Dure tiempo en reponerme del duro golpe recibido, Cuando sentí las primeras pataditas del hijo que se gestaba en mi vientre, mi vida cambio, me jure a mí misma que a ese ser indefenso no le iba faltar amor de padre yo lo iba a querer por los dos.

Tanto Lino como Hortensia tenían la misma ilusión que yo, los tres esperábamos la llegada del niño que iba a cambiar nuestras vidas totalmente para bien.

El día se llegó, cuando tuve a mi niño en mis brazos me sentí completa feliz, esa criatura llenaba el vació tan grande que habían dejado mi madre y mi abuela, me entregué completamente a su cuidado, trabajaba duro para que dentro de mis posibilidades nada le faltara.

Mi hermano y mi querida amiga Hortensia fueron sus padrinos de bautismo, Lino fue un padre para él, y lo siguió siendo después de que a los dos años de su nacimiento contrajo matrimonio con una buena mujer, tiene dos hijos y no hacia distinción mi hijo seguía siendo el primogénito.

Todo era felicidad hasta el día que paso la desgracia.

Todos los presentes estaban atentos a las palabras de Cuca, la mujer relato el calvario que estaba viviendo desde la fatídica tarde que paso la virgen y perdió a su niño, cuando termino dirigió una fría mirada a la doctora para preguntarle.

¿Contésteme doctora que más me va a quitar Dios para merecer algo de felicidad? Si, mi hijo estuviera muerto al menos tendría una tumba a donde ir a llevarle flores.

Pero el no saber en dónde está, es lo que me esta matando, yo no sé quién tiene a mi hijo y en qué condiciones viva, quizás lo estén medio matando de hambre para causar la lastima de las personas y lo tengan pidiendo limosna. O le estén enseñando a robar, o esté muerto y sabrá Dios donde se encuentre su pequeño cuerpo.

Cuca ya no pudo hablar un histérico llanto se lo impidió, la doctora dejo que se desahogara ya que esa era parte de la terapia, Cuca se fue calmando poco a poco, cuando estuvo completamente calmada se sorprendió al ver el salón completamente vació, solo estaba la doctora a su lado y Antonio sentado algo retirado de ella, la doctora le ofreció un vaso con agua al mismo tiempo que le preguntaba.

- ¿Ya te sientes mejor?

- Si doctora gracias.

Y así era se sentía más liviana ya no sentía esa opresión en el pecho que venía sintiendo desde la tarde en que su hijo se extravió, la doctora siguió hablando.

-Mira sé que esto es muy difícil de comprender, como te has dado cuenta todas las personas que asistimos a terapia hemos pasado por un dolor muy grande en nuestra vida, quizá tu creas que lo tuyo no se asemeja a lo que las otras personas están pasando, ellas piensan lo mismo de lo que a ti te está pasando.

Para la persona que está viviendo su tragedia, no hay nada que se asemeje al dolor que están sintiendo, pero todos sufrimos y es por eso que estamos aquí, para ayudarnos mutuamente, para comprender que no estamos solos.

No te voy a repetir lo mismo, pero muy dentro de mí sé que Dios tiene algo preparado para ti, se positiva, en vez de deducir que a tu niño lo tienen malas personas, mejor piensa que el chico esta con un buen matrimonio que lo están llenando de amor.

Y recuerda una cosa "Ríe mientras puedas respirar Y ama mientras tengas vida."

Diciendo esto abrazo a Cuca y salió del salón, Toni llegó hasta ella al igual que la doctora le dio un abrazo y se susurró al oído, "No estás sola, yo estoy a tu lado" y diciendo eso salieron del salón sin pronunciar palabra alguna, era una de las reglas de la terapia, lo que se hablaba en la terapia ahí se quedaba.

Por increíble que parezca Cuca encontró algo de paz, cuando los recuerdos negativos volvían a su mente, ella los cambiaba por positivos, se imaginaba a su hijo jugando feliz con otros niños, bien comido y bien vestido vigilado por una madre sustituta y sobre todo amado, lo último que deseaba era olvidar a su hijo.

Cada día de su cumpleaños invitaba a sus amiguitos a celebrarlo con su platillo favorito, mole dulce con sopa de arroz, compraba un pastel de chocolate el favorito de su hijo. Siempre reían y lloraban, ella les decía.

-Dondequiera que se encuentre mi hijo, sé que está bien.

Ella colgó una fotografía enfrente de su cama para que, al despertar, fuera lo primero que vieran sus ojos, guardo sus juguetes, siempre le decía.

-Estoy esperando tu regreso y vuelvas a jugar con tus juguetes de nuevo.