Mi abuela le dijo a mi madre.

-Vamos a la casa de esa mujer.

-No doña Cayetana yo no me voy a rebajar yendo a la casa de la amante de mi marido, que les vaya bien y que disfruten su dinero.

-Esta bien si tu no quieres ir te comprendo, pero como te dije yo si voy a ir.

-Como usted guste doña Cayetana.

-Voy a ir después vámonos para la casa ya es tarde.

-Ahí viene el camión.

Mi madre nos recogió y nos fuimos a nuestra casa, nos dio de comer y nos alisto para llevarnos a la escuela ya que estábamos en el horario de en la tarde.

Cuando regreso a la casa lloró las lagrimas más amargas de su vida, mi padre le había robado su dinero, pero su dignidad la tenía intacta, no se iba a rebajar a ir a la casa de la amante del hombre que prefirió disfrutar el dinero con su amante, un dinero que prácticamente le pertenecía a ella y a sus hijos ya que el canalla había comprado el billete con su dinero, pero ya se encargaría Dios de castigar al mal hombre.

Mi madre no quiso saber lo que mi abuela había hablado con su hijo, no le interesaba para ella ese hombre estaba muerto y enterrado, mi progenitora se vio forzada a trabajar para una fabrica de ropa, le llevaban las prendas a la casa, lo hizo con el fin de que la inscribieran en el seguro social para podernos atender cuando nos enfermáramos.

Pasaron cinco años desde que mi padre se fue dejándonos en la más total orfandad, un sábado en la tarde mi madre cosía como siempre yo le ayudaba, cuando se escucharon unos toquidos en la puerta.

-Yo voy -le dije a mi madre.

-Ve hija a de ser la hija de Candelaria para probarse su vestido.

Cuando abrí la puerta me encontré con un hombre desconocido para mí, el al verme me preguntó.

-Tu eres Cuca mi Cuquita.

- ¿Y usted quién es yo no lo conozco?

-Como de que no me conoces soy tu papá.

-No es cierto mi papá esta muerto, usted se equivoco de casa.

Mi madre al oír mi voz alterada salió a ver quien era.

- ¿Que pasa Cuca? ¿Quién es usted? ¿Qué se le ofrece?

-Tan cambiado estoy que ya no me conoces, soy tu marido.

-Mi marido esta muerto hace cinco años que lo enterré, y usted lárguese de aquí, no tiene nada que hacer.

-Pero consuelo no me hagas esto, estoy muy enfermo.

-Así, pues lárgate con tu amante a que te cuide o que ya se te acabo el dinero y te dio una patada en culo, eso debe ser, ah, pero antes de que te largues págame el dinero que me robaste miserable.

-Por favor Consuelo no me des la espalda, me estoy muriendo.

-Pues vete a morir a otra parte, y viéndolo bien no me pagues tu ya estas muerto para mi y un muerto se lleva sus deudas al otro mundo.

Y diciendo esto le cerro la puerta en las narices, yo en verdad no lo conocí, es por eso que le pregunté a mi madre.

-Por qué ese hombre dijo que era mi papá.

-No te preocupes fue un vivales que se quería pasar de listo.

Ya nunca volvimos hablar del asunto ni siquiera a Lino le dijimos nada.

Con el tiempo supimos que en realidad era cierto lo que dedujo mi madre, su amante le ayudo a despilfarrar el dinero, se dieron la gran vida en las Vegas, cuando se terminó el dinero la mujer le dijo si te vi no me acuerdo y se esfumó, el volvió como pudo víctima de una enfermedad resultado de sus excesos

Murió poco tiempo después al lado de su madre, mi abuela, después de todo una madre siempre perdona los errores de los hijos.