaba" que la despertaran y eso lo noto el ex-mercenario por los ojos entre cerrados y el ligero ceño fruncido de su novia, simplemente se agacho y le deposito un beso en su mejilla antes de que ella entrara a su departamento, verla algo molesta le pareció "tierno".

Mientras la ojiazul dormía cómodamente en su cama, Gabriel estaba entrenando a sus reclutas de manera habitual, solo que el ambiente estaba un poco tenso entre él y Carlos, fue inesperado o bueno, si se esperaba que ese momento llegará.

Le llegaba a molestar el hecho de que Carlos tuviera algunas intenciones con Esmeralda, como todo novio, o al menos la mayoría, sin embargo no demostró nada ya que sería poco profesional pero al parecer eso no le importaba a Carlos. No se podía decir que estaba celoso de su recluta, pues prácticamente la ojiazul no ha convivido con Carlos... pero si le molestaba que este preguntara por ella ya que conocía de sobra los sentimientos que Carlos tenía hacia Esmeralda.

Sin embargo, Carlos le comenzaba a tener cierto ¿odio? Tal vez rencor, él sabia de los sentimientos de Esmeralda hacia Reaper y las actitudes que el ex-mercenario tenía en algunas ocasiones le irritaba, no era el único que sabia la razón de dichas actitudes, y la vez que la ojiazul lo tomo de la mano termino de reafirmar la relación que los 2 comenzaban a tener. No confiaba en Reaper, él no debía de tener la oportunidad de estar con Esmeralda, no la merecía o al menos eso pensaba y se aferraba a eso, una parte de él simplemente no lo quería aceptar.

Cuando estaban calentando Carlos paso al lado de Gabriel y lo empujo por el hombro, ante tal acción el ex-mercenario simplemente apretó los puños y respiro profundamente para evitar ir a darle un buen golpe, ganas no le faltaban.

La actitud un poco rebelde de Carlos comenzaba a fastidiar a Gabriel quien se contenía para no golpearlo o, en su defecto, dejarlo inconsciente.

—Dios, dame paciencia por que si me das fuerza lo mato–susurro para si mismo.

Sofía y Héctor prestaban atención a las actitudes de su amigo y de su comandante, verlos actuar así los preocupo, antes estaban incomodos pero con el pasar de los minutos la preocupación se hizo presente.

—Si Carlos sigue así, Reaper no tardara en matarlo–musito Sofía, sabía que su comandante ya no era tan "peligroso", pero no descartaba esa posibilidad, al fin y al cabo él antes era un mercenario.

—Ni que lo digas, Reaper se ha estado aguantando, simplemente observa como aprieta los puños–susurro Héctor, él admiraba a Reaper, no cuando era un mercenario que mataba a sangre fría, no, lo admiraba por el cambio que le dio a su vida, así que algunas veces suele prestar atención a las acciones que hace el ex-mercenario.

Conocían la razón de la actitud de Carlos, pero aun no comprendían por que llego a actuar así, de antemano sabia que ya no tenía oportunidad con Esmeralda, pero ¿Por qué no simplemente aceptarlo? Es difícil pero no imposible.

Antes Reaper le llegaba a felicitar por ser el más hábil de todos sus reclutas y ahora no dudaría en matarlo, fue un cambio muy notorio.

El entrenamiento estaba a punto de finalizar y los reclutas ya lo esperaban con ansias puesto que ya no soportaban el ambiente.

—Pueden hacer lo que quieran con el tiempo que queda–dijo Gabriel caminando a la zona de fuerza, incluso él estaba algo incomodo, pero el fastidio y enojo abundaba en él.

Algunos chicos corrieron hacia la salida mientras que otros corrían a las duchas.

Carlos levanto una ceja y apretó la mandíbula, camino hacia la zona de fuerzas sin que Sofía y Héctor se dieran cuenta. Se recargo en la entrada mirando a su comandante el cual estaba golpeando un saco de boxeo con bastante fuerza.

—Señor, quisiera hacerle una pregunta ¿Por qué ascendieron a Esmeralda?–pregunto Carlos.

Gabriel golpeo con más fuerza el saco sin mirar a su recluta, si le molestaba que él preguntara por su novia.

—Por que es hábil–se limito a decir.

Al escuchar la respuesta el más joven chasqueo la lengua, él sabía que no era todo.

—Es por eso o por que no quiere que Esmeralda se junte con nosotros.

—Por que carajo preguntas por ella–cuestino ya irritado Gabriel.

—Eso, señor, a usted no le incumbe.

El ex-mercenario apretó los puños y se acerco a su recluta dejando ver la ligera diferencia de altura.

—Si me concierne–contesto Gabriel, sus ojos brillaban y eso ocasionaba que una ligera luz emanara de las cuentas de su mascara, algo que le ocasiono un escalofrío a Carlos.

Carlos lo observo con los ojos entrecerrados y el ceño fruncido, lo estaba haciendo enojar y lo sabia ya que notaba como humo negro comenzaba a salir del cuerpo de su comandante.

—¿Ah, si? ¿Por qué le importa?

