Cuca siguió hablando.

Mis padres se casaron enamorados, mi padre trabajaba en una fábrica de colchones, no era mucho su sueldo por lo que mi madre confeccionaba ropa para sus vecinas, el oficio de modista viene de generación familiar, no se sabe quién fue la primera mujer de la familia que empezó a hacer ropa, mi bisabuela enseño a mi abuela, ella a mi madre y ella me enseñó a mí.

El mayor deseo de mi padre era sacarse la lotería y el de mi madre tener su casa propia, mi madre atendía el hogar, a sus hijos y en sus ratos libres confeccionaba los encargos que le hacían sus clientas, ella guardaba parte del dinero para abonar un terreno para en un futuro construir su casita con la que tanto soñaba.

Cuando yo tenía seis años de edad, mi padre en su afán de ganarse la lotería, tomó el dinero que mi madre había ahorrado con su trabajo sin decirle nada fue un vil robo, compró su boleto, todavía faltaban unos días para que celebrara el sorteo.

Mi madre fue a guardar algo de dinero y grande fue su sorpresa al ver que el dinero había desaparecido, ella le dijo a mi padre.

-Othón, alguien robo el dinero que tenía para comprar el terreno.

-Cálmate mujer, nadie robo nada yo lo agarré.

- ¡Tú lo agarraste! ¿por qué no me dijiste nada?

-Porque si te decía para que lo quería no me lo ibas dar y lo hubieras escondido.

-Pero ese dinero era lo del abono del terreno.

-Ya paralé no es para tanto, para la otra semana no nada más vamos a pagar el terreno si no que vamos a tener hasta para fincar tu casa y más.

-Pero en que lo gastaste, no era mucho pero tampoco era poco.

-Compre el billete de la lotería todo completo, nada de pedacitos el premio mayor va a ser mío lo presiento.

-Pero que insensato eres, cómo es posible que hayas hecho eso, ese dinero era mío.

Sacando la tira del boleto, se lo restregó en la cara mi madre gritándole.

- ¡Cuando me den mi dinero te lo voy aventar en la cara, y ya no mueles más o soy capaz de darte tu merecido no me provoques!

Mi madre ya no dijo más se retiró en silencio llena de impotencia y resignación bebiendo sus lágrimas.