Parte/44
La mujer se les quedo viendo pensativa, enseguida contesto.
-Mire primero díganme pa que la andan buscando no me vayan a meter en un problema como le pasó a doña Remedios, resulta que una señora andaba preguntando por doña Marilú, ella le dio santo y seña de donde vivía y resultó que era la esposa de don Juan el querido de ella, nosotros pensando que eran marido y mujer, y pues hay tienen que le hecho gasolina a toda la casa y le prendió fuego, dispénseme madrecita uste será muy monjita, pero uno nunca sabe.
Sor Natalia y Ozi sonrieron por las ocurrencias de la mujer.
-No señora no se preocupe no es nada de eso.
En esos momentos tocaron a la puerta.
-Perenme tantito deje abro ah de ser mija ella me visita casi diario.
-Pásale mija.
- ¿Cómo esta ama ¿Ya comió?
-No mija todavía no, pero pásale tengo visita.
-Buenas tardes.
-Buenas tardes señorita.
-Con permiso voy pa la cocina.
-Ándale si mija.
-Figúrense ustedes hay como la ven de jovencita ya es viuda.
-Oh que pena.
-Apenas iba a cumplir un año de casada, mi yerno estaba lleno de vida, pero pos uno nunca sabe fíjense en la mañana se fue a trabajar, esa noche no llegó a dormir, mija ya estaba bien mortificada, porque el muchacho nunca faltaba a dormir y, mucho menos entre-semana, cuando despertó puso las noticias y ándele que va oyendo que a su viejo se lo habían matado lo machuco un camión.
-Oh debió haber sido un golpe muy grande para su hija.
-Pos ustedes creen que no, casi se volvió loca, se vino hecha la mocha (aprisa) y me dijo, y en ese momento nos arrancamos (fuimos) al semefo (lugar donde tienen a los fallecidos), yo llevaba la esperanza de que no fuera mi yerno, pero cuando mija se metió para ver si era él y la sacaron desmayada ya no me quedo ni una duda de que se trataba de Gil así se llamaba mi yerno que en paz descanse.
De la cocina empezó a salir un aroma a comida que hizo que el estómago de los visitantes hiciese extraños ruidos, la voz de la hija de Virginia interrumpió el relato de la mujer.
-Gustan pasar a la cocina pa que se echen (coman) un taquito.
-No se moleste nosotros ya nos vamos a retirar.
-Me van a despreciar mi comida.
-No nada de eso.
-Pues entonces pasen.
Pasaron a la cocina que también servía de comedor, Virginia les sirvió una carne de cerdo en salsa de molcajete acompañada con unos frijoles refritos en manteca adornados con unos totopos y un riego de queso, la joven empezó a hacer tortillas que les sirvió todavía infladitas la comida estaba riquísima, por lo que con pena y todo repitieron plato con un vaso de agua de limón con chía, también las dos mujeres comieron cuando terminaron Virginia les volvió a preguntar.
Bueno pues como dice el dicho, panza llena corazón contento, y díganme pa que andan buscando a Cuca.
-Mire señora no es para nada malo, ni somos cobradores, resulta que aquí el doctor...
-Ay, pero mire lo que son las cosas ¿así que uste es médico.
-Si señora, soy doctor.
Ay ama como es usted, ya ni dejo que acabara de hablar la monjita.
Dispénseme, es cierto ya no la deje terminar.
-No tenga cuidado, como le decía aquí el doctor anda buscando a la señora Cuca, porque ella era amiga de su mamá y la quiere saludar de parte de ella.
-Ah siendo así es otra cosa, ¿Oiga doctor usted de casualidad no es pariente de ella?
- ¿Por qué lo dice señora?
-Lo que pasa es que uste se me a figura un chorro (mucho) a Cuca bueno cuando tenía su misma edad de uste.
Cuando Ozi escuchó decir eso a la mujer su corazón dio un vuelco, pero no le dijo nada a la señora, hasta no ver a Cuca y comprobar si en realidad esa era su madre.
-Le parece señora, ya ve que hay muchas personas en el mundo que nos parecemos.
-Pos de eso sí, pero mire ella, así tiene los ojotes grandes como uste y las pestañas grandes y chinas y el pelo también lo tenía bien negro y chinito como el suyo, aunque ya ahorita ya está muy canosa y si lo sigue teniendo negro es porque se lo pinta jajaja.
Ozi y la religiosa no paraban de reír por las ocurrencias de la mujer.
Bien señora ¿usted sabe dónde la podemos encontrar.
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