—Me importa por que es mi novia–respondió Gabriel haciendo énfasis en las ultimas 2 palabras.

Al escuchar la respuesta de su comandante Carlos sintió una ligera opresión en el pecho pero también sintió una gran molestia por lo que apretó la mandíbula y los puños.

Héctor estaba saliendo de las duchas y se percato de la escena, Saúl (quien estaba al lado de Héctor) también lo vio. Se miraron mutuamente y sin esperar un segundo más comenzaron a correr hacia los 2.

—¿Ella? ¿Su novia? Esto es una broma–comento Carlos con un tono un poco burlón para tratar de mentirse a si mismo, aunque él sabia que no seria ninguna mentira— Ella no estaría con un mercenario hijo de puta que asesinaba a gente inocente.

En cuanto termino de hablar se quedo sin aire, había recibido un golpe en la boca del estomago así que simplemente se agacho tratando de reponer el aire y tomando su estomago.

Gabriel se agacho y lo tomo por la playera acercandolo a él de forma amenazante.

—A ti no te importa lo que ella piense, si no sabes lo que esta pasando no habrás la maldita boca.

Carlos miraba su mascara con odio, pero antes de que digiera algo miro como su comandante lo soltaba y por consiguiente se levantaba. Escucho pasos así que miro atrás de él.

—Lo sentimos señor, nos aseguraremos que no vuelva a hacer tremenda estupidez–dijo Héctor.

—Solo fue por el momento, no volverá a suceder señor–añadió Saúl.

Sintió como lo levantaban y lo sacaban a rastras de la zona de fuerza llevándolo a la entrada de las duchas.

—¡¿Pero que crees que haces imbecil?!–pregunto Héctor.

—Entiende de una maldita vez que no tienes ninguna oportunidad con Esmeralda ¡Compórtate como un adulto!–comento Saúl con los brazos cruzados, si, no sería nada nuevo que supieran por que su amigo actuó así.

—¡Sabes que suerte tuviste para que Reaper no te matara!

—¡Ya cierren la maldita boca!

Héctor y Saúl apretaron los puños, ¿cómo era posible que fuera tan estúpido para hacer tal cosa? Todos ahí conocían de lo que era capaz Reaper por lo que nadie quería hacerlo enojar.

Algunos de ellos lo seguían mirando como el mercenario que asesinaba a sangre fría y que era capaz de hacer una lluvia de balas en tan solo 2 segundos, la mayoría no sabia que él ya no era así o tal vez aun no lo entendían.

—Si piensas volver a acercarte a Esmeralda, hazlo como amigo no con otras intenciones o yo mismo me encargaré de alejarte de ella‐dijo Héctor con una mirada seria y con el ceño fruncido.

—Aun no comprendo por que no lo aceptas de una buena vez–comento Saúl cruzado de brazos— Esmeralda nos dijo desde un principio que Reaper le gustaba, ella convive con él, nadie más sabe como es en realidad.

—Esta claro que no es una mala persona, por el simple hecho de que Esmeralda se fijo en él y ella convive con él–añadió Héctor.

Escucharon unos pasos rápidos y una ligera voz dulce así que prestaron atención a aquella voz tan conocida.

—¡Hola chicas! Tiempo sin verlas–saludo Esmeralda con una sonrisa correspondiendo el abrazo de las 2 chicas.

—Ni que lo digas, las cosas no son tan interesantes sin ti, recién nos enteramos que fuiste a una misión y que te ascendieron como agente oficial de Overwatch ¡Felicidades!–dijo Estefanía.

—Gracias, si, acabo de regresar en la madrugada.

—¿A dónde te mandaron?–pregunto Sofía.

—A Dorado–contesto Esmeralda.

Estuvieron hablando unos minutos más hasta que la ojiazul miro la oficina de Gabriel.

—¿Saben donde esta Reaper?–pregunto Esmeralda con una sonrisa.

—Si, esta en la zona de fuerza–respondió Héctor acercándose con los brazos abiertos.

La ojiazul lo miro y se acerco a el para así abrazarlo con una sonrisa dibujada en su rostro.

—Felicidades por el ascenso‐comento Héctor despeinandola— Sabíamos que estarías en Overwatch antes que todos nosotros.

—Gracias... a ustedes solo les faltan 9 meses para graduarse y convertirse en agentes, seria genial verlos en misiones–dijo Esmeralda con una sonrisa.

—¿Tanto tiempo? No lo recordaba–comento Saúl atrás de ellos— Bueno, supongo que los sueños se cumplen a largo plazo pero siempre valdrá la pena.

—¡Claro que si! Tan solo recuerda lo que dice una canción... ¿Cómo se llamaba?... Ah, ya recordé, "sigue soñando"–la letra de la canción hizo que Héctor bailara un poco con su ya conocida sonrisa tierna, sacándole una risa a sus amigos.

—Si, tiene razón–comento Esmeralda recordando que su sueño era estar en Overwatch... ahora lo estaba, y no solo eso, ahora tiene un novio que no cambiaría por nada... y que, en parte, él fue el comandante que la inspiro para hacer su sueño realidad— Bueno, tengo que hablar con Reaper, los veo luego.

