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¿Qué está pasando?...mi vista está nublada, se que estamos en un carro , hay un aroma a cigarrillo que está que me marea. Apenas y siento mis manos, no se diga de mis piernas, tanto que luche por evitar que nos hicieran daño...
Aún así lograron dejarnos inconscientes
Unas horas antes
Centro de Convenciones de Toulouse-Francia
Esto es increíble, no puedo creer que esté con tantos cerebritos juntos, eso significa que.......
¡¡Yo también soy un cerebrito!!
Bueno, siempre supe que era más inteligente que Kardia; eso ya es bastante, así que, si, me considero un cerebrito.
— Si mi madre me viera ahora...
Lo digo como un susurro.
Estoy usando el uniforme que me dio el colegio para asistir al evento y por primera vez no está ni sucio, ni doblado ni mal puesto. Si no me lo ponía bien, Camus se enfadaría conmigo y eso que ya se enfado por que me levanté tarde, no tanto...solo una hora o talvez cuatro.
No es tan tarde, ¿cierto?
En fin, solo nos perdimos la presentación de las instituciones que van a participar y cantar el himno de Toulouse, ver dónde son nuestros asientos, hablar un rato con los directores...
Lo importante es que llegamos y que estamos aquí.
— ¡Chicos!, Ya hablé con el director del evento.
Nos habla nuestro maestro Mu, que acaba de llegar de hablar con el director, ha estado corriendo de un lado a otro desde que comenzó ésto.
— El director dijo que les toca enfrentarse contra la institución de Londres. Creo que es después de está, y si ganan, pasarán a las finales. ¡Suerte Chicos!
- ¡Si, Maestro Mu!
Decimos los dos al unísono.
Luego que el maestro se va Camus mira el folleto que nos entregaron para saber los eventos y esas cosas. Quiero hablar con el, pero se ve muy ocupado leyendo ese folleto. Después de lo que pasó ayer, Camus no me ha hablado, solo me habló por levantarme tarde y que me ponga el uniforme correctamente.
Y si le pregunto si está molesto...
— ¿Camus, tu estás...?
— No, Milo, yo no estoy enfadado.
Me responde sin quitar la visita del folleto, ahora, me siento un poco celoso de ese folleto.
— Entonces...
— Milo, si estudiaste, ¿cierto?
Por fin deja de ver el folleto y me mira.
— ¡Claro! ¡Me se ese libro de memoria ya te lo había dicho! Ademas, se todo sobre cómo resolver un problema del álgebra. También se de historia, de geografía, de filosofía y teología.
— ¿En qué año terminó la segunda guerra mundial?
— Pff, eso es fácil Camus, terminó en el año de 1945.
— ¿De dónde se obtienen los polímeros sintéticos?
— Eh...se obtienen del ¿petróleo?
— Si, Milo. Es correcto —uff creí que estaba mal—...¿Cómo se llama el primer presidente de Brasil?
— ¿Qué? Oye eso no estaba en el libro.
— Jajajaja lo sé, Milo, es solo una broma —pero que gracioso— jajaja no me digas ¿qué solo te aprendiste lo del libro?
— Emmm pues si, y estudie un poco de mis apuntes de la escuela, revise algunos exámenes míos pero no decían el nombre del ¡primer presidente de Brasil! No me digas que tú si sabes.
— Deodoro da Fonseca —me responde enseguida— ese es el nombre del primer presidente de Brasil.
— ¿Cómo sabes eso?
— En uno de los libros de la biblioteca del colegio hablaba sobre los presidentes de América y...me los aprendí todos.
¡¡Tengo a Google a mi lado!! Camus es muy inteligente.
— Has tenido mucho tiempo libre.
— Se podría decir que si...en realidad, sólo leia para distraerme d, de, de algunos problemas.
Camus al decir eso se notaba incomodo y bajo un poco la vista.
— ¿Camus?... ¿puedo preguntarte algo?
— Dime.
— ¿Qué paso cuando estuviste en Francia?
