Parte/22
Cuca paso toda la semana, triste y abatida recordaba una y otra vez, a su amigo llorando, ella nunca había visto llorar a un hombre adulto, esa escena removió muchos eventos de su vida muy desagradables, ella no quería recordar nada, pero el hecho de no hacerlo no quería decir que no pasaron.
Reflexionaba una y otra vez en la escena, Dios era muy injusto ese hombre amaba a su esposa y a su hijo, ella no creía que Antonio fuera tan malo como para recibir ese castigo, en cambio el padre de su hijo no se tentó el corazón de abandonarla en cuanto supo que estaba en espera, y andaba suelto por la vida quizá engañando más incautas como ella.
Cuca en sus adentros temía que Toni ya no fuera a la reunión ya que al parecer ya había curado su pena, pero estaba equivocada él acudió a la reunión como todos los miércoles.
Al cuarto miércoles de que Antonio había compartido su pena con el grupo la doctora se dispuso a dar la terapia de grupo saludo a los presentes dijo una leve introducción, pero unas palabras que dijo fueron las que hicieron que Cuca por fin sacara todo su dolor que guardaba desde muy pequeña.
-Y recuerden que después de la tormenta viene la calma, siempre que se pierde algo, es porque algo mejor viene a su vida Dios nunca se equivoca.
Cuca contesto llena de furia contenida.
-Entonces usted dice que Dios nos quita algo en la vida para darnos algo mejor o más valioso, dígame usted ¿qué puede ser más valioso que un hijo?
La doctora por unos momentos guardo silencio quizá meditando lo que iba a contestar, pero Cuca siguió hablando.
Desde que tengo uso de razón Dios siempre me ha quitado todo lo que he amado, primero fue mi padre, aunque ese hombre no merece que lo nombre padre, es un hijo de puta.
Todos los presentes se quedaron estupefactos, parecía que esa mujer que hablaba con tanta furia contenida era la mujercita callada y dulce que conocían, la doctora le susurro al oído, habla saca todo lo que llevas dentro, todo, todo lo que te está atormentando.
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