Estefanía, Sofía y Saúl asintieron pero Héctor miraba a Carlos para que no hiciera una escenita... o tan siquiera se acercara.

Esmeralda comenzó a correr al área de fuerza y al estar en la entrada miro a Gabriel quien estaba golpeando un saco de boxeo, se acerco a él y se subió en su espalda.

—Hola Gabe–saludo la menor besando su mascara en donde debería de estar la mejilla.

—Creí que estabas dormida–comento Gabriel con una sonrisa.

—Si, pero después de unos treinta minutos desperté y ahora que puedo salir del departamento por que ya estoy curada, quise venir a ayudarte a tu papeleo–dijo la ojiazul bajándose de la espalda del ex-mercenario.

Gabriel la miro, esa hermosa sonrisa le alegraba el dia, sus ojos lo atrapaban y su actitud lo enamoraba.

Al verla las palabras que su recluta le había dicho unos minutos antes ya no le importaban, ella estaba con él aun sabiendo quien era y no le importaba su reputación.

Se agacho y la abrazo por la cintura, tuvo suerte de tenerla a su lado y no pararía de repetirselo. Antes de que ella llegara a su vida él quería dormir para así dejar de pensar en su realidad... aunque muchas veces sus sueños lo atormentaban recordándole la razón por la que él quería descansar... esa agonía parecía que no quería dejarlo.

Pero ahora las cosas cambiaron y acepto que estaba enamorado.

Sabes que estas enamorado cuando no puedes dormirte por que la realidad es finalmente mejor que tus sueños.

—También venia a preguntarte si, de casualidad, quisieras ayudarme a preparar unas galletas–añadió Esmeralda, si, hace poco se entero que a su pareja le gustaban las galletas con chispas de chocolate.

—¿Galletas?–pregunto con entusiasmo el ex-mercenario e, involuntariamente, un brillo en sus ojos apareció.

—Si–respondió la ojiazul con una sonrisa.

—¡Claro!

Gabriel tomo por la cintura a Esmeralda y la cargo para que ella quedase a su altura.

La ojiazul se sorprendió por la acción de su novio, pero se aferro a él colocando sus piernas en la cadera de Gabriel quien tenía sus brazos al rededor de su cintura.

Esmeralda era la más sonrojada y eso hizo reír al ex-mercenario, sin decir nada la ojiazul le quito la mascara a Gabriel, tomo las esquinas de su capucha y sin esperar lo beso con dulzura.

(...)

—Entonces ¿te peleaste con tu recluta?–pregunto McCree tomando una galleta.

—En parte si, solo le saque el aire... no fue una pelea como tal–respondió Gabriel.

—¿Piensas comentárselo a Esmeralda?–cuestiono Genji.

—No... tampoco quiero ser el novio controlador, si le cuento lo que paso y lo que Carlos siente hacia ella, seria una forma de decirle que se aleje de él–respondió con el ceño ligeramente fruncido.

—La verdad es muy razonable que le dieras el golpe–comento McCree— El chico abrió la boca de más, yo hubiera hecho lo mismo.

—Tu lo hubieras golpeado hasta dejarlo inconsciente McCree–dijo Hanzo con los brazos cruzados.

—Aun así, tendría justificada mi acción... si le hubieras dado una paliza Gabriel.

—No des consejos, si Gabriel hubiera hecho eso se hubiera metido en varios problemas–comento Genji tomando una galleta.

—Bueno, Jesse tiene razón.... podría haber dicho que estábamos en una pelea cuerpo a cuerpo.

—¡Exacto! Una muy buena excusa Reyes–dijo el vaquero con alegría.

Hanzo y Genji se miraron y negaron con la cabeza, el mejor consejero sin duda era McCree (sarcasmo).

—McCree, para la próxima, no le des ideas a Gabriel–comento Genji.

—Cambiando de tema ¿Cómo vas con Esmeralda?–pregunto el vaquero recargando sus codos en la mesa.

—Diría que estamos bien–respondió el ex-mercenario con una sonrisa– Enserio la quiero, fue lo mejor que me pudo haber pasado en mucho tiempo.

—¿Tienes planes con ella?–pregunto Hanzo, esa pregunta no faltaba.

—Si... carajo, parezco adolescente imaginandome cosas.

—Quien sabe, a lo mejor esas imaginaciones se hacen realidad en un futuro–comento Genji con una sonrisa.

—Supongo que... quiero que eso pase.

—Dime algo Gabriel, una de esas imaginaciones es... una noche romántica con Esmeralda–pregunto con picardía McCree.

Gabriel casi se ahoga en cuanto escucho la pequeña pregunta del vaquero.

—¡C-Cállate McCree!

—O vamos, dime que no lo has pensado–dijo el vaquero obteniendo como respuesta un sonrojo— ¡Ja! Lo ves no hay forma de negarlo.

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Espero les haya gustado el capitulo.

Gracias por el apoyo.

Sigue soñando (Piter G)