Capítulo 6
Narra Zack
-Aún creo que Thalía no debería de estar encerrada, no es justo -dejé la comida que Thalia ya no quiso sobre la mesa del comedor de la prisión, donde algunos guardias estaban.
Enseguida alguien del servicio vino a llevarse el plato. Salimos de allí, me sentía molesto por como Ethan actuaba con ella. No se lo merecía.
-Ella es... buena. Es gentil, no se merece esto -comenté.
-Lo sé, créeme que te entiendo Zack, pero no hay mucho que podamos hacer.
Negué con la cabeza por estar en desacuerdo pero no dije nada. Llegamos hasta una banca pública y decidí sentarme, necesitaba hacerlo por un momento para pensar. Sentía pena por Thalía, que estuviera allí desde hace mes y medio y que ahora estuviera escuchando como un vampiro era torturado hast la muerte.
-Si fuera mi Mate no permitiría esto jamás, ni aunque mi ex me engañara y me sintiera enojado. No podría -murmuré.
-Zack...
-Me estoy molestando y no quiero hacerlo -me levanté de la banca-. Iré a patrullar, solo.
Aarón me observa pero resopla resignado antes de asentir. Me alejé de él y me transformé. Fui corriendo por los límites de la manada para verificar que no haya enemigos rondando por aquí y además despejarme de mi mal humor a causa de la injusticia que estaba viviendo Thalía. No habia día en que Aarón y yo no intentásemos hacer cambiar de parecer a Ethan pero él no quiere ceder. Es realmente terco.
Gruñí frustrado por no poder alejar esos pensamientos molestos de mi cabeza; sin embargo, frené en seco cuando algo llegó a mí, un aroma tan dulce como el azúcar que embriagaba inclusive más que el alcohol. Aspiré profundo, maní y naranja, mis olores favoritos.
"¡Mate! Encuéntrala, rápido"
No tuvo que decírmelo dos veces, salí corriendo en dirección a donde provenía ese delicioso aroma. Pero mientras más me acercaba más olores podía percibir, entre ellos estaba el olor a sangre... su sangre. Los sonidos se hicieron perceptibles, escuchaba llantos y suplicas de una voz melodiosa femenina pero asustada y lloriqueando.
-¡Déjame! Por favor -era mi Mate.
Aceleré el paso con la ira a punto de controlarme por completo. Salté de entre los arbustos hasta hacerme visible en la escena. Gruñí con fuerza cuando vi a un asqueroso vampiro atacando a mi Mate, sosteniendo sus muñecas contra el suelo y mordiendo su cuerpo para beber de su sangre. Ambos voltearon a verme, ella se mostró sorprendida y aliviada pero ver su rostro empapado en lágrimas y su piel agujereada por varias partes y sangrando me hizo desbordar la ira.
Solté un rugido gutural que sobresaltó a ambos antes de que yo arremetiera en contra del vampiro. Lo embestí para apartarlo de encima de mi Mate y mordí su hombro para lanzarlo contra un árbol, el cual partió. Él se levanta también de furioso, pero yo lo estaba aún más.
Cuando quiso atacarme fue fácil para mí esquivarlo y morder su costado para tirarlo al suelo. Se notaba joven y un tanto inexperto en peleas. Apoyé mi pata sobre su pecho y gruñí en su rostro por un instante antes de morder su cuello y apretarlo com tanta fuerza que lo terminé partiendo y arrancándolo de su cuerpo. Lancé la cabeza a un lado con asco y me aseguré de que el cuerpo no fuera una amenaza.
-Mhg... -un quejido de dolor llamó mi atención.
Al volver la vista hacia mi Mate, la encontré intentando ponerse en pie. Pero sus heridas se veían dolorosas y el veneno del vampiro la haría doler más. Corrí hasta ella y la apoyé con mi cabeza para que no cayera.
-Cuidado... -hablé-. Estás muy herida, déjame ayudarte.
Ella no parecía tener las fuerzas suficientes como para responder, simplemente asintió y fue todo lo que necesité. La subí en mi lomo tan rápido como pude sin lastimarla, la ayudé a acomodarse y miré al frente.
-Sostente, princesa mía -le mencioné.
Pude sentir como sus manos se aferraban al pelaje en mi espalda. Su tacto me hace sentir tan bien... pero no debía distraerme ahora, tenía que hacer aur los médicos la atendieran cuanto antes. Salí corriendo, con cuidado de que mi Mate no cayera. Llegué a la manada y fui directo al hospital. Me volví a mi forma humana y tomé a mi Mate en brazos para entrar.
-¡Ayúdenme! -pedí alterado.
Al instante varios doctores llegaron junto con una camilla, la dejé sobre esta y se la llevaron, yo los seguí hasta que una enfermera me detuvo.
-Beta, debe esperar aquí.
-Pero quiero verla-pedí preocupado.
-Lo siento pero tiene que esperar aquí hasta que terminemos de curarla -respondió la enfermera.
Suspiré y asentí resignado, la enfermera se fue cuando vio que me había calmado un poco y yo me tiré en uno de las sillas en la sala de espera.
Por favor que esté bien...
"Estará Bien, yo lo sé"
"Espero que tengas razón"
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