Parte/35
Esa noche, durmieron en su nuevo domicilio, dormían plácidamente, cuando el timbre de la entrada los despertó, se extrañaron enormemente, de repente pensó que se había confundido, pero un segundo timbrazo terminó por convencerlos, era verdad el timbre de su casa estaba sonando, Ozi tomo su bata de casa y se dirigió a la puerta. Al abrir se encontró con una agradable mujer que con una amplia sonrisa lo saludo amablemente.
-Buenos días señor mi nombre es Clotilde, pero todos me dicen Cleo, vengo de parte de la señora Carlota, soy la señora del servicio.
-Oh, si disculpe, señora pase usted soy Jack, a decir verdad.
-Gracias señor mucho gusto.
La mujer entró, fue directamente a la cocina, afortunadamente ya conocía la casa la señora Carlota la contrataba para limpiar las casas que ella tenía en venta para tenerlas presentables cuando las enseñara a sus clientes.
Cuando Ozi volvió a la habitación Susan se disponía a entrar al bañó lo invito con una sonrisa.
- ¿Quién osó a interrumpir nuestro sueño?
-La señora que se va a encargar del servicio de la casa.
-La señora Carlota sí que es eficiente.
Después del baño se vistieron, iban a ir directo a los hospitales en donde tenía cita para la entrevista de trabajo. Mientras tanto Cleo revisaba para ver que encontraba para preparar el desayuno, afortunadamente para ella, el día anterior los señores había pasado al supermercado, habían comprado huevos, jamón, tocino, naranjas, café y leche.
Ozi y Susan estaban listos para salir cuando a sus fosas nasales llegó un riquísimo olor a café, en ese momento salió al encuentro Cleo.
Señora Cleo le presento a Susan le dijo Ozi a la mujer.
-Mucho gusto señora.
-Pueden pasar a tomar su desayuno.
Quedaron gratamente complacidos, no esperaban un servicio tan excelente. Mientras tomaban su desayuno, se pusieron de acuerdo en cuanto al pago de Cleo, le entregaron una llave de la entrada, en ningún momento desconfiaron de la mujer ya que iba ampliamente recomendada por la señora Carlota.
Le entrego dinero para comprar lo que hiciera falta, se despidieron de ella y salieron al hospital Cleo les dijo.
-En la puerta los espera mi marido, deje los acompaños para presentárselo.
En la puerta ya los esperaba el hombre cuando se abrió la puerta este lo recibió con una amplia sonrisa no espero a que su esposa lo presentara lo hizo solo.
-Buenos días señores, Jesús Meléndez para servirle, pero todos me dicen Chuy.
-Mucho gusto Chuy nos podemos ir que vamos tarde.
-Como no señor vámonos.
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