No todo era felicidad en la vida de Ozi también hubo dolor como en todas las familias, sufrió el dolor de perder al primer ser querido, el cáncer le arrebato a su abuela materna la madre de Emma, el dolor no solo era por la pérdida de a su abuelita, sino también por lo solo, que había quedado su abuelo ya que habían estado juntos 45 años, con su consentimiento lo llevaron a una casa de descanso (asilo), de su hogar no se iba a mover ni un mueble, si el señor no se sentía a gusto se regresaba y contrataban a una personas que se hiciera cargo de él.

El lugar era muy elegante, su familia iba a visitarlo periódicamente, pasaban la navidad y el año nuevo juntos, sus nietos Ozi y Katy lo llevaban al cine o algún otro lugar al que su abuelo quisiera ir.

En una de esas visitas Ozi conoció a una linda chica, los jóvenes tenían mucho en común era psicóloga con especialidad en siquiatría, ella también visitaba a su abuela, que también era huésped de ese lugar.

Pero ni el lujo ocultaba la mirada triste de algunos ancianos, los chicos empezaron a interactuar con las personas y con sorpresa se dieron cuenta que muchos de ellos no estaban en ese lugar por voluntad propia, era tanto el dolor que veían en sus ojos, que se prometieron regalarles un poco de su tiempo para escucharlos. Esa tarde le preguntaron a la cuidadora de los ancianos.

- ¿Quién necesita de nuestra compañía?

-La señora Smith.

- ¿Tiene algún problema en especial?

-Sí, ella casi no habla con nadie, su hijo la trajo aquí para ver si viéndose rodeada de personas de su misma edad ella interactuaba, pero hasta ahora todo ha sido inútil.

- ¿Usted no sabe qué fue lo que le pasó para no querer interactuar con nadie?

-No yo no lo sé, pero quizás la señora Carolina sepa algo es una de las pocas personas con la que la señora Smith habla.

-Vamos a ir con ella antes de ver a la señora Smith.