Parte/30
- ¿Ya planearon a dónde van a ir de vacaciones antes de ir a la universidad?
-Mis compañeros van a ir a las Islas Canarias, pero yo no voy a ir con ellos.
-Como es eso de que no vas a viajar.
-Yo no he dicho que no voy a viajar, si lo voy hacer, solo que yo voy a ir a México a buscar a mi madre.
Emma se sorprendió mucho, su hijo iba a cumplir dieciocho años hacía catorce años que había salido de su país ni la distancia ni los años habían hecho que olvidara a su madre, ella le respondió.
-Si ese es tu deseo iras a México, podemos acompañarte o prefieres ir con alguno de tus amigos.
- ¿Ustedes irían conmigo?
-Claro que si hijo, a tu padre a tu hermana y a mí nos encantaría que te reunieras con tu madre.
Ozi quedó gratamente conmovido, se hicieron los arreglos para viajar en cuanto los chicos salieran de vacaciones.
El día llegó la familia salió rumbo a México, Ozi tenía dieciocho años iba muy emocionado, en cuanto llegaron a Guadalajara, no perdieron tiempo fueron directamente al albergue donde Ozi había vivido ocho meses hacía catorce años.
Aunque el muchacho estaba emocionado y conmovido hasta las lágrimas tras recorrer su antigua residencia, le entristeció el hecho de que su madre no había ido a buscarlo y que las religiosas no supieran nada de ella.
Su familia y él hicieron un recorrido por la ruta que había hecho la romería del albergue hasta el templo en donde lo había encontrado Sofía, la chica que lo había encontrado.
Llevaban consigo una fotografía de Ozi de la edad en que se extravió, pero ninguna de las personas a quién le preguntaban lo reconoció, quizá si hubieran caminado hasta el siguiente templo que era a donde su madre iba al servicio religioso más de alguna persona lo hubiera reconocido. Sus padres le dijeron.
-Lo sentimos mucho hijo, no sabemos en qué otro lugar podríamos buscar.
Sus padres notaron la decepción de Ozi, pero al mismo tiempo pensaron que quizá así se daría cuenta de lo difícil que sería encontrar a su madre.
Sin embargo, este primer viaje a su tierra natal fue también muy alentador para el muchacho, estar rodeado por personas del mismo color de su piel lo hizo sentir que por primera vez en muchos años encajaba en un sitio, les dijo a sus padres lleno de contento.
- ¡Todos se parecen a mí! ¡Aquí no soy la excepción!
Volvieron a Ottawa, su madre le preguntó.
- ¿Hijo ya sabes lo que vas a estudiar?
Si mamá, voy a estudiar medicina quiero ser neurólogo como ustedes.
-Bien hijo que bueno que escogiste esa carrera hay tantas personas que necesitan nuestra ayuda.
Ozi se dedicó a estudiar, él no tendría los genes de sus padres adoptivos, pero si el buen ejemplo, sus padres aparte de trabajar en un prestigioso hospital, también dedicaban un día al mes para practicar cirugías a personas de escasos recursos que no contaban con ningún seguro médico.
No eran simples operaciones, eran cirugías muy complicadas, una asociación benéfica era la conexión con los pacientes, ellos no cobraban ni un dólar canadiense, por sus servicios y muchas de las veces también pagaban el hospital, Ozi quería ayudar a los necesitados como lo hacían sus padres.
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