Mi amor:

No sabes, lo que te he extrañado todo este tiempo, las noches que he llorado por ti. La madrugada que tú vida se escurrió por mis manos, y no pude hacer nada para evitarlo, quedé devastado. Y más, por el hecho que nadie venía por ti, nadie quiso hacerse responsable, hasta que tomé la decisión  de decir que eras mi esposa, y enterrarte yo mismo en la Recoleta, donde te lo mereces.

Apareció tu madre, luego de 4 años de no saber de ella, y se quiso hacer la víctima, que nosotros no la dejábamos entrar, pero eso no era verdad. Jamás en su vida pisaron el hospital.

Cada noche, sueño que te me apareces en sueños, me secas las lágrimas, y me besas mientras mi corazón se derrite lentamente por ti. Sigo enloquecido de amor por ti, aunque ya no estés aquí. Nunca pude olvidarte; nunca pude quitarme esa sensación de las manos de perderte, y que te sintieras menos querida.
Siempre quise hacerte notar que te amaba, te amaba con mi corazón y mi alma. Donde te encuentres, por favor no dejes que me caiga de rodillas, porque no podré, no podré seguir sin ti.

Te amo; siempre tuyo,
Zaid.