En un abrir y cerrar de ojos Dariel me escabullía por los pasillos del hospital, no se lo que esté pasando por su mente en éstos momentos, pero lo que si sabía, es que sus intenciones no eran las mejores, me obligó a irme con él, y no se a dónde, mi ritmo cardíaco esta tan acelerado que cualquiera podría escuchar mis latidos desde el exterior.

Dariel me llevaba tan rápido como podía a la salida de atrás, no se como logró vestirse de enfermero, eso lo ayudó a pasar desapercibido. Yo trataba de ubicar a mi padres, pero en parte los veía, y no podía pedir ayuda, porqué Dariel me estaba encañonando un arma en el cuello, solo me toco quedarme quieta.

Dariel ya había logrado sacarme del hospital, y me había subido a su coche asegurándose de que yo no pudiera escapar, el conducía a toda velocidad, y yo no sabía la dirección en la que ibamos, solo podía sentir miedo, porque mi vida estaba en peligro en sus manos, yo sé lo qué él quiere, yo lo sé, y estoy segura de qué quiere desquitarse, porqué yo soy la culpable de todo, pero resulta que después de haber intentado quitarme la vida, ahora temía morir en manos de esté psicópata.

Ya llebaba como 1 hora manejando, él lugar era bastante lejos, hacía frío, mucho frío, es probable que estuviéramos en el bosque, ya que también percibía el olor de los pinos.
Pero no podía observar nada, ya que tenía los ojos vendados, intente desatarme la manos, pero estaban demasiado apretadas como para seguir intentando.

Al parecer ya estabamos por llegar, porque Dariel disminuyó la velocidad y en menos de un minuto ya había estacionado el auto. Escuché la puerta del coche abrirse, luego a Dariel caminar y subir unos escalones de madera, el abría una puerta, luego de abrirla se acercó al auto, lo abrió y me sacó de él bruscamente.

—No intestes nada, no podra escapar de aquí estúpida.

Me obligó a caminar había adentro de la casa, y me hizo bajar unas escaleras que probablemente nos llevarían a algún sótano, allí me dejo tirada y luego subió y cerró la puerta, lo que me esperaba era lo peor.

Minutos después escuché la puerta a abrirse y a Dariel bajar.

—Te traje una sorpresita Emma... —canturreo Dariel acercándose a mi—

Me quito la venda de los ojos, lo que presencié ante mi fue algo que jamás lograré borrar de mi mente.

La cabeza de su hermano era la que posaba frente a mi...