El general tenía un pensamiento sobre el asesino como una persona repulsiva, una escoria sin sentimientos, su satisfacción es el sufrimiento de otros, un hombre con falta de razonamiento, sin embargo inteligente al pensar en una estrategia para asesinar y no dejar rastro alguno, todo un genio. Lo tenía frente a sus ojos, su parecido a quien amo y perdió, el tiempo fue quien hizo que aquel niño que alguna vez sostuvo y trato de proteger fuera alguien respetable por aquellos que temen de su deber.

Un hombre de pocas palabras diría yo, nada del pasado parecía permanecer en el, sólo una mísera mirada de frialdad, ¿Que podría preguntarle? No eso no debía hacerlo, quizás era sólo el hecho de haber perdido a alguien quien realmente amo, ahora reflejaba el sentimiento de culpa y querer remediar sus errores en un alma pérdida, a un ser de la oscuridad, todo se deriva a una confusión — ¿Nos conocemos?— pregunto el general con la esperanza de escuchar una respuesta afirmativa, pero sus pensamientos le decían que era poco probable. El asesino sólo lo miro por algunos segundos. Dio algunos pasos y evadio al general.

— Disculpelo, Hit es un hombre de pocas palabras — esta vez hablo la acompañante del dios de la destrucción— si me permite, el señor Champa me solicita—.

— ¿Su nombre es Hit? — pregunto el general antes de que el Ángel se retirará.

— así es— dijo con amabilidad el Ángel.

Cuando el Ángel se alejó el general sólo sonrió un poco —no es coincidencia el parecido y ahora el nombre, estoy seguro que es él — después borro su expresión de felicidad, por una que no llamará la atención de otros y no levantara sospechas al asesino, sin embargo este al mirar después de mucho a su padre, sabría que se daría cuenta rápidamente de quien era realmente. Culpa no podía sentir, ¿Desesperación?, quizás un poco, pero sinceramente no le importaba en lo adsoluto. Los sayajin rodeaban al asesino, este sólo permanecía en silencio mientras los más jóvenes reían a no más poder al recordar lo sucedido en el torneo.

— Señor Hit, ¿Cómo cree que los guerreros del séptimo universo vencieron a Jiren?— se preguntaba el único varón pertenecientes a la raza sayajin.

— Deja de hacer preguntas de ese tipo y disfruta la fiesta— dijo Caulifla. El asesino sólo sonrió, la actitud de las chicas eran algo interesante para el— ¿Que le parece está celebración?—.

— Es...— trataba de decir el asesino.

— Creo que deberías sonreír un poco y ser más positivo, Hit — esta vez hablo el Dios de la destrucción— deberías probar esta comida, está deliciosa—.

— quizás después — dijo el asesino, al parecer no comprendía el por qué otros que lo vieron caer y fallar en su misión no sentían desprecio hacia el, sentían admiración aún así. Era una nueva sensación la que crecía dentro de el, compañeros a los que proteger una nueva misión, sería peligroso que uno de sus tantos enemigos, enviará a alguien más poderoso, podría ser que los trate de aniquilar.

— señor Hit— esta vez hablo el Ángel— debo agradecer su participación en el torneo organizado por el rey de todo, el señor Goku estará más que feliz en volverle a ver, además de Jiren, el peleador del universo once, miembro de las tropas del orgullo. Es más que un honor tener en nuestro universo a un guerrero reconocido como uno de los más fuertes, supongo que gracias al reglamento no tenía la oportunidad de mostrar su verdadero potencial — el general sólo escuchaba a lo lejos la conversación, le daba orgullo saber que su hijo fue uno de los representantes del universo en el torneo, le alegraba saber que tenía a su alrededor personas que realmente lo querían y respetaban por lo que era. Quizás si hubiese estado junto a él toda la vida, su hizo fuera capaz de ser su sucesor como general. Sólo eso es lo que le hubiese gustado, pero esa palabra que tanto se repite una y otra vez en su cabeza es algo que nunca pasara. Ahora sólo podía enfocarse en buscar en sus pensamientos algo positivo en el trabajo de su hijo, quizás la inteligencia y la astucia. Escuchaba por todó el universo historias de personas que admiraban a su hijo, muchos fugitivos al escuchar hablar de él sólo temblaban de miedo, para ser sincero en su Vida nunca había escuchado hablar de alguien que no le tema al legendario asesino. Muchos intentaban seguir sus pasos, muchas veces se encontró con esta clase de personas en su trabajo. Quizás ignoró la coincidencia del nombre, para ser sincero nunca lo mencionaron o más bien escucho a nadie mencionarlo frente a él, por lo tanto no había forma de tener pistas que su hijo estaba aún con vida. Ahora su misión no sería Atrápalo, sería tratar de acercarse y hablar con él, la pregunta es ¿Cómo?, el asesino sólo evita a la gente y se esfuerza por la soledad. Sin embargo, en estos momentos algo cambio, un equipo que defendía a toda costa al asesino, a pesar de ser quien era, eso no cambiaría la opinión de otros, pero sería una oportunidad única y tener cercanía con su hijo.