— Yo, n, no puedo recordar
«Pobre niño, era demasiado joven para perder a sus padres»
«Camus, ¿sabes quién era tu madre? Si te dijera, ¡te morirías de vergüenza!»
«No sirve ni como para usarlo como mula»
«Ja!! Eres más que un bastardo, hijo de un sicario inútil, ¿crees que yo te voy a ayudar?Aunque no tienes mal aspecto...»
Camus se quedó viendo a la nada por un rato y luego creo que se mareo un poco. Parecía que se iba a desmayarse.
— ¡Camus! ¿Te encuentres bien?
— Si, no es nada...es solo que cada vez que trato de recordar, me duele la cabeza y los recuerdos solo se nublan...es un poco frustrante.
No se que decirle.
Luego de que eso, por fin nos tocaba enfrentar a los otros estudiantes.
Una vez sentados en la mesa que nos dijo el maestro, se escuchó una explosión , muy cercana, seguida de sonidos de disparos.
Algunos estudiantes junto a sus tutores comenzaron a correr a las salidas de emergencia y el director pidió que se evacuará el lugar lo más rápido posible. Camus estaba en shock, no lograba, tan siquiera, asimilar lo que estaba ocurriendo, lo cargue en mis brazos y salí con el, sin importarme si empujaba a uno que otro estudiante. El edificio estaba que se caí a pedazos, había fuego, demasiado humo, las personas gritaban y la única salida estaba rodeada de fuego. Intenté ir por toda las salidas pero era imposible salir.
— ¡¡Mierda!!....¡¿pero que carajos es lo que pasa?!
— Joven Milo —Me llama el director del evento, el también se encuentra cerca a nosotros, aparte de otros estudiantes que tratan de apagar las llamas—No sirve de nada gritar e insultar.
— Milo,—me llama Camus, casi olvido que lo estaba cargando—¡¡serías tan amable de bajarme que no soy un bebé!!
Lo bajo, y escucho unos disparos cercanos a nosotros, el humo se dispersa un poco del pasillo y deja ver a un hombre no más alto que mi persona, vestido con un pantalón militar y una camisa color negro, trae un arma y varias granadas en su otra mano, su cabello es largo y de un color azul celeste, su rostro está tapado con una mascarilla negra,solo están visibles sus ojos, que tienen un color azul verdoso y trae una gorra color negro.
— Perdón por interrumpir de esta manera el evento —habla y su tono es serio—..sin embargo necesito que no me compliquen el trabajo, eh escuchado que aquí se encuentra un joven que lo eh estado buscando. Su nombre es Camus. ¿Alguien lo conoce?
El director me mira de reojo y mi maestro también. Me pongo al frente de Camus como si fuera un escudo.
— Umm veo que no me están facilitando mi trabajo, verán si lo entregan—dispara dos veces al cielo —no mataré a nadie más pero si no lo hacen.
Aparecen dos tipos más, vestidos igual que el que está hablando.
— tendré que aniquilar a todos. Miren que les estoy dando a escoger.
Ya se quiénes son, sobre mi cadáver se llevarán a Camus.
— Lo siento pero aquí no se encuentra nadie llamado de esa manera —habla mi maestro, Mu. Se pone al frente de todas las personas que aún están con vida— Temo decirle que se ha equivocado.
El hombre que estaba hablando, mira a sus compañeros y les dice algo que no logré escuchar, pero se de qué pudo tratar:
El maestro Mu cae al piso después de tres disparos, dirigidos a su cabeza, que recibió por parte del hombre.
— ¿Alguien más quiere mentirnos? —Mira a todos— ¿Nadie? En ese caso, ¿traerán a Camus conmigo?
Camus está atrás mío tratando de no sollozar.
— Saben me están haciendo perder el tiempo...—se acerca más a nosotros y patea el cuerpo de mi maestro, está al frente mio, quiero partirle la cara a golpes— Camus~ Sal...Por favor... ¿acaso, no te acuerdas un viejo amigo?
— Señor —hablo- usted está equivocado, aquí no hay nadie llamado así, que le parece si se larga o quiere que le muela la cara a golpes.
Se ríe y me mira a los ojos.
— No creo haberme equivocado...Joven Milo.
Veo que alza su arma. De inmediato, le doy un puñetazo en la cara lo que hace que caiga hacía atrás.
— Oh Milo, si no hubieras rechazado la oferta de Unity...—hace una pausa—...¡Ahora!
Grita y se levanta enseguida, sus compañeros comienzan a disparar al resto de personas, regreso a ver a Camus ya no está atrás mío, ni del director.
— ¡¡¡Surt!!! ¡¡¡Dejame!! —es la voz de Camus— creí que...
— ¡¡Camus!! ¡¡Deja de quejarte que trate de ser amable contigo para que no sufras tanto!!!
¡Ese maldito pelos de zanahoria!
Me intento acercar por atrás del pelos de zanahoria, pero soy golpeado contra la pared del pasillo por uno de esos tipos.
— ¿A dónde?
Me sujeta por el cuello y ya no estoy cerca del suelo. Pero mis piernas aún pueden moverse, así que le doy un golpe en lo que era su descendencia...no puedo evitar reírme internamente por ver cómo se retuerce en el suelo.
Me acerco al pelos de zanahoria, que había dejado a Camus inconsciente mientras yo estaba con ese tipo, le doy un golpe en la cabeza y lo dejo botado en el piso. Cargo a Camus en mi espalda y corro por lo que queda de pasillos, en busca de una salida.
Escucho una sirena de policía.
— ¡Ya era hora!
— Yo de ti no cantaría victoria aún, Milo..
Uno de los tipos me dispara a mi pierna derecha, me tambaleó así que decidí dejar a Camus detrás de un casillero, que se ha caído, si la policía llega al menos se llevarán a Camus. Será mejor que acabe con ellos primero....se que son demasiados, pero no puedo permitir que Camus sufra.
— ¿Quieren a Camus? Lo siento, pero será sobre mi cadáver, que se lo llevarán.
— Entiendo.... Chicos, ¡¡ya saben que hacer!!
Logré quitarle el arma al primero que se me acercó, hice que se le acabaran las balas al segundo pero recibí un disparo en el hombro; aún así seguí peleando...
En este instante:
¿Por qué creí que podría ganarles? Ni la policía logró ayudarnos, los que estaban con la alarma de sirena era otro de estos tipos.
Mierda...
— ¡¡¡Oye!!! ¡¡¡Ya despierta!!!
Escucho unas voces...
— ¿Quién es este?
— Me dijeron que era el que Unity, intento reclutar pero se negó después.
Ese nombre...Unity, ya me tiene harto, ese maldito nombre.
Abro los ojos y me encuentro amarrado de pies y manos,sentado en una silla, mis heridas de bala están vendadas . Al frente veo a varias personas y ¿un trono de rey? que parece de oro. Hay una alfombra de oso polar, el olor a tabaco y otras sustancias es increíble, mi mirada va a mi lado y está Camus en la misma situación que yo. Pero el sigue dormido.
— Camus...
Un sujeto se acerca a Camus, creó que es el tipo que mato a mi maestro.
— Ya debería despertar —le toca la cabeza a Camus, y saca una especie de envase y hace que Camus lo huela. Me mira y sonríe— solo estoy tratando de que despierte, no te preocupes.
¿Este quien se cree que es para que yo confíe en el?
Camus tose un poco y abre los ojos de inmediato,mira a todos lados y luego me mira.
— Milo...
Las personas que se encuentran ahí de repente guardan silencio y se forman a cada lado dejando a Camus y a mi al frente del trono de oro. Escucho el gruñido de perros, el piso siento que retumba con cada pisada que da el hombre que aparece a nuestra vista. Se sienta como si fuera un rey, suelta a sus perros que están sujetados por cadenas, parecen tener rabia. El hombre se quita la máscara que traía y mira directamente a Camus, como si lo estuviera analizando.
— Es un gusto poder tenerte por fin de nuevo con nosotros querido...Camus~
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Manzanita Fuera 🍎💛
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