ততত La torta de pavo ততত
≪ °❈° ≫≪ °❈° ≫
Las órdenes volaban. Un aroma peculiar inundaba el inmueble. No era su primera vez ahí, en cierto punto, había ido tantas veces a ese lugar, que se le había quedado grabado en el corazón. Quizá tanto como el resto del Centro Histórico.
Le gustaban los tatuajes, y por eso también tatuaba cosas en su alma, en su mente y en el corazón; aunque nunca lo decía. Había invitado a salir a alguien, porque quizá el tiempo entre una emoción y otra, había sido demasiado largo, abundante. A diferencia de la vida que sentía que le sobraba.
Fue a pedir las tortas, como todo un caballero, y su acompañante le correspondió con una sonrisa. Observó aquel gesto con atención. A veces analizaba demasiado, era un rasgo que lo hacía sentir seguro... e inseguro. Miró el reloj, miró a la gente. Todo en orden. Le gustaba que las cosas estuvieran en orden.
Le gustaban las cuentas claras en su trabajo, las canastas sin quejas y las buenas noticias en su casa. Nunca había muchas de esas. Por fuera, era un hombre. Por dentro, nadie sabía que se sentía como un niño.
Es la condena de los que son arrebatados de la infancia. Nunca una queja, porque sería insensible. Insensible ante los adultos que se sacrificaron. Aún se sentía un niño.
Si se sintiera un adulto, quizá no estaría tan nervioso. Para el resto del mundo, dividir su atención entre el entorno y su acompañante, sería un rasgo de profunda inteligencia. Pero él sabía, muy en el fondo, que era la única forma en que se sentía... ¿bien?
Compartió anécdotas, como si en la nuca no estuviera guardada toda su tristeza. Estaba desempolvando el corazón después de mucho tiempo. Tenía la sensación de que eso se sentía agridulce. Era el despertar, pero el recuerdo de que alguna vez ahí hubo muerte.
Se distraía de vez en cuando con los detalles y luego se sumergía en la realidad. Salía a tomar aire en la charla, bajaba hacia la tristeza y luego subía hacia la felicidad. Por fuera parecía calmo, por dentro era tormenta.
Si no se sintiera un niño, tal vez lloraría en ese instante. Dejaría la torta a un lado y revelaría por qué la había citado ahí. Permitiría que las verdaderas emociones fueran las que reinaran, porque siempre las tenía ocultas en el bolsillo. En los consejos, en la mirada.
Le gustaba mucho estar ahí, pero al mismo tiempo quería irse. ¿Cómo se pueden sentir tantas cosas al mismo tiempo? Miraba su celular de vez en cuando, tenía trabajo. Siempre tenía trabajo. Incluso cuando no tenía trabajo, él se convencía de que estaba muy ocupado.
Si no se sintiera un adulto, tal vez dejaría su trabajo. Probablemente se dedicaría al sueño que avivaba su alma. Pero la responsabilidad le había llegado demasiado pronto. "Nunca" hubiera sido una excelente fecha, pero en su casa le robaron la infancia y ahora también la adultez.
Si no se sintiera un adolescente, podría dejarse fluir más, porque la está poniendo nerviosa. No por las razones adecuadas, sino porque ella no está segura de lo que siente. Él lo sabe, no lo aclara. ¿Qué pasaría si ella quisiera robarle también?
Se veía bonita con ese vestido, pero qué sucedería si se levantaba de un golpe. Seguro lo señalaba con el dedo y mostraba sus defectos, sacaría el arma de la mirada y le arrancaría el corazón... como habían hecho otras chicas. Prepararía un rifle y amenazaría sus sueños o le robaría la poca vida que tenía.
No. Había sido demasiado difícil llegar hasta ahí. Recuperar el corazón hurtado. ¿Recuperó su corazón? ¿Era adulto? ¿Era niño? ¿Adolescente? ¿Estaba seguro? ¿Estaba en peligro?
Por si las moscas, cuando terminó la cita, la dejó en el metro y luego la bloqueó en su celular.
Mejor seguro que robado.
Mejor muerto que vivo.
≪ °❈° ≫≪ °❈° ≫